martes, 3 de enero de 2012

Dar la campanada

Que una mujer de parto es, para muchos, parte del mobiliario, no es cosa que nos extrañe a estas alturas de la vida. Que la Nochevieja es un momento de celebración y risas, también lo sabemos. Pero lo que no me esperaba yo, queridas y queridos, es el impudor del equipo que atendió este parto  durante las campanadas de fin de año. Comentando con Angela e Idoia este despropósito esta noticia, ha surgido un intercambio de ideas que ha dado lugar a esta entrada, así que me gustaría desde aquí darles las gracias por permitirme recoger sus fantásticas aportaciones para enriquecer mi humilde blog. Gracias también a La Revolución de las Rosas por pasarme el enlace del vídeo.



Vayamos por partes. Como quien dice “luces, cámara, ¡acción!”, el médico pronuncia las palabras “doce y espátulas”, vanagloriándose de su cuasi británica puntualidad. Digno de un “sketch” de los Monty Python es el panorama en el paritorio: enfermera y comadrona comiendo uvas mientras se desternillan de la risa, como si fuesen chonis medio pedo en un botellón cualquiera; una que pasa corriendo por detrás del ginecólogo sin saber muy bien de dónde viene, a dónde va y qué pretende en esta vida, otro también masticando uvas en la cabecera de la mujer de parto (¿será el anestesista? ¡Pues sí que se le ve concentrado en su trabajo! Yo a ese señor no le dejo ni que me haga la pedicura con un palito de naranjo) y el padre captando el momento para la posteridad, suponemos que, porque si lo cuenta sin pruebas, nadie le creería. Bueno, al menos a él le ofrecen uvas...

Ah: también hay una mujer de parto, pero, como es normal, no pinta nada allí: está callada, como un objeto, sin voz ni voto en los procesos de su cuerpo, mientras el médico le extrae a su bebé. Nadie le habla, nadie le coge la mano, nadie le dirige una palabra de apoyo ni le felicita. No es importante ni para la periodista que firma la noticia, ¿por qué iba a serlo?

Claro, de darle uvas a la mujer, ni hablamos, que ya se sabe que una mujer de parto no debe comer, por el riesgo de aspiración... Y con el ambientazo que se respira en paritorio, ya me figuro yo que como no la atendiese la señora de la limpieza, se iba a quedar la pobre mujer mirando a Albacete... Vamos, que a esta gente le falta enseñar a cámara sus bragas rojas de la suerte, tirar serpentinas y confetti y beberse la copita de cava mientras le pasa al médico los instrumentos necesarios. Suspensos en seriedad, señores; suspensos en profesionalidad; suspensos en sentido común, suspensos en educación, ¡impresentables!

Hasta aquí, la descripción de los hechos. Están dando las campanadas y el personal en paritorio está dando la nota. El único que parece concentrado en su trabajo es el ginecólogo, que lleva muy bien la cuenta de cada "dong" para "traer al mundo" al primer bebé de 2012 (pero se te adelantaron, bonito, mira tú qué penita, quedaste segundo) con precisión y a la hora justa... Ahora digo yo, si a esta mujer le están introduciendo unas espátulas en la vagina, es que de algún modo su parto se ha complicado, requiriendo instrumentación, ¿no? Y, si se ha complicado, ¿por qué está todo el mundo de cachondeíto a su alrededor? Me parece una absoluta falta de respeto, como mínimo.

¿Será, quizá, que no había tal emergencia y quedaba muy bonito meter las espátulas justo con la última campanada para salir en la televisión contando lo emocionante que ha sido todo? A mí, queridas y queridos, me da que este ginecólogo es de los que gustan de figurar en los medios, ¿a qué, si no, se ha copiado en su teléfono móvil el vídeo del parto y se lo enseña a la redactora todo orgulloso? ¿Y cómo explicáis que diga, con aire ufano, que lleva "doce años en esto de los partos"?

Es muy triste ver cómo a la mujer no se la tiene en cuenta para nada y, por si alguno no termina de darse cuenta, os voy a hacer una lista de las veces que se la ignora (solo en el vídeo, claro, no sé cuántas veces antes pasan de ella):
  • Al marido le preguntan si quiere uvas, a ella que le den por el rasca. Aunque, claro, tumbada tampoco es cómodo comer... Pero vamos, que durante el parto no te ofrecen comida ni aunque hagas el pino.
  • Nadie se dirige a ella en ningún momento del parto, están a su bola haciendo el cabra en el paritorio, hasta el médico que está junto a ella pasa olímpicamente.
  • Hasta el marido graba más rato el ambientillo festivo del paritorio que el nacimiento de su hijo... Quiero pensar, como he dicho antes, que lo hace para tener pruebas cuando lo cuente a los amigos y familiares.
  • La redactora no se molesta en entrevistar a la mujer para preguntarle qué siente por ser su bebé "el más madrugador" del año, en su lugar prefiere que el médico le explique qué sintió él... Otra iluminada de la vida.
Y seguro que me dejo cosas. En fin. No voy a despotricar más, que me sube la tensión.

Se despide y se va a dar una ducha relajante,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

domingo, 1 de enero de 2012

100 días de U-6

Queridas y queridos, con el comienzo del Año Nuevo se cumplen también los primeros cien días de vida de mi pequeño U-6 (si las cuentas no me fallan, lo cual es harto improbable, pues siempre fui un hacha en matemáticas para disgusto de la doña Juani, que quería suspenderme y no hallaba cómo ni a la de tres). Por tanto, al igual que los gobiernos que hacen balance en esta fecha simbólica de lo que no han cumplido y de lo que no han hecho, para celebrarlo voy a cantar sus alabanzas y logros babeantemente, como a mi estado de madre reciente corresponde.

Mi pequeño morenito, ese ser que salió por donde la naturaleza dictaba para devolverme la confianza en mí misma, a día de hoy, sigue mamando como un campeón y deleitándonos con sus monólogos en idioma zombie, como Ghoulia de Monster High, pero sin las gafas. El tío ha debido de salir a su madre, porque no veáis las parrafadas que nos larga; aún no llega al nivel de Fidel Castro, pero todo se andará. Está hecho un ternerito, pesa ya el doble que cuando nació y dedica seductoras sonrisas a diestro y siniestro, algo a lo cual nos acostumbró su predecesor en el cargo de "Bebé monín de la casa", el simpar O.G.

Doctora Fistra, se coló usted por todo el hueco, metió la pata hasta la ingle brasileña y aquí tengo, enganchado a mi teta, a mi gran prematuro de 41 semanas de gestación, la prueba fehaciente de que ustedes no miran a la persona, sino los números sin saber siquiera interpretarlos. Espero que este Año Nuevo le depare lo que se merece (y hasta aquí puedo leer) y que se apunte a clases de empatía, porque en la carrera debió ir a tribunal para que le aprobasen eso por la jeta, si es que se estudia en Medicina...

Y a todos vosotros, queridas y queridos, os deseo que tengáis un 2012 lleno de buenas experiencias con los vuestros, que estéis más sanos que un roble, que en el amor triunféis como si en la lotería no os sacáseis ni una miserable pedrea, que vuestro sueldo se multiplique por dos y que no tengáis que hacer nunca horas extra. Y puestos a pedir, pido que, aunque este simpático gobierno me haga empezar el año cabreada por aplazar el permiso de paternidad de un mes hasta 2013 (demostrando one more time que a los políticos les importa tres pares de huevos de oca que los padres quieran estar con sus hijos), Conciliación Real Ya consiga sus loables objetivos con un poquito de ayuda por parte de todos nosotros.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Parir a la antigua usanza, jodida pero ¿contenta?

Aviso para despistados: esta es una entrada didáctica a la par que divertida, destinada a elevar vuestro nivel cultural uniendo lo útil a lo agradable, como se dice por Portugal. Si no queréis cultivaros, estáis a tiempo de huir ahora cerrando la ventana. Eso sí, mi espíritu os perseguirá murmurando en latín cuando os durmáis y os haréis pis sin remedio. Tenedlo en cuenta.

Cuando voy a casa de mis padres, queridas y queridos, suelo sustraerles con disimulo algún libro de sus pobladas estanterías, que tantos buenos ratos me hicieron pasar cuando era una niña monísima; mi padre, si lo supiese (lo de mi cleptomanía, no lo de que disfrutaba leyendo), rabiaría cual ogro de segunda regional, pero de momento nadie se lo ha chivado y, además, puedo argumentar en mi descargo que entre mi madre y yo hay un cierto tráfico literario y hemos perdido la cuenta de qué libro está en casa de quién hace ya unos cuantos años.

El caso es que, en una de mis excursiones al paraíso materno, me traje un librito que siempre me hace sonreír porque se puede leer en cualquier momento y ocasión sin necesidad de marcapáginas. Me refiero a "Historias de la Historia", de Carlos Fisas, recopilación de sus intervenciones en la sección homónima que condujo durante más de diez años en los programas de Luis del Olmo (creo que esto fue antes de que yo naciese).

Enfrascada me hallaba yo en su lectura el otro día, cuando llegó a mis ojos un epígrafe al cual no di la menor importancia en el momento en que leí aquel libro por primera vez, hace más de veinte años: "El embarazo y el parto". No podía creer lo que veía, ¡qué filón! ¡Qué de anécdotas, qué de historias curiosas y qué ganas de compartirlas con vosotros, admiradores que me adoráis! Pero mi estupor fue aún a más, si es que aquello era posible, y mis ojos se abrieron de pasmo hasta secárseme las córneas y dolerme las comisuras de los párpados, cuando encontré el siguiente texto, delicioso donde los haya, que explica muchas cosas y que comento, cómo no, en rosa chicle, para traduciros al castellano contemporáneo lo que antaño se decía con hermosas palabras hoy en desuso. Podéis hacer una primera lectura obviando mis comentarios para, posteriormente, deleitaros con mis ingeniosas apostillas. Cuando lo leáis, entenderéis por qué aquí se atienden los partos como se atienden... O no.

Esta señora no es del siglo XVI, ya lo sé,
pero anda que no tenía personal alrededor
para darle por el saco...
En nuestra patria y durante la primera mitad de la centuria decimoséptima, aconsejábase multitud de drogas y manipulaciones para avivar y facilitar los partos. (pues como ahora, Carlos, no te creas tú que hemos avanzado tanto...)
El jefe de servicio del Hotel Espe doctor Francisco Núñez recomendó en 1621 la conducta siguiente para la asistencia a las mujeres: acostarlas en el lecho de trabajo boca arriba (eso nos lo siguen intentando colar ahora, para vernos mejor los bajos), refrescar la habitación en verano y templarla en invierno: poner sobre las narices y boca de la parturienta, un estornutatorio (es decir, algo para hacerlas estornudar; supongo que la idea era que el niño saliese a la vez que el "aaaaatchíiiiiis"); asir a la preñada por los lados y apretarla con ambas manos hacia abajo (esto es un Kristeller, también llamado "el tubo de pasta de dientes"), "entre tanto, dice, ande la parte diligente y no dexe pasar un punto sin trabajo ungiendo y ablandando la natura (=metiendo la mano en el chichi de la parturienta) con aceite y huevo o sahúme la matriz con unas píldoras compuestas de mirra, gálbano, castóreo y hiel de vaca (¿es necesario?), o con azufre (esto ya es recochineo) y opopónaco arrojado sobre ascuas; también aprovechan los sahumerios de estiércol de paloma o de milano (yo creo que más bien se acojona el niño y no sale ni a la de tres con el pestazo que habría en la habitación...); es también cosa muy útil tomar un copo de lana remojada en zumo de ruda y meterlo en la natura de la preñada; el asafétida y el opopónaco con caldo o vino aguado, si se da a la preñada hace salir la criatura (sí, por la ventana), y asimismo la canela y el culantrillo en decocto". Si a esto se añaden los potajes, las grasas, caldos confortativos (¿ves?, de eso no nos dan ahora; igual que te digo una cosa, te digo otra... En esto hemos retrocedido, actualmente en el hospital pasas más hambre que una solitaria en el cuerpo de Kate Moss) y cien mejunjes preconizados para arrojar las secundinas, veremos que, en aquel tiempo asistir a un parto, según Núñez, exigía no poca diligencia de parte de la comadrona (que acabaría pidiendo la baja por estrés, porque menudo trajín) y mayor resignación de la parturienta. (Ya puedes decirlo, Carlos, no dejaban parir en paz)

Y todo esto sin tener acceso a la vena para chutar cosas, si es que no hay necesidad... Lo que pasa es que los sanitarios modernos se han vuelto unos vagos y pasan de andar cocinando infusioncillas en el momento, que todo nos lo ponen precocinado y sintético...

¡Qué! ¿Cómo se os queda el cuerpo? Esto va especialmente dedicado a esos ignorantes de la vida, palurdos que hablan porque tienen boca, que dicen que somos unas "naturistas" y que queremos parir como hace quinientos años... ¡Qué desencaminados estáis! Queremos, paletos bocachanclas desinformados, parir con respeto a nuestro cuerpo y a nuestros hijos, sin potingues extraños, sin que nos metan la mano hasta el codo y sin que nos estrujen la barriga. Ah, y mi favorita: yo me pido sin vía.

Se despide para continuar leyendo,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 27 de diciembre de 2011

Cómo solicitar la historia clínica

Queridas y queridos, por petición popular, por aplastante volumen de solicitudes, por todos esos e-mails que me saturan la bandeja de entrada y me hinchan de gozo el corazón, he decidido que lo mejor para nos, para vos y para todos es que podáis disfrutar "en abierto" y sin interrupciones publicitarias de ese magnífico documento, útil y maravilloso donde los haya, que es el Modelo de Solicitud de Historia Clínica.

Quiero dar las gracias a Francisca Fernández, excelente abogada enormemente implicada en la defensa de los derechos de mamás y bebés, por "parir" este modelo de solicitud y por permitir su divulgación, que tan útil nos es y será para saber qué pasó en nuestros partos. Porque huelga decir que, aunque estemos allí, a veces se nos escamotea información con todo el descaro del mundo.

Lo ideal es que preparéis vuestra carta con este texto, completándola con vuestros datos personales, y la enviéis por correo certificado al hospital donde parísteis. Aseguraos de conservar el resguardo de Correos para poder demostrar que la enviásteis en tal fecha. No es necesario hacerlo por burofax, pero si os quedáis más tranquilas, adelante. Os animo a pedir vuestras historias clínicas, tanto si vuestros partos fueron estupendos como si fueron traumáticos. En el primer caso, os llenará de alegría releer y revivir lo que sucedió; en el segundo, os aclarará varias cosas (y os cabreará si no está completa, claro).

Para que este documento sea accesible per secula seculorum y no se pierda entre tanta entrada interesante y devoradora de neuronas, voy a tener la deferencia para con vosotros, queridas y queridos, de dejarlo enlazado a la derecha, junto al plan de parto subversivo.


Sr./Sra. Gerente
HOSPITAL DE [___]
[___]

En [___], a [___] de [___] de [____]

Estimado(a) Sr.(a):

Ref.: Solicitud de copia de historia clínica nº [inserta este número si lo sabes -vendrá en el informe de alta- pero basta con tu nombre, apellidos y D.N.I.]

    Yo, [Nombre y apellidos], con D.N.I. [____] y domicilio en [____], actuando en mi propio nombre y derecho y en el de mi hijo [____], nacido el día [____] en [____], en virtud de los derechos de acceso a la información y documentación reconocidos en la Ley General de Sanidad y artículo 18 y concordantes de la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, solicito copia íntegra de mi historia clínica y la de mi [hijo/hija] , legible, ordenada cronológicamente y foliada. 

Según prevé la citada ley en su Artículo 3, la Historia Clínica es “el conjunto de documentos que contienen los datos, valoraciones e informaciones de cualquier índole sobre la situación y la evolución clínica de un paciente a lo largo del proceso asistencial.” La copia deberá contener todos los documentos que se relacionan en el artículo 15 de la misma ley.  Por todo lo anterior,

SOLICITO

a) La documentación relativa a la hoja clínico-estadística.
b) La autorización e informes de ingreso.
c) Informes de actuaciones de urgencia.
d) La anamnesis y la exploración física.
e) La evolución.
f) Las órdenes médicas.
g) La hoja de interconsulta.
h) Los informes de exploraciones complementarias,
i) El consentimiento informado,
j) El informe de anestesia.
k) El informe de quirófano o de registro del parto.
I) El informe de anatomía patológica,
m) La evolución y planificación de cuidados de enfermería.
n) La aplicación terapéutica de enfermería,
ñ) El gráfico de constantes
o) El informe clínico de alta.
Los párrafos b), c), i), j), k), I), n) y o) solo cuando se trate de procesos de hospitalización o procesos asimilados.
Informe del departamento de informática y archivo de historias clínicas de los diferentes accesos que se hayan producido en los mencionados documentos, haciendo especial mención a la eliminación o modificación de alguna entrada o registro. 

Todos los datos que puedan extraerse del sistema informático, incluido prescripción de medicamentos, por fecha, diagnósticos realizados, etc.
En caso de no constar algún documento por algún motivo específico, deberá mencionarse expresamente las causas.
Igualmente, deberá identificarse con nombre, apellidos y categoría profesional a todas y cada una de las personas intervinientes en los procesos asistenciales (médicos, comadronas, enfermeras, residentes, pediatras y neonatólogos...). 
Les recuerdo que la falsificación, ocultación, manipulación o elaboración a posteriori de informes o documentación clínica está castigada penalmente.
Adjunto a la presente copia de mi D.N.I.
Atentamente,
[Firma][Nombre y apellidos]
D.N.I.


Gracias, Fran, por permitirnos compartir este documento que, estoy segura, ayudará a más de una familia.

Os recuerdo, queridas y queridos, que el hospital tiene treinta días para entregaros la historia. En sucesivas entradas os contaré qué pasa si os la dan incompleta (que suele pasar).

Y ahora, me marcho a estirarme lánguidamente en mi sofá.

Lady Vaga,
la diva que divaga.

* Para saber más:  www.franciscafernandezguillen.com

jueves, 22 de diciembre de 2011

Tocando los bajos del jefe de servicio

Queridas y queridos, es un motivo de gozo y satisfacción (interrupti, puesto que aún no puedo comunicaros el desenlace y sí el inicio de mis gestiones) comunicaros que ya hemos denunciado ante la Agencia Española de Protección de Datos la renuencia del Hotel Espe a entregarme copia de mi historia clínica.

El propio jefe de servicio me decía en su misiva estival, como podéis leer aquí, que él mismo había dado orden a sus esbirros de que me fuese entregada sin más dilación, pero quienes me seguís, queridas y queridos, sabéis que periódica y sistemáticamente intentan colarme lo mismo: las analíticas y el informe de alta de urgencias. Faltan, por tanto, datos a cascoporro y por ahí no paso, no, señores.

Espero, por tanto, que la AEPD le dé un buen tirón de orejas al departamento responsable de esconder mi historia clínica en el fondo del armario de las sábanas viejas y, ya de paso, que se entere el jefe de servicio y se le indigeste el café, por bichejo y por soberbio. Que, por si él no se había leído esa parte de la ley, yo tengo derecho a mis informes se ponga como se ponga y él no es nadie para decirles a los de Atención al Paciente que me den unas analíticas birriosas y un informe más escueto que los tangas de Aramís Fuster.

Otra cosa será cuando me llegue la colección de papeles y aquello se entienda menos que el Manuscrito Voynich, pero para eso ya me prepararé con un selecto equipo de criptógrafos que aún andan dándose de narices con el tachón misterioso de mi historial en Hotel Stanley.

martes, 20 de diciembre de 2011

Hace un año, por estas fechas...

... El pequeño U-6 se preparaba para alojarse en el acogedor chalé intrauterino que le reservaba su mamá.

Queridas y queridos, hace un año, por estas fechas, había tenido la que ha sido y es mi última regla hasta la fecha y Lord Muchomacho y yo nos afanábamos en encargar un hermanito para O.G.

Hace un año, por estas fechas, fue concebido U-6. No me preguntéis la fecha exacta porque fue una época de gran actividad y una no estaba para llevar la cuenta de los actos cometidos. Además, que esas indiscreciones no os las cuento yo, que soy una dama.

Hace un año, por estas fechas, redacté mi Plan de Parto Subversivo. Me sentía llena de energía, había recibido un chute de ganas de hacer cosas en la asamblea de El Parto es Nuestro y tenía la necesidad de expresar mi rechazo hacia un sistema que no me satisfacía como usuaria y que se obstinaba en dejarme al margen de mis propios procesos sexuales y reproductivos.

Hace un año, por estas fechas, yo aún no era Lady Vaga oficialmente, pero ya apuntaba maneras. Quién iba a decirme a mí que mi segundo embarazo dejaría salir lo mejor y lo peor de mi persona, a chorros y organizando un espectáculo de insospechadas proporciones...

La vida te da sorpresas, decía la canción.

Besos retrospectivos,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Y otra vez a vueltas con el jefe de servicio...

Queridas, queridos, esta entrada la escribí el diez de septiembre, antes de nacer U-6, pero no quise publicarla por si ello perjudicaba a la protagonista de la historia. Hace unos días, revisando los borradores, la encontré y escribí a mi amiga para pedirle su permiso para publicarla. Contando con su aprobación, procedo, por tanto, a daros a conocer un despropósito más de nuestro querido Jefe de Servicio (ya lo pongo en mayúsculas porque es que el hombre se está ganando un lugar en mi páncreas a fuerza de cariño). En primer lugar, está el texto que escribí en septiembre. A continuación, las aclaraciones que mi amiga ha considerado oportuno hacer para corregir detalles que yo no tenía claros en su día.

Estoy empezando a cabrearme en serio. Lo de este hombre, queridas y queridos, no es normal; por ahora, no puedo daros más detalles, pero os diré que una buena amiga ha tenido hace un par de días su segundo parto en casa y ha sido una experiencia maravillosa para ella y su familia.

Por un problema en el posparto inmediato, mi amiga ha tenido que trasladarse al Hotel Espe, donde la han legrado. Ahora descansa en su habitación y espera el momento del alta.

Hasta aquí, bien, ¿no? Quiero decir, que el problema lo habría tenido independientemente de quién y dónde la atendiese (otra cosa es si esa persona hizo bien su trabajo o podría haberse dado cuenta antes de la cuestión; en casa, fue revisada por dos personas diferentes, comadronas profesionales y experimentadas, que no observaron nada fuera de lo normal), fuese en casa, en un hospital o en una estación espacial.

Lo que yo no entiendo, queridas y queridos, es con qué autoridad, moral, médica o religiosa, el señor jefe de servicio traspasa el quicio de la puerta de la sala de reanimación para decir a esta mujer, que ha tomado sus decisiones con plena conciencia y plena consciencia, que si niños tontitos, chamizos en África, doble de muertes infantiles en Holanda que en España y la madre que parió a quinientos de una sentada. Es que ni esperó el muy golfo a que mi amiga tuviese habitación...

No, doctor, no. Eso no es educación, no es empatía, no es ser profesional. Esa mujer no necesita que usted la asuste "a toro pasao" ni que le cuente historias de terror de muertes horribles. Necesita reponerse física y mentalmente, descansar y estar con los suyos. Y usted no entra en ese epígrafe, así que hará bien en mantener su batiblanqueada presencia lejos de ella.

En fin, una muestra más del carácter de este señor y otra prueba de que yo no me lo invento. Que tengo ya un pequeño listado de sus actuaciones estelares y no me gustaría tener que engrosarlo nunca más:
  • Durante la cesárea de Lady Rabbit, se dedicó a bromear con el cirujano: "estáte por la faena, que cortas al niño, jejejeje". 
  • Cuando Lady Rabbit envió su plan de parto PVDC, la llamó para amenazarla con invitar a un juez al parto si insistía en su irresponsable intento de parir por el orificio que natura destina a tal efecto.
  • Estando yo ingresada en marzo, intentó achantarme a instancias de la doctora Fistra. Menudo Dúo Dinámico que forman estos dos, en mallas me gustaría verles...
  • Cuando pedí mi historia clínica, me llama para citarme en Alto Riesgo, a lo cual me niego.
  • Le mando mi plan de parto, intenta citarme y al negarme me manda una carta recordándome que parir por abajo es de alto riesgo porque tengo una cicatriz en el útero y que la vía es obligatoria (creo que hasta al que va a leer el contador del agua se la ponen, sí).
  • Ahora se dedica a masacrar mentalmente a una mujer que acaba de pasar por un legrado. Estará orgulloso, doctorcito, así ya se puede, ya.
Así que concluyo afianzándome en mi opinión: este señor esgrime maneras de matoncete de patio de colegio o de señor feudal  pasado de moda. Me da mucho asco y mucha grimica. Espero que mi querido Íñigo Montoya se le aparezca en sueños y le clave la espada en algún agujero de los que usted tiene ya hechos de serie, señor doctor, pero sin acritud.

Se despide cabreada de narices,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

Y este es el comentario de mi amiga a esta entrada:

"Aclaro algo que me preguntaste en su día y no se si te contesté: Lo raro de mi caso es que, después de sacarme la placenta, el útero volvió a su sitio perfectamnete y dejé de sangrar... lo normal, vaya... a las cuatro horas, empecé de nuevo. Vino la matrona, me sacó otro coágulo y de nuevo todo volvió a su sitio y dejé de sangrar... al rato igual. Como no se lo explicaban, bajamos al hospital. En el hospital tampoco se lo explicaban, porque el útero estaba bien y en ecografía se veía todo perfecto.

Fue a raíz de que me metieron la mano hasta la campanilla que encontraron un resto de placenta muy cerquita del cuello... (eso se había visto en mi primer sangrado y la doctora me dijo que debían revisarme eso siempre que fuese a ecografías... cuando yo lo comentaba, no me hacían ni caso y me decían que la placenta estaba bien arriba... que no había problema...

Pero lo había: como mi placenta era aberrante y tenía muchas "partes" una de ellas siguió bien abajito, a pesar de que la mayor parte estaba bien arriba... ¿me explico?

Otra aclaración: nuestro querido doctor no entró a la habitación, no señor, no tuvo ni la compostura de esperar... entró a las 6:30 a reanimación a echarme la peta, cuando yo había entrado ahí a las dos o tres de la mañana... recién parida y sin dormir... qué minimo que haber esperado a tener habitación, ¿no? Ah, que es que a lo mejor, como soy tan loca y tan jipi, pedía directamente el alta voluntaria y entonces estaría lejos de sus tentáculos..."


Queridas y queridos, como diría mi madre, que es muy del refranero español: a buen entendedor, pocas palabras bastan.
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