Así que me han dejado con tres palmos de narices, ¡yo que me había puesto en modo Lady para epatar en la conversación telefónica con la oscura esperanza de que me llamase el jefe de servicio! No os extrañéis, no sería tan raro, puesto que ya lo hizo con Lady Rabbit. Claro que esa loca tuvo la osadía de presentarle un Plan de Parto Vaginal Después de Cesárea, es que va provocando, la tía... Pero eso es otra historia que ya os contará ella personalmente un día, o yo si me da su permiso y un guion (qué raro se me hace escribirlo sin tilde, a veces la RAE me trae por la calle de la amargura, de verdad os digo).
Espero que seáis capaces de superar este disgusto y la tremenda frustración de no ver colmadas vuestras expectativas con una nueva y divertida entrega de este preñiculebrón con el que os deleito periódicamente; yo soy la primera decepcionada. Sin embargo, creo que es buena idea aprovechar este paréntesis para reflexionar y poner en claro algunos puntos, con vuestra inestimable ayuda.
Muchas de vosotras estáis de acuerdo con Lord Muchomacho en que esta llamada intempestiva viene a raíz de la solicitud de historia clínica que había cursado recientemente. Creo que vais muy bien encaminadas: mi Lord, que tiene alma de espía, ha estado mirando en Correos y, mira tú por dónde, la cartita les llegó ayer martes, suponemos que por la mañana; a las seis de la tarde ya estaban llamando, los tíos espabilados... ¡Qué cosas! ¿Casualidad o causalidad? Juzguen por ustedes mismos, señoras y señores.
Bueno. Anyway. La genial autora de La Teta y Más (nena, no te he incluido aún en el blogroll, pero ese despiste lo subsano yo en menos que se persigna un cura loco, que yo seré Vaga pero los dedos aún los manejo con soltura) me ha propuesto poner una encuesta en la que todos podáis votar por la opción que más correcta os parezca respecto a este nuevo contratiempo. Así que yo, obediente como soy, os doy seis ideas (podéis votar por más de una si queréis) y a ver qué me contáis. A continuación os las comento un poco para que entendáis el porqué de cada una; pero antes de decidiros, pensad que yo me debato entre dos posibilidades: tocarles las bowlings todo lo posible, porque yo soy así y porque se lo han ganado a pulso (y a tacto), en plan "por mí, por todas mis compañeras y por mí primera", que ya estoy harta de que consideren que una mujer embarazada es un ser sumiso y medio imbécil sin capacidad no ya de decidir, sino de preguntar siquiera; o pasar olímpicamente de ellos, no vaya a ser que dediquen la consulta a intentar asustarme con terribles consecuencias si no sigo viéndoles en la frecuencia y horario que a ellos mejor les venga.
- No vayas, nena, pasa y que les den. Esto es lo primero que me pasó por la cabeza cuando recibí la llamada, pero en el fondo me pica la curiosidad. Y sé que a vosotros también, ¡que os encanta el despelleje!
- Di que estás de parto y, a la que se asomen a mirar, ¡patada voladora! Ya molaría, ¿eh? Me espatarro y, según acerquen el melón, ¡zas! En toda la jeta...
- Graba toda la conversación sin decirles nada y luego nos la transcribes para descojonarnos un rato. Sugerencia de Lord Muchomacho, que insiste en que mi pasado periodístico me legitima para este tipo de acciones.
- Ponles la grabadora encima de la mesa, a ver si siguen teniendo esas gordas pelotas sabiendo que les están grabando. Y luego nos la transcribes para descojonarnos un rato. Variante propuesta por mí misma que iría acompañada de cuadernito para no dejarnos ni un detalle, claro está.
- No vayas a menos que te den un informe por escrito antes. Fue lo que le dije a la chica del teléfono y creo que es uno de los motivos por los que no me han llamado, seguramente estarán pensando "joder, qué pesada es esta tía, ¿es que no dejará de pedir nunca?"
- Vete en plan sumisa, que a las respondonas les tactan con las uñas largas y sin guantes. Esta es la opción "asústate, bájate las bragas y pon el culito, que te está bien empleado todo lo que te pase por chulita". Es verdad que un poco chulita sí que soy, pero eso no justifica el coñazo que me están dando, nenas, ¿o es que no tienen más pacientes y con más paciencia que yo para darles la barrila?
Besos incrédulos,
Lady Vaga.