SOY UNA TETALIBANA
Sí, queridas y queridos. No os quedéis patiabiertos y
boquidifusos, pasmaditos y confusos (¡qué bien se me da el arte del ripio!),
pues estoy segura de que ya os lo figurábais e intuíais de qué pie cojeo aunque
me calce los Choo con estilo felino.
Soy una tetalibana, sí. No tengo pudor alguno en denominarme
a mí misma así para abreviar y para reírme un rato de quienes osan llamarnos
“talibanas de la teta”. No sé qué imbécil inventó esa denominación que en su
casa considerarán harto ingeniosa sus padres, poco objetivos como a su calidad
de amantes progenitores corresponde, pero a mí no me ofende en absoluto, la
hago mía y le doy la vuelta.
¿Por qué soy una tetalibana? Porque reconozco, donde sea y
cuando sea, no solo que la lactancia materna es el mejor alimento para un bebé,
sino que la fórmula, sencillamente, no lo es. No basta con decir que la teta es
mejor; es que la leche artificial es bastante peor.
Porque admito, y los estudios lo avalan, que la leche
artificial comporta riesgos serios para la salud del bebé. Y esto se lo digo en
la calle a quien se ponga chulito sin despeinarme mi flequillo estilo Audrey.
Porque no entiendo que una mujer bien informada pueda preferir,
teniendo capacidad de elegir, dar a su hijo chopped bien cobrado cuando tiene
jamón ibérico gratis. Ojo: nada tiene esto que ver con las mujeres que, habiéndolo intentado, se han encontrado con un impedimento imposible de salvar. Para estos casos se creó la leche artificial y, como las cesáreas necesarias, bienvenida sea.
Porque me hace mucha gracia que, siempre que alguien
defiende la lactancia materna, llegue una súper-respetuosa chachiguay a decir
que tan buena es una cosa como la otra y que hay que respetar todo. No, mira,
reina, yo no critico lo que tú haces con tus tetas y tus botes, pero tú no me
cuentes milongas. Si das leche artificial por “x” razones, es TU problema (y el
de tu hijo), TU decisión y TU vida, pero no me vengas con chorradas porque no
cuela. No te justifiques, nadie te lo ha pedido.
Aparte de todas estas razones y otras tantas que no me
apetece enumerar ahora mismo, porque acabo de hacerme las uñas y no quiero que
se me estresen las cutículas, me gustaría reiterar que a mí me da exactamente
igual lo que haga cada una con sus pechitos, cachetes y ombligos. Es cierto que
me da pena por los bebés, que se pierden el mejor alimento del mundo, y por las
madres que dejan de vivir una experiencia realmente increíble, pero oye, cada
uno lleva su camino y arrieritos serán ellos, que yo soy una dama. Así que no
empecemos con lo de siempre, que si la Vaga dice que las de biberón son no sé
qué y que sus tetas (de la Vaga) son más antigravitatorias que las del resto porque, aunque
esto último sea verdad, de mi boca no ha salido ni de mis yemitas tampoco.
Y para honraros, queridas y queridos, por llegar al final de
esta perorata y en colaboración con la genial y siempre acertada Sarai Llamas, vamos
a celebrar un sorteo y alguno de
vosotros se llevará esta preciosa lámina reivindicativo-festiva-espectacular.
Impresión digital de altísima calidad de la ilustración original de Sarai Llamas en papel de 220gr satinado opaco, resistente a la luz y al agua. Tamaño A4: 21 x 29,7 cm. |
Cómo
gozáis, ¿eh?, solo de imaginarlo.
No nos deis las gracias, somos así de espléndidas. Sobre todo Sarai, que es la autora y única artífice de esta preciosidad.
Para participar, solo tenéis que dejar un comentario en esta entrada y haceros seguidores, fans, esbirros, acólitos o admiradores en las páginas de Lady Vaga y Sarai Llamas en facebook. El domingo a medianoche (hora peninsular) le diré a Ambrosio que corte el grifo y chape el chiringo, así que espabilad, que lo bueno acaba pronto. No olvidéis dejar una dirección de e-mail para contactar con vosotros en caso de resultar ganadores (podéis mandarla a mi correo electrónico si no queréis publicarla en abierto).
Y con esto y un bizcocho de mantequilla recién horneado (gracias, Ambrosio, está usted en todo), me despido hasta el lunes, fecha en que os comunicaremos quién es el afortunado ganador. Ganas me dan de hacer un tongo para que me toque a mí, pero soy una mujer honesta, no como otras que pululan por ahí...
Besos de la suerte,
Lady Vaga,
la diva que divaga.