viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Te hicieron la Kristeller? ¡Cuéntalo!

Lo sé, queridas y queridos. Las consultas por depresión se han multiplicado en los consultorios médicos de nuestras Espéins y Olé desde que no actualizo el blog con chicha fresca y jugosa con puntualidad rigurosa. El Prozac se vende como churros y proliferan, asimismo, los sustitutos caseros entre mis fans más partidarios de lo natural, con remedios como el lingotazo antes de dormir y la anestesia instantánea a base de impactos de sartén bien calculados.

No tengo perdón de Dior, cierto es, pero ¿qué se puede esperar de una diva como la que escribe y suscribe? El tiempo es limitado y en mi interior vive, atrapada en el inmenso vestidor de mi alma, una persona seria que contribuye cuando nadie la ve a cambiar la terrible realidad de la obstetricia en nuestro país.

Así que, queridas y queridos, me vais a permitir que hoy acuda a vosotros para hacer un llamamiento al que sé que responderéis, so pena de sufrir la indiferencia de vuestra adorada Lady Vaga.

Este es uno de esos casos en los que, si la mujer le lanza a la
matrona una patada voladora seguida de una docena de collejas,
el juez falla a favor de la mujer, la indulta, le manda flores y le
concede la Medalla al Honor de la Logia Antimatrosáurica.
Desde El Parto es Nuestro se ha puesto en marcha una campaña para visibilizar la maniobra de Kristeller. Sí, esa ayudita tan simpática que consiste en que la matrona más corpulenta del hospital se te sube encima de la tripa para que tu bebé salga disparado como si estuviesen espachurrando un tubo de pasta de dientes, ¿os suena? Bueno, diré para hacer honor a la verdad que sé de al menos dos partos domiciliarios en los cuales también se aplicó. Que no por parir en tu casita estás ya a salvo de los cafres que pululan por estos mundos.

Pero divago, divago. Se están recopilando testimonios (anónimos, si lo deseáis) de mujeres a las que se realizó la maniobra de Kristeller en sus partos (y puntualizo porque seguro que hay por ahí alguna despistada que escribe para decir que a ella se la hacen cada mañana en el Metro en hora punta y sin estar embarazada), así que si queréis contribuir a tan noble causa, podéis enviar vuestra historia a esta dirección de correo electrónico.

Por hoy esto es todo, queridas y queridos. Tengo pendientes algunas entradas y unas cuantas colaboraciones estelares que sé que apreciaréis como mi ingenio merece, pero ahora tengo que preparar la merienda para un señor(ito) muy exigente que no tiene ninguna intención de esperar más.

Besos con morrete de chocolate,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 9 de octubre de 2012

Cada vez que una mujer pare en el agua, Dios mata a un ginesaurio

Queridas, queridos, andaba yo centrada en mis cosas (que, aunque no lo parezca, las divas virtuales tenemos también una vida aparte del teclado y es ajetreadísima, pues entre estrenos de cine, inauguraciones de tiendas exclusivas y cenas con afamados cineastas se nos van un tiempín, un capitalito y un esfuerzo para aparecer siempre conjuntadas y monísimas sin repetir modelazo) cuando mi súper oído adornado de esmeraldas detectó un clamor popular que suplicaba: "¡Oh, Vaga, vuelve, no nos dejes así!", "¿No oyes nuestras plegarias, Lady?", "¡Lady, como no me hagas caso me tiro, me tiro... de los pelos del...!"

Ni que decir tiene que rauda y veloz desconecté el súper oído para no escuchar ordinarieces y después reflexioné y me di cuenta de que, en efecto, os tengo muy abandonados, queridas y queridos. Así que, para vuestro goce y placer extremos, me he calzado los taconazos de mandar, he afilado el lápiz rosa chicle hasta conseguir una punta capaz de competir con el mejor bisturí eléctrico del mercado y me he puesto uñas a la obra. Y para ello he seleccionado una perla que tenía pendiente desde hace más de un mes, a saber: la entrevista realizada (no tan) recientemente por La Opinión de Zamora al jefe de servicio de Ginecología de La Paz, en la cual, aunque no salió a la luz en su día, estuve presente, discreta como soy, para hacer ver al periodista la realidad de la atención al parto en nuestro país. ¿Que por qué no publicaron mi testimonio? Los medios, los medios que siempre manipulan... Pero aquí tenéis, para vuestros ojitos ansiosos y sedientos de amor vaguete, la verdad-verdadera. En negrita, las preguntas del entrevistador y en rosa chicle mis fantásticas aportaciones.

Tomad y gozad todos con él, pues este es verbo de la Vaga, que será verborreado por doquier para perdón de los ginesaurios.
Jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia de La Paz, catedrático. Premio Tierras de Zamora, como embajador de la provincia
Antonio González González

«Cuando oigo lo del parto en el agua se me ponen los pelos de punta»

«Pasamos de una filosofía mecanicista al método científico y la mortalidad infantil se redujo»




El doctor Antonio González, en su despacho.
Gensanta, lo que se parece usted al Estivill, doctor...
Qué sustico da, ¿no ha pensado en hacerse la cirugía estética?
CARLOS GIL
El prestigioso médico de Casaseca de las Chanas Antonio González González, jefe de Ginecología de La Paz, ha recibido «con una gran satisfacción» la noticia de su designación como acreedor del premio Tierras de Zamora como embajador de la provincia. «Ha sido un momento de gran satisfacción, una cosa inesperada que me ha llenado de alegría, y estoy encantado». González sigue muy vinculado a su tierra, y de hecho, a pesar de llevar 47 años viviendo en Madrid, «voy todos los meses a mi pueblo». 
Nos recibe en su despacho lleno de tochos antiquísimos llenos de polvo, ejemplares del Diario Médico sin desprecintar y flamencas de esas que se ponían encima de los televisores antiguos, acompañado de una despampanante mujer impecablemente vestida y calzada que se presenta a sí misma como Lady Vaga y bajo cuyo subyugante encanto caemos inmediatamente rendidos redactor y fotógrafo. Mientras intentamos recobrar un poco de autocontrol, iniciamos la entrevista.

-¿De dónde le vino la vocación médica?

-Estuve trabajando de voluntario en el hospital de Zamora y entre eso y el médico del pueblo me nació la vocación y me fui a estudiar medicina a lo más cercano y barato, que era Salamanca. Cuando terminé la carrera coincidió que se abrió La Paz en Madrid y me fui directamente y aquí llevo 47 años.

-Doctor, cuente la verdad: cuando había pinchado todos los traseros zamoranos, descubrió que con un título podría también rajar chichis y se vino a Madrid en un tren cargado de vacas a esperar la inauguración del hospital. De hecho, usted ya estaba en el solar aguardando a que echasen los cimientos, abrecartas en mano a falta de bisturí para empezar a cortar todo lo que se le pusiese por delante.

-La Paz era un hospital de mucho prestigio, desde su apertura.

-Fue en el año 1965. Nació como una maternidad especial, modelo, inauguraba un ciclo hospitalario en España nunca visto, y a partir de ahí fueron surgiendo centros con la misma filosofía en otros puntos de España. Desde entonces se desarrolló la medicina socializada.

-La medicina socializada quiere decir que mientras te hacen una cesárea o te cortan el chumino hasta el tercer ojo, los sanitarios socializan entre sí, charlando acerca del tiempo, del último partido Barça-Madrid o de quién tiene la mejor receta para las lentejas a la jardinera. También hay quien dice que este término proviene de la excelente disposición de ciertos ginesaurios -en este punto, la hermosa Lady Vaga carraspea delicadamente- a rajar a las mujeres independientemente de su clase social.

-¿Qué novedad aportó La Paz?

-Fue una forma de atender el parto, integrada, segura, razonable, aséptica, científica, y sobre todo aportó una enorme seguridad, tanto a la madre como a los hijos. Los bebés entonces tenían una mortalidad bastante más alta de la de ahora y se empezó a practicar una medicina excelente que se reflejó en el descenso de la morbilidad y mortalidad fetales. Pasamos de veinte muertos por mil nacidos a tres que estamos ahora, prácticamente irreducible ya. También la mortalidad materna disminuyó.


-Todo el mundo sabe que, antes de inaugurarse La Paz, los partos los atendían comadronas desintegradas, inseguras, nada razonables, marranas y que se encomendaban a la Virgen de Regla ante cualquier complicación. 

-¿De dónde le vino la vocación por la ginecología y obstetricia?

-Nunca sabe uno, pero me impactó la forma de trabajar que tenía el doctor Castaño Almendral en el hospital de Zamora, un ginecólogo de gran prestigio. Yo entonces era un chaval, él venía de Alemania y era un hombre científico, que hizo grandes aportaciones prácticas, tenía una visión globalizada, más allá del localismo de una ciudad de provincias.

-Y ya sabemos -interviene la diva, haciendo bailar su zapato en la punta de su pie- que todo lo que venga de Alemania es siempre buenísimo, y si no mirad a los fantásticos Kohl y Merkel que tantas alegrías nos han traído a los españoles. 

-¿Qué opina de la vuelta a los partos más naturales?

-La historia es así, tiene sus ciclos. Conseguimos mucho pasando del parto atendido por una filosofía mecanicista y muy practicona a implantar los conocimientos científicos y la técnica, con lo cual logramos unos resultados espectaculares. Es posible que una vez que se logra lo básico y lo imprescindible que nos hubiéramos pasado desde el punto de vista técnico, con tanto catéter, tanto cable, tanta dirección del parto, pero naturalmente hay que tener en cuenta que la obstetricia va bien cuando va bien.

-Ya, doctor, y la economía va bien cuando va bien y bien está lo que bien acaba, pero esto último que ha dicho es una tautología de primero de Lógica... "La obstetricia va bien cuando va bien", me recuerda usted a Aznar cuando era presidente. Es evidente que se han pasado desde el punto de vista técnico y se han quedado muy cortos desde el punto de vista de la empatía y el respeto.

-Y en cualquier momento puede aparecer una nube negra que da al traste con todo lo que uno ha hecho.

-No me salga con eso de que un parto se puede torcer en cualquier momento como si fuese una ruleta rusa, doc... Que se le ve venir...

-Estoy a favor de que la intervención médica sea la mínima posible, pero la seguridad que dan los métodos diagnósticos y terapéuticos yo no la puedo olvidar. Y cuando oigo esas cosas del parto en el agua o mínimamente invasivo, si le digo la verdad, me ponen los pelos de punta.

-En eso le doy la razón, a mí con la humedad también se me encrespa el alisado japonés, luego le doy mi marca de serum antiencrespamiento para que se le quite a usted esa pinta de gañán mascagarbanzos que tiene, no se preocupe. Me surge una duda, doctor, ¿entonces, qué le va a usted, el parto "razonablemente invasivo"? ¿O cómo es eso?- Lady Vaga saca de su bolso de Chanel unas espectaculares gafas súper a la moda que le dan un aire todavía más intelectual y se las coloca para examinar atentamente a un doctor cada vez más nervioso.

-Cada uno puede hacer con su vida lo que quiera, pero la seguridad en medicina más que una aspiración es un derecho que muchas veces queda un poco desdibujado con tanta naturalidad.

-El problema es que a nosotras muchas veces no nos dejan hacer lo que queramos y nos intervienen sin necesidad y sin nuestro permiso. ¿O me va a decir usted que siempre ha pedido consentimiento y ha informado antes de hacer una episiotomía?

A la naturaleza hay que dejarla mientras va bien, pero para eso estamos los médicos, para corregirla cuando va mal.

-Pero solo cuando va mal, doc. El problema es que ustedes convierten en patológicos partos que podrían haber ido divinamente si nadie hubiese metido los deditos en vagina ajena...

-A nadie se le ocurre decir ahora que lo más natural en una apendicitis sea dejarla evolucionar de forma natural, hay que operarle.

-Rediez -Lady Vaga utiliza una expresión anticuada en un intento de darse a entender por el vetusto doctor-, es que una apendicitis es un  problema que hay que operar, pero un parto es un acto fisiológico en tanto no se demuestre lo contrario. Esa comparación la tienen tan trillada en su gremio que incluso en un blog de por ahí se habló de ella en su día...

-Pero una vuelta de cordón, un niño que sufre, un parto largo, lento, prolongado, difícil, hemorrágico, hay que estar ahí. Y los métodos científicos y técnicos nos ayudan mucho a tomar decisiones en el momento oportuno.

-Esta oración que usted ha construido, en cuanto a su forma, es un completo anacoluto. Por favor, repase las normas básicas de gramática y sintaxis. Respecto al contenido, vamos por partes: una vuelta de cordón la puede quitar una comadrona, que para eso están. Si el bebé sufre y las pruebas pertinentes lo confirman, intervengan sin dilación, por favor. Si el parto es lento o se prolonga pero la mujer y el bebé están en perfectas condiciones, métase sus cacharritos por donde desagua. Y si hay una hemorragia, claro, para eso están ustedes.

- Un catarro lo mejor es que se cure solo, pero no una neumonía. Con los partos pasa algo parecido. Han asistido partos un taxista, un bombero, un practicante, pero son los fáciles; si no hubiera nadie también nacía vivo el niño. Pero de eso a pretender que el parto sea siempre por la vía natural y sin intervención ninguna, no estoy a favor.

- Eso es verdad, en la gran mayoría de casos el niño nacería sin que nadie le "ayudase". Y añado que además lo haría en perfectas condiciones. Para los partos que usted llama "fáciles", la profesional cualificada es la comadrona. Y eso de los practicantes, ¿sigue existiendo? En cuanto al catarro, si descubre usted la cura, se forra, a día de hoy no existe...
Lo de que el parto sea siempre por la vía natural y sin intervención ninguna lo ha dicho usted, que se está montando una película digna de Stallone. A ver si le queda claro: las mujeres queremos que nuestros hijos nazcan sanos preservando en lo posible nuestros cuerpos serranos, así que el parto debería ser por la vía natural y sin intervención siempre que no haya problemas. Cuando los haya, queremos que ustedes intervengan, primero informando, después pidiendo permiso y en último lugar actuando, pero lo mínimo necesario. Nada de fliparse haciendo una cesárea a la mínima de cambio.


-¿Se abusa de la cesárea?

-Es una técnica que ha ido escalando puestos a medida que la sociedad ha demandado más seguridad.

-Perdone, ¿está usted de guasa? ¿Me va a decir que para la madre no es más peligrosa una cesárea? -Lady Vaga se ajusta las gafas con expresión de incredulidad.

-La seguridad total no existe ni el riesgo cero tampoco, pero qué duda cabe que la cesárea ha salvado muchísimas vidas, tanto a las madres como a sus hijos. Quizá en algunos aspectos nos hayamos pasado un poco en el porcentaje de cesáreas, pero esto ha ocurrido por un excesivo celo, comprensible, para que no ocurra ninguna desgracia. Hay clínicas privadas, por ejemplo, que no tienen los medios técnicos para esperar y entre hacer la cesárea y que pueda pasar lo peor, se opta por lo primero. Yo estoy a favor de la cesárea con una indicación clínica y el contra de la cesárea a demanda, solamente porque la mujer lo pida.

- Su desvergüenza, entrañable vejestorio, me sonroja y anonada. Claro que la cesárea ha salvado muchas vidas, pero también ha dejado secuelas de por vida a madres e hijos y no siempre la relación riesgo-beneficio jugaba en favor de la cirugía. "Quizá en algunos aspectos nos hayamos pasado un poco", "excesivo celo", "comprensible"... ¿Cómo puede echarle tanta cara? ¿Y qué hay de las cesáreas programadas para no perderse el médico una cena de Nochebuena, de las que se hacen simplemente porque hay que limpiar los paritorios para el turno siguiente o de las que se practican por miedo a una hipotética demanda? ¿Fuma usted sustancias ilegales? Y un día estaría bien que nos contase cuáles son, para usted, las indicaciones clínicas...
Eso sí, en contra de la "cesárea a demanda". Si la mujer la pide, eso no vale. Me reservo mi opinión al respecto, pero me parece a mí que lo que a usted le jeringa es que la mujer pida, en general. Seguro que le piden una episiotomía y solo por joder ya no se la hace, que para chulo-chulo usted, ¿eh, doc?


Ante la creciente crispación en el ambiente, improvisamos un cambio de tema.
-¿Qué opina de la epidural?

-Estoy satisfechísimo de implantarla en La Paz a todas las mujeres tanto por la mañana como por la tarde, los diarios y festivos y en vacaciones. Para las mujeres es un alivio extraordinario. Es toda la lucha por combatir el dolor que tiene la historia de la medicina, pero sobre todo en la obstetricia. Porque bajo la sentencia bíblica de «parirás con dolor», la obstetricia era un dolor que se ha podido quitar. Y como la historia es un ciclo, ahora algunas mujeres, que no pasan del dos o tres por ciento, solicitan que no se les ponga epidural. Respeto muchísimo esta opinión, pero hay que advertirles de que a veces el parto duele mucho, y el umbral del dolor no lo tenemos todos en la misma altura, unos resistimos más que otros. Y hay mujeres que inicialmente no quieren epidural y luego la piden ellas mismas.

- De hecho, La Paz se llama así por la paz y quietud que se respiran en el ambiente gracias a que todas las mujeres están tumbaditas en sus camas, hasta la glotis de epidurales y bien calladitas, ¡así sí que se trabaja bien! No deje de advertir, imparcial redactor, la velada alusió a las "locas que paren a pelo" y la extensa sabiduría del doctor, que ha parido muuuuuchas veces, acerca del dolor del parto. Él fijo que resiste un montón, nadie lo duda...

-Cada vez nacen menos niños con malformaciones porque se puede interrumpir el embarazo. Ahora la nueva ley del aborto va a impedir este supuesto. ¿Ha habido excesos?

-Posiblemente. El aborto eugenésico en principio estaba reservado para grandes malformaciones, problemas incompatibles con la vida o que traían un lastre, complicaciones y consecuencias muy graves para el recién nacido. Y las interrupciones estaban en parte justificadas. Las alteraciones psíquicas del embarazo, sin ninguna alteración materna o fetal también incrementaron las cifras de abortos legales. Y ahora el Gobierno trata de restringir las indicaciones legales de la interrupción del embarazo. Los ginecólogos, como todo el mundo, amamos la vida y nos duele mucho lo del aborto. Pero el aborto eugenésico, en ciertas situaciones de malformaciones graves incompatibles con la vida está justificado.

-¿Por qué han aumentado los partos prematuros?

-Es uno de los problemas graves que tenemos en todo el mundo, sobre todo en los países hiperdesarrollados; hace unos años estábamos en un cinco por ciento y ahora en un once. Las causas son múltiples, entre ellas el estrés laboral o social. A veces nosotros los provocamos para salvar la vida de aquellos bebés que no habiendo llegado a la semana 37 están en situación difícil. Ahora la supervivencia de recién nacidos que nacen con mil gramos, hemos avanzado una enormidad, está alrededor del 95% y tenemos niños que sobreviven con 500 gramos, no siempre exentos de alguna complicación.

-¿Y los embarazos múltiples, también son un problema?


-Los embarazos múltiples son como una plaga. Las técnicas de reproducción asistida han disparado los partos múltiples.

-Una plaga terrible de bíblicas proporciones, propongo que les fumiguen el chichi con insecticida a todas las mujeres que osen someterse a técnicas de reproducción asistida.

-Pero sí se reguló que se implantaran menos embriones. ¿No se ha solucionado?

-En parte, pero siguen muchas clínicas implantando dos y tres embriones, cuando en otros países solo se implanta uno. A veces se implantan dos embriones y uno se divide y son tres. No sabemos todavía las razones científicas por las cuales los niños concebidos con técnicas de reproducción asistida se dividen con más frecuencia que los naturales.

-¿Les crea problemas el retraso de la edad de la maternidad?


-Cuando hace años empezaba los partos la edad media de las mujeres era 22 años. Ahora son 32 años. También los abortos y los partos prematuros a medida que avanza la edad son más frecuentes. Muchas mujeres no tienen partos a término porque es gemelar, triple o tienen una edad avanzada. Y por el estrés que supone cualquier tipo de eventualidad.

- Sobre todo el estrés asociado a las eventualidades que se sacan de la manga algunos ginecólogos, lo que Odent llamó "el efecto nocebo del cuidado prenatal"...

- Tenga en cuenta que estas mujeres que no se quedan embarazadas por métodos naturales, sino de reproducción asistida pasan muchos miedos a que se les interrumpa el embarazo o les pase cualquier cosa y ese miedo no es nada bueno. El parto más frecuente es el normal. Pero dentro del once por ciento de partos pretérmino también se encuentran otras patologías: madres hipertensas, diabéticas... También hay más diabéticas a medida que el embarazo es más tardío.

Casaseca de las Chanas (1942)
Con 70 años cumplidos, Antonio González González se jubilará como jefe de Ginecología y Obstetricia del hospital de La Paz (cargo que ocupa desde 1978) y catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid (aunque seguirá como emérito), casi el mismo día en que reciba el galardón como embajador de la provincia, en la convocatoria de Tierras de Zamora. Hijo de maestra y agricultor, estudió en el Claudio Moyano, después la carrera en Salamanca y el destino le llevó a la entonces puntera maternidad de La Paz, donde ha ejercido su labor profesional durante 47 años. Hace algunos años, en 1999, recibió el premio de «Zamorano del mes» de La Opinión-El Correo de Zamora.


Observaréis, queridas y queridos, que vuestra siempre serena Vaga no opina sobre temas como el aborto o la reproducción asistida porque se salen del asunto vertebral de este humilde blog y que, diva como solo ella puede ser, no perdió en ningún momento la compostura ni recurrió al insulto fácil, limitándose al insulto ingenioso. Tampoco figuro en ninguna fotografía, pues me gusta ser sencilla y misteriosa a la par. Ole.

Y ahora, me marcho al parque para que mis hijos se desfoguen como fierecillas en libertad mientras todas las madres se mueren de envidia contemplando lo bien que me enmarcan el culo mis vaqueros nuevos. He dicho.

Es palabra de Lady Vaga,
la diva que divaga.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Domingo culinario

Esta es la tarta que Lady Rabbit me sugiere que haga y va a ser
mi próximo ensayo, pero no prometo nada. Por cierto, si la
hago, tendré el detalle de limpiar el cuchillo entre corte y corte,
que es lo que hacen las reposteras que se esmeran, para que la
foto salga divina de la muerte.
Mi reflexión de este domingo, queridas y queridos, es que, siendo tan dada a rajar de ciertos individuos y a ponerlos a parir, quizá en mi interior habite también una ginesauria... Total, los requisitos ya los cumplo, ¿no?

O será que pienso estas cosas porque llevo demasiado rato ensayando tartas para conmemorar el cumpleaños del jovial U-6 (y el primer aniversario del viaje más salvaje de mi vida) y ya empiezan a fallarme las sinapsis.

Se despide y vuelve a la tarea,
Lagy Vaga,
la diva que cocina los fines de semana.

viernes, 14 de septiembre de 2012

El Cobrador del Ginesaurio

La siempre dulce Miss Sánchez dice que la simpar Lady Rabbit y yo deberíamos dirigir algo juntas y a mí se me ocurre que quizá podríamos crear una ONG que ayudase a los ginesaurios y matrosaurias a expiar sus pecados sin necesidad de contacto físico doloroso (los cilicios dejan marca y los potros de tortura están carísimos en el mercado negro).

Así pues, queridas y queridos, he llegado a la conclusión de que Lady Rabbit y yo deberíamos fundar algo así como "El cobrador del ginesaurio" o "El cobrador de la episiotomía"... No sé, aún tengo que darle forma a eso del nombre, pero ya se me ocurrirá alguno acertadísimo, y si no, recurriré a la afilada Lady Ojazos, madre de la Rabbit y certera creadora de motes, eslóganes y mottos.

Ya imagino las escenas que se vivirían si, detrás de cada ginesaurio, colocásemos un intrépido señor vestido de frac que le afease su conducta...

Cobrador del Ginesaurio saludando gentilmente a su perseguido,
que la educación está ante todo.
- ¿Y dice usted que me perseguirá hasta que me disculpe con todas las mujeres cuyos chichis rajé por irme con prisas a jugar al golf?
- Huy, sí, y también tiene que pedir perdón a todas las que cesareó sin motivo para dejar limpio el paritorio...
- Bueno, menos mal que no ha dicho nada de la oxitocina...
- No se flipe, buen saurio, también he venido a vengar a las mujeres a quienes pinchó para acelerarles el parto por su conveniencia.
- ¡Copón sagrao! No voy a ganar para teléfono...

"Ahora a ver al saurio de guardia y luego al jefe de servicio,
ese que dice que se le mueren las mujeres por respetar sus
planes de parto... Igual podría cambiarle el bisturí por un
bastón de caramelo o incluso de cicuta orgánica..."
¡Qué bonito sería y qué buen indicador de transparencia para evaluar la profesionalidad de un médico! Si lleva detrás a uno o más señores vestidos de frac, malo... Como aquellos médicos chinos a quienes se obligaba a colgar en su puerta un farolillo rojo por cada paciente que se las había espichado bajo sus cuidados...

¿Qué, nos animamos? ¿Abrimos un proceso de selección de candidatos?

Se despide, soñando en su diván,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

Bajo arenas motivacionales...


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Recetas para intoxicar a tu bebé (pero de buen rollo)

Queridas, queridos, ayer os prometí que os copiaría las recetas que una iluminada-new age-brainless ha decidido colgar y luego retirar de internet, apabullada bajo el peso de las aplastantes críticas recibidas por todos los seres humanos portadores de neuronas capaces de hacer sinapsis.

Os hago un pequeño resumen: esta individua publicó en su blog un artículo sobre las diferencias entre la leche materna y la artificial (hasta ahí bien) y luego la cagó dando bombo a la dieta del doctor Jaramillo, un absoluto borrico que recomienda dar a los bebés durante sus primeros seis meses de vida todo tipo de alimentos (incluyendo legumbres, carnes, pescados... Vamos, una joyita el muy ceporro), junto con sus propias recetillas para elaborar bebedizos caseros extraídas de a saber qué manual para desgraciar bebés. Mejor le habría ido dedicándose a destilar licor de bellotas en su sótano... En su mismo blog se la puso a caldo (caldo orgánico, claro) y ella se defendió a gritos y terminó enfadándose sin respirar, borrando todos los comentarios que le llevaban la contraria y, finalmente y para alivio de la gente que piensa por sí misma, la entrada entera.

Yo, Lady Vaga, no puedo tolerar la injusticia cometida contra Alba Padró, excelente asesora de lactancia y gran persona, a quien se tildó de muchas cosas, ninguna de las cuales merecía. Por eso he publicado la entrada anterior y esta.

Dad almendras a vuestros recién nacidos y les saldrán neuronas
hasta en el cielo de la boca, crecerán hasta medir dos metros y
En internet todo queda, y si no queda para eso tenemos el copy-paste (o "copia y pega", que decimos los hispanoparlantes de pro) y, por obra y gracia de esa combinación de teclas tan útil, aquí os dejo las recetas que la simpar e ingeniosa hidalga tuvo a bien compartir con el mundo para que veáis lo loca que está la gente.

Es una pena que haya "desaparecido" el contenido original, porque menudas risas me eché cuando hablaba de que todos los alimentos procesados estaban muertos y carecían de nutrientes. Me imagino que esta sabia mujer será crudívora o, mejor aún, airívora, pues el aire porta todo, hasta los viruses que cogemos en invierno. Aunque quizá sea un organismo tan evolucionado que ha mutado y es capaz de hacer la fotosíntesis... Ojo, las copio para que NADIE, NUNCA, JAMÁS haga algo así a sus hijos. Como me entere yo de que experimentáis con vuestros bebés o con los de otra persona, os arreo con toda la mano abierta (y os recuerdo que ahora uso alianza y os la dejaría marcada en todo el jeto). Respeto, como siempre, ortografía y sintaxis originales, muy a mi pesar.


Alimento súper completo para un recién nacido. Contiene
hígado (proteína a mansalva), pasta (hidratos de carbono) y
brócoli (yerbita de la güena). Si vuestro recién nacido es uno
de esos pusilánimes sin dientes, dadle la sopa Jaramillo para
que se hiperdesarrolle y luego le atiborráis con este estofadito,
eso sí, casero y orgánico.
Con respecto al desarrollo del cerebro (cosa que a ti, chata, no se te desarrolló pero nada), nuestra primera preocupación aquí es conseguir el DHA y AA para el niño en una forma utilizable, y natural. En su útil texto sobre nutrición "Tradiciones Nutricionales", Fallon y Enig ofrecen una solución práctica que ha resistido el paso del tiempo (de los tiempos de Perico, oiga). Ofrecen recetas para 2 fórmulas naturales que se han ideado para acercarse lo más posible a los nutrientes conocidos en la leche materna, especialmente los ácidos grasos (que ya eran conocidos en los tiempos de Perico, inmemoriales, donde se analizaba la leche con el método científico de chupar una teta a la madre lactante que se pusiese a tiro).
Aquí están (nos lo temíamos):

Fórmula sin leche
* 3.5 tazas de caldo orgánico hecho en casa (de carne de res, pollo o pescado) (si lo haces en casa de la vecina no vale. Tampoco valen caldos inorgánicos a base de cantos rodaos del río ni comprados en el Macarrona. Por cierto, del riesgo de alergias que implica cascar a un bebé chiquitín alimentos a base de pescado no hablamos.)
* 2 oz de hígado orgánico picado (hale, ahí, sobrecargando al bebé de proteínas y de toxinas. Viva, viva.)
* 5 cucharadas de lactosa (que supongo que no sale de la leche.)
* 1/4 taza de suero (esto tampoco sale de la leche.)
* 1 cucharada de aceite de coco (sin refinar)
* 1 cucharadita de aceite de hígado de bacalao
* 1 cucharadita de aceite de girasol sin refinar

Cocine el hígado poco a poco en el caldo. Licua en una licuadora. Cuando esté frío, agregue los ingredientes restantes. Almacenar en un contenedor de vidrio. Para servir, coloque 6 oz (¿cómo sabes que tu hijo se va a meter seis onzas de esta mierda entre pecho y espalda?) en botella de vidrio y caliente lentamente en olla de agua caliente a baño maría. Nunca microondas.

Fórmula a base de leche
* 2 tazas de leche cruda (sin pasteurizar) (y no pides que el bebé se amorre a la teta de la vaca de puro milagro. Proteína en vena, amos-amos.)
* 1/4 taza de suero
* 2 cucharadas de nata cruda (sin pasteurizar)
* 1 cucharada de aceite de hígado de bacalao
* 1 cucharada de aceite de girasol sin refinar
* 2 cucharadas de levadura de cerveza
* 2 cucharaditas de gelatina (más proteína, justo lo que un bebé necesita a lo bestia, claro.)
* 1 1/3 taza de agua filtrada (¿filtrada del grifo de casa vale o tengo que ir a un pozo y bebérmela para filtrarla por la vejiga?)

Calentar la gelatina en agua hasta que se disuelva. Coloca todos los ingredientes en un recipiente de vidrio y revuelve bien. Para servir, coloca 6 oz en botella de vidrio y calienta lentamente en olla con agua caliente (con agua fría tarda un poco más, pero si tienes fe, lo lograrás. Ya sabes ,"there can be miracles when you believe"). Nunca microondas.
Obviamente que estas fórmulas son de día y de noche (y por la tarde y fiestas de guardar), aparte de la fórmula comercial procesada (que es demoníaca y convierte a los bebés en alien, el octavo pasajero). El contraste principal es que estas fórmulas se preparan en vivo (las demás se preparan en diferido) por una persona en vivo (hombre, si me lo prepara un zombie me acojono sin remedio) con alimentos sin procesar y en condiciones conocidas (todo el mundo sabe que en los laboratorios se trabaja en condiciones desconocidas). En lugar de inertes, súper refinadas, sin vida, fraccionadas, creaciones sintéticas, de laboratorio carentes de enzimas (¡¡¡¡ooooh!!!!, matemos a los chefs que hacen cocina deconstruida, ¡nos están asesinando lentamente! ¡A la horca con ellos! Pero una horca orgánica, claro), sustituimos los alimentos frescos de vida (¿qué cojones quiere decir "frescos de vida"? ¿Los sustituimos por otra cosa? ¿Qué mierda de sintaxis es esta?) con todos los nutrientes en una forma digerible, viable (la leche de fórmula para un recién nacido es inviable, claro). Las fórmulas comerciales vienen y van (más que nada, porque, aunque jamás serán perfectas, supongo que intentan mejorar e imitar a la leche materna -y también abaratar la producción por el camino-) pero estas viejas recetas se transmiten de generación en generación sin grandes cambios (sí, claro, este bebistrajo es súper conocido en tu casa a la hora del té y en los botellones flower-power de tu secta). El bebé va a prosperar en ellos (si no diña; ya se sabe que, lo que no te mata, te hará más fuerte... Igual hasta mutan y les sale un brazo en mitad de la frente para correrte a hostias hasta Malta).

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Nota: Edición del post a 3 de Agosto de 2012.
Incluímos una receta con leche vegetal que también es recomendada por especilistas ("especilistas" en vaciar la cartera a los incautos) y que puede ser consumida por todas las personas, incluyendo recién nacidos (que también son personas. Yo voto por darles a estos espabilados filetes de ternera por vía anal para que absorban el hierro directamente).
Fuente: http://www.elnorte.com/buenamesa/articulo/686/1370515/default.asp

Lechada de almendras
Rinde 1 1/2 litros
Tiempo de elaboración: 6 horas
Grado de dificultad: medio

3 tazas de avena
Agua (la necesaria)
36 almendras peladas
Agua purificada (la necesaria)

Preparación:
En un tazón agregar la avena y el agua hasta tapar; reservar por 6 horas.
Transcurrido ese tiempo, por cada taza de avena remojada incorporar 12 almendras sin piel.
Licuar la mezcla de avena con almendras. De ser necesario, añadir más agua a la preparación hasta obtener la consistencia deseada.
Nota de cocina: es excelente como sustituto de la leche materna.

Por qué tomarla.

Las lechadas son preparaciones que sustituyen de manera directa a la leche, de las cuales se pueden obtener muchos beneficios (sí, una almendra, que sale de un árbol, es nutricionalmente igual a la leche que sale de mis tetas. No me descojono de la risa porque no quiero que me salgan patas de gallo. Y esta tipa osaba desautorizar a quien le contestaba porque no eran "nutriólogas" ni "trofólogas". Pues ella, como dijo una de las participantes, es una "truñóloga" de campeonato. Hale):

-Son una opción de alimentación sana, por sus propiedades y por lo natural de sus ingredientes.
-Lo recomendable es tomar un vaso diario, por la mañana o por la noche, considerando que también tienen propiedades calmantes que ayudan al cuerpo a relajarse.
-Para los niños es muy buena, sobre todo para los recién nacidos, la lechada de almendras, ya que representa un sustituto de la leche materna (también lo es el vodka y fijo que duermen toda la noche del tirón. No te jode la tipa).


¿Qué? ¿Cómo se os queda el cuerpo? ¿Os parece siquiera medio normal que una persona tan carente de conocimientos y sentido común se permita el lujo de insultar a la OMS (que lo hizo, lo hizo), las asesoras de lactancia, las madres lactantes y los bebés? Porque a mí esto me parece para sacarse un modo y pegárselo en la cara. Se libra porque las divas no tenemos mocos ni pelotillas interdigitales en las extremidades inferiores.

Antes de terminar, querría dejar constancia una vez más de que, para quienes defendemos la lactancia materna, la leche artificial no es "la tercera opción", como continuamente recalcaba esta sujeta pensando que así nos dejaba en algún tipo de evidencia, sino el último recurso y no "una opción más". La leche artificial me parece un burdo sucedáneo que ni de lejos llega a imitar la perfecta composición de la leche materna, pero aun así, es infinitamente mejor que estos potingues caseros, preparados a saber en qué condiciones de higiene (ella se defendió argumentando que quienes amamantamos no nos lavamos antes las tetas, lo cual provocó gran hilaridad entre las virtualmente presentes) y sin control nutricional alguno. A ver si ahora va a resultar que todavía estamos en los tiempos del Pelargon.

Lo que hay que leer, queridas y queridos. Y la semana solo acaba de empezar.

Me despido, resignada a continuar contemplando cómo la Humanidad avanza hacia su colapso, capitaneada por estos listos,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 11 de septiembre de 2012

La mejor alternativa a la teta es una almendra

Queridas y queridos, mi detector de cenutrios (Cenutri-O-Matic, marca registrada) echa humo esta última semana, hasta tal punto que me he visto obligada a sacar punta al lápiz rosa chicle y casi le saco humo de tanto como he tenido que darle... Será porque estamos en septiembre y los imbéciles despiertan de su letargo estival, será porque cierran las piscinas municipales y cada mochuelo ha de volverse a su olivo o quizá sea que a cualquiera le dejan contratar una conexión a internet y abrir un blog (incluida la que suscribe).

Sea por la razón que sea, tengo tres temas en la recámara y hoy voy a despachar el que más daño me ha hecho en la mandíbula: me ha dejado tan boquiabierta que todavía estoy estudiando la posibilidad de pedir a mi odontólogo un certificado de la luxación que me ha provocado para demandar a la perpetradora del texto.

Sabéis quienes me conocéis y amáis, queridas y queridos, que la moi es defensora de las tetas propias y ajenas y del derecho de nuestros churumbeles a alimentarse a chupetazos de las mismas, es decir, de la lactancia materna. Se ha hablado de este tema recientemente en este nuestro rinconcito del despotrique feliz y hemos llegado a la conclusión, como buenas amigüitas, de que no se puede convencer a quien no quiere dar la teta y que lo deseable (por ello trabajamos) es que todas las mujeres tengan a su disposición información de la buena (no de la patrocinada por Cutribén o Pestlé) para poder decidir si dan el pecho con todas las bazas en el canalillo. A mí, lo reitero, me cuesta creer que una mujer bien informada no prefiera cosas tan sencillas, básicas y posibles en la mayor parte de los casos como el parto de baja intervención y la lactancia materna, no sé, es como si alguien me dijera que prefiere que le sonden para no tener que hacer pis, pero oye, cada quien que haga de su capa un sayo.

Y en estas estábamos, de buen rollo y felices como perdices, cuando llega una señora (perdonad el eufemismo) de esas a las que les gusta la polémica, el donde-dije-"digo"-digo-"figo" y el hacerse las ofendidas en sus reales dignidades y se saca de la manga, en un blog con gran cantidad de seguidores, que si no das la teta, lo mejor que puedes hacer es endiñar a tu recién nacido bebidas caseras a base de avena, almendras, caldos de carne orgánicos (los caldos inorgánicos se hacen de piedras y no molan) e hígado.

No contenta con ello, lo airea por toda la red, extendiendo el tufo de su panfleto como si de un calcetín sudado se tratase, y se vanagloria de su autoría con fervor. Solo era cuestión de tiempo que alguien con dos dedos de frente lo leyese y alucinase, como así fue. ¿Y qué hizo esta energúmena, peleada con su propio entendimiento y enemiga del de los demás? Acusar a toda una profesional como Alba Padró (cuyo fantástico blog Som la Llet debería ser de obligada lectura, gracias a la ayuda del Googlecio traductor para quienes solo parlamos catalán en la intimidad), que ha ayudado desinteresadamente a cientos de mujeres a establecer y mantener sus lactancias, de estar vendida a la industria de la alimentación infantil y de promover un "veneno", que es como la tipa llama a la leche artificial. Ah, y de ser una esbirra de la OMS, que se conoce que se forra con las leches artificiales y es más mala que el Smith de Matrix.

Sumo y sigo: ante la avalancha de comentarios en su contra que se le venían encima y viendo que llevaba todas las de perder, esta individua (nuevamente, perdonad el eufemismo, oh fans míos) optó por repetir el mismo mensaje en mayúsculas una y otra vez, preguntando a las allí virtualmente presentes por qué defendían un producto "tóxico" y cuáles eran sus intereses en el caso, todo esto sin dejar de faltar al respeto a Alba. Terminó por borrar todos los comentarios que no fuesen del tenor de "oh, qué buen artículo, en cuanto encuentre una neurona por ahí suelta me lo leeré y te alabaré de nuevo, diosa de las parrafadas sin puntos y aparte".

El caso es que el principio del artículo no estaba tan mal, pues trataba de las diferencias entre la leche materna y la artificial y de por qué la artificial no puede ni acercarse remotamente a la forma de alimentación de la que naturaleza nos proveyó en su día, pero esta señora, en su soberbia internetera, tuvo la feliz idea de rematar el texto con unas recetas para preparar licuados caseros que ella llama "lechadas" (yo prefiero "soplapolleces" por ser más técnico y certero) y que luego, cómo no, eliminó de su blog, no fuese a ser que, con razón, alguien con dos dedos de frente la fuese a acusar de ser una inconsciente redomada.

A esta señora se le argumentó por activa, pasiva y recidiva que las alternativas sensatas para alimentar a un recién nacido son las siguientes, en el orden que cito y que no es idea mía, sino de asesoras de lactancia expertas y de pediatras versados en la materia:
  1. Leche materna de la rica teta de mamá.
  2. Cuando esto no es posible (por motivos reales, por favor, no por "no me sube la leche" o "mi pediatra dice que ayudita"), leche de banco de leche o de donaciones certificadas y fiables.
  3. En último caso (yo calculo que si las asesoras de lactancia pudiesen hacer su trabajo de información y formación sin injerencias indeseadas, hablaríamos de un 1-2% en total), leche artificial.
Bueno, pues esta chica acusaba a quienes allí intervinieron de promover un "veneno", un producto "tóxico". Mira que se le insistió en que todas somos conscientes de que la leche artificial dista muchísimo de igualar los beneficios de la leche materna y que jamás se animaría a una mujer a dar leche artificial "porque sí", pero nada, ella erre que erre en su intrínseca burrez. Ojo: sé que en ciertos casos muy concretos puede ser necesario alimentar a un bebé con fórmula a base de soja, pero no es, ni mucho menos, una alternativa adecuada para la gran mayoría de los lactantes.

No quiero extenderme demasiado, queridas y queridos, así que dejo aquí esta entrada por hoy. Iba a enlazaros al post original, pero además de ser un ladrillo infumable, su autora ha tenido a bien retirarlo de la red para no ofender más retinas ajenas.

Me despido, pues, prometiendo que mañana os copiaré las recetas de "leches" vegetales que sugiere esta chavalita para que os riáis y flipéis a partes iguales.

Y me marcho al parque, que con la tontería se me va a hacer de noche,
Lady Vaga,
la diva que divaga.
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