jueves, 9 de agosto de 2012

Hablemos de tetas

Queridas, queridos, periódicamente me viene a la cabeza este tema y tengo siempre la entrada para el blog a medio redactar... A ver si hoy por fin consigo concretar y dar forma a mis ideas.

Como sabéis, queridas y queridos, la lactancia no es el tema principal de este blog, aunque yo misma me considero una defensora del amamantamiento hasta que madre e hijo quieran. No suelo tratar este asunto porque ya hay blogs que lo abordan en profundidad y porque hay tanto ginesaurio contra el que arremeter que me sobra poco tiempo para otros menesteres, pero hoy me vais a permitir, oh admiradores míos, que hablemos de tetas. De tetas, de tetas lactantes y no lactantes.

Ejem... No me refería a este tipo de tetas, ¿quién ha googleado
para ilustrar este post? ¡Pero si las tiene más grandes que yo!
Pensando en lo de la señora Abenia y sus exabruptos, la verdad es que a mí me parece muy bien que esta señora no quiera dar el pecho a sus hijos (en concreto ella no tiene muy buena información, lo cual es una lástima porque no será una decisión realmente libre, pero no deja de ser suya), lo que me molesta es que no me deje a mí darlo en paz.

Veamos si me explico. Cuando veo a una mujer dar un biberón a su hijo, no me dedico a arengarla sobre los beneficios de la lactancia materna. Ni mucho menos. ¿Qué sé yo si ese biberón es de su propia leche, por ejemplo? ¿Qué sé yo acerca de esa mujer, de por qué no enchufa a su hijo a la teta? ¿Me importa a mí, acaso, si es porque no quiere o porque no pudo? Así que me callo y miro hacia otro lado. Me meto en mis asuntos, vamos.

No creo en los bandos. Me disgusta que, cuando alguien habla de lactancia desde el respeto y exponiendo las cualidades de la leche materna, alguna mujer se sienta mal y diga que se la acusa de "mala madre". Porque tampoco creo en las "malas madres" (aunque haberlas, las habrá, como las meigas, digo yo), ni en el coco ni en el hombre del saco ni en los penes submarinos. Me apena sobremanera que alguna mujer confunda la defensa de la lactancia con un ataque hacia ella, hacia sus decisiones o hacia una experiencia que, por "a" o por "b", ella no pudo cambiar.

Esto ya es otra cosa. Tetas de mujer, el bebé es opcional.
Me resulta curioso que percibamos como ataques cosas que no pretenden serlo; es como si yo me sintiese dolida cuando se habla de los problemas que puede tener un bebé por el hecho de nacer por cesárea. Ya me habría gustado a mí evitar la cesárea por la cual nació O.G., pero el pasado no puedo cambiarlo; solo puedo comenzar cada día dispuesta a minimizar esos posibles problemas y a dejarle claro que su madre le adora y que dará cualquier cosa por él y por su hermano.

Y me pregunto si detrás de esa sensibilidad, de ese sentirse ofendida, no habrá una mujer herida, una mujer a la que le estropearon la posibilidad de dar el pecho a su bebé con mala información o con poca voluntad por parte de los profesionales que, en teoría, deberían haberla ayudado. ¿No será que estos temas nos molestan porque todavía nos duelen demasiado? Me veo a mí misma recién operada, lidiando con mi dolor y mi indignación, intentando digerir lo que había sucedido y por qué las personas que supuestamente tenían que cuidarnos nos habían tratado así. Solo con el tiempo pude asumir lo que había sucedido y entender que únicamente podía mirar hacia atrás en busca de inspiración para vivencias futuras.

Digo esto con todo mi cariño hacia esas mujeres, porque creo que, cuando tomas una decisión informada, lo haces con todas las consecuencias y te toca un pie lo que diga el de al lado, no te molesta especialmente... No sé, por ejemplo, cuando decidí parir en casa (antes de quedarme embarazada del pequeño U-6), varias personas de mi entorno se echaron las manos a la cabeza porque estaba muy reciente la muerte de una bebé en Cáceres tras un parto domiciliario, pero a mí lo que ellos opinasen me daba bastante igual. Yo me había informado y sabía lo que quería, ¿por qué iba a molestarme que ciertas personas dijesen chorradas?

Esto es lactancia prolongada. En este caso, lactancia diferida,
pero lactancia al fin y al cabo. Nótese que el buen señor lo que
tiene ya es más vicio que una garrota y que no puede ser sano
que un chico tan mayor continúe con el biberón...
Lo que no me parece de recibo es insultar a la gente solo por optar por una cosa u otra. Descalificar a los demás y comparar, en este caso, a quienes dan el pecho con "dudosas mendigas", animales u homínidos de Atapuerca me parece de tener muy poco cacumen y hace a esa persona merecedora de una respuesta contundente y en su propio idioma. Tampoco se me ocurre llamar a una mujer "mala madre" por no amamantar, aunque me cuesta creer que una mujer bien informada no prefiera esta opción. Es más, conozco a más de una mujer que, no  habiendo podido dar el pecho a pesar de haberlo intentado, continúa ofreciendo a su bebé el pecho como consuelo, calmante o "somnífero".

Sumo y sigo: las opiniones son como los traseros, cada uno tiene el suyo y el del tipo de al lado es siempre más feo. Así que estaría bien que quien no entiende mínimamente de un tema se callase o, por lo menos, no hiciese apología de su ignorancia en una tribuna pública como es un blog. Digo yo. Y vuelvo a recurrir a mi experiencia vital: antes de ser madre, todos estos temas me importaban poco tirando a nada, me preocupaban menos que el pronóstico del tiempo para el fin de semana y sabía de ellos absolutamente nothing. Razones todas por las cuales no solía hablar de estos temas y mucho menos opinaba sobre lo que hacían quienes tenían hijos. Es más, les encontraba muy plastas (mi entorno era profundamente clasicón y aburrido para estas cosas) y procuraba que ni saliesen estas conversaciones. Pero jamás me dediqué a criticar a nadie por dar teta, biberón o tapitas de jamón del bueno a sus retoños. Hasta ahí podríamos llegar.

Así que, por favor, dejemos de pedir respeto para quien ataca. Si alguien me critica por dar el pecho, pienso soltarle cuatro frescas. Del mismo modo, si tú das biberón y te tocan las narices, harás bien en reaccionar. Pero, de verdad, no confundamos los artículos informativos o autobiográficos con esas peroratas absurdas de quien no tiene nada más que hacer que aporrear el teclado intentando crear frases con sujeto, verbo y predicado.

No sé si he conseguido explicarme u os he dejado más liadas que el pelo de Lidia Lozano, pero lo he intentado. Otro día os contaré las fantabulosas teorías sobre bebés que tenía antes de ser madre, una risa.

Se despide y se marcha a cenar,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

miércoles, 8 de agosto de 2012

De tetas, fluidos y derrapes mentales

Queridas, queridos, rompo mi estival silencio durante el cual me he dedicado a fingir que trabajo (con nivel de éxito moderado-alto) y a disfrutar de mis churumbeles y recién estrenado maridito (a total satisfacción, por cierto), porque por varios canales me habéis asediado, oh fanes que lo sois, para pedirme que ponga coto a tanta chorrá como se lee por estos blogs de Dior. Y es que, ya se sabe, hoy día a cualquiera se le deja tener un bló y en internet no se estila eso tan selectivo y disuasorio del derecho de admisión.

Resulta, queridas y queridos, que una energúmena muy mona ella, de esas cuyo cometido televisivo es decorar la pantalla (fundamentalmente) y servir de ejemplo a los padres para recordarles a sus hijos adolescentes la importancia de una correcta formación académica, ha decidido soltar los deditos para decir alguna gilipollez de esas que sonrojan al leerlas de tanta ignorancia como destilan. Yo, en principio, pensaba circunscribirme y limitarme a la genial crítica de la siempre acertada Alba en su blog Som la Llet, pero la aclamación de mis admiradores, que son los más guapos e inteligentes del mundo mundial, ha removido mi conciencia, así pues, allá va: ¡toma fluido color rosa chicle en todo el jeto, maja!

Por cierto, echaréis en falta quizá (solo quizá) el enlace a la entrada original del blog de esta individua (me niego a llamarla "mujer"), pero es que no pienso ponerla. Si queréis contactar con ella, la googleáis, como todo hijo de vecino (esto admite dobles y triples lecturas, yes). Ah, a mí también me encanta lucir canalillo, pero no me gano la vida con ello sino con mi cerebro (y no donándono a la ciencia, sino ejercitándolo). Hale.


Lactancia, ¿hasta cuándo?
Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Nadie niega sus beneficios (bueno estaría), pero aún sigo consternada, con todos mis respetos, por la imagen que mis retinas registraron hace unos días en medio de una de esas cenas con amigos que se alargan y en las que tocas todos los palos (pues no toques tanto los palos de los que no conoces ni media y documéntate un poquito antes, como he hecho yo contigo, que no sabía ni quién eras hasta ahora, perlita). La de una madre amamantando a su hijo de unos 4 años. ¡La leche! (¡Oh! ¡Horror y pavor! ¡Excomunión! ¡Qué osada, dar teta a su hijo en vez de usar sus pechos como objetos decorativos! ¿Será guarra, la tía?)

Fue de esta manera que decidí (expresión de influencia francesa; lo correcto es "como decidí") compartir la foto en mi perfil de Twitter. El tema dio bastante juego, estas fueron algunas de las ingeniosas respuestas de la red (ingeniosas te parecerán a ti, bonita, que por lo que estoy viendo tienes el nivel intelectual justito como para entretenerte con un canuto hasta que te salga la "o"; ni las reproduzco porque solo hay una o dos que merezcan la pena).
Entonces, ¿hasta qué momento? Ese es el 'quiz' de la cuestión (No, chata. Será en todo caso el "quid", porque un "quiz" es un concurso y, que yo sepa, aquí en estupidez ninguna puede competir contigo, porque juegas con ventaja). ¿Hasta el infinito y más allá? No son pocos los hombres que con curiosidad hacen una cata de leche materna cuando sus parejas están nutriendo a su pequeño. Recuerdo una divertida comida con una conocida compañera de televisión, que nos contaba en un descanso a toda la mesa que la escuchábamos, entre carcajadas, cómo, cuando dió (sin tiiiiiilde, anda) a luz, una enfermera les sorprendió a ella y a su marido en la habitación del hospital en plena faena, succionando esté (¿esté? ¿Otra vez nos habla en fgancés, señogaaaa?) el pezón de la susodicha para estimular la subida de leche. ¡Los hombres pueden ser tan condescendientes! ('modoirónicoON'). No pierden oportunidad.

Lo sabemos de sobra, nos lo han dicho hasta la saciedad, "la leche de la madre es un magnífico alimento para el churumbel" (no, bonita, no es un "magnífico alimento", es EL alimento normal y lógico. Lo demás son inventos del ser humano), le basta este alimento para crecer con mucha rapidez. Pero en un país desarrollado, más allá de los seis meses recomendados (documéntate, Adri, la OMS recomienda seis meses de lactancia exclusiva y luego prolongarla como mínimo hasta los dos años complementándola con otros alimentos; es decir, la leche materna sigue siendo lo fundamental y el resto es un añadido), ¿qué sentido tiene alternar el bocadillo de mortadela o los deberes de clase con unos sorbos de leche materna? Que alguien me lo explique, por favor (¡qué cortedad! Tiene el sentido de dar a tu hijo el mejor alimento posible mientras ambos así lo queráis, el de reforzar vuestro vínculo de una manera muy sencilla y directa y el de "porque me sale de las tetas hacerlo", por si el argumento de la libertad te parece bien. Por cierto, qué poco fina eres, los bocadillos de mortadela no están a la altura de la teta. Si quieres comparar, en todo caso un jabuguito). ¿Tanto ha subido el cartón de leche que sale a cuenta elegir esta opción? (Suba o no suba, sale a cuenta, sí: la teta es gratis, está siempre disponible sin calentar nada, la llevo encima aunque me olvide de las llaves de casa y a mis hijos les encanta.)

Este será el nuevo símbolo internacional
para los baños de mujeres, porque dar la
teta es tan asqueroso que el sitio adecuado
es el mismo donde se giña. ¿No, Adri?
Caso aparte requiere el amamantamiento en plena calle, siempre me ha parecido que el acto en sí requiere de cierta privacidad (la que a la madre del nene le salga de las mismísimas tetas, así de claro te lo digo, y si no te gusta, pues no mires). Hoy en día no es difícil encontrar lugares habilitados donde poder disfrutar de la intimidad, luego están los probadores de numerosas tiendas (¿para echar un polvo, dices? Yo es que tengo casa propia y valoro mucho mi intimidad... Ah, para dar teta; no, eso lo puedo hacer en cualquier parte donde a mi hijo le dé hambre. Qué bien te sentaría esperar con tus trapitos en la mano en la cola de la tienda porque yo estoy dando teta en un probador... ¡Ay, insensata). Y digo esto porque no será la primera vez -admito que soy bastante escrupulosa- que se me haya indigestado la comida al observar enfrente mía (Mamá novata tiene toda la razón en que no debo dejar pasar este error; se dice "enfrente de mí") a una mujer sacándose 'las ubres' para alimentar con sus fluídos (sin tiiiiilde, second time) a su bebé (aquí se me ocurren varias respuestas:
  • Pues te jodes.
  • Pues si te indigestas, así mantienes la línea.
  • Mira, mona, mi madre es muy del refranero español, pero en esta ocasión te viene que ni pintado un dicho de mi padre, que reza "todos los guarros sois escrupulosos". No sé, pero si no se te indigesta el cortadito pensando en todos los tíos que se la menean, fluidos incluidos, a tu salud viendo las fotos de tu entreteto, no entiendo por qué te sienta tan mal que una mujer dé utilidad fisiológica y práctica a sus pechos. 
  • ¿Será envidia? 
  • Nota mental: añadir una bolsa de plástico a mi Hermès de paseo por si me encuentro a alguna mojigata luce-teta de estas, para que pueda vomitar sin manchar nada al verme dar teta) 
Es algo que no me ha causado buena impresión desde una tierna edad, no sé cómo gestionaré esta etapa cuando se me presente, pero me resulta muy animal, de Atapuerca (pues anda que no eres tú pijotera, bonita. Vamos, que antes de darte el pecho tu madre se hervía la teta... Si es que has tenido la suerte de ser amamantada, que por la ojeriza que le tienes al tema yo diría que a ti te han criado con Pelargón y gracias... Y después pasaste directamente al bocata de mortadela, claro).
Quizá un trauma infantil que se remonta a cuando de la mano de mi progenitora me cruzaba con las dudosas mendigas que se ponían en medio del paseo a pedir, aprovechándose de un niño, quizá ni de ellas, en los brazos (¿y qué tienen que ver las mendigas que llevan un niño en brazos con las mujeres que dan el pecho? Tus asociaciones de ideas son muy peculiares, con un test de Rorschach me gustaría a mi verte, ingeniosa). O de un libro de geografía en el que aparecía una indígena alimentando a un jabalí con su pecho, imagen que hubiera deseado me arrancaran de los ojos (mejor te iría, sí). Así que vaticino, con bastante probabilidad, que yo seré de esas 'malas madres' que se apunten a la moda del biberón ("moda" es la palabra clave: tú no actúas por convencimiento ni por reflexión, sino por moda. Ya te digo yo que el año que viene se llevarán los pelos en las piernas, créeme... ¡Qué pena que te hicieses una depilación definitiva, ahora serás una fashion-paria! Igual te lo crees, como eso de contrastar no es lo tuyo...); y no por una cuestión de estética, porque en mi caso la gravedad no es un problema, sólo tenéis que observarme (tú también puedes observar mis preciosos pechos turgentes de madre lactante, ¡ah, no, que te dan asco! Pues tú te lo pierdes), sino de clara desnaturalización o sentido de civilización (es que dar teta es de salvajas, lo civilizado es usarlas para goce de pajilleros), según se mire (tus hijos y tú os lo perdéis, chatita, pero a mí déjame dar la teta en paz y ocúpate de las tuyas).
Únicamente nosotros, los seres humanos, por llevar la contraria al mundo, bebemos leche de otra especie cuando cesa la lactancia. Igual no seamos todo lo naturales que pensamos entonces (¡Saludad a Adri, inventora de la rueda, descubridora del fuego y fundadora de la civilización humana! ¡Que se ha dado cuenta de que no somos naturales! ¡Nos vestimos, nos calzamos y asfaltamos caminos por los cuales circulamos con máquinas malditas!). Al parecer es dudosamente recomendable. Al final, he optado por apuntarme a la leche de arroz y la de almendras (eso no son "leches", sino bebidas vegetales. De verdad, lee un poquito más). La de soja, magníficamente publicitada, resulta que no es saludable para una mujer joven y sana por su contenido en estrógenos (fitoestrógenos). Y muchos cánceres de mama son sensibles a los estrógenos (pues dar la teta ayuda a proteger contra el cáncer de mama, one more time, tú te lo pierdes).

Recapitulando, ahora que registro en mi mente los amigos que se han criado a punta de tetina, la verdad es que están hechos un toro (sí, como que tienes hecha una lista mental de quién ha mamado teta y quién se la ha mamado al jefe. Anda ya a Parla. Y si son varios, estarán hechos "unos toros"). Pero yo no quiero ser una vaca (no, ¿para qué? Si ser imbécil se te da de miedo). Cada una que decida libremente.

-Fin de la paja mental de esta chica-

Pues sí, cada una que decida libremente y, a ser posible, que no insulte a quienes hacemos otra cosa, porque ni somos vacas ni mendigas ni provocamos náuseas a nadie. Que a mí me parece cojonudo que esta chica se llene de ceros la cuenta corriente posando para revistas de pajilleros, pero, que yo sepa, no le he preguntado su opinión sobre las aplicaciones prácticas de mis tetas, así que, Adri, bonita, revísate los manuales de ortografía de Bachillerato y luego sigues diciendo memeces.

Y ahora, voy a merendar con pastelitos caseros y leche de vaca, que yo soy así de antinatural y lo disfruto, OH YEAH.

Se despide,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

10/8/2012
Siguiendo la recomendación de mi querida Mamá Novata, y con la sana intención de que la autora de tal pajilla mental aprenda ortografía, procedo a añadir un par de correcciones/sugerencias en rosa chicle.

jueves, 12 de julio de 2012

¡Abajo la feminización! La solución definitiva

Lo tengo, queridas y queridos. Después de una noche insomne, presa de la preocupación, el desasosiego y el desespero más profundo, llevada por mi gran empatía e inmensa compasión hacia los débiles, los desvalidos y los imbéciles representados por los ginesaurios, he dado con la solución perfecta al problema del alarmante incremento del número de mujeres en la profesión médica que tanto preocupa al tal Ladilla y a sus acólitos.

¡Tenían la respuesta ante sus ojos y no eran capaces de verla! Si bien eso dice muy poco acerca de su interés en su propia salud visual, yo, que no gusto de hacer leña del árbol caído ni del ginesaurio moribundo, voy a ser tan magnánima que se lo plantearé con meridiana claridad, en modo esquema:

Haces bien en estar seria, bonita, porque como esta iniciativa
triunfe, vas a ir al rudo paro a menos que te operes tus indignos
bajos de mujer...
  1. No admitan ni una mujer más en las facultades de Medicina. Cuando se reciba una solicitud firmada por una "fémina" (como ellos gustan de llamarnos... Cuando somos pacientes, somos "la señora" y si vamos como médicas, somos "féminas"), sugiero que se tache con Tipp-Ex el nombre de la carrera y se sustituya por algo más acorde con nuestro bello sexo, como "Macramé aplicado" o "Arreglos Ikebana de ayer y hoy".
  2. Añadan a la Selectividad una prueba física que demuestre inequívocamente el sexo de los concurrentes y hagan que compute un 70% de la nota final, como, por ejemplo, "Lanzamiento de chorro de orina". De todos es sabido que la naturaleza, rácana en ocasiones, no dotó a la anatomía femenina de la posibilidad de orinar a grandes distancias, lo cual quedará patente en esta prueba y descalificará a las osadas "féminas" que pretendan irrumpir con sus órganos genitales adjuntos en el viril y sensato mundo de la medicina.
  3. Impidan sistemáticamente a las ya matriculadas que terminen sus estudios. Suspéndanlas. Pónganles prácticas el sábado por la mañana, que es cuando todas las "féminas" vamos a la peluquería a ponernos los rulos y a depilarnos las piernas. Ríndanlas por agotamiento. Y, cuando supliquen un traslado de expediente, derívenlas a las nuevas femi-especialidades antes mencionadas (véase punto 1).
  4. A las doctoras que ya están ejerciendo, propónganles una suculenta ventaja fiscal a cambio de esterilizarlas. Total, son solo mujeres, ¿qué más da? No van a quedarse sin pacientes solo por despojar de su capacidad reproductiva a unas cuantas insensatas que han tenido el atrevimiento de meterse en un mundo que debería ser solo de hombres (pero de hombres de verdad, no de esos metrosexualillos modernos que se dan cremita, dan besos a sus mujeres sin que sea su cumpleaños y recogen a sus hijos del colegio o incluso los llevan al médico. Esos son la deshonra del género masculino y confiamos en que, en el futuro, se les apliquen las mismas medidas que a las "féminas" para mantener puro el ámbito de la medicina).
  5. Las que ya están embarazadas no tienen remedio, pero oblíguenlas inexcusablemente a programar sus partos para poder organizar las guardias y saber cuándo comienzan sus permisos de maternidad. Por supuesto, si se les convence para someterse a una cesárea programada, tanto mejor, porque así ya sabemos a qué hora entran y salen del quirófano y nos apañamos todos divinamente.
  6. Las doctoras no deberían dar lactancia materna. En todo caso, en diferido, es decir, que se saquen leche en sus casas y luego la asistenta (o asistente, que no queremos ser machistas) se la dé al bebé. Pero ¿qué es eso de faltar al trabajo para alimentar a sus hijos? ¡Si se crian igual de bien con biberón! ¡Hombre, por favor! Además, la industria nos dará jugosos beneficios si promovemos esta interesante iniciativa.
  7. La doctora Allison, después de operarse,
    acudiendo a su guardia ataviada con bata de
    invierno. La acompaña un simpático residente
    de primer año.
  8. Y por último, pero no menos importante: los mejores incentivos deberían ser para las doctoras que entren en razón y accedan a cambiar de sexo. Dios no creó primero al hombre por que estuviese preparando un borrador, no: lo hizo en primer lugar porque es el sexo perfecto y escogido. ¿A qué objetivo más noble podría aspirar una simple mujer que a convertirse en varón, el rey de la creación? Pero, eso sí, que sean varones muy muy machos, como los ginesaurios de pro, y participen en las actividades propias de este bien nacido gremio, a saber: ridiculización del sexo femenino a través de viñetas, profesión de exabruptos sobre los úteros ajenos y viejunidad mental extrema.
Con estas simples medidas, los ginesaurios conseguirán su loable objetivo, a saber: relegar a la mujer al lugar que le pertenece, la pata de la cama (con cuerda de máximo metro y medio para poder ir al mingitorio), y detener la peligrosísima feminización de una profesión que debería ser ejercida solo por quienes tengan dos pelotas gordas y peludas que plantar sobre la mesa.

No me lo agradezcáis, Ladilla y secuaces. Las divas somos por naturaleza generosas y yo me desvivo pensando en vosotros y en cuán guapos luciréis criogenizados como Walt Disney tras vuestros óbitos, a la espera de que las generaciones venideras os resuciten para encerraros en una jaula de zoológico para exhibiros y que las mujeres os tiren cacahuetes directos al ojo.

Y ahora, me marcho a comer.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

Edito: Clau tiene toda la razón; ayer, en la entrada anterior, ella propuso, con buen criterio y mejor tino, muchas de las ideas que yo aquí desgrano. Si bien yo no había leído su comentario, no puedo atribuir la coincidencia a un error informático como la bellísima y nunca photoshopeada Ana Rosa, así que pensaré que existe la telepatía y que tengo el honor de estar en la misma onda  mental que la divina Clau.

miércoles, 11 de julio de 2012

Nuevo Premio Mojón de Oro, categoría "Machista de mierda"

Queridas, queridos, mi admiradísima y adorada Fran-tástica, la mujer que yo querría ser de mayor si no fuese porque ella siempre será joven, como las grandes damas de la historia, ha puesto en mi conocimiento que los señores ginecólogos, representados por el simpático y bonachón doctor Ladilla, están preocupados porque ahora hay más médicas que médicos. No contentos con reflexionar en privado sobre el tema, lo publican en un medio como el Diario Médico, que no sé si se han planteado que quizá lean más mujeres que hombres, para dejar patentes por escrito y para la posteridad su evidente misoginia y sus problemas de erección.
Este texto me ha dejado tan perpleja y carente de fe en ciertos sectores que no puedo por menos: hay que comentar en rosa chicle, o me sale una úlcera del tamaño del Gran Cañón. Os aviso desde ya que la perorata del simpar Ladilla evidencia un evidente desprecio hacia media humanidad y hacia la Constitución española, pero quizá a estas alturas eso ya no nos sorprenda, teniendo en cuenta que su idea de humor inteligente es cachondearse de las mujeres con patologías ginecológicas.

En fin. Aquí os dejo esta perla salvaje (porque cultivado, lo que se dice cultivado, el Ladilla no es. Que no me diga que de repente lee a Nietzsche o a Herman Hesse porque este con mirar la publicidad de champú anticaspa va que derrapa...). Mis impresiones, as always, en rosa chicle.

 problemas logísticos y de cobertura

La crisis agudiza los problemas de la feminización

Casi el 65 por ciento de los MIR que han acabado este año la residencia son mujeres. En Ginecología y Pediatría las féminas que la han terminado superan el 85 por ciento, y en Endocrinología el 79 por ciento. Los problemas logísticos y de cobertura de los turnos de trabajo en estas especialidades son cada vez mayores. Además, la crisis y los recortes en Sanidad -que apenas permiten que se realicen sustituciones- están empezando a hacer mella en unas plantillas cada vez más adelgazadas. La solución está en buscar un modelo laboral diferente.
Alicia Serrano   |  18/06/2012 00:00

El 64,8 por ciento de los MIR que han acabado este año la residencia son féminas, según un informe elaborado por Vicente Matas, responsable del Centro de Estudios de CESM-Granada. En Obstetricia y Ginecología el 85,6 por ciento de los médicos que han terminado su formación especializada son chicas, en Pediatría alcanza el 84,7 por ciento, y  en Endocrinología y Nutrición el 79 por ciento. Estos datos son un reflejo de lo que está sucediendo en el SNS, donde el 51,2 por ciento de los ginecólogos que ejercen en España son féminas y también lo son el 70 por ciento de los pediatras.
Estas especialidades -aunque también sucede con otras en las que el número de mujeres supera al de hombres (ver cuadro)- empiezan a tener problemas logísticos y de cobertura de los servicios médico quirúrgicos debido a las bajas por maternidad, la lactancia y la reducción de jornada por cuidado de hijos para conciliar la vida familiar y laboral. (A ver: las mujeres españolas tenemos, de media, algo así como un hijo y pico... ¿De verdad les hace tanto trastorno el cubrir una baja o dos a cada una? Respecto a la lactancia, es una horita diaria, ¿no hay nadie que pueda quedarse ese rato? Esto en cuanto a dos cosas que solo podemos hacer las mujeres, léase parir y dar teta, pero vamos, que si hablamos de nenes relativamente mayorcitos, los padres, sean médicos, barrenderos o topógrafos, también pueden cogerse una reducción. O no, que los hombres son imprescindibles en sus trabajos, claro...)
  • Las especialidades donde hay más mujeres que hombres tienen problemas de cobertura de turnos, aunque de momento no lo son asistenciales
Problemas de cobertura  
"En Ginecología empezamos a tener problemas de cobertura, aunque de momento no está repercutiendo en la calidad asistencial, la docencia o la investigación, pero lo hará en un futuro próximo. Por ello, es necesario buscar un modelo laboral diferente que se adapte a las nuevas necesidades", explica José María Lailla, presidente de la Sociedad Española de  Ginecología y Obstetricia (SEGO) (a mí se me ocurre que os dejéis de entorpecer, por ejemplo, partos normales y así tendríais más horas para iros a casa a descansar...). Lailla cree que es necesario dar un giro a los planteamientos laborales actuales, y lo dice con conocimiento de causa. En enero, este ginecólogo experimentó en sus propias carnes (¿en sus propias carnes? ¿De verdad? ¡Yo quiero ver una foto de la episiotomía que le hicieron! No, no, ¡me pido curarle los puntos! (Bwa-ha-ha-ha-!) la feminización del servicio que dirige en el Hospital San Juan de Dios de Barcelona. Entonces, la mayoría de las adjuntas de su departamento -4 de 5- le pidieron librar la misma semana para cuidar a sus hijos que estaban de vacaciones (¡Qué osadas! ¡Al paredón con ellas!). "A pesar de que contamos con 14 adjuntos, de los cuales 5 son mujeres, tuvimos que negociar con ellas para que hicieran algunas guardias (¡Oh! ¡Tuviste que negociar! ¡No pudiste imponer tu criterio y santa voluntad a pesar de ser tú el jefe y además poseedor de un pito y ellas solo cuatro pobres mujeres! ¡Dónde vamos a parar!). El problema se recrudecerá en los próximos años, ya que de los 22 residentes que hay en el servicio sólo dos son hombres. Además, las mujeres pedirán una jornada más reducida en un futuro no muy lejano.", dice. (Vaya, vaya con el adivino que adivina el color del vino, él ya sabe qué pediremos las mujeres en el futuro, ¿qué tal si centra sus habilidades sobrenaturales en predecir los números que ganarán el sorteo de la ONCE y se forra para irse a un paraíso tropical y dejar de decir chorradas en España? Aunque, bien pensado, con tal de no aguantarle yo también me reduciría la jornada al máximo... ¿Se puede ser más gilimemo? ¿Ningún hombre le pidió permiso para cuidar de sus hijos?)
  • Serafín Málaga, de la AEP, cree que hay que exigir que en la cobertura de las plazas MIR se tenga en cuenta la feminización de la especialidad
El 98 por ciento de los permisos de maternidad los sigue cogiendo la mujer médico y también el 96 por ciento de las excedencias por cuidado de hijos, según datos del Observatorio de la Mujer Médico de CESM. Para poner algo de cordura en esta situación , Serafín Málaga (¿poner cordura? Tómense su medicación, Serafín-figurín y locuaz redactorzuela, que yo no veo que sea ninguna locura cuidar de los hijos), presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), cree que hay que exigir que en la cobertura de las plazas MIR se tenga en cuenta la feminización de cada especialidad (¿o sea, que cuantas más mujeres haya en cada especialidad, menos habrá que contratar? No entiendo muy bien cuál es el problema, la verdad... Ni la solución que proponen estos señores tan listos.)

El caso de Endocrinología, que parte de una base deficitaria de especialistas, es parecido al de Ginecología y Pediatría. "Éste es el factor determinante para explicar los problemas que se pueden producir para garantizar la cobertura en periodos particulares -como bajas laborales, maternales, vacaciones- y también en la práctica habitual. Tener un déficit de especialistas implica redoblar esfuerzos, y las ausencias derivadas de motivos fisiológicos, como la maternidad, hacen que la situación sea más exigente", explica Javier Salvador, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (prohibamos a las mujeres tener hijos y asunto resuelto, ¡con un par!).
Si en estos momentos existe un déficit generalizado de plantillas y la mayoría de los facultativos de un servicio son mujeres, ¿cómo se van a poder sobrellevar estas circunstancias? "Los problemas se dan fundamentalmente por las guardias, ya que sólo se pueden dejar de hacer por enfermedad, embarazo, lactancia o si eres mayor de 55 años. Antes, los hombres eran más numerosos que las féminas en un departamento y las guardias no se resentían. Si al déficit de pediatras se añade la feminización de la especialidad, el problema será mayor", señala Málaga (huy, huy, que a mí esto me huele a "envidia de útero"... Que estos varones se sienten discriminados porque ellos solo pueden dejar las guardias si se ponen malos o se hacen mayores, mientras que nosotras nos escaqueamos lindamente con la excusa de "es que estoy preñá" o "es que tengo que dar teta"... ¡Ay, pillines, que se os ve el plumero!)
La crisis y los recortes en Sanidad -que apenas permiten hacer sustituciones- están golpeando de lleno a las especialidades más feminizadas,  y quizás también a la mujer médico. "En estos momentos se sabe que si una mujer se queda embarazada nadie va a cubrir su baja como sucedía hace dos años. Esta situación te hace reflexionar cuando tienes que decidir si vas a contratar a una mujer", argumenta Lailla. (Ahí es nada: todo un señor jefe de servicio de un hospital y presidente de la SEGO se permite el lujazo de decirnos claramente y en nuestras redondas caras que él DISCRIMINA a la mujer por el mero hecho de tener útero y tetas en vez de un palito y dos pelotas. Señor Ladilla, mírese la Constitución, que ahí dice claramente que no se puede discriminar a nadie por su sexo... Claro que igual usted es fan de aquel espabilado que celebró la mayoría de edad de nuestra Carta Magna proclamando que "si la constitución fuese mujer se pondría de largo y si fuese ciudadano votaría")

Yo creo que una buena solución sería prejubilar a todo estos ginesaurios anticuados y machistones de sus puestos y sustituirles por "féminas" dispuestas a escuchar a sus esclavas, digo empleadas, y empatizar con ellas. Nada de contratar hombres, que además de ser muy pocos en la carrera, está claro que no están por la labor de cogerse bajas para cuidar de sus hijos ni a reducirse la jornada. ¿Qué tal así? Ah, no, que eso es discriminatorio e implica presuponer que todos los hombres son iguales y, claro, está feo... En fin, cada uno que saque sus propias conclusiones, pero a mí se me cierra el chichi en falso solo de pensar que mi salud reproductiva está en manos de señores tan viejunos mentales, reaccionarios y machistrógrados de asco como esta gente.

El afable Ladilla se ha hecho acreedor, por tanto, al premio Mojón de Oro en la categoría Machista de Mierda, con tantos y tan variados méritos, que no puedo sino otorgarle, fascinada ante su siempre sorprendente versatilidad, el prestigioso galardón:

Un precioso mojón chapado en oro para una de las mentes
más preclaras y glamurosas de la obstetricia española.
Ahí es nada. La he cogido de El Barón Rojo,
 Y ahora, me marcho a la piscina, pues estoy viendo que leer estas declaraciones tan impactantes al final me va a afectar y voy a tener que crear el premio Pota de Oro...

Se despide y se va a lucir bikini,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 10 de julio de 2012

Premios Mojón de Oro: primer galardonado

Queridas, queridos, ya tardábamos mucho en leer alguna estupidez proferida por un pretendido profesional. O quizá era yo, que estaba de vacaciones desconectada de mi cuasi omnipresente monotema, pero al volver a la realidad he recordado que tenía guardada para vosotros esta perla, que merece ser reproducida para el deleite y la risa de mis nunca suficientemente mimados fans. Leed y mantened vuestras mandíbulas sujetas para no quedar boquiabiertos por siempre jamás.

Queridas, queridos, qué a gusto me reí el otro día en la sala de espera (sí, a las divas también nos hacen esperar a veces) de mi esteticista, meneando mi divinamente calzado pie mientras leía un panfletillo autoproclamado "revista" en el cual se incluía un texto de un tal Manuel Marcos, que por lo visto dice que es jefe de servicio o algo así del servicio de Ginecología y Obstetricia de ciertos hospitales privados de esta nuestra Especomunidad autónoma... Al simpático obs-tétrico le dio por hablar de cesáreas y virgendelacosturatorcida, lo que soltó por esa boca (o por esos dedos)...

No os digo más que pedí la revistilla para llevármela a casa y leérsela a Muchomacho, quien me agradeció el gesto, pues de tanto descojone que le provocó el libelo que escribía aquel individuo ha hecho en tres minutos el esfuerzo equivalente a dos millones trescientas veinticuatro mil abdominales y se le ha puesto la tableta que ríanse ustedes, queridas y queridos, de cualquier jamonazo de revista, que mi Lord le da mil vueltas.

¿Que qué decía? Pues si la rescato del coche (a U-6 le pareció pura bazofia y la chupeteó hasta convertirla en pasta de papel apta para su reciclaje), os lo copio esta noche, pero de momento os adelanto que la culpa de la alta tasa de cesáreas que sufrimos en las Espéins y Olé es de las madres, claro, que nos da por preñarnos siendo ya casi octogenarias, nos sometemos a tratamientos de fertilidad y, claro, somos de alto riesgo desde antes ya de perder la virginidad.

Ah, y una cosa más total aún y que me encantó (aquí casi me orino encima si no llega a ser porque tengo el suelo pélvico de baldosa catalana y eso no hay quien lo haga temblar): las cicatrices uterinas previas (por ejemplo, por una cesárea anterior) son motivo de cesárea y programada, para más inri. Ole tus cojones, rey. Bien descansado te habrás quedado después de decir tamaño despropósito, que no solo es contrario a toda evidencia científica, sino que incluso es explícitamente desmontado por un organismo declaradamente conservador (conservador de sus ansias  de control sobre el parto) como es la SEGO, que afirma en sus protocolos que las mujeres con cesárea previa deben tener la oportunidad, si no concurren otros factores de riesgo, de intentar (al menos intentar) un parto vaginal. Ignoro si este individuo cobra por cada cesárea en metálico o en jamones o es simplemente que no quiere que se le oxide la mano de rajar y necesita practicar cinco o seis veces al día... Pero, sinceramente, lo siento por las mujeres que vayan a parir a alguno de los hospitales en los que él decide algo.

Así que, para premiar estas contribuciones al ejercicio abdominal, a la sanación por la carcajada y a la alegría en tiempos de crisis, magnánima como solo una diva puede ser, he decidido crear el Premio Mojón de Oro, en cuya primera edición galardono a este señor (perdonadme el eufemismo) en la categoría "Payasada de Altura". Y, como no hay premio sin estatuilla que lo represente, aquí tiene el señor (otra vez el eufemismo) Marcos su award, que espero recoja vestido de castaño como la ocasión exige:

¡Toma mojón! ¿O qué os pensábais? Que una, además de diva, es fina.
Por cierto, lo he cogido de aquí.
Y con esta importantísima noticia de alcance universal me despido, que mis retoños me reclaman para jugar a hacer bolitas de plastilina.

Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 26 de junio de 2012

A ti no te manipula tu hijo, te manipula Estivill

Queridas, queridos, María Berrozpe (Reeducando a Mamá), cuya inteligencia afilada y estiloso verbo son una inspiración para mí, humilde mortal protodiva, ha puesto en imágenes una idea cristalizada en mi divinamente bien peinada cabeza, aunque el germen fue, una vez más, una propuesta de la genial María (historia circular, ¿eh?, pero no os distraigáis de lo principal). Gracias, María, por hacer surgir la chispa de la idea y por plasmarla. Vamos, por hacer todo, en resumen.

Aquí tenéis, por tanto, de su puño y tecla, esta gran obra gráfica, que Warhol reclamaría para sí si no estuviese criando malvas de colores:

El de la izquierda da grimica, ¿eh?
La respuesta a la pregunta es evidente para nosotras, madres que somos conscientes de que nuestros hijos no lloran por gusto ni para limpiarse las córneas, pero creedme si os digo que charlatanes como el del cartel consiguen convencer a muchas de que sus hijos son poco menos que monstruos del espacio exterior llegados a sus úteros con el único objetivo de adueñarse de sus conciencias y dirigir su conducta como si ellos fuesen babosas cerebrales y ellas meros portadores de un parásito.

Y os dejo durante unos días, queridos míos, pues estoy oficialmente de vacaciones y voy a aprovechar el merecidísimo asueto para huir del ruido mundanal.

Edito, queridas y queridos, pues, llevada por la emoción del momento, olvidé mencionar un par de detalles: el viernes 29 de junio yo estaré contrayendo matrimonio, pero los que no estáis invitados al intimísimo enlace tenéis la obligación y el derecho de conmemorar el Día Mundial del Sueño Feliz, en el cual podéis colaborar bien participando en el grupo de Facebook o bien imprimiendo esta simpática postal e insertándola en cuantos ejemplares de la bazofia que publica este señor podáis encontrar. También podéis añadirle una copia de este maravilloso texto: El método Maridill (no, no soy yo la autora, que ya me lo habéis preguntado varios, pero la admiro rendidamente).


Me despido hasta el mes que viene,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 5 de junio de 2012

COPS: Cuerpo de Obstetricia, Partos y Saurios

Tengo una especie de alma gemela, queridas y queridos, que periódicamente me saca a rastras de los pelos del mundo real para volver a sumergirme en el mar del monotema obstétrico, proponiéndome temas y entradas con mucho acierto y más gracejo.

Debéisle, por tanto, a ella, más conocida en mi casa como Lady Cheerful, el que vuestra Diva adorada esté escribiendo solo para vuestros ojos mientras le hacen la pedicura a domicilio (cuando toque manicura, tendré que dejaros un ratito por motivos obvios) y, lógicamente, es a ella a quien debéis mandar un jamón por incitarme a teclear con mi habitual buen humor e ingenuidad.

Me cuenta, pues, esta amiga, que en Ceuta tuvo lugar el mes pasado un curso para capacitar a los policías en la atención al parto (¿os acordáis de que hace unos días hablábamos de que los TEDAX serían los más adecuados para atender la llegada de nuestros hijos al mundo? Pues para que veáis que aquí no inventamos nada). La información me hizo abrir los ojos hasta tal punto que cualquier pata de gallo incipiente que osase intentar hacer mella en mi marmóreo cutis resultó inmediatamente neutralizada. Por este lado, al menos, la lectura tuvo un saldo positivo.

Esto es un parto inesperado en plena calle y es peligrosísimo.
Si debéis atender uno, hacedlo con casco y escudo, como poco.
Quede claro, queridas y queridos, que, como ciudadana que paga sus impuestos y honrada cumplidora de la ley, soy muy fan de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, pero, por favor, permitidme que insista en que, en los tiempos que corren, que vivimos a golpe de tijeretazo por doquier, yo encuentro más útil formar a nuestros policías en disciplinas olímpicas como "Agarre de político chorizo por la solapa" y "Lanzamiento de mangante de guante blanco al calabozo" que en la atención de partos. Llamadme rarita si afirmo tajantemente que ahora mismo no es el momento de crear el COPS (Cuerpo de Obstetricia, Partos y Saurios).

Y ahora, sin más, pasemos a rosachiclear a discreción. Notaréis, al leer el texto, que la redactora no es muy ducha en su profesión y tiende a la repetición machacona de lo mismo una y otra vez. Tampoco sabe introducir una cita textual ni cuándo abrir y cerrar unas comillas, pero se lo perdonamos porque el contenido merece la pena.

La UFP organiza un curso para policías de atención a mujeres gestantes
El taller, que se celebra mañana en el Hospital Universitario, se impartirá por dos matronas a una treintena de agentes del CNP, Policía Local y Guardia Civil
Domingo, 20 de mayo de 2012
Ceuta, Tamara Crespo
La Unión Federal de Policía (UFP) ha organizado un nuevo curso de formación para agentes, bajo el título de ‘I taller práctico de actuaciones policiales ante mujeres gestantes en situación de riesgo’. La actividad, que se desarrolla mañana en el Hospital Universitario, cuenta como profesores con dos matronas y tendrá una duración de 5 horas. Los alumnos son 30 miembros del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), Policía Local y Guardia Civil. El delegado del Gobierno acudirá a la clausura.

El sindicato Unión Federal de Policía (UFP) ha organizado un segundo curso destinado a la formación de agentes tras el de guías caninos que ofreció en abril. En esta ocasión, se trata del ‘I Taller práctico de actuaciones policiales ante mujeres gestantes en situación de riesgo’, para el que, según explica el secretario general de UFP Ceuta, Fernando Guerrero, se han agotado las 30 plazas disponibles. Entre los alumnos de este curso hay, además de agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), miembros de la Policía Local y de la Guardia Civil. (¿No os parece estar en el "Día de la Marmota?")

La actividad, que se lleva a cabo con la colaboración del Ingesa, tiene como profesores a Luciano Rodríguez y Juana María Vázquez, matronas del Hospital Universitario, donde se impartirá con una duración de 5 horas lectivas. (¡Cinco horas! ¡Nada más y nada menos! Vamos, salen de allí sabiendo mucho más que muchas matrosaurias de las que pululan por estos hospitales de Dior... En cinco horazas te da tiempo a explicar cómo hacer una Kristeller, un chocolateo a ritmo de bachata y el protocolo de "azote a culo de niño recién nacido, estilo decimonónico")



Una formación “esencial”
Guerrero considera “esencial” la formación de policías en la rama sanitaria de auxilio a las víctimas para que estos puedan aplicarla en caso necesario”. La atención a mujeres gestantes en situación de riesgo y de niños recién nacidos estaría incluida en estos “parámetros”, tal como destaca el responsable de UFP. (Hombre, lo suyo es aplicarla en caso necesario; en caso no necesario, como por ejemplo que el que está en peligro sea un hombre, pues no hace falta ponerle de parto por todos los medios, pero me imagino que esas distinciones se enseñan en el completísimo curso de ¡cinco horazas!)

De ahí que en este caso se hayan decidido por un curso de esta naturaleza, que dado el éxito de convocatoria, podría convertirse en “precursor”, indica Guerrero, de otros relacionados con la asistencia sanitaria de urgencia fuera de los hospitales. (Pues a mí, tanto éxito me mosquearía: ¿no será que, con esto de la crisis, los policías, hartos de que se les multiplique el trabajo, han preferido reciclarse y meterse a médicos cursito a cursito?)

- Cariño, no se te ocurra llevarme al hospital;
prefiero ir a la comisaría, que me fío más de
la policía que de ciertos ginesaurios...
- Di que sí, nena, yo te llevo donde quieras.


.
En la memoria de este curso de UFP se explica que cuando se presenta un parto de forma inesperada fuera del hospital, “ya sea en un domicilio, en la calle o en cualquier otro entorno”, se carece del “respaldo y la garantía que ofrecen la tecnología y los medios de un paritorio”. (Bueno; por partes: en principio, cualquier parto se presenta de forma relativamente "inesperada", salvo que te den fecha y hora para la inducción. Quiero decir con esto que el 98,7% de las mujeres no somos portadoras de la mutación genética que hace que nos crezca un reloj de cocina en el ombligo que indica con un simpático "¡cling!" cuándo está listo nuestro bebé para nacer... Sigo: parir sin "respaldo" es incómodo, pero puedes apoyarte en tu marido, en una señora que pasaba por allí o incluso en una pared. Respecto a la "garantía", pues claro, es indispensable, ya sabemos todas que en un hospital no se muere nadie, nunca pasa nada malo, la oxitocina sintética sabe a fresa y el agua sale de los grifos dibujando un arcoíris...)


Cualquier persona puede estar involucrada en la atención a un parto de manera inminente”, continúa (pues dad el curso también al charcutero, al barrendero, al cartero y a los jubilados que miran las obras y zanjas del barrio), para agregar que se ven ejemplos de ello “a diario en los medios de comunicación” (a diario, a diario lo vemos. De hecho, en el informativo de Piqueras hay una sección llamada "Partos a fondo" y cada día sacan los mejores... Es más, creo que con lo del céntimo sanitario, en algunas comunidades, las embarazadas, taimadas y roñosas ellas, están llegando a extremos tan imaginativos como pedir a su médico que se asome "un momentito" para asaltarle en grupos de cinco en la calle pidiéndole la receta del ácido fólico, los resultados de las analíticas y que les atienda el parto ahí en medio, todo con tal de no pagar... Un sindiós, vaya). “En cualquier circunstancia podemos presenciar una situación obstétrica de menor o mayor urgencia, pero nuestro adiestramiento y los pocos medios que tengamos en un momento determinado pueden salvar la situación”, señala (Que síiiiiií, que en cualquier circunstancia, que lo vemos "a diario": en la cola del supermercado, en el cine, montando a caballo, en la piscina... Ah, no, espera, esto era de un anuncio de tampones. Bueno, el caso es que las embarazadas son una raza peligrosísima que se caracteriza por su tendencia a expulsar niños por la vagina sin previo aviso y a velocidades que ríete tú del hombre-bala y, claro, hay que estar preparado para atar el cordón umbilical con el de nuestra bota y decirle a la madre cuándo empujar o se nos descontrolan).

Por ello, el objetivo general del curso es que los cuerpos de seguridad del estado, autonómicos y locales “sean capaces de garantizar la salud de la mujer y del recién nacido en la atención a un parto inminente fuera del hospital o del paritorio, así como identificar y tratar las complicaciones obstétricas que puedan aparecer” (creo que te dan fe de la "garantía" pegándote una etiqueta en el chichi que dice "Revisado y conforme" y en el bebé otra que dice "Entregado el día x a las x:xx)
Los objetivos específicos se centran en “identificar el material necesario y conocer la actuación para asistir al parto en cualquier entorno (casa, ciudad, club de  campo, avión, piscina...), prestar apoyo psicológico, aplicar los cuidados iniciales al neonato y actuar ante diferentes complicaciones”.

Teoría y práctica
En la parte teórica se ofrecerá a los alumnos nociones sobre el material mínimo necesario en un parto (eso os lo digo yo: se necesita una mujer de parto. El resto, sobra); los cuidados iniciales del bebé sin material médico (también os lo digo yo: piel con piel con su mamá y una mantita por encima); las urgencias, como hemorragia o parto de nalgas, y situaciones “especiales”, un apuñalamiento o el caso de una gestante politraumatizada por accidente o agresión. La práctica, de tres horas, consistirá en simulaciones de parto en diferentes escenarios, “ambulancia, vía pública, casa...” (y digo yo: en la ambulancia, ¿no hay sanitarios que atiendan a la mujer?)
El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, ha aceptado la invitación de UFP para asistir a la clausura del curso y entrega de diplomas, que tendrá lugar a las 20.15 horas en la sala de lectura del Hospital Universitario (los diplomas serán insertados en el backdoor de cada alumno y expelidos por el mismo lugar como parte de las prácticas de "parto de nalgas").

En fin, queridas y queridos. Ahora en serio: ¿no sería más fácil preparar a las mujeres y a sus acompañantes para reconocer una emergencia en el momento de parir? Quizá yo sea una ilusa, pero ¿no es ese uno de los objetivos de la llamada "preparación al parto"? Ah, no, que el objetivo es aprender que la epidural es chupi-guay y que la episiotomía se cura con rosa mosqueta...

Al fin y al cabo, quienes parimos somos nosotras y no creo que por dar un curso de cinco horas a un policía (sin desmerecer su labor, ojo, que no vamos por ahí), este vaya a estar especialmente capacitado para atender un parto de nalgas... Es más, si en un curso de cinco horas queda formado para ello alguien que no tiene experiencia en estas lides obstétricas, ¿por qué narices se programan todavía cesáreas por nalgas en tantos hospitales? ¿Será que se están cachondeando de nosotras y que, oh osadas, podríamos parir por vía vaginal a nuestros cachorros aunque no vengan con el cráneo por delante?

Empiezo a sentirme un poco cansada de que, cuando te quedas embarazada, todo el mundo se sienta con el derecho de meterte miedo, controlarte y manipularte. Todo el mundo está más preparado que la mujer para ayudarla en su parto, ella es la última mona de la fila y la que menos sabe del asunto. Resulta que cualquiera con una caca de cursillo de cinco horas (de aquí descontad el ratito del coffee break y a ver qué queda) tiene más conocimientos que ella y, claro, estará en su derecho de decirle "señora, déjeme hacer, que yo soy el que sabe y si no, la anestesio de un porrazo en la cocorota". Cualquier cosa menos dotar de conocimientos a la embarazada...

Dejo aquí la reflexión y procedo a poner mis manos al servicio de la belleza.
Lady Vaga,
la diva que divaga.
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