jueves, 3 de mayo de 2012

Donde dije "digo", digo "higo": Oda a un jefe de servicio

Donde dije "digo", digo "higo"... Queridas, queridos, permitidme esta licencia poética y muy propia de mi querido monotema para aludir, sin más pretensión que mi vena lírica y mi deseo profundo de poner de manifiesto mi estupor, a la emisión del programa de La Sexta TV llamado "Baby boom".

No me regañéis, por cierto, por no haberlo comentado antes, pues mi necesidad de asueto en familia excedía mis ganas de escribir y me ha obligado a postergar la redacción de este texto con el que ahora os regocijáis, ¡oh, admiradores míos!

En fin; la Diva, reclinada en su chester, no puede sino alucinar con las historias que nos trae este primer y prometedor capítulo... ¿De verdad que a nadie se le cae la cara de vergüenza por (mal)atender así los partos? ¿Qué es eso de mandar callar a una mujer de parto? (Inciso lúdico en este punto y recomendación para parturientas futuras: si una comadrona os manda callar, arreadle tremenda patada en la parte de su anatomía que más cerca os pille; si, previsora ella, os hubiere atado las piernas, utilizad la mano para soltarle una tollina justiciera o, en su defecto, emplead el brazo del gotero a modo de lanza cual caballero en medio de un torneo; Dior os lo pagará y será indulgente con vuestro arrebato propio de una dama bien nacida) Sumo y sigo, ¿por qué hay que estar tumbada para parir? ¿De verdad que todos los profesionales que salen en el vídeo son completamente ignorantes de la evidencia científica? ¿Ninguno ha atendido partos en cuadrupedia, por poner un ejemplo facilito? ¿Por qué no se van a infantilizar a su vecino el del quinto o al que les vende el periódico?

Ítem más: ¿Nadie en ese hospital se ha leído -no digo ya estudiado, ni mucho menos interiorizado- la Estrategia de Atención al Parto Normal, que data de 2007?

Donde dije "digo", digo "higo". Esto es lo que debió de pensar don Ángel Aguarón, jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Gregorio Marañón, después de limpiarse el culo con firmar la Estrategia de Atención al Parto Normal, en cuya redacción, según parece, participaba como representante de la SEGO (esos tan simpáticos que reclutan para su gacetilla a los mejores humoristas gráficos de nuestro tiempo). Menos mal que su despiste no es solo selectivo y, además de olvidarse de aplicar lo que él mismo predicaba (presuntamente, que así están las cosas y uno es UN inocente hasta que se demuestre lo contrario) se olvidó también de eso tan bonito de quod scripsi, scripsi y de que su firma seguiría ahí por mucho tiempo para alerta y aviso a las mujeres...¿O no? ¿O este desliz es parte de un plan mucho más amplio y terrorífico?

- ¡Parto a parto, dominaré el
mundo! ¡Mua-ha-ha-ha!
¡Temblad, preñadas!
Donde dije "digo", digo "higo" y esto de la Estrategia, señoras y señores, es para mí un "parto entre caballeros", se dijo para sus adentros el simpático jefe de servicio, refocilándose en su intrínseca malignidad desmesurada, pues todos allí ignoraban su maléfico plan, a saber: pasar como un campeón de lo propuesto y firmado, hacer en su servicio lo que le saliere de sus mismísimos e hirsutos testículos jamás rasurados por protocolo alguno y, no satisfecho con tamaño despropósito, exhibirlo en la televisión nacional en prime time, para mostrar a las Espeins y más allá que para parir hay que tumbarse, "levantar el culete", estar calladita y empujar a las órdenes un-dos-tres-empuja-otra-vez de la matrona de turno.

Y que no se me subleven las parturientas locas de la vida naturalistas, que ahora mismo hago un avioncito con cada plan de parto, lo empapo en ántrax, se lo mando vía aérea y aquí paz y después gloria. Hombre ya.

Y hasta aquí, queridas y queridos, la perorata de hoy, que no es sino una pequeña paja mental producto de mi inconmensurable perplejidad ante el impudor de ciertas personas y la falta de respeto que su actitud demuestra hacia un documento, la Estrategia de Atención al Parto Normal, que ha costado mucho tiempo, esfuerzo y trabajo y al cual personas comprometidas con la atención al parto y muy válidas han dedicado horas robadas a familia, estudios, proyectos y tiempo libre, como para que la hipocresía de algunos individuos ponga de manifiesto que hay gente (me niego a llamarles profesionales, lo siento) para los cuales el contenido de dicha Estrategia es papel mojado desde antes incluso de ser impresa.

Gracias a quienes siguen trabajando por mejorar la atención al parto en nuestro país y a La Sexta, que supongo que sin querer, nos ha regalado una oportunidad de oro para que los que no se creían lo que les contamos vean con sus ojillos que sí, que es verdad, que hay mucho borrico tratando "como ganao" a la mujer de parto.

Me despido y me voy a echar una siestecita,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

jueves, 19 de abril de 2012

"Ayuditas" que os podéis meter por donde os quepan: la Kristeller

Queridas, queridos, emerjo de mi laboral retiro entre chirriantes sonidos de ultratumba al más puro estilo de Nosferatu (algo así como "ñeeeeeeeec, crrrrrrrrrrj, ñiiiiiiiiiiiii-ñiiiiiiiiic, ¿quién oooosa perturbaaaar mi sueeeeeeño?"), pero en guapa y maja, para castigar con el látigo de mis rosachíclicos chascarrillos a los inoportunos que se atreven a publicar memeces interneteras con la aviesa intención de asustar, someter y fustigar a las embarazadas que pueblan estos mundos cibernéticos de Dior.

"Mamooooneeeesss, como os arree con toa esta mano abierta
sus quito la tontería forever and eveeeeeer".
Henar, Adela y Marian son las responsables de que la esplendorosa Vaga haya abandonado su letargo remunerado para arrear con el tacón de los domingos a unos esperpentos de esos que escriben porque tienen dedos y a los cuales les irían macanudamente esos reglazos bien dados que se daban antes y que vuestros padres podrán relataros con detalles (básicamente, consiste en poner la mano hacia arriba con los dedos juntos como si fueses un italiano típico de película diciendo "ma che coooosa" para que el profesor de turno los golpee todos de una vez con la regla. Dicen que, del dolor, ves estrellas, constelaciones y hasta el número de la primitiva en tecnicolor).

Pero divago, divago. Vamos al grano, al meollo y a la sustancia, que en esta ocasión, viene de la desastrosa pluma de nuestros petardos amigos de Natalbén. Resulta que a estos espabilados se les ha ocurrido hacer una especie de engendro (ups) web sobre el embarazo y nos regalan perlas tan maravillosas como la que cito a continuación, comentada en rosa para deleite de mi amiga Anahi (es su color favorito de siempre-siempre):

El parto - Periodo de expulsivo: Maniobra de Kristeller


Maniobra de Kristeller.
"Simultáneamente" lleva tilde, pero aquí lo gordo es que,
tal como lo pintan (la ilustración es de Natalbén), yo diría
que esta señora ni siquiera ha borrado aún el cuello del
útero... Si el médico quiere apretar algo, ¿qué tal si aprieta
el culo y se va a dormir un ratejo mientras la mujer
pare tranquilamente?
Se realiza empujando con los puños o el antebrazo la parte superior del útero coincidiendo con la contracción y el pujo de la madre (los que la hacen podrían probar a meterse el puño por el OGT unos a otros, a ver qué se siente, y si les gusta yo les doy la dirección de un castillo inglés tela de chulo donde, a buen seguro, encontrarán variedad de instrumentos de tortura/placer de tamaños y formas para todos los gustos). Se suele emplear esta maniobra cuando el expulsivo es muy prolongado,  el feto es muy grande o cuando la madre está cansada y no tenga  fuerza por la anestesia epidural. Bueno, es que no me voy a molestar ni en remitirles a la OMS; me quedo por España y les recuerdo que la propia SEGO en 2007 ya especifica que esta animalada está contraindicada para facilitar el descenso del bebé. Y digo yo, ¿a qué llaman los de Natalbén "expulsivo prolongado"? ¿Serán esos expulsivos que amenazan con prolongarse más allá del turno actual y enmarronar a los que vienen detrás, impidiendo eso tan bonito de "dejar limpio" el paritorio? ¿Y un feto grande qué es? Por cierto, Natalbén, algunas mujeres encontramos más agradable que las empresas que quieren vendernos sus productitos llamen a nuestros hijos "bebé" en vez de "feto". Somos unas locas quisquillosas, pero el cliente siempre tiene razón, ¿no? Pues hala. El camino de Parla se lo saben, ¿verdad?
El uso de la Maniobra de Kristeller no significa que algo vaya mal (no, significa que te ha tocado una matrona un poco hijadeputing, ignorante, inconsciente o todo junto), sino que es una ayuda más para el parto (una ayuda tan valiosa como meter el dedo en el ojo a la parturienta, meterle Coca-Cola por la vía o recitarle la lista de los reyes godos a modo de mantra para mejorar su concentración). Siempre la realiza un profesional, ya sea ginecólogo o matrona (esto ya es recoña marinera, ¿quién la va a hacer si no, el que lee el contador del agua? ¿Un espontáneo? ¿La señora de la limpieza?).
La maniobra de Kristeller puede ser dolorosa dependiendo de la presión ejercida (¡no jodas! ¿Qué tal, entonces, si se la hacéis a vuestro padre a ver si os mete dos guantazos en agradecimiento?).  A veces, si la fuerza aplicada es muy grande, la mujer puede quedarse sin aire momentáneamente (pero solo un momentito, ¿eh? Si no, no es Kristeller, es intento de homicidio, creo).
En el postparto pueden sentirse dolores tipo "agujetas" en la zona superior del abdomen secundarias a la maniobra de Kristeller (pero ni os enteraréis, porque fijo que también os habrán cortado el chirri y seguro que eso duele más...). En ocasiones pueden aparecer pequeños hematomas si la fuerza ejercida ha sido muy grande (¿pequeños hematomas por una fuerza muy grande? ¿Nadie ha visto cómo le queda la barriga a más de una y más de dos tras la dichosa "ayudita"? ¿Son todos imbéciles?)

Bueno. Hasta aquí, las notas al margen joco-cabreadas de una servidora. Ahora, me gustaría recordar a estos señores tan listos que está muy feo decir mentiras y escamotear datos a las inocentes preñadas que les leen en busca de información y sosiego. Pero como yo no soy profesional de esto de la salud, sino una mera usuaria, aprovecho para citar a la maravillosa Mireia Marcos, comadrona con una gran experiencia a sus espaldas, en un comentario que ella misma dejó aquí hace cinco añazos (sí, ya sé que ese texto al cual ella respondió también da para comentar en rosa, pero vayamos por partes, amores; respeto sintaxis y ortografía originales): 

Sobre kristeller, La maniobra de Kristeller es una malpraxis denunciada por la OMS, sus riesgos son desprendimiento de placenta, lesiones leves y graves a la madre, hemorragia, muerte fetal y materna, y asfixia y sufrimiento fetal. Se hace sin justificación para acelerar más aún el expulsivo por interés de los medicos que asi se van a otra cosa mariposa. En los países civilizados está prohibida y si alguien la practica SE LE EXPULSA del cuerpo profesional y a juicio. Es un atentado contra la salud y los derechos humanos. En España es una verguenza que aun se practique, pero más vergonzoso que las madres crean que fue una ayuda. 

Esto, para que digan que es una ayuda; sí, una ayuda de las que no recomendaría ni a la doctora Carnicera, que tuvo a bien rajarme cuando nació mi primer hijo. En fin: que si buscáis información fiable sobre el embarazo y el parto, no lo hagáis en Natalbén (ni en este blog tampoco, dicho sea de paso), que os la cuelan sin pudor.

Ahora, me marcho a preparar la ropa para mañana, que es laborable.

Lady Vaga,
la diva que divaga. 

sábado, 17 de marzo de 2012

Lady Vaga debe morir

Queridas, queridos, sé que os he dejado más tirados que un par de zapatos de la temporada anterior y que es del todo inadmisible que una diva como yo prive a sus admiradores, fans, acólitos y secuaces de su luminosa presencia y radiante estilazo, pero, qué queréis, a veces la vida real, esa prosaica sucesión de acontecimientos presuntamente encadenados por eso de la causa-efecto, me mantiene alejada de este rinconcito nuestro de relax y expansión.

Lo cierto es que últimamente no tengo ganas de escribir. Para qué negarlo. Me digo a mí misma que voy a hacer tal o cual cosa para el blog, pero el cuerpo no me lo pide; supongo que estoy atravesando otra etapa. No es que no haya noticias que me hagan salir la mala uva a raudales o que no me lleguen casos que merecen ser contados; no es eso.

Estoy dedicándome a disfrutar de mis pequeños, cada día un poco menos pequeños, O.G. y U-6. Como este no es un blog de maternidad al uso, no me entretendré contandoos sus proezas físicas y lingüísticas, las cuales, ya podéis imaginar, me hacen babear hasta el punto de la deshidratación (lo cual es fatal para el cutis y estupendo para las vendedoras de cremitas y potingues con quienes me cruzo al hacer ejercicio de consumismo), pero os diré, en resumen, que el martes me reincorporo a la vida laboral y que, por tanto, estoy apurando cada momento junto a ellos lo mejor que puedo. Sé que lo entendéis y que no me condenáis a mí, sino a la coyuntura económica que obliga a vuestra diva a arrimar el hombro (sin hombreras, pues no las necesito ni me gusta su ochentera estética) para levantar la imagen y el PIB de nuestras Espéins y Olé.

Así que, queridas y queridos, no puedo deciros cuándo volveré (aunque siempre que me planteo dejar de escribir un tiempo, de pronto me vienen a la cabeza todas las ideas y a los dedos las cosquillitas), pero estoy segura de que lo haré. Al fin y al cabo, gracias a todos vosotros, que me habéis apoyado y animado, estoy aquí, con U-6, disfrutando de su presencia, cuando nos lo pintaban negro.

Hace un año, por estas fechas, yo estaba postrada en una cama de hospital, pensando que jamás conocería a mi hijo. Ahora, le tengo junto a mí, luchando por morderme el ordenador. Gracias a todos los que nos habéis acompañado; jamás sabréis cuánto nos ayudásteis.

Besos casi currantes,
Lady Vaga.

P.D.: El título no augura un suicidio-bloguicidio seguro, solo mi temporal retiro total o parcial, según el trabajo y las autoridades (es decir, mis hijos) lo requieran.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Ruth, próxima llegada a Ítaca

Queridas y queridos, permitidme que en esta ocasión me dirija a una persona que ha aparecido en mi vida hace unos meses y a la que he cogido mucho cariño, por su especial vulnerabilidad y su valentía. Es más, hasta me voy a poner seria y todo, ¡venga!

Querida Ruth: esta carta es para ti, enterita y todita, desde el encabezamiento hasta la despedida. Es para ti porque me siento un poco "madre" contigo, aunque cuando tú naciste no andaba yo todavía en el "equipo fertilidad"; bueno, qué narices, no andaba ni siquiera en el "equipo preadolescencia"... En cualquier caso, he seguido la historia de tu embarazo y nos has permitido saber de tus miedos, tus anhelos y tus peripecias.

Sé que eres una persona valiente con una gran tendencia a comerse el coco. Creo que esto debe de tener que ver con cómo funcionó tu primer parto y con ese miedo a lo desconocido que no pudiste vencer entonces (¿cómo vencerlo, si no te dieron la ocasión?). Sobredimensionas lo negativo, eso es algo que a veces me ha hecho tener ganas de agarrar mi mejor sartén y estampártela en la cabeza, pero creo que, pese a todo, te las estás arreglando para crecer en este camino y para utilizar cada piedra que te encuentras como un apoyo para continuar ascendiendo.

¿Recuerdas cuando buscabas quien te atendiese el parto? No tuviste problema en viajar hasta Madrid, en pelear contra viento y marea, en visitar a diferentes profesionales, en buscar lo mejor para tu bebé y para ti, ¡si eso no es ser valiente, no sé qué lo será! Y ni aun así te me relajas. Eres muy dura contigo misma y no te mereces machacarte como lo haces, querida mía.

Eres muy joven y, a pesar de ello, tienes las cosas muy claras. Sabes que tu mayor obstáculo es el miedo al dolor y yo te digo: no lo temas. El dolor es, en este caso, un poderoso aliado. Piensa que no es lo mismo sentir dolor que estar sufriendo... ¿Cuánta gente no se somete voluntariamente al dolor porque es consciente de que el fin lo merece, por ejemplo, al hacerse un tatuaje o un piercing? Vale, soy la menos indicada para poner esa comparación porque mi fantástico traje de piel está intacto, pero creo que para el caso me sirve, burdamente, y si no pensemos en, qué sé yo, la depilación con cera... Porque el dolor del parto es el más útil del mundo, ¡te trae a tu bebé! ¿Hay mayor recompensa?

Querida Ruth, quiero que sepas y tengas presente que tu parto será tuyo, fantástico e intenso, gozado y disfrutado, desde el momento uno. Y quiero que recuerdes mis palabras cuando tengas a tu bebé en brazos (esto es mucho aventurar por mi parte, oxitocínica perdida como estarás, pero bueno, ahí lo dejo): "¿ves cómo podías, pedorra?"

Besos de una diva que te aprecia,
Lady Vaga.

martes, 21 de febrero de 2012

Un perro para cada embarazada: derecho inalienable

Mi amiga la Guiri no me deja descolgarme de la actualidad e interrumpe mi bien merecido retiro faringítico para darme malvadas ideas derivadas de la lectura de noticias como esta: según El Mundo, las embarazadas que tienen perro hacen más ejercicio que las que no. Por supuesto, ante tan reveladora información, mis ojos se han abierto hasta que he escuchado "clonc, clonc" y he tenido que bajarme de los tacones para recoger mis globos oculares, que habían utilizado mis nervios ópticos para hacer puenting sin temor al viento ni al vértigo. ¡Albricias! ¡Qué descubrimiento tan sesudo! ¿No os parece, queridas y queridos, que un estudio de tanto alcance bien podría firmarlo el ínclito Dr. Zoidberg?

En fin. Como no me queda otro remedio, paso a la rosachiclez pertinente y os copio la noticia en cuestión, que no es que no tenga desperdicio, es que solo merece ser impresa si la vais a usar para asear vuestras posaderas después de ingerir, digerir y defecar medio kilo de ciruelas.

Un perro para las embarazadas

AFP
  • Tener mascota ayuda a cumplir las recomendaciones de ejercicio diario
Las embarazadas que tienen perro hacen más ejercicio. Según un estudio publicado en la revista 'PLoS One', cumplen con los 30 minutos diarios recomendados en un 50% más que las mujeres que no tienen mascota (un momento: ¿hacen un 50% más de ejercicio que las que no pasean a sus perros o de todas las mujeres que hacen ese ejercicio recomendado, las que tienen perro son un 50% más?). Dados los beneficios de esta práctica sobre la salud, los investigadores proponen incluir esta forma de paseo en compañía como estrategia para mejorar los hábitos de las gestantes (sí, hombre, yo que me paso los embarazos haciendo pis cada diez minutos, si encima tengo que pasear al perro ya puedo ir con una bolsita... Pero para recoger lo mío, ¡anda ya!).
Uno de los autores del sesudo y profundo estudio, disponiéndose
a quitarse un "paluego" de entre los dientes con instrumental de
última generación.

Como argumentan los autores del artículo, de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), numerosos estudios demuestran que "la obesidad o una subida importante de peso durante el embarazo puede afectar tanto a la madre como al bebé. Por ejemplo, podría ocasionar dificultades en el nacimiento o tener implicaciones en el desarrollo de una futura obesidad del niño" (sí, es mejor no coger nada de peso para tener un bebé bien flaquito y llevarlo a la Mercedes Benz Fashion Week recién nacido, ¡a rentabilizar el embarazo YA!)

Según Jackie Calleja, ginecólogo del Hospital Universitario Quirón Madrid, se sabe que "la actividad sedentaria junto a una dieta poco equilibrada y sobrepeso son factores de riesgo para desarrollar enfermedades que aparecen en el segundo y tercer trimestre de la gestación, como la preeclampsia, la diabetes gestacional, fatiga..." (y, of course, paseando a un perro se quita todo eso, está claro: de golpe, comeremos fenomenal y nos pondremos más tonificadas que Jane Fonda cuando sacó el primer VHS... Ay, Jackie, cómo nos gustan las predicciones apocalípticas...).

Por estas razones, recalcan los expertos del estudio británico, los médicos hacen un seguimiento constante del peso y aconsejan realizar ejercicio diario. El ginecólogo español da algunas pistas: "Conviene hacer ejercicio, no deporte, aeróbico entre 30 y 40 minutos tres o cuatro días a la semana. Yoga, pilates, jogging, natación para embarazadas, pasear en bicicleta, caminar. Lo importante es que la embarazada esté activa y se mueva a un ritmo normal, a una intensidad media. Por ejemplo, en media hora pasear unos dos kilómetros" (bueno, eso es razonable. Pero creo que es lo mismo que cuentan a los viejitos del Saber Vivir cada mañana y a ellos no hace falta amenazarles con cataclismos, oye...)

Normalmente, las gestantes optan por caminar (sí, las preñadas nos volvemos muy perezosas y de volar pasamos), señala Carri Westgarth, uno de los autores de la investigación. "Aunque ya se había demostrado que tener perro aumenta la actividad física en los adultos en general, este es el primer estudio que valora esta relación en las embarazadas", agrega (¿será porque es una gilipollez de estudio?).

Y la respuesta es afirmativa (o sea, que sí es una gilipollez. Gracias). Después de analizar a más de 11.000 gestantes, "observamos que tener uno o más perros les ayuda a alcanzar los 150 minutos de ejercicio recomendado a la semana" (¡hagámoslas tener doce perros, entonces, y parirán bebés vigoréxicos! Eso si no se nos infartan antes, corriendo tras tanto can, claro). Los resultados muestran que tener mascota es una motivación y "obliga a mantener actividad física diaria", ya que supone un compromiso con el cuidado del animal (nos ha jodido, es que generalmente la gente que tiene animales los quiere muchísimo y no pasa de ellos por estar embarazada, por estar el tiempo malo ni por chorradas...). Sin embargo, aclaran los investigadores, no se puede decir que la compañía de un perro esté relacionada con menor peso durante la gestación. Lo que sí se puede decir es que ayuda a promover el ejercicio durante esta etapa, por lo que convendría "estudiar cómo puede incluirse como estrategia de salud y analizar qué tipo son las más adecuadas", entre otros factores (traducción de la última cita literal: "convendría estudiar cómo podemos seguir sacando pasta a la universidad para que nos financie estas chorrimemeces y podamos continuar viviendo del cuento sin dar ni palo).

"Doctor, a mi ama no le pone oxitocina ni
Rex, así que váyase a dormir y déjela parir
sin zarandajas. Le llamaré si le necesita."
Bueno. Yo tengo que decir que esta noticia me ha dado que pensar y he llegado a la conclusión de que está muy mal enfocado el estudio. No es por el ejercicio por lo que yo querría un perro, sino por protección. Considero muy necesario, a la luz de los hechos de los que cada día tenemos conocimiento, que el estado regale a cada embarazada un perrito. Pero no un caniche ni un perrito de aguas de esos tan monos que caben en un bolso divino, no: un pitbull, un rottweiler o un mastín. Un perrito bien grande y hermoso, de esos que hace que te tomen en serio, vaya.

Ya me estoy imaginando las visitas al ginecólogo, esas salas de espera llenas de mujeres embarazadas sujetando la correa de sus perros, por supuesto bien adiestrados y convenientemente puestos sus bozales, y la escena en consulta:


¡Chispi gruñó al doctor que quería cortar
la vagina a mi mamá y se orinó en sus
zapatos! No, Chispi no... ¡El doctor se
orinó solito! ¡Gracias, Chispi!
- Señora, desnúdese que le voy a hacer el tacto de las 38 semanas.
- Huy, doctor, no creo que a Pupy le guste eso... Mire cómo le gruñe a usted...
- Esto... Bueno, bueno, ¡si no hay necesidad! Hale, hasta la semana 40, que está usted como una rosa, señora mía. ¡Mis recuerdos a su esposo!
- Gracias, doctor... Pupy, suelta la pata de la silla... ¡Perrito bueno!

O en Registro:
- Señora, que aquí no cogemos planes de parto de esos, que el médico es el que decide, hombre...
- Pues si no me lo cogen, no puedo llevarme a Pupy a su paseo, y se pone de un mal humor...
- Haberlo dicho antes, mujer, hablando se entiende la gente... Y dígale a su perro que no me mire tan fijamente...

Le encuentro muchísimas aplicaciones, también, en el propio paritorio. Por ejemplo, para garantizar que se cumple nuestro plan de parto: ese gine espabiladito que se acerca a coger la tijerita para cortar chichis de señoras de parto y, de repente, ¡zas! El simpático Pupy le atenaza la muñeca... ¡Ay, cuánta felicidad!

¡Lassie for president... de la SEGO!
O en la puerta del paritorio, oliendo (una vez formado adecuadamente en unidades especializadas de Servicio a la Parturienta y al Bebé, por supuesto) a todo el que ose entrar y descartándole si lleva más metal del debido en los bolsillos o si su excesiva sudoración deja entrever sus aviesas intenciones...

Sin olvidar, por supuesto, la siempre oportuna restricción de las visitas una vez nacido el bebé y el mordisqueo a tiempo del bajo del vestido de la tía Herminia si continúa diciendo "ay, nena, ¿otra vez al pecho? Pero si tú de ahí no sacas más que agua, que las mujeres de nuestra familia no tenemos leche, ¿no le ves que se queda con hambre?

Qué, ¿cómo lo veis? ¿Tiene bastante sentido lo que propongo o me vais a hacer lanzar una campaña?



Besos subversivos,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

¡No sin mi vía! Una iniciativa solidaria

Queridas, queridos, abandono mi espiritual retiro de estos últimos días (en casa estamos todos pachuchos, los niños pasando su hermoso catarro de vías altas y yo dedicada en cuerpo y alma a mi faringitis, que ya hubiese querido Linda Lovelace una así para escaquearse de rodar aquel bodrio hoy elevado a los altares del retro-porno) para hacerme eco de una iniciativa jocosa a la par que oportuna que nos propone, así en resumen, acabar con el privilegio que las parturientas tienen cuando llega el momento de nacer su bebé: la vía, así en negrita lo pongo para que os enteréis bien.

¿Vosotros sabíais que, estadísticamente, es mucho más fácil morirse de un infarto que durante el parto? Y, sin embargo, el pequeño jefe de servicio del Hotel Espe considera que sin vía no se puede parir (aprovecho desde aquí para recordarle que Paula, Rabbit y yo lo hicimos y aquí estamos, vivitas y dando por el saco) y lleva su convencimiento hasta el punto de sugerirnos que, si no queremos estar "conectadas" durante el parto, lo mejor es que nos busquemos otro hospital... ¡Ole! ¡Como si ese no fuese mi hospital público de referencia y no lo pagase con mis impuestos!

El caso es que parece que hay cosas mucho más peligrosas que parir y a esa gente nadie les pone una vía. Lamento profundamente que ellos no den con un jefe de servicio tan implicado y preocupado por ellos, alguien que les canalice una vía según se levantan por la mañana y se la llene de oxitocina non-stop con mimo a lo largo del día... Por eso yo ya he firmado y apelo a vuestro sentido del humor, vuestro sentido común y vuestro sentido de la moda para que hagáis lo mismo.

¡O nos ponen tubito a todos, o la parturienta al río! ¡Basta ya de discriminación!

Y ahora, me marcho a descansar, que me espera un té caliente.

Besos estilo la dama de las camelias,
Lady Vaga,
la diva que divaga.
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