lunes, 23 de enero de 2012

Carta a Melani Olivares

Querida Melani, no tengo el gusto de conocerte. Tú a mí tampoco (todo se andará), pero no quiero dejar pasar la ocasión de escribirte unas líneas para felicitarte por el nacimiento de la preciosa Manuela.

Leí hace unos días tu entrevista en El Mundo acerca de tu intención de parir en casa, que recibí con alegría y entusiasmo. Para todas las que defendemos el derecho de la madre a escoger la manera de traer a sus hijos al mundo es un motivo de orgullo que vosotras, las mujeres con proyección pública, habléis abiertamente de vuestros planes y deseos para el parto, aun antes de parir. Sé que te arriesgaste mucho exponiéndote así ante la opinión pública y que no todos los comentarios vertidos sobre el tema fueron halagüeños ni mucho menos, pero eso solo te convierte en todavía más valiente ante mis ojos.


Querida Melani, desconozco las circunstancias en las que transcurrió tu parto o qué profesional te atendía; no puedo (ni debo) valorar los motivos por los que se estimó necesario vuestro traslado al hospital, pero estoy segura de que fue imprescindible y espero que en el hospital te tratasen con todo el respeto y cariño que merece cualquier mujer de parto (esta parte me cuesta un poco escribirla con prosa comedida, dado que mi primer parto también fue atendido en ese lugar y la escena fue rocambolesca, como ya conté aquí hace unos meses).

Escucharás, a partir de ahora, muchos comentarios de iluminados varios que irán desde el cauto "menos mal que fuisteis al hospital a tiempo" hasta bravuconadas e insultos diversos que mi clase y educación me impiden reproducir, aunque no imaginar. Querida Melani, no les hagas el menor caso. Tú tomaste una decisión consciente, informada y meditada, la decisión de que tu hija naciese en vuestro hogar, rodeada de amor y de profesionales preparados, y eso es lo que cuenta. Por supuesto, los hospitales están para las urgencias y ese fue vuestro caso. Bienvenidos sean, entonces, todos los avances de la ciencia médica y cuantos procedimientos sean imprescindibles para garantizar vuestra seguridad y bienestar. Quédate con eso. No prestes oídos a las chorradas apocalípticas que oirás/leerás durante las semanas venideras. Has dado a tu hija la oportunidad de decidir cuándo nacer, habéis vivido el comienzo del parto en casa aunque su desarrollo haya hecho necesario trasladarse al hospital. Has actuado con toda la sensatez y prudencia de una mujer informada y sabia, avalada por la evidencia científica, y eso te honra.

Gracias, Melani, por poner cara a todas las que hemos parido o querido parir en casa alguna vez. Para mí, has parido como una campeona.

Lady Vaga,
la diva que divaga.

viernes, 20 de enero de 2012

¡Anillad a vuestros hijos cual paloma mensajera!

Las anillas de la paloma son mucho más pequeñas
y discretas que el trasto que ha inventado ese
señor, pero también es cierto que el trastito es
blanco y va con todo...
Beatriz me cuenta que el GPS anti-mangantes-de-niños ya está en funcionamiento en un hospital de León y yo empiezo a verle las ventajas... ¿Qué tal si se lo dejan al bebé puesto de por vida y así puedo localizar a mis vástagos si se piran de farra contraviniendo mis maternales instrucciones? Por decir algo, porque a la vista de la pinta del trastejo de marras, más incómodo no puede ser...

Y hasta aquí este tema. Solo diré una vez más que lo más fácil, barato y rápido es no separar a los bebés de sus madres, ni para ir al nido, ni para lavarlos ni para llevarlos a pediatría ni a las rebajas de enero. No seamos tan imbéciles, por favor.

Cabreada de oír tanta tontería, me despido.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

Lord Muchomacho rescata a Lydia Bosch

Para mis queridas Twins, divinas y enteradas siempre.

Os adelanto, queridas y queridos, parte del contenido de las portadas del próximo lunes de las revistas del colorín más prestigiosas de nuestras Espéins y Olé:

Ya te gustaría, bonita...
Lydia Bosch, muy bien acompañada
Los rumores se disparan, mientras ella guarda silencio

La actriz se dejó ver en compañía de un apuesto desconocido, bastante más joven que ella, en un conocido centro comercial cercano a su domicilio.

Fuentes consultadas por nuestros redactores no han podido confirmar ni desmentir si hay un romance entre Lydia y el joven o se trata de una simple amistad. Tampoco hemos podido conocer la identidad de su atractivo nuevo acompañante, al que vimos conduciendo el coche de la actriz hasta el domicilio de la misma.



Queridas, queridos, tener una mansión en mitad del pijerío más absoluto que rodea a la city es, en ocasiones, un rollo macabeo.

Ayer,  mientras yo disfrutaba del dolce far niente todo lo que se puede cuando lo compartes con dos bebés, Lord Muchomacho se dirigió a un pequeño centro comercial cercano a nuestro casoplón para hacerse con algunos víveres con los que alegrar nuestra placa vitrocerámica. Cuál no sería su sorpresa, al llegar a la línea de cajas, al encontrarse a Lydia Bosch entre los picos de pan y las galletas integrales de elaboración propia, rodeada por la práctica totalidad de la plantilla del establecimiento y varios guardias de seguridad.

Los paparazzi, sin pudor ni temor de Dior, esperaban al acecho en la puerta del centro comercial, sin agazaparse ni emboscarse ni nada, qué va, antes bien, expuestos y osados en su actitud, cámara en mano. Por ello, no quería la Bosch salir por la puerta principal y pedía insistentemente a los allí presentes que alguien le hiciese el favor de coger su coche (el de Lydia) y dar la vuelta al edificio para que ella, previo permiso del encargado, saliese por la puerta trasera o backdoor y esquivase así a tan indeseados interlocutores.

Sin embargo, nadie levantaba la mano para ofrecerse, pues el coche de la dama era automático y no tenían ellos experiencia en tales lides... Porque digo yo, que si te ofreces para salvar a Lydia Bosch de los fotógrafos y luego resulta que se lo rayas con la primera esquina que pilles, es para asaetearte con miradas llenas de desprecio, como poco, y catalogarte de loser por los siglos de los siglos, amén.

Es aquí cuando Lord Muchomacho dice "¿es que ninguno de vosotros sabe conducir un coche automático?" y se plantea dar un paso al frente, cargar a la famosa en brazos al estilo "Oficial y caballero" y sacarla de allí como todo un héroe, abriéndose paso entre guardas, cajeras y reponedores, para depositarla en su lujoso cochazo y llevarla hasta su humilde casita, mucho menos glamourosa que la mía, claro está.

¿Y lo hizo?, me preguntáis, mientras claváis en mi pupila vuestra pupila azul. Pues eso mismo le pregunté yo cuando llegó a casa con la bolsa de la compra llena de ricas viandas. Y he aquí lo que me respondió:

- De eso nada, que el lunes me sacan todas las revistas fijo... ¡Qué vergüenza! Además, de lo que yo tenía ganas es de llegar a casa para estar con vosotros, no con esa señora que no conozco de nada.

Por eso, solo por eso, esta noche Lord Muchomacho se ha ganado una velada romántica, aunque sea a las tres de la madrugada, con comienzo feliz y final aún más feliz. Avisados estáis. Disculpadme por el amarillismo que destila el principio de esta entrada, pero era el enfoque más acorde con el tema...

Y ahora, voy a ponerme mona para mi hombre mientras le insto a poner los pies en alto, en plan "reposo del guerrero".

Lady Vaga,
la diva que divaga.

jueves, 19 de enero de 2012

¡Los saudíes nos compran el GPS de parir!

¿Os acordáis, queridas y queridos, de que hace unos pocos días hablábamos de ese ya celebérrimo e imprescindible invento español, el GPS para parturienta y bebé? Pues los pronósticos más bigbrotherianos podrían hacerse realidad, ya que el trastito de marras avanza hacia la internacionalización... Podéis leerlo en El Confidencial (gracias, Angela, un día me dará un infarto de leer estas cosas y será solo por tu culpa, querida), pero si no os apetece "viajar" ya os lo copio yo aquí mismo, aderezado con mis propias impresiones:

Tecnología 'made in Spain' para evitar que te roben a tu bebé

E. C. -   18/01/2012  (06:00h)
La crisis hace que las maternidades españolas dejen de invertir en equipamientos considerados esenciales en otros países. Varios hospitales en Arabia Saudí han adquirido un sistema de fabricación española y único en el mundo para identificar sin errores a los recién nacidos. La tecnología de ICN Technologies (en la entrada anterior se hablaba de otras dos empresas para su implantación en Osakidetza, ¿será que no es tan único? ¿O será que son filiales? Espero que sean la misma empresa, porque da pavor pensar que haya tanto memo dedicado a estas chorradas), fundada por Carlos Herreros y participada por la firma de inversión Renta 4 y Rosalía de Mera, la mujer más rica de España, ha conseguido dar sus primeros pasos en el exterior.
El dispositivo se basa en un lector electrónico y único en el mundo (ya van dos veces que dices lo de "único en el mundo", ¿tan flipado te ha dejado el invento? Pues que te lo pongan a ti en la chorra para que no hagas pis con la del vecino, rico...) que permite la toma de huellas dactilares de un recién nacido en el paritorio junto a las de su madre biológica. La toma de la huella dactilar de un recién nacido es muy complicada, no sólo por el mínimo tamaño sino por condicionantes externos como el agua, los restos biológicos o la hipotermia del bebé (pues si es tan complicada, dejad de dar por el saco a un recién nacido, ponedlo en brazos de su madre y dedicaos a hacer negocio con la venta de vuestro cabello, o mejor aún, id a vendimiar, que falta hará). El sistema combina dos tecnologías: biometría y radio frecuencia (RFID). La funcionalidad biométrica (basada en rasgos biológicos personales y únicos) (todo es único para este chico, ¡qué impresionable o qué falto de vocabulario!) asegura una identificación inequívoca, fehaciente y permanente del recién nacido.
"¡Mamones! ¡Que os arreo! ¡Dejad de
joder la marrana y de gastar dinero del
contribuyente en gilichorradas!"

¿No os dan ganas de convertiros en Hulka
y liaros a repartir estopa a mansalva cuando
leéis tantísima chorrada? A mí, sí.
La radiofrecuencia aporta es seguimiento, control y localización en tiempo real del bebé, su madre y las enfermeras que le atienden (o sea, que si la enfermera se va a la puerta del hospital a echar un cigar, ¿me la localizan también? Bueno es sabello). La empresa estará presente del 23 al 26 de enero en ARAB HEALTH 2012 (Dubai), la feria sanitaria más grande del mundo árabe, con 3.000 expositores de todo el planeta (huy, chato, me va fatal, en esas fechas estaré en Rio, poniéndome morenita en Ipanema). ICN presentará novedades tecnológicas. Por ejemplo, si el neonato se encuentra en un lugar inadecuado, el sistema permite cerrar puertas, bloquear ascensores y, en definitiva, poner en alerta a todo un centro hospitalario (¿lugar inadecuado? Por ejemplo... ¿De pastis en Coppelia? Inadecuado para un recién nacido es un hospital, no me jeringues...). Países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Chile, Argentina o Brasil se están interesando por esta tecnología con sello español y que, según sus creadores, es aplicable a otros entornos (sí, ya os lo digo yo: a las prisiones).
24 errores en 4.000 partos
Cuando nació su primer hijo, Carlos Herreros observó que los sistemas para identificar al bebé eran muy vulnerables. Pero el miedo de un padre primerizo a que confundan a su hijo tiene también un origen fundamentado: el de los miles de casos documentados sobre robos o errores en las maternidades. “Hay robos y cambios incluso en los países desarrollados. La picaresca (perdona, pero robar un bebé no es picaresca, es ser un jodelagranbretaña) y los intereses económicos son universales y el error humano también. Nuestro sistema no deja lugar al azar”, asegura el presidente y fundador de ICN Technologies, la empresa que creó tras su experiencia.  Los gobiernos y los responsables sanitarios son reacios a dar cifras porque despiertan una gran alarma social. Apenas hay estadísticas, pero el estudio interno de un hospital español con 4.000 partos al año detectó 24 errores en apenas 6 meses. La pregunta es: ¿cuántos no se han detectado? (Es terrible, en efecto, sean pocos o muchos los bebés confundidos, pero no hace falta que vengáis a lucraros con esa tragedia, basta con que la mamá agarre a su bebé y no se separe de él.)
La difícil situación económica que atraviesan los hospitales españoles está provocando que pospongan o cancelen las inversiones en este tipo de sistemas, algo que no ocurre en otros países. “En España cuesta entender que la identificación fehaciente de un recién nacido y su control dentro del hospital merezca la misma atención e inversión económica que un aparato que se utiliza para diagnóstico. No sucede lo mismo en otros países dónde tienen claro que un sistema de estas características evita errores que tienen graves consecuencias, como la pérdida de identidad de un ser humano desde el momento que, por error, inicia su vida en el seno de otra familia. A veces para toda su vida… porque no se puede detectar”, comenta Herreros.

Decidme, queridas y queridos, si no es para metamorfosearse en el Tío La Vara y liarse con esta gente a garrotazos bien "daos" para quitarles el exceso de tontería... ¡Que no hace falta gastar dinero en aparatejos! ¡Que se dejen de máquinas que hacen "ping"! ¡Que lo más sencillo, barato y rápido es lo que nos dicta el sentido común: poner al bebé en brazos de su madre y no quitarlo de ahí para nada!

De verdad, que tanta memez ofende ya a cualquier ciudadano con medio cerebro. Aburrida me tiene ya leer estas imbecilidades que, encima, pretenden que financiemos con dinero público.

He dicho. Y ahora, voy a recortar gafas de papel para jugar con mis hijos.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

miércoles, 18 de enero de 2012

Mi marido no tiene tetas (ni falta que le hace)

A raíz del comentario que ha hecho la simpar Verónica en la entrada anterior, me viene a la cabeza un tema que cíclicamente me pone a la neurona al borde del colapso. Es el dichoso tema de dar biberón "para que el papá se implique".

Los que me leéis desde hace algún tiempo, queridas y queridos, habréis visto que soy una persona harto comedida y que huye de la polémica, llevada, sin duda, por mi virginal pudor. De hecho, no suelo opinar en temas de crianza a pesar de tener mi criterio muy definido, a menos que me pregunten, y jamás criticaré a las madres que, habiéndolo deseado e intentado, no han conseguido dar el pecho a sus bebés. Esas mujeres merecen toda mi empatía, apoyo y respeto.

Sin embargo, hay un comentario que me rechina cuando hablamos de lactancia, bebés, tetas y sucedáneos y es el siguiente:

"nosotros le damos biberón para que el papi participe".

Es fea con avaricia y
recochura, pero para
el ejemplo me sirve.
Perdona, bonita, pero... what the fuck?

¿Esto es en serio o se dice para ver si la oyente pone cara de muñeca hinchable (expresión que leí por primera vez en Esto es para una que lo quiere así y que casi me hace encomendarme a santa Tena Lady)? Porque igual es que yo soy muy básica, pero prefiero, sinceramente, que me digan "pues no le doy el pecho porque no me sale de mis sacrosantas tetas" y listos (además, que, reitero, yo no pregunto nunca, cada una sabrá por qué hace una cosa u otra). ¿A qué viene esa chorrada de que el padre se implique?

No voy a entrar ya a enumeraros las cuantiosas, abundantes y copiosas tareas en las que un padre puede implicarse (bueno, vale, un poco sí os las enumero: jugar con el bebé, hacerle mimitos, cambiar pañales, dar comida cuando se empiecen a introducir alimentos complementarios, colaborar todavía más en las tareas domésticas para que mamá pueda descansar con el bebé, jugar con los demás hijos si los hubiera o hubiese, bañar al bebé... ¿sigo?), porque prefiero dar la vuelta a su afirmación y plantear la cuestión siguiente:

¿Estás insinuando que mi marido no se implica porque mis tetas no le dejan?

Mi querido Lord Muchomacho, cuya apostura e inteligencia se aúnan con una enorme buena disposición para convertirle en un ser asquerosamente cercano a la perfección, se considera (y esto lo dice él sin coacción física por mi parte, que conste) un padre súper implicado y no le hace falta dar teta para sentirse el namberguán para sus retoños. Es más, igual que no me ha pedido nunca que demos biberón a los niños (sea de mi leche o de vaca) para mejorar su tasa de satisfacción con el nivel de implicación parental, tampoco me ha comentado nada acerca de quedarse embarazado él la próxima vez, de parir o de hacerse conmigo todas las pruebas y controles prenatales, O'Sullivan incluido, of course, para compartir fifty-fifty la crianza de nuestros hijos.

Así que, por favor, dejemos de decir chorradas. Nuestros maridos son demasiado inteligentes como para tomar la parte por el todo y creerse esta falacia. Sé positivamente que ellos adoran a nuestros pequeños mamoncillos, tanto como valoran nuestros cuerpos de madre por ser capaces de gestarlos y alimentarlos (por eso durante el parto son capaces de cuidarnos tan bien, y si no aquí estamos nosotras para recordárselo), y que disfrutan muchísimo de cada ratito de juegos con sus churumbeles.

Y edito y republico, pues tenía tantas ganas de soltar esta parrafada, que me despedí a la francesa sin soltar siquiera "arrevoire que dijo Voltaire", como habría dicho Will Smith en El Príncipe de Bel-Air.

Ahora sí: me despido y me marcho a comerme un chuletón,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 17 de enero de 2012

Qué bien que me quedé en mi casa... Bien acompañada

Supe hace unas semanas, queridas y queridos, que, de haber estado en un hospital, mi pequeño U-6 habría venido al mundo de una forma bastante menos tranquila. Esto habría incluido, además de antibiótico por llevar más de "x" horas de bolsa rota (veinticinco en total), las siguientes intervenciones, que paso a enumerar:

  • Maniobra de Kristeller o espachurre barriguil.

  • Generosa episiotomía para acelerar la salida del bebé.

  • Tirones para sacar a U-6, como complemento de la "Kris", que pueden tener como consecuencia graves lesiones del plexo braquial, entre otras.

    En el Hotel Espe, fijo que tenían una de
    estas preparada para mí, pero se quedaron
    con las ganas y yo conservo mi chichi
    intacto, ¡toma
    Y todo esto porque mi chiquitín decidió sacar primero el hombro que no tocaba y hubo que esperar a la siguiente contracción para que saliese todo su cuerpecito de un último empujón (porque sí, yo sentí la apremiante necesidad y enormes ganas de empujar, lo admito).

    Por eso, cada día me alegro más de haberme quedado en mi casa, bien atendida por una comadrona que hizo lo que tenía que hacer: colocar sus manos en el sitio exacto y esperar, sin prisa ni miedo, a que nuestros cuerpos (el de U-6 y el mío) hiciesen lo que la naturaleza les había dotado para hacer.

    Aclaro en este punto que estar en casa no es garantía de ser respetada, pues hay "profesionales" de parto en casa que dejan mucho que desear (sobre este tema ya habló mi adorada Lady Rabbit aquí y yo misma tengo previsto escribir algo, a ver si me inspiro un día), así que la ecuación perfecta, para mí, vendría a ser algo como:

    Entorno adecuado + compañía adecuada + actitud propia adecuada - prisas - interferencias = parto respetado y gozoso.

    Pero esto os lo desarrollaré en profundidad en otro momento.

    Y eso es todo por hoy, queridas y queridos. Simplemente, quería compartirlo con vosotros.

    Cambio y cierro.
    Lady Vaga,
    la diva que divaga.
  • viernes, 13 de enero de 2012

    La perfecta comadrona

    Me ha gustado esto de dedicar, así que esta entrada es para Anabel, gran comadrona y mejor persona.

    Sigo, queridas y queridos, absorta en interesantes lecturas sobre la atención al parto a través de la historia y quiero hoy compartir con vosotros un texto reproducido por Carlos Fisas, una vez más, en Historias de la Historia. El original es el Libro del arte de las comadres o madrinas y del Regimiento de las preñadas y paridas y de los niños, de Damián Carbón, publicado en 1541. Por cierto, parece ser que este fue el primer tratado sobre el tema que se publicó en España y el segundo en toda Europa.

    En tanto me hago con una edición impresa, os muestro el extracto publicado por Fisas, que no tiene desperdicio, para mostraros qué se entendía por una buena comadrona en el siglo XVI. Muchas de sus cualidades son aplicables a nuestros días, ¿verdad? Respeto la ortografía y sintaxis originales.

    >>La primera es que sea muy experta.
    Si miramos cuantas variedades se siguen en las preñadas en todo tiempo de su preñez y en el tiempo de su parir, claramente entenderemos no poder alcançar sino por grandes experiencias (como tengo visto). Y por eso ha de ser la dicha comadre e todo esto muy experimentada

    >>La segunda condición que ha de tener la comadre es que sea ingeniosa (es a saber) que con buen ingenio y discreción sepa examinar los partos dificultosos y malos y proveer en las cosas que daño para ello pueden traer.

    >>La tercera condición que ha de tener la comadre es que sea bien moderada (es a saber), que tenga buenas costumbres. Pues es menester que tenga buena casa y bien formados sus miembros, por lo que digamos de su buena complexión. No sea fantástica, no sea riñosa, sea alegre, gozosa porque con sus palabras alegre a la que pare. Sea honrada, sea casta para dar buenos consejos y exemplos, mire que tiene honestísima arte. Sea secreta que es la parte más esencial. Cuantas cosas les vienen en manos que no han de comunicar por la vergüenza y daño que se seguiría. Tenga temor de Dios. Sea buena christiana por que todas las cosas vengan en bien. Dexe cosas de sortilegios ni supersticiones y agüeros, i cosas semejantes porque lo aborrece la Yglesia Santa. Sea devota y tenga devoción en la Virgen María. Y también con los sanctos y sanctas del paraíso porque todos sean de un adjutorio."

    A mí, salvo la parte de la Yglesia Santa (que me da igual si mi comadrona es creyente o no, o si se encomienda a la Pachamama en pelota picada debajo de un árbol en luna llena), me parece casi todo de bastante sentido común y aplicable a lo que cabría esperar de un profesional actualmente, ¿no? He puesto en negrita lo que considero imprescindible. ¿Qué opináis vosotras? ¿Qué le pediríais a una buena comadrona?
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