jueves, 27 de octubre de 2011

El nacimiento de U-6 (I): El comienzo de la saga

Queridas y queridos, en toda película americana de acción que se precie llega un momento en que el héroe (o, en este caso, la heroína) tiene que hacer frente a su mayor miedo, que nos ha sido convenientemente expuesto al inicio de la proyección junto con la breve explicación de por qué le echaron del cuerpo de policía y su mujer le abandonó (una variante es que matan a su mujer e hijo y por eso se ha vuelto un loser y casi le da por el tabaco y la bebida). Que consiga salvar el mundo (y, de paso, a la chica, para previsible morreo final) dependerá de si completa con éxito o no esa catarsis que le llevará a un nuevo nivel.

Lady Vaga, sin ser una heroína de acción, también tuvo que hacer frente a sus miedos para parir a U-6 y eso vengo a contaros hoy (finally!!), pero sin la ayuda de cargas de dinamita, armas de fuego o tirolinas con las que efectuar espectaculares huidas de edificios a punto de explotar. Si queréis enteraros de cómo sucedió, hala, coged las palomitas y tararead la sintonía del león de la Metro o la de Movierecord, según lo patriotas que os sintáis. Y silencio, que empieza.

La noche del 22 de septiembre, Lord Muchomacho, O.G. y yo fuimos a cenar fuera, en la que intuíamos sería nuestra última cena como familia de tres (y razón teníamos, oye), tras diez días de contracciones nocturnas sin desenlace evidente. O.G. se dedicó a hacer gala de su encanto, de sobra conocido entre el personal de aquel establecimiento, puesto que lo frecuentamos desde hace algunos años, consiguiendo que nuestro camarero le obsequiase con un bolígrafo con cordón "muchulooo", en palabras de mi primogénito. El error de este señor (y trigger o disparador de la situación) fue que intentó colgárselo a O.G. al cuello; este, lógicamente desconfiado aunque aún no es consumidor asiduo de cine de terror y suspense, intentó esquivar al camarero con una llave algo tosca que le granjeó un golpe en la frente contra la mesa. Llanto. Mamá divina que se levanta diligentemente de la mesa, luciendo top strapless palabra de honor y falda monísima, para calmar a su retoño...

Retoño calmado.

Deposito a O.G. en su silla de nuevo, cuando de repente...

Chof.

Acabo de romper aguas. Oh my God.

- Cariño, me voy al baño un momento. No pidas postre, que igual tenemos que marcharnos rapidito a casa... -Y me voy al excusado, dejando ojiplático a Lord Muchomacho y a O.G. jugando tranquilamente con su recién adquirido bolígrafo asesino.

En el baño, el karma me da dos noticias. La mala es que, efectivamente, he roto aguas. La buena es que al menos no he manchado la falda. Improviso un emplasto compresil tenaladyesco con todo el papel higiénico que puedo encontrar y, como en las buenas películas, flashback para que os enteréis de qué va el rollo (mi rollo mental, no el de papel higiénico).

Misma ciudad, misma diva; dos años antes: el parto de O.G. comienza sin una sola contracción y rompiendo aguas estrepitosamente durante una siesta en la semana 39. Las contracciones aparecen esa misma noche; visualizad a nuestra protagonista (esto es, yo, como siempre) más feliz que Belén Esteban comparando ofertas en el Lidl, pasando cada una con una sonrisa y excitadísima ante la perspectiva de conocer por fin a su primer hijo... A la mañana siguiente, la inocente crisálida que después se convertiría en Lady Vaga acude al hospital para recibir la bronca de la ginecóloga de guardia y el resto ya lo sabéis; y si no lo sabéis, podéis leerlo aquí). Ahora podéis entender la oleada de pánico que me asaltó al notar la bolsa rota y el flashforward mental que tuve pensando que podía acabar en otra cesárea si la cosa no se animaba rápido. Ahí estaba yo, haciendo frente a mi mayor miedo, la rotura prematura de membranas, sin saber cómo terminaría todo.

Salgo del baño y aviso a Muchomacho de que nos vamos para casa; en el coche, telefoneo a mi comadrona para decirle que he roto aguas y son claras. Ella, sin inmutarse (para eso tiene más tablas que una sauna finlandesa), afirma que pronto empezaré con contracciones y que por la mañana vendrá a visitarme si no tengo novedades antes.

Pero, como os imaginaréis, aquella noche no tuve ni una miserable contracción. El resto os lo contaré mañana.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Regreso a Howards End, digo, a Hotel Espe

El día del lunes, queridas y queridos, iba a marcar un hito en la historia ladyvaguense, pues yo esperaba que tuviese tal carga eléctrica y endorfínica que me obligase a rehacer el calendario para tomarlo como fecha inicial del resto de nuestras vidas. Sin embargo, no siempre la realidad responde a nuestras expectativas y la que yo imaginaba como una gloriosa jornada se quedó algo descafeinada y bastante churro.

El lunes, Lord Muchomacho, U-6 y yo nos acercamos al Hotel Espe para reencontrarnos con sus profesionales y mostrarles el palpable y cagoncete resultado de sus/nuestros desvelos. O.G. se quedó en casa de su abuela porque tenía mucho interés en recuperar una pelota morada que había dejado por allí y que le había mantenido en arduo disgusto y continuo bucle de repetición (digno de admitirle en el Loro Parque en lugar de honor) durante todas nuestras vacaciones. Aunque el cielo estaba encapotado y me obligó a sacar los zapatos de invierno, yo me sentía tan feliz de poder hacer por fin esa visita social que rescaté del joyero el collar de oro y la pulsera de Viceroy que desde hace casi un año conmemora todos mis momentos especiales por obra y gracia de mi sacrosanta madre refranera para que me vieran mona y epatando todos los que osasen cruzar la vista con la divina Lady Vaga.

Sin embargo, queridas y queridos, mi chasco fue mayúsculo al encontrar tan solo una enfermera conocida por mí, aunque me dio alegría reconocer en ella a la misma que me ingresó y que tuvo a bien retirarme la vía cuando aquello era más bien un zarrio inane por el cual no pasaría no ya líquido, sino ni siquiera átomos sueltos. Junto a ella estaba la doctora Fistra, que (os fascinará saberlo) ha cambiado de look, puesto que se ha cortado su magnífica y leonina melena pero, eso sí, no renuncia a su habitual mirada de loca desquiciada. A tal punto llega esa inquietante cualidad que Lord Muchomacho comentó sotto voce con su amada cónyuge (la que escribe y suscribe) que quizá la simpática galena estaría todavía más favorecida luciendo alguno de los nuevos modelos de bata de fuerza que estamos pensando patentar y comercializar y que tendrán como principal ventaja el gran ahorro sanitario que harán posible (y que nos valdrá medallas, subvenciones y jaranas varias por parte de los gobiernos autonómicos, of course), pues es evidente que, al no poder hacer uso de las manos, los doctos doctores no podrán recetar de más, meter los dedos en orificios corporales (sean propios o ajenos) o gastar el bisturí por exceso de uso. Eso sí, la marca de moda "Doctor Glam" contará con dos líneas diferentes: una económica, con las correas de "escái" o plasticorro del que mete calor a tope y el género en poliéster sencillito, para frioleros y/o ratas empedernidos, y otra más rollo de luxe, realizada por completo en algodón orgánico y con correas de cuero del bueno, obtenido de auténticos prepucios de ginesaurios criados en libertad y con piensos ecológicos.

Pero vamos al grano (de pienso), que divago y divago y no sé lo que me hago: que el caso es que la Fistra hizo mutis por el foro cuando miró a Muchomacho dos veces, lo cual nos mosqueó y nos dio risa a partes iguales, así que nos dedicamos a comentar con la agradable enfermera (esto va sin sarcasmo, es una persona encantadora y muy profesional) el desenlace de nuestra aventura y a presumir de niño bonito y tragón, que es algo que a todas las madres se nos da de vicio, o sea que yo no iba a ser menos. Por supuesto, durante la distendida charla hubo ocasión de mencionar como quien no quería la cosa al humilde y siempre amable (eso sí va con segundas) jefe de servicio, al cual, no obstante, se nos hizo tarde para visitar.

O sea, que en Hotel Espe ya saben que sus apocalípticos vaticinios no se cumplieron y espero que así le sea trasladado al señor feudal del área de ginecología y obstetricia mediante uniformado emisario: "mi señor, ha llegado un informe del control de enfermería que dice que Lady Vaga, aquella dama de inconmensurable belleza y ojos como luceros ardientes, la que se cogió el alta voluntaria y rechazó vuestra proposición de cita erótica y sensual, parió hace un mes en su mansión, con comadrona y doula, ¡oh, osada!, sin vía periférica, ¡oh, insensata! y por su otrora calificado de estrecho conjunto pelvis-potorro, ¡oh, imprudente!, que no necesitó ni tajos subrepticios ni puntos de sutura artística, después de lo cual se marchó de vacaciones al extranjero y se trajo de recuerdo unos cojines para el suelo confeccionados con kilims viejos auténticos que todavía huelen a canuto e incienso".

Y espero que desde mi terraza se escuche el "cata-crac" de su pequeño y pobre corazón al descubrir que, una vez más, Lady Vaga le dio plantón, por tercera vez y final round, el día de su parto. Pues es de todos sabido que las divas somos caprichosas y que cuando alguien no nos entra por el ojo, no lo arregla con misivas de amor ni con ramos de flores, por muchas orquídeas que incluyan. Y menos aún si no manda flores, afirmo.

Ahora me despido, que O.G. quiere que busquemos imágenes de tucanes en el ordenador. No me preguntéis el porqué de su curiosidad ornitológica, de mí no la ha heredado, aunque sea un poco pájara.

Lady Vaga,
la diva que divaga.

sábado, 22 de octubre de 2011

The mistress is back

Queridas y queridos, antes de nada, os pido: guardad vuestros tomates pochos, armas de fuego, tirachinas y moneditas varias; no los arrojéis con ensañamiento e improcedente mala uva a esta humilde diva que vuelve cariacontecida y contrita a vuestros brazos, dispuesta a entonar el mea culpa once and no more por haberse marchado a la francesa.

Mi inexplicada ausencia tiene una razón, un móvil y un motivo que pasaré a exponer a continuación: me marché de vacaciones. Sí, caros fans, es esa y no otra la causa de mi silencio de estos últimos días, pues hasta las divas verborreicas necesitamos por veces un descanso y una pausa para huir de nuestro entorno mundano hacia parajes más propicios para la espiritualidad, la meditación y el fornicio conyugal. Sé que vosotros, en vuestra infinita misericordia, entendéis el desgaste que supone ser Lady Vaga twenty for seven y encima preñada hasta hace un mes y que tenéis claro que este mi regreso os trae de nuevo a vuestra admirada dama más guerrera que nunca y con las pilas cargadas para seguir dando caña a los ginesaurios de estas nuestras Espeins y olé. Por tanto, beso el suelo ante vosotros, recién llegada de mi benéfico retiro, cual pope canosillo al descender del papaplane o cual Lady Gaga en The Edge of Glory (vídeo que pasará a los anales de la historia con el dudoso honor de ser lo más hortera y proto-ochentero que se ha grabado desde la invención del cinematógrafo, proclamo), aunque, por supuesto, mi beso es apenas testimonial y simbólico, pues entenderéis que alguien de mi alcurnia no va a pasear el morro por el suelo como si fuese un oso hormiguero famélico, que se me estropea el lipstick y por ahí no paso, hijos míos.

Y aprovechando que O.G. está entretenido jugando con su padre y que U-6 está plácidamente dormido en el regazo materno, procedo a dar por terminada esta entrada y me pongo con mi relato de parto, del cual he decidido (hasta que cambie de opinión, que es un derecho propio de toda diva caprichosa) hacer dos versiones: una más seria y otra ladyvaguense total. Espero poder publicar al menos una de ellas este mismo fin de semana.

He dicho. The mistress is back.

Lady Vaga,
la diva que vuelve a casa por Halloween.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Jamiroquai, la tercera doula de Lady Vaga

Queridas y queridos, me paso fugazmente por aquí para, en primer lugar, agradeceros todos los comentarios de apoyo que habéis ido dejando estos días y el que hayáis tenido el detalle de visitarme. Prometo responder, como suelo, uno por uno, pero dadme tiempo, porque ando más liada que el peluquín del doctor Ladilla intentando organizarme con los peques, establecer la lactancia con el menor y sobrevivir a una nueva reducción de mis horas de sueño.

En segundo lugar, me gustaría también confirmaros que sí, habrá relato de parto, pero lo mismo de antes: dadme algo de tiempo... Que escribiendo con una sola mano es difícil explayarse...

Así que os preguntaréis, queridos fans, ¿a qué viene, pues, Lady Vaga al Chester si no es con frescas novedades de cara a la temporada otoño-invierno? Pues vengo, ni más ni menos, que a contaros, a modo de aperitivo curiosete, que me pasé el parto con una canción rondando la cabeza y que, en esos momentos de escasa claridad mental (Lady Rabbit y Paca me cuentan que dije cosas que no recuerdo y ante un juez lo juraré si es preciso), me ayudó a pasar las contracciones. De hecho, es una canción que ya me insuflaba mucha energía desde la primera vez que la escuché (nos gusta oírla en el coche, la llamamos "La carrera del culo apretao" en una suerte de traducción libérrima que ningún cerebro medio cuerdo entendería) y la tuve dando vueltas por el iPod cuando comenzó el parto para animarme. Después, ya solo en la cabeza, pero oye, que me decía yo a mí misma "este tío ha tenido que parir, esta letra está en clave y habla de un parto, joder que sí". Eso, para que veáis lo endorfinada y ensimismada que andaba yo el día en que a U-6 le dio por asomarse al mundo.

Os dejo el vídeo (que, obviamente, tratándose de Jamiroquai, tenía que ir de coches y cosas de esas que a él le gustan) y la letra para que busquéis mensajes ocultos como en el código de la Biblia ese (anda que no se forró el autor diciendo chorrimemeces). Podéis sumaros a la opinión generalizada que dice que estoy zumbada, pero vamos, que me parece tan digno como parir practicando el canto carnático...

Y yo, por mi parte, me despido, no sin recordarle a Jay Kay que está invitado a tomar el té en mi humilde casoplón cuando mejor le venga, en agradecimiento por los servicios prestados durante mi parto.



White Knuckle Ride
Yeah Gonna make it better
Ooh yeah
Yeah Gonna make it right
Here it is
There's no way to make it better
Gets you down
It's pressure (pressure)
I'm serious
Trouble genie's on the way
Got a little something for you
It's pressure (pressure)
It gets ya down
Now we need what you know
But I knew that anyway
I can't let this pressure go
This pressure's here to stay

[Chorus]
Yeah (white knuckle ride)
Gonna make it better (white knuckle ride, I'm on it)
Yeah (white knuckle ride)
Gonna make it right (white knuckle ride, I'm on it)
It's not so easy to control(pressure)
It's not so easy to control (pressure)

There's no easy way to make it better
There it is, There it is
Couldn't change it if I wanted
Taste it all the time
It's pressure (pressure)
Yeah hey!
Oh baby
So true
Don't know if I can recover (don't know if I can recover)
Got me 'round its little finger (got him 'round its little finger)
It's pressure
Oh, there it is
Couldn't change it if I wanted
Taste it all the time

Step into the light!
Don't know if I can recover
Taste it all the time (taste it all the time, yeah)
Yeah, gonna make it better (white knuckle ride, I'm on it)
Yeah (white knuckle ride)
Gonna make it right (white knuckle ride, I'm on it)
It's not so easy to control

viernes, 23 de septiembre de 2011

Lady Vaga, la madre que parió a U-6

Queridas y queridos, vengo brevemente a comunicaros, por si aún hay alguien que no lo sepa, que a medianoche U-6 y yo nos conocimos cara a cara, en un parto salvaje y maravilloso sin vía intravenosa, líquidos sintéticos ni protocolos absurdos.

En cuanto saque un ratito os doy los detalles.

Besos oxitocínicos a más no poder,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

In Vaga Veritas: Lady Vaga también tiene su propia viñeta

¿Qué os pensábais, queridas y queridos? ¿Que solo los ginesaurios tienen capacidad creativa como para andar viñeteando y plasmando sus soeces ocurrencias en un dibujo? Pues os habéis colado de cabo a rabo, honeys, ya que nosotras no íbamos a ser menos.

Y si la SEGO lleva desde 2008 haciendo el ganso a costa de sus usuarias/pacientes (que de paciencia solemos ir sobradas, eso es cierto), May ha cogido su lápiz y el papel a raíz de la carta de presentación del nuevo y simpático presidente del colectivo médico de mi devoción y me regala esta viñeta que me ha gustado horrores... Os advierto que carece por completo de mal gusto y de chascarrillos sobre culos y genitales y que no recurre a llamar "palurdo" a nadie, así que si esperáis despelleje del de casquería, sangre y vísceras al más puro zombie style, os quedaréis con las ganas. Es una viñetita näif y simpática.

Dicho esto, os dejo con el inédito humor gráfico de May y os recuerdo que tanto la idea original como el guion (se me sigue haciendo raro escribir esta palabra sin tilde) y los dibujos son suyos. Yo me limito a poner el blog.



A mí me parece total hasta el título: "In Vaga Veritas", pues eso, porque yo suelo tener razón y cuando no la tengo aparece algún acólito que igualmente me la da para que no me sulfure.

Señores de la SEGO metidos a humoristas trasnochados, aprendan de May: se puede hacer humor sin insultar a nadie. "Ginesaurio" no lo consideramos insulto, sino definición, y ya saben, no de todos sino de los que se pican.

Y ahora, me marcho a seguir leyendo mensajes,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 20 de septiembre de 2011

Reflexionando acerca de las viñetitas...

Llevo dándole vueltas, queridos y queridas, y sabéis que para un ser unineuronal como yo no es especialmente fácil esto de intentar hilar un pensamiento elaborado. Sin embargo, cual algodón de azúcar cerebral, parece que voy consiguiendo poner en palabras lo que me bulle en la cabeza y me sale por la oreja izquierda.

Las viñetas de la SEGO están todavía siendo tuiteadas, retuiteadas, feisbuqueadas y difundidas por las redes sociales; tímidamente, algunos medios de comunicación comienzan a hacerse eco de su existencia y espero que a lo largo de esta semana publiquen algo acerca de este despropósito tan absurdo.

Por cierto, y hablando de reacciones, no entiendo la conexión que algunos hacen entre la queja y el feminismo radical, feminazismo (qué "palabro", ¿hay también "machonazismo"?) o como quieran llamarlo... Yo me siento ofendida como persona al ver que ciertos médicos se dedican a hacer chistes sobre sus pacientes, pero es que es evidente que hablando de ginecólogos todos los pacientes somos mujeres... Me ofendería igualmente que los urólogos hiciesen bromitas de mal gusto acerca de pitos y pelotas y no soy hombre, pero en fin; supongo que hay personas a las que les cuesta ver estos matices.

Bueno, allá voy: llevo desde el jueves pensando que, si los ginecólogos se permiten chotearse así de nosotras, ¿no será porque no nos consideran enfermas, sino usuarias? Quiero decir, una embarazada y una parturienta no son "pacientes" como tal, sino mujeres que libremente acuden a solicitar los servicios de un profesional sanitario para asistirlas, que no "curarlas", en su estado. Esto les exoneraría de la acusación de falta de sensibilidad, pues no estarían riéndose de enfermas, ¿no? Y supondría un avance para todas nosotras, pues estamos hartas de decirles que el embarazo y el parto son procesos fisiológicos que una mujer sana puede llevar a cabo sin mayor dificultad.

Si lo miro desde este punto de vista, puedo hasta rebajar dos puntos mi rayita en el "cabreómetro", pero es que luego recuerdo que las viñetitas también hacen mofa y befa de las mujeres con prolapsos (debidos, muchas veces, al generoso uso del bisturí y a ciertas maniobras obstétricas poco aconsejables), de las que sufren una cesárea (que no olvidemos que es una operación de cirugía mayor abdominal y no un paseo por el parque) y sumo y sigo... O sea, que no, que se cachondean de sus pacientes y no solo de las mujeres sanas.

Esto no es una cuestión de hombres contra mujeres, queridas y queridos. Es una cuestión de respeto a la persona que tienes delante. Cualquier hombre con dos dedos de frente (me imagino que el 98%, así a ojo, de la población en general, y el 100% de mis dos lectores masculinos) se sentirá, como mínimo, insultado al ver el contenido de estas supuestas gracietas que ridiculizan a sus mujeres (madres, esposas, hijas, hermanas, amigas) en trances tan delicados emocionalmente como el parto o una revisión ginecológica. Desde luego, a mí me repatearía que hiciesen chistes con los magníficos genitales de mi señor esposo...

Pero para mí, de lejos, lo peor es que sea una sociedad médica, teóricamente seria y científica, la que "quite hierro" a su gaceta dando ese "toque de humor" que huele a metano de aquí a Lanzarote... ¿A qué estamos jugando?

Y por cierto, doctor, ni siquiera dibuja usted bien.

He dicho.
Lady Vaga,
la diva que divaga.
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