miércoles, 7 de septiembre de 2011

Tengo cosas pendientes...

Queridas y queridos, después de varios días sin aparecer por aquí, hoy os voy a dar ración doble de novedades varias, aunque la más esperada, es decir, el nacimiento del pequeño U-6 aún tendrá que esperar.

Paso, por tanto, a hacer uno de esos refritos que no me gustan ni poco ni mucho, pero que me sirven de agenda para no olvidar todo lo que tengo pendiente:
  • En las últimas semanas me han entregado un par de premios que aún tengo que agradecer públicamente y redistribuir. Gracias a Creciendo con David, a Andrea (Bebé a Bordo de Mamá), a Magia del Momento (Crianza Corporal) y a Marga (Aprendiendo con mis peques), por los premios al Blog Versátil y a la Mamá Consciente (¿me he dejado a alguien? Espero que no, porque ando de un despistado...). Que yo no creo que tengan mucho de eso ni mi blog ni mi persona, pero estas magníficas blogueras se empeñan en verme con buenos ojos y no voy a ser yo quien haga caer un mito... Que sepáis que tengo las correspondientes entradas a medio redactar y que las terminaré en cuanto me centre mínimamente.
  • Edito, edito: Luisa (Pensamientos para Alba) también me entrega el premio a la Mamá Consciente y yo voy y me olvido por completo... Ha tenido que ser ella in person quien me lo recuerde, ¿soy o no soy lo peor? Avergonzada admito mi culpa y procedo a flagelarme con lo primero que encuentre por casa, aunque sean las construcciones de O.G. y me cueste un poco pillarles el tranquillo...
  • Edito again: se me van a acabar los cilicios improvisados como me siga olvidando de gente. LadyA (La Mamá Vaca) también me dio el premio al Blog Versátil. Lo mío ya empieza a ser grave. Voy a buscar la cinta americana para pegarme el DNI a la frente por si acaso olvido mi propio nombre en una de estas... ¡Menuda empanada mental llevo!
  • Más cosas: mi querida V., cuyo nombre me guardo para mí, también tuvo un encuentro en la tercera fase con un ginecólogo que aún estoy pendiente de contaros. La entrevista no tiene nada que envidiar a la de Sandra o a las que yo misma mantuve en Hotel Espe, así que prometo que habrá carnaza, despelleje, alucine y acción zombie por doquier.
  • Lady Rabbit, una mujer con tantos recursos que antes de buscar nada lo suyo es hacerle un query a ella, organizó el pasado lunes una sesión de preñi-fotos con Octavio Lagunas, un fotógrafo la mar de paciente y profesional que no solo nos aguantó a nosotras y nuestros caprichos de divas ("no me saques del lado malo", "ponle una media a la cámara que se me vea más mona", "yo solo me desnudo si lo justifica el guion"), sino también a nuestros costillos y a nuestros churumbeles extra-útero, tres en total, que no pararon de esparcirle construcciones, trenes y muñecos entre los pies para poner a prueba su equilibrio. Inasequible a los intentos de boicot de los pitufillos, nuestro intrépido fotógrafo no se arredró ante nada para obtener los mejores planos de nuestras panzuquis. Para muestra, os dejo un botoncillo o dos.
  • Hoy he sido informada de que nuestro querido Jefe de Servicio (así, con mayúsculas, porque él es único e inconfundible y le queremos tal cual) ya ha citado a Lady Rabbit para una entrevista personal a la cual no está obligada a ir con rodilleras, dado su avanzado estado de gestación, pero sí con actitud sumisa y el enema puesto de casa, por si acaso. Si me pilla ya parida, intentaré acompañarla; si no, haré lo posible por ponerme de parto justo cuando estén en plena cita romántica, para chafarle al jefe el plan. ¡Bwa-ha-ha-ha!
  • Este mismo Jefe de Servicio ha recibido otro plan de parto peleón de parte de una guerrera a la que esta tarde tendré el placer de conocer. Ella, que ya iba sobre aviso, ha dicho a la secretaria que no tiene tiempo de andar reuniéndose y que le mande por escrito lo que quiera (¡chica lista!), así que ha sido informada de que recibirá un plan de parto del puño y la letra del propio jefe, que está harto de recibir planes libres y libertarios. También le han dejado meridianamente claro que, si no lo firma, no será atendida en ese hospital... Ante tamaño despropósito, el subsiguiente ataque de risa me ha generado tal cantidad de oxitocina que casi expulso a U-6 sin esfuerzo alguno por mi parte; suerte que viene con cordón umbilical de serie.
  • ¡Edito, que se me olvidaba!: tengo pendiente responder la súper entrevista que me envió Blog de Madre y mandarle a ella la mía, ¡tengo la cabeza en Babia!
  • ¡Y otro premio más! Este, otorgado por la simpar beldad Negra Flor, que en cuanto pueda recogeré, colocaré en la baldita virtual y repartiré entre mis tres o cuatro seguidoras.

Y, de momento, hasta aquí puedo leer...

Lady Vaga,
la diva que hoy no para.

A fichar hemos venido

Queridas y queridos, a petición de la siempre atinada Lady Gugu, cuyo sentido común solo va parejo a su gran sentido del humor, abandono mi requete-dolce far niente para informaros de que U-6 y yo continuamos haciendo equipo a 24 horas de cumplir las treinta y nueve semanas de feliz embarazo.

Como ella bien dice, por vuestra tranquilidad y cordura debo fichar con mayor frecuencia, pues sé que cuando se es fan de una diva, se es hasta el extremo y yo no quiero condicionar vuestro cotidiano vivir hasta el punto de no dejaros trabajar, comer, dormir y disfrutar de vuestros vástagos por teneros en un come-come continuo. Por tanto, me comprometo ante mí misma, ante el ordenador y ante vosotros a venir cada día a deciros si sigo entera o si U-6 y yo hemos iniciado/completado el proceso de escisión.

Entre tanto, solo me queda agradeceros una vez más las visitas y el apoyo que me habéis brindado durante todas estas semanas, veintitantas, que me han resultado mucho más llevaderas gracias a vosotros. El buen rollo que transmitís prestandoos incluso a mis periódicas chorri-encuestas me hace convencerme de que este blog se merece continuidad tras el nacimiento de mi pertinaz U-6, ya sea para contaros mis dichas y desdichas insomnes como madre de dos, ya sea para elaborar la crónica de las siguientes escaramuzas y batallas que libraremos contra el colectivo ginesáurico una vez recuperada mi capacidad de centrar mi energía en otra cosa que no sea lo que rodea mi ombligo, literalmente (pues suele ser siempre así pero en sentido metafórico, ya me conocéis).

Besos sin novedad en el frente,
Lady Vaga.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Una porra sobre el nacimiento de U-6

Queridas y queridos, llegados a este momento de júbilo y optimismo sin igual jamás esperado por los médicos que me atendieron en Hotel Espe y siempre en el horizonte para nosotros, procedo a dejaros una encuesta para que apostéis por la fecha de nacimiento de U-6.

Como en la encuesta no se puede identificar quién vota por cada opción, si queréis podéis dejar aquí en un comentario también por qué fecha votáis, para saber quién es el ganador (o ganadores) y ya veremos qué premio os enviamos.

Tengo pendiente contaros la primera visita domiciliaria de nuestra estupenda comadrona y su equipo. De momento, como es domingo y estoy especialmente yo misma, es decir, Vaga, os adelanto que fue fenomenal y que me sentí muy cómoda con ellas.

Hala, así que ya sabéis: votad y apostad, que nunca se sabe cuándo dan la campanada estos bebés. Por si os sirve de algo (que no sé yo si servirá, pero bueno, ahí queda), os diré que O.G. nació de 39+5.

Besos vagos y dominicales,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Termina agosto y seguimos aquí (¡jódete, Fistra!)

No sé si os habéis dado cuenta, queridas y queridos, pero ya estamos terminando el mes de agosto; es decir, llevamos cinco meses juntos, compartiendo penas y alegrías, estupores y carcajadas, así, como quien no quiere la cosa... Mañana hacemos treinta y ocho semanas.

Nadie en el Hotel Espe daba un duro por U-6 y, en el caso de la doctora Fistra, ni siquiera por mí, pero aquí estamos... Veinticuatro semanas después, seguimos juntos y listos los dos para dividirnos dentro de unos pocos días.

U-6, nos vamos de viaje, cariño. Dentro de poco cambiaré tus pataditas desde dentro por tu mirada y tu cuerpecito menudo en mis brazos.

Mañana, mi pequeño tendrá vía libre para salir, como le prometí (y supliqué) en el Hotel. Ya puestos, me encantaría que esperase hasta el viernes al menos, para que la comadrona sepa dónde está la casa y nos diga si necesitamos alguna otra cosa para acondicionarla de cara al parto... Pero, en cualquier caso (había escrito "en cualquier caos" y no me ha parecido del todo equivocado), será él quien decida cuándo nacer. Como debe ser. Aún tiene cuatro semanas enteritas por delante.

Después, mis preocupaciones serán otras, imagino: organizarme con dos chiquitines en casa, intentar no desatender al mimoso de O.G., que se ha puesto muy madrero últimamente (será que se huele que pronto tendrá que compartir la atención de mamá con su hermanito), buscar el momento de hacer arrumacos al bueno de Lord Muchomacho... Pero ahora, lo único que importa es que hemos llegado hasta aquí, juntos y sanos, y eso hace que dé por bueno todo el camino recorrido.

Gracias a todos los que habéis pasado por aquí para leerme, compartir con nosotros estas semanas de espera y hacerme más llevadero el reposo. Gracias por las visitas, los comentarios de apoyo, las críticas (a los que tuvisteis educación al expresaros; al resto que os den por el rasca, majos), los regalos virtuales y físicos (esa Diana... La semana que viene te doy lo tuyo, guapa), las carcajadas compartidas y el apoyo guerrillero. Creo que no sois conscientes de cuánto me habéis ayudado y yo no soy especialmente buena expresando mis sentimientos, así que os quedaréis con la intriga.

Besos emocionados,
Lady Vaga,
la diva que divaga.


lunes, 29 de agosto de 2011

¿Qué es un ginesaurio? Decálogo breve

4 de septiembre de 2011: Gracias a Elisa, de EPEN, he tenido el placer de leer la traducción de este artículo, realizada por Úteros de Guerrilla y que podéis leer aquí, si queréis saber más sobre "10 maneras de preparar a una mamá para un mal parto". La incluyo porque me parece que está muy relacionada con lo que aquí os cuento y que puede ayudar a reconocer a los profesionales que no molan. Me emplazo desde aquí a mí misma a escribir una entrada, aún pendiente, sobre los que sí molan. He dicho.

Queridas y queridos, como parte de mi desinteresada labor divulgativa que sé que os chifla y encanta a partes iguales, hoy quiero presentaros un breve manual de consulta que os sirva como herramienta para distinguir a un buen profesional de la ginecología de un ginesaurio. Pues es este un término que usamos a menudo, dando por hecho que todos estamos más o menos de acuerdo en la definición, pero no viene nunca mal concretar y acercar puntos de vista.

Ginesaurio: (sust. masculino, ú. t. c. adjetivo) Dícese de aquel ginecólogo cuya práctica profesional se basa en la falta de respeto a la usuaria, su consideración como un mero contenedor de bebés y la intervención sobre el cuerpo de la misma sin solicitar su consentimiento ni ofrecer información y alternativas, ocultando la verdad o magnificando los peligros con el fin de obtener su sumisión tácita o explícita.

Sabrás que estás ante un ginesaurio si, al analizar tu encuentro cercano con él/ella, ves que cumple varios de estos puntos:
  1. No te pide permiso para explorarte, sino que te da órdenes: "ahora desnúdese de cintura para abajo y túmbese" no es manera de dirigirse a una dama. O me explica para qué quiere verme los bajos y me lo pide con buenas maneras, o lo más cerca que estará de ver un aparato genital femenino será en una película X.
  2. No te explica el porqué de una exploración o procedimiento: pues lo que decíamos en el punto 1; un ginesaurio no concibe que tenga que explicarte nada porque él sabe más que tú y eso es así, o sea que bragas abajo y calladita, maja. Ante esto, ya sabes: underwear con cinturilla bien ajustada y culo prieto por si tu seguridad flaquea.
  3. Le molestan las preguntas o da respuestas indirectas: no es que te vaya a mandar a cardar lana directamente, pero se saldrá por la tangente ante preguntas como "¿cuál es su índice de cesáreas?" o "¿qué opina de la episiotomía?". No vale que diga "solo la hago cuando es necesario", eso es muy subjetivo; a mí me pasa igual, solo me desnudo si lo justifica el guion (así, sin tilde, según la RAE, ¿a que suena raro?), pero ahí tienes a Sophie Marceau, que si no enseña sus bien plantadas domingas no rueda a gusto. Lo que te digo, subjetividad.
  4. La información que maneja está desactualizada: si le mencionas los últimos protocolos de la SEGO, apreciarás un tic en su párpado; algunos ni siquiera han tenido aún tiempo de leerse las recomendaciones de la OMS de Fortaleza (1985), porque estaban muy atareados viendo "El coche fantástico" y de ahí empalmaron con "Baywatch". No te extrañe si te responden que eso que tú dices no existe o que no quieren que lo saques de la carpeta: ellos son omniscientes y tú una palurda que por haberse leído media docena de libros y cuatro artículos de Internet ya se cree que puede parir sin máquinas que hacen "ping".
  5. Te pone "peros" sin más: cuando comentas con él cómo te gustaría que sea atendido tu parto o le preguntas por su modo de actuar, te remata con un "si todo va bien". Ya sabemos que las intervenciones están para cuando algo va mal, pero precisamente estás intentando asegurarte de que ese médico confía en tu cuerpo y en tu capacidad de parir; sus aparatos y técnicas quirúrgicas deberían estar a buen recaudo a menos que resulten absolutamente imprescindibles. Si ya te dice o te pone por escrito "a criterio médico", horripílate y sal de allí lo más rápido que te permitan la barriga y los zapatos, nena: firmar eso es darles carta blanca para hacer su sacrosanta voluntad sin preguntarte siquiera.
  6. Te regaña o trata de infantilizarte: tanto si has cogido "mucho" peso como si te has negado a una prueba anteriormente, un ginesaurio de pro lo utilizará en tu contra para ponerse en plan "papá que regaña a la niña mala", pero tú no te dejes, que ya hace mucho tiempo que nadie te dice a qué hora volver a casa ni con quién debes dormir.
  7. Te trata con paternalismo: "confíe en mí", "los médicos estudiamos para esto", "no se preocupe por nada", "la trataremos estupendamente". Doctor, se lo voy a explicar una vez más: nadie, ni siquiera usted, está más preocupado por mi salud y la de mi hijo que yo misma, así que desembuche y cuénteme esos terribles riesgos que corro por el hecho de llevar un niño dentro de la barriga.
  8. Busca problemas en cada consulta para llevarte a su terreno: cuando no es que el bebé está de nalgas, es que es pequeño para la edad gestacional, o macrosómico... O tiene mucho líquido, o poco líquido, o tú tienes la tensión muy alta o ya te vas a pasar de semanas o es que eres añosa, bonita. El caso es asustar. Ojo: ya sabemos que las complicaciones pueden producirse de verdad, pero hablamos de un profesional que no te explica por qué lo que dice está justificado, sino que usará estas u otras posibles situaciones para asustarte y que te pliegues, sin ofrecer datos o alternativas. Para pasar miedo, puedes leer a Lovecraft o ver alguna película de terror, pero al médico se va para salir con más información que cuando entraste, no para tener pesadillas por las noches. Freddy Krueger tenía unas hermosas manitas navajeras, pero no era ginesaurio, lo cual le honra: no rajaba a nadie por una gestación prolongada.
  9. Aprovecha que ya te ha asustado para programarte una inducción o una cesárea: esto les mola porque así organizan su agenda y no tienen que dar plantón a sus amigos, perderse la cena que organizan Pochola y Chuchi el sábado o dejar de ir a la disco por ti, pobre parturienta insignificante.
  10. Durante el parto, te recordará que él lo controla y que todo "es por tu bien". Volvemos al principio: en vez de preguntar, sugerir, explicar y dar alternativas, irá por la vía de los hechos consumados, diciéndote que va a hacerte tal o cual o haciéndolo directamente. Desconfía si le ves con las tijeras en la mano y no descartes utilizar la magnífica técnica de la patada voladora. Si te has decantado por la analgesia epidural, plantéate apuntar a tu marido a algún arte marcial para que sea él quien le arrebate la tijera de la mano en plan Bruce Lee o esconde a tu abogado debajo de la mesa para que le recuerde tus derechos antes de proceder al trinche. 
Que sí. Que sé que me dejo cosas en el tintero, pero es que tengo pendiente escribir sobre los ginecólogos que molan, los que nos respetan y nos toman en cuenta en vez de decidir por nosotras, y claro, ante tan halagüeña entrada pierdo la perspectiva. Pero vosotras no la perdáis ni olvidéis que el parto es un momento decisivo en vuestra vida, que no creo que lo viváis más de quince o dieciocho veces máximo (así, tirando por lo alto), mientras que para los ginesaurios "ir a pariros" es pura rutina.

Ahora me despido, que tengo que localizar un pamelón divino ya,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

    viernes, 26 de agosto de 2011

    ¡Yo a esta tía la mato!

    No, queridas y queridos, no penséis que me he encontrado en el súper con mi carnicerita o con la doctora Fistra y he probado a arrancarles el moño a tirones, porque os equivocaréis.

    Me refiero a mi querida Lady Rabbit, que, discreta hasta el punto del alelamiento, creó su propio blog hace dos meses y no tuvo ni la mínima vergüenza de mandarme una cartita, e-mail o notificación personal para comunicármelo. Y no me vengáis con que lo puso en su muro de féisbuc y que con eso debería valerme, porque las divas, si no lo sabéis ya os lo digo yo, no pueden estar a todo, ¡por favor! Que lo mínimo habría sido enviar una tarjetita monísima impresa en una buena cartulina y con letra cursiva bien emperifollada para comunicarme la buena nueva...

    Acciones como esta solo dan lugar a malentendidos como aquellos de los que la prensa buitre gusta de hacerse eco entre folclóricas: que si la Jurado y la Pantoja no se aguantan, que si Katy Perry le ha robado unas bragas a Lady Vaga, que si Rihanna se ha depilado el chichi con una cuchilla de Beyoncè y no la ha repuesto... Vamos, que contribuye a perpetuar el manido cliché de que las divas nos llevamos mal entre nosotras y eso, ¡nohijosno!

    Así que, en un acto de magnanimidad y esplendidez que solo una gran diva sedente como yo podría llevar a cabo sin despeinarse el tupé, procedo a dejaros el enlace del blog de la Rabbit, aunque no sé si en él tendrá previsto seguir contando los despropósitos que vivió en Hotel Stanley, destripando los nuevos episodios de la serie o despotricando contra lo que ella quiera, que para eso el blog es suyo.

    Se despide dignamente iracunda,
    Lady Vaga,
    la diva que divaga.

    jueves, 25 de agosto de 2011

    "¡Demandados!", el nuevo éxito de la temporada, ya en Internet

    Queridas y queridos, tengo el enorme placer, el grandísimo gusto y la inmensa alegría, así por no exagerar os lo digo, de presentaros el que será el gran éxito rompe-shares de la temporada otoño-invierno de estas nuestras Espeins y olé: "Demandados".

    Espectacular cartel promocional, cortesía de Jose Gil. ¡Mil gracias!


    Por si alguno de vosotros aún no se ha enterado de las últimas noticias acaecidas en este nuestro pequeño mundo lleno de ginesaurios acechantes, os contaré que "Demandados" cuenta la historia real de nuestra querida Lady Rabbit, que ha sido despedida del Hotel Stanley por el simple hecho de comentarles, así de pasadilla, que estaba embarazada (mi madre, que ya sabéis que es muy del refranero español, es fan absoluta de las historias basadas en hechos reales, así que seguro que se la tragará enterita y luego me llamará: "Vaga, hija, ¿has visto la serie esa de la chica del hospital? Es auténticamente terrorífica -ella se expresa con esa vehemencia, de tal palo...- y encima lo mejor de todo es que está basada en hechos reales, es que estos hospitales, dime de qué presumes y te diré de qué careces").

    Os recomiendo encarecidamente, queridas y queridos, que no os perdáis ni un solo minuto del trepidante metraje de esta fantástica obra que aúna ciencia, ficción, ciencia ficción, amor, drama, terror zombie, comedia y muchos, pero muchos despropósitos obstétricos... Puntualmente y según Lady Rabbit me dé permiso, os iré informando de las novedades en la grabación de la que será la serie más vista de todos los tiempos, más que el chichi de una parturienta en un hospital universitario.

    De momento, os adelanto el contenido del primer episodio (atención: a continuación voy a hacer un glorioso spoiler, así que si no quieres enterarte de qué va la serie hasta su estreno, mejor lo dejas aquí y lees otras entradas): Lady Rabbit, interpretada en la ficción por Amaia Salamanca (creo; aún están en negociaciones para ver si a Rabbit le convence), es una joven profesional de la sanidad a la que contratan en Hotel Stanley para seis meses con la tarea de ayudar a las nuevas mamás en todo lo que necesiten y, en especial, para apoyarlas en el inicio de sus lactancias. 

    Nuestra ingenua y joven heroína, que ya sabe lo que se cuece en el Hotel Stanley por una buena amiga (esa es Lady Vaga, pero no he sido "ficcionada" para esta serie porque ya me harán mi propio spin-off cualquier día de estos), comienza su trabajo embutida en su sexy uniforme y llena de buenas intenciones, pese a los comentarios poco halagüeños que ha ido recopilando acerca de ese establecimiento. Convencida de poder cambiar el mundo empezando por el área de Maternidad de Hotel Stanley, Lady Rabbit/Amaia será pronto despojada de su inocencia cuando toda la maldad y el caos intrínseco del Hotel comiencen a mostrarse en terrorífico esplendor. No dejarse lavar el cerebro para ofrecer biberones a todo bicho mamante será el mayor error de la dulce Lady Rabbit, que pronto descubrirá que, para sobrevivir en el Hotel Stanley, necesita mucho más que una caja llena de Dostinex y unas cuantas jeringas desechables.

    Su resignado temple y buena disposición le ayudan a sobrellevar las decepciones diarias, pero cuando se decide a anunciar su embarazo a sus compañeras y superiores, Lady Rabbit es expulsada fulminantemente de la empresa. Ante tamaña injusticia, la joven Rabbit comenzará su periplo en busca de un abogado dispuesto a ayudarla en plena canícula española: un viaje casi imposible que culminará en una demanda tan bien plantada que la sede central de Hotel Stanley no podrá ocultar su desasosiego.

    La catarsis de Lady Rabbit y su metamorfosis de pequeña crisálida maja a híper zorra vengativa centran el hilo argumental de esta estremecedora obra de acción, terror y cirugía no apta para cardíacos, embarazadas ni lactantes. Sangre, episiotomías de caballo, falsas apariencias y un jefe de servicio zombie harán de las noches una pesadilla en Hotel Stanley... Avisados quedáis.

    Y ahora me marcho a echar la siesta, aunque me da a mí que voy a soñar con esto y me voy a levantar meadita, meadita...

    Lady Vaga,
    la diva que divaga.

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