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jueves, 14 de febrero de 2013

La gente habla porque tiene boca (y escribe porque tiene dedos)

Queridas, queridos, vivimos en un país asolado por el bocachanclismo, lo cual no sería tan grave si el acceso a internet no fuese masivo y sin derecho de admisión. Es evidente que, navegando a la deriva por estas redes procelosas de Dior, podéis terminar, incautos internautas, en cualquier sitio, incluso en este blog. Ya os digo que a cualquiera le dejan tener un blog.

El caso es que, de cuando en cuando, encontramos perlas (no cultivadas, ¿eh? Perlas muy incultitas) que nos hacen sonrojarnos, mosquearnos y, finalmente, partirnos de la risa. Esta semana, el premio al artículo peor documentado tenemos que dárselo a un fantasma del pasado que Bebés y Más publicó hace la friolera de siete añazos, un panfleto titulado "¿Cuánto dura un parto?"... Alguno podrá decir "Lady Vaga, oh, tú, diva entre las divas, ¿a qué perder nuestro escaso tiempo en quejarnos del pasado, cuando hay tanto por arreglar en nuestros días?" Y yo, magnánima como siempre, respondo: la única razón por la que este artículo ofende a nuestros intelectos es porque cualquiera puede leerlo; imaginad que una embarazada primeriza se lo encuentra y le da crédito, ¡menudo desastre!; por ello, os pido que, si el texto os pasma tanto como a mí, escribáis a weblogs para solicitar que lo retiren. O, en su defecto, que añadan una apostilla que explique que es un artículo humorístico y sin ninguna pretensión informativa.

Como comprenderéis, me niego en redondo a dar difusión aquí a ese articulito (aunque, si me lo pedís de buenas maneras, es posible que lo rosachiclee un día si me aburro mucho entre manicuras, pedicuras y retoque de tinte), pero os adelanto desde ya que no tiene desperdicio. Es como si lo hubiese escrito Esteso. O algo así. Contraviene cualquier evidencia científica posterior a Aristóteles, se pasa la Estrategia de Atención al Parto Normal por donde el Coloso los barcos y trata a las potenciales lectoras con un paternalismo condescendiente más propio del siglo XIX. Por decirlo finamente. Algunas citas textuales, por si no os he convencido con mi prosa excelente:

  • Lo que dura el expulsivo son quince minutos.
  • Dos días antes de comenzar el parto, sentirás contracciones que no son dolorosas y son irregulares, estas contracciones indican que el cuello del útero se ablanda y se acorta para empezar a dilatarse, entonces es aconsejable acudir al hospital. Pero quizás estas contracciones no las notes y más si no eres madre primeriza.
  • Si caminas por la habitación podrás dilatar con mayor rapidez, el efecto de la gravedad ayuda a que el niño baje más deprisa, pero claro, esto sólo es posible si el monitor al que estás conectada es móvil, si no, tendrás que permanecer tumbada.  
  • ...es muy posible que te realicen la episiotomía para facilitar la salida de tu bebé y evitar que sufras desgarros.
  • Quizá la matrona realice la maniobra de Kristeller, es decir, que presionará en la parte alta de tu tripa, es algo habitual.
¡Cuánta ignorancia, qué de burradas juntas! ¿Estáis flipando como yo? Entonces, por favor, escribid a weblogs para que retire este texto infame, que desmerece su sitio web y el esfuerzo de otros redactores que sí se documentan en lugares algo más serios que el Tómbola para escribir sus textos.

Aquí tenéis el enlace al sorprendente texto y aquí la dirección del formulario de contacto de weblogs por si os animáis a pedir que lo retiren (lo cual yo os ruego encarecidamente sin bajarme de mis vertiginosos tacones).

Y por ahora, esto es todo. Ahora, me marcho a disfrutar del solecito invernal en el parque; los toboganes me esperan.

Se despide, preparada para deslizarse sin miedo,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 12 de febrero de 2013

Milan, el hijo de Shakira y Piqué

Queridas, queridos, ya sabéis que entre las divas bien nacidas no hay pisotones en la cola del vestido, empujones disimulados por las escaleras ni codazos para figurar en el primer plano de la foto, antes bien, entre nosotras nos reconocemos, nos apreciamos y hacemos piña para aislarnos del mundanal ruido.

Tal es mi relación con la siempre joven Diana Aller, cuyo blog es para mí lugar de culto y peregrinación y debería serlo, oh fanes míos, para vosotros también. Y como ella es así de divina y generosa, ha tenido a bien invitarme a su fantástica mansión para degustar una merienda casera (preparada por su servicio, claro está) en el saloncito de invierno. A continuación, sin más dilación, reproduzco el fruto de nuestras reflexiones a tres cerebros (sí, las sinergias entre divas son así). Podéis leer la entrada original en el blog de Diana Aller.

 

MILAN, EL HIJO DE SHAKIRA Y PIQUÉ




Yo soy muy de invitar a mi hogar a quien aprecio. Con Lady Vaga me unen muchas cosas. Ambas nos hemos dedicado a la comunicación, las dos tenemos un blog y las dos somos madres. Sin embargo, es una experiencia traumática la que nos ha unido: ambas hemos sufrido en nuestras jóvenes carnes una herida muy difícil de cerrar. Una cesárea con la que nos abrieron el cuerpo para sacarnos a nuestros bebés.

Como este es mi hogar virtual, he decidido invitarla a tomar una infusión de hibisco y unas pastitas exóticas mientras charlamos. Hablamos de la vida, del ingrato trabajo (ella tiene mucho que contar de aquella mítica revista de Rodríguez Menéndez llamada Dígame), de Channel, de los anfibios, de Gran Hermano, del cerebro humano… y de Shakira. A las dos nos parece estupendo que haya elegido la forma de tener a su pequeño Milan (del nombrecito en cuestión también hablamos, claro), pero sospechamos que él, Milan, desconociendo la fama de sus papás, las presiones culturales para borrar cualquier signo de maternidad en la mujer y la situación de la atención al parto en España… hubiera elegido si le hubieran dejado, un nacimiento bien distinto. Y como nosotras no somos quién para decirle nada a Shaki ni a su niño, pensamos cómo llegar a esas mujeres que tienen en la cantante a un modelo a seguir (allá ellas, desde luego). Lady Vaga, reclinada sensualmente sobre unos almohadones de seda magenta me mira, bebe a sorbos su té, y me dedica su misiva de hoy, en este mi hogar:
Querida Diana Aller, tú que eres más chispeante que una bengala recién encendida me permitirás que, desde tu rinconcito de esparcimiento y el mío de despotrique, me dirija no a Shakira, ya que nada me une a ella (ni me desune tampoco), sino a quienes la admiran, emulan y escuchan, pues la llegada al mundo de Milan no podemos ya cambiarla ni tú ni yo, pero sí podemos advertir a sus fans de que hay otra forma de nacer.
Así pues, con tu beneplácito, me dirijo al (presuntamente) respetable.


Querida fan de Shakira:
No entraré a valorar tus gustos musicales, pues no es el tema que me ocupa, aunque espero de corazón que condenes el reciente bodrio que tu admirada perpetró con ese homínido autotitulado Pitbull, que Dios silencie sus morros y empañe su calva.
Te hablaré, en cambio, de la forma en que nació Milan, con la mano en el corazón, como el padre de Enrique Iglesias. Este nene vino al mundo por una cesárea programada electiva (en tanto no nos cuenten lo contrario).
Una cesárea, como sin duda sabrás, oh joven y entusiasta fan de Shakira, es una intervención quirúrgica por la cual se extrae el bebé del útero materno a través de la cavidad abdominal. Sabrás también, o te lo figurarás, que las mujeres disponemos de un conducto, llamado vagina, por el cual los bebés, igual que entran en forma de espermatozoide, pueden salir llegado el momento P (de “parto”, o de “putada” si estás en según qué hospital).
Aclarado este punto, obvio pero importante, te interpelo cual Platón, para que encuentres en ti la sabiduría que innatamente albergas: ¿qué crees que es mejor y más sano para el bebé? ¿Qué crees que es menos traumático y peligroso para la madre?
Dejar que el parto se desencadene espontáneamente tiene muchos beneficios para el bebé: nace cuando está listo para hacerlo, con todos sus organitos maduros para empezar a funcionar, sin ir más lejos. En su cuerpo y en el de la mamá se preparan sendos cócteles hormonales que, como lingotazos un sábado noche, les predisponen a vivir una experiencia única y a enamorarse como tontines en cuanto se vean. El principal perjudicado por un parto espontáneo es, ciertamente, el ginesaurio de la familia, que no puede organizar su agenda para escaparse unos días a esquiar.
Hay quien dice que ciertas famosas se someten a una cesárea programada en la semana 38 para no coger los últimos kilos del embarazo o para que sus caderas no se ensanchen. Hacer esto, querida fan de Shakira, como tú bien estás deduciendo solita, es una soberana memez, pues están privando a sus bebés de hasta cuatro semanas más de crecimiento en la tripita y, además, la lactancia es un chupamagras estupendo que contribuye a eliminar las chichas que la mamá ha acumulado para ese momento (y quizá incluso las que tuviese ya guardadas de antes del embarazo).
Por si aún dudas de lo poco conveniente que es programarse una cesárea así porque sí, te dejo el enlace a un texto de la fantástica Ibone Olza, en el que encontrarás unas cuantas respuestas y una reflexión.
Querida fan de Shakira, poco más puedo decirte. Como mujer que ha pasado por una cesárea, me permito aconsejarte que, si algún día decides tener descendencia, te informes cuanto sea posible, contrastes los datos, preguntes mucho a tu matrona y, sobre todo, tengas presente que el nacimiento de tu hijo jamás volverá a repetirse y tienes el derecho y la obligación de ayudarle a que sea una vivencia respetada y positiva. Y, por supuesto, tienes también todo el derecho de disfrutar de tu parto desde el primer minuto hasta el premio final.
Besos con meneo de cadera incluido,
Lady Vaga,
la diva que divaga.
Nadie podría contar de forma tan sencilla y contundente realidades tan veraces y tan traumáticas para las mujeres y para sus bebés.


Lo dice Diana Aller

martes, 9 de octubre de 2012

Cada vez que una mujer pare en el agua, Dios mata a un ginesaurio

Queridas, queridos, andaba yo centrada en mis cosas (que, aunque no lo parezca, las divas virtuales tenemos también una vida aparte del teclado y es ajetreadísima, pues entre estrenos de cine, inauguraciones de tiendas exclusivas y cenas con afamados cineastas se nos van un tiempín, un capitalito y un esfuerzo para aparecer siempre conjuntadas y monísimas sin repetir modelazo) cuando mi súper oído adornado de esmeraldas detectó un clamor popular que suplicaba: "¡Oh, Vaga, vuelve, no nos dejes así!", "¿No oyes nuestras plegarias, Lady?", "¡Lady, como no me hagas caso me tiro, me tiro... de los pelos del...!"

Ni que decir tiene que rauda y veloz desconecté el súper oído para no escuchar ordinarieces y después reflexioné y me di cuenta de que, en efecto, os tengo muy abandonados, queridas y queridos. Así que, para vuestro goce y placer extremos, me he calzado los taconazos de mandar, he afilado el lápiz rosa chicle hasta conseguir una punta capaz de competir con el mejor bisturí eléctrico del mercado y me he puesto uñas a la obra. Y para ello he seleccionado una perla que tenía pendiente desde hace más de un mes, a saber: la entrevista realizada (no tan) recientemente por La Opinión de Zamora al jefe de servicio de Ginecología de La Paz, en la cual, aunque no salió a la luz en su día, estuve presente, discreta como soy, para hacer ver al periodista la realidad de la atención al parto en nuestro país. ¿Que por qué no publicaron mi testimonio? Los medios, los medios que siempre manipulan... Pero aquí tenéis, para vuestros ojitos ansiosos y sedientos de amor vaguete, la verdad-verdadera. En negrita, las preguntas del entrevistador y en rosa chicle mis fantásticas aportaciones.

Tomad y gozad todos con él, pues este es verbo de la Vaga, que será verborreado por doquier para perdón de los ginesaurios.
Jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia de La Paz, catedrático. Premio Tierras de Zamora, como embajador de la provincia
Antonio González González

«Cuando oigo lo del parto en el agua se me ponen los pelos de punta»

«Pasamos de una filosofía mecanicista al método científico y la mortalidad infantil se redujo»




El doctor Antonio González, en su despacho.
Gensanta, lo que se parece usted al Estivill, doctor...
Qué sustico da, ¿no ha pensado en hacerse la cirugía estética?
CARLOS GIL
El prestigioso médico de Casaseca de las Chanas Antonio González González, jefe de Ginecología de La Paz, ha recibido «con una gran satisfacción» la noticia de su designación como acreedor del premio Tierras de Zamora como embajador de la provincia. «Ha sido un momento de gran satisfacción, una cosa inesperada que me ha llenado de alegría, y estoy encantado». González sigue muy vinculado a su tierra, y de hecho, a pesar de llevar 47 años viviendo en Madrid, «voy todos los meses a mi pueblo». 
Nos recibe en su despacho lleno de tochos antiquísimos llenos de polvo, ejemplares del Diario Médico sin desprecintar y flamencas de esas que se ponían encima de los televisores antiguos, acompañado de una despampanante mujer impecablemente vestida y calzada que se presenta a sí misma como Lady Vaga y bajo cuyo subyugante encanto caemos inmediatamente rendidos redactor y fotógrafo. Mientras intentamos recobrar un poco de autocontrol, iniciamos la entrevista.

-¿De dónde le vino la vocación médica?

-Estuve trabajando de voluntario en el hospital de Zamora y entre eso y el médico del pueblo me nació la vocación y me fui a estudiar medicina a lo más cercano y barato, que era Salamanca. Cuando terminé la carrera coincidió que se abrió La Paz en Madrid y me fui directamente y aquí llevo 47 años.

-Doctor, cuente la verdad: cuando había pinchado todos los traseros zamoranos, descubrió que con un título podría también rajar chichis y se vino a Madrid en un tren cargado de vacas a esperar la inauguración del hospital. De hecho, usted ya estaba en el solar aguardando a que echasen los cimientos, abrecartas en mano a falta de bisturí para empezar a cortar todo lo que se le pusiese por delante.

-La Paz era un hospital de mucho prestigio, desde su apertura.

-Fue en el año 1965. Nació como una maternidad especial, modelo, inauguraba un ciclo hospitalario en España nunca visto, y a partir de ahí fueron surgiendo centros con la misma filosofía en otros puntos de España. Desde entonces se desarrolló la medicina socializada.

-La medicina socializada quiere decir que mientras te hacen una cesárea o te cortan el chumino hasta el tercer ojo, los sanitarios socializan entre sí, charlando acerca del tiempo, del último partido Barça-Madrid o de quién tiene la mejor receta para las lentejas a la jardinera. También hay quien dice que este término proviene de la excelente disposición de ciertos ginesaurios -en este punto, la hermosa Lady Vaga carraspea delicadamente- a rajar a las mujeres independientemente de su clase social.

-¿Qué novedad aportó La Paz?

-Fue una forma de atender el parto, integrada, segura, razonable, aséptica, científica, y sobre todo aportó una enorme seguridad, tanto a la madre como a los hijos. Los bebés entonces tenían una mortalidad bastante más alta de la de ahora y se empezó a practicar una medicina excelente que se reflejó en el descenso de la morbilidad y mortalidad fetales. Pasamos de veinte muertos por mil nacidos a tres que estamos ahora, prácticamente irreducible ya. También la mortalidad materna disminuyó.


-Todo el mundo sabe que, antes de inaugurarse La Paz, los partos los atendían comadronas desintegradas, inseguras, nada razonables, marranas y que se encomendaban a la Virgen de Regla ante cualquier complicación. 

-¿De dónde le vino la vocación por la ginecología y obstetricia?

-Nunca sabe uno, pero me impactó la forma de trabajar que tenía el doctor Castaño Almendral en el hospital de Zamora, un ginecólogo de gran prestigio. Yo entonces era un chaval, él venía de Alemania y era un hombre científico, que hizo grandes aportaciones prácticas, tenía una visión globalizada, más allá del localismo de una ciudad de provincias.

-Y ya sabemos -interviene la diva, haciendo bailar su zapato en la punta de su pie- que todo lo que venga de Alemania es siempre buenísimo, y si no mirad a los fantásticos Kohl y Merkel que tantas alegrías nos han traído a los españoles. 

-¿Qué opina de la vuelta a los partos más naturales?

-La historia es así, tiene sus ciclos. Conseguimos mucho pasando del parto atendido por una filosofía mecanicista y muy practicona a implantar los conocimientos científicos y la técnica, con lo cual logramos unos resultados espectaculares. Es posible que una vez que se logra lo básico y lo imprescindible que nos hubiéramos pasado desde el punto de vista técnico, con tanto catéter, tanto cable, tanta dirección del parto, pero naturalmente hay que tener en cuenta que la obstetricia va bien cuando va bien.

-Ya, doctor, y la economía va bien cuando va bien y bien está lo que bien acaba, pero esto último que ha dicho es una tautología de primero de Lógica... "La obstetricia va bien cuando va bien", me recuerda usted a Aznar cuando era presidente. Es evidente que se han pasado desde el punto de vista técnico y se han quedado muy cortos desde el punto de vista de la empatía y el respeto.

-Y en cualquier momento puede aparecer una nube negra que da al traste con todo lo que uno ha hecho.

-No me salga con eso de que un parto se puede torcer en cualquier momento como si fuese una ruleta rusa, doc... Que se le ve venir...

-Estoy a favor de que la intervención médica sea la mínima posible, pero la seguridad que dan los métodos diagnósticos y terapéuticos yo no la puedo olvidar. Y cuando oigo esas cosas del parto en el agua o mínimamente invasivo, si le digo la verdad, me ponen los pelos de punta.

-En eso le doy la razón, a mí con la humedad también se me encrespa el alisado japonés, luego le doy mi marca de serum antiencrespamiento para que se le quite a usted esa pinta de gañán mascagarbanzos que tiene, no se preocupe. Me surge una duda, doctor, ¿entonces, qué le va a usted, el parto "razonablemente invasivo"? ¿O cómo es eso?- Lady Vaga saca de su bolso de Chanel unas espectaculares gafas súper a la moda que le dan un aire todavía más intelectual y se las coloca para examinar atentamente a un doctor cada vez más nervioso.

-Cada uno puede hacer con su vida lo que quiera, pero la seguridad en medicina más que una aspiración es un derecho que muchas veces queda un poco desdibujado con tanta naturalidad.

-El problema es que a nosotras muchas veces no nos dejan hacer lo que queramos y nos intervienen sin necesidad y sin nuestro permiso. ¿O me va a decir usted que siempre ha pedido consentimiento y ha informado antes de hacer una episiotomía?

A la naturaleza hay que dejarla mientras va bien, pero para eso estamos los médicos, para corregirla cuando va mal.

-Pero solo cuando va mal, doc. El problema es que ustedes convierten en patológicos partos que podrían haber ido divinamente si nadie hubiese metido los deditos en vagina ajena...

-A nadie se le ocurre decir ahora que lo más natural en una apendicitis sea dejarla evolucionar de forma natural, hay que operarle.

-Rediez -Lady Vaga utiliza una expresión anticuada en un intento de darse a entender por el vetusto doctor-, es que una apendicitis es un  problema que hay que operar, pero un parto es un acto fisiológico en tanto no se demuestre lo contrario. Esa comparación la tienen tan trillada en su gremio que incluso en un blog de por ahí se habló de ella en su día...

-Pero una vuelta de cordón, un niño que sufre, un parto largo, lento, prolongado, difícil, hemorrágico, hay que estar ahí. Y los métodos científicos y técnicos nos ayudan mucho a tomar decisiones en el momento oportuno.

-Esta oración que usted ha construido, en cuanto a su forma, es un completo anacoluto. Por favor, repase las normas básicas de gramática y sintaxis. Respecto al contenido, vamos por partes: una vuelta de cordón la puede quitar una comadrona, que para eso están. Si el bebé sufre y las pruebas pertinentes lo confirman, intervengan sin dilación, por favor. Si el parto es lento o se prolonga pero la mujer y el bebé están en perfectas condiciones, métase sus cacharritos por donde desagua. Y si hay una hemorragia, claro, para eso están ustedes.

- Un catarro lo mejor es que se cure solo, pero no una neumonía. Con los partos pasa algo parecido. Han asistido partos un taxista, un bombero, un practicante, pero son los fáciles; si no hubiera nadie también nacía vivo el niño. Pero de eso a pretender que el parto sea siempre por la vía natural y sin intervención ninguna, no estoy a favor.

- Eso es verdad, en la gran mayoría de casos el niño nacería sin que nadie le "ayudase". Y añado que además lo haría en perfectas condiciones. Para los partos que usted llama "fáciles", la profesional cualificada es la comadrona. Y eso de los practicantes, ¿sigue existiendo? En cuanto al catarro, si descubre usted la cura, se forra, a día de hoy no existe...
Lo de que el parto sea siempre por la vía natural y sin intervención ninguna lo ha dicho usted, que se está montando una película digna de Stallone. A ver si le queda claro: las mujeres queremos que nuestros hijos nazcan sanos preservando en lo posible nuestros cuerpos serranos, así que el parto debería ser por la vía natural y sin intervención siempre que no haya problemas. Cuando los haya, queremos que ustedes intervengan, primero informando, después pidiendo permiso y en último lugar actuando, pero lo mínimo necesario. Nada de fliparse haciendo una cesárea a la mínima de cambio.


-¿Se abusa de la cesárea?

-Es una técnica que ha ido escalando puestos a medida que la sociedad ha demandado más seguridad.

-Perdone, ¿está usted de guasa? ¿Me va a decir que para la madre no es más peligrosa una cesárea? -Lady Vaga se ajusta las gafas con expresión de incredulidad.

-La seguridad total no existe ni el riesgo cero tampoco, pero qué duda cabe que la cesárea ha salvado muchísimas vidas, tanto a las madres como a sus hijos. Quizá en algunos aspectos nos hayamos pasado un poco en el porcentaje de cesáreas, pero esto ha ocurrido por un excesivo celo, comprensible, para que no ocurra ninguna desgracia. Hay clínicas privadas, por ejemplo, que no tienen los medios técnicos para esperar y entre hacer la cesárea y que pueda pasar lo peor, se opta por lo primero. Yo estoy a favor de la cesárea con una indicación clínica y el contra de la cesárea a demanda, solamente porque la mujer lo pida.

- Su desvergüenza, entrañable vejestorio, me sonroja y anonada. Claro que la cesárea ha salvado muchas vidas, pero también ha dejado secuelas de por vida a madres e hijos y no siempre la relación riesgo-beneficio jugaba en favor de la cirugía. "Quizá en algunos aspectos nos hayamos pasado un poco", "excesivo celo", "comprensible"... ¿Cómo puede echarle tanta cara? ¿Y qué hay de las cesáreas programadas para no perderse el médico una cena de Nochebuena, de las que se hacen simplemente porque hay que limpiar los paritorios para el turno siguiente o de las que se practican por miedo a una hipotética demanda? ¿Fuma usted sustancias ilegales? Y un día estaría bien que nos contase cuáles son, para usted, las indicaciones clínicas...
Eso sí, en contra de la "cesárea a demanda". Si la mujer la pide, eso no vale. Me reservo mi opinión al respecto, pero me parece a mí que lo que a usted le jeringa es que la mujer pida, en general. Seguro que le piden una episiotomía y solo por joder ya no se la hace, que para chulo-chulo usted, ¿eh, doc?


Ante la creciente crispación en el ambiente, improvisamos un cambio de tema.
-¿Qué opina de la epidural?

-Estoy satisfechísimo de implantarla en La Paz a todas las mujeres tanto por la mañana como por la tarde, los diarios y festivos y en vacaciones. Para las mujeres es un alivio extraordinario. Es toda la lucha por combatir el dolor que tiene la historia de la medicina, pero sobre todo en la obstetricia. Porque bajo la sentencia bíblica de «parirás con dolor», la obstetricia era un dolor que se ha podido quitar. Y como la historia es un ciclo, ahora algunas mujeres, que no pasan del dos o tres por ciento, solicitan que no se les ponga epidural. Respeto muchísimo esta opinión, pero hay que advertirles de que a veces el parto duele mucho, y el umbral del dolor no lo tenemos todos en la misma altura, unos resistimos más que otros. Y hay mujeres que inicialmente no quieren epidural y luego la piden ellas mismas.

- De hecho, La Paz se llama así por la paz y quietud que se respiran en el ambiente gracias a que todas las mujeres están tumbaditas en sus camas, hasta la glotis de epidurales y bien calladitas, ¡así sí que se trabaja bien! No deje de advertir, imparcial redactor, la velada alusió a las "locas que paren a pelo" y la extensa sabiduría del doctor, que ha parido muuuuuchas veces, acerca del dolor del parto. Él fijo que resiste un montón, nadie lo duda...

-Cada vez nacen menos niños con malformaciones porque se puede interrumpir el embarazo. Ahora la nueva ley del aborto va a impedir este supuesto. ¿Ha habido excesos?

-Posiblemente. El aborto eugenésico en principio estaba reservado para grandes malformaciones, problemas incompatibles con la vida o que traían un lastre, complicaciones y consecuencias muy graves para el recién nacido. Y las interrupciones estaban en parte justificadas. Las alteraciones psíquicas del embarazo, sin ninguna alteración materna o fetal también incrementaron las cifras de abortos legales. Y ahora el Gobierno trata de restringir las indicaciones legales de la interrupción del embarazo. Los ginecólogos, como todo el mundo, amamos la vida y nos duele mucho lo del aborto. Pero el aborto eugenésico, en ciertas situaciones de malformaciones graves incompatibles con la vida está justificado.

-¿Por qué han aumentado los partos prematuros?

-Es uno de los problemas graves que tenemos en todo el mundo, sobre todo en los países hiperdesarrollados; hace unos años estábamos en un cinco por ciento y ahora en un once. Las causas son múltiples, entre ellas el estrés laboral o social. A veces nosotros los provocamos para salvar la vida de aquellos bebés que no habiendo llegado a la semana 37 están en situación difícil. Ahora la supervivencia de recién nacidos que nacen con mil gramos, hemos avanzado una enormidad, está alrededor del 95% y tenemos niños que sobreviven con 500 gramos, no siempre exentos de alguna complicación.

-¿Y los embarazos múltiples, también son un problema?


-Los embarazos múltiples son como una plaga. Las técnicas de reproducción asistida han disparado los partos múltiples.

-Una plaga terrible de bíblicas proporciones, propongo que les fumiguen el chichi con insecticida a todas las mujeres que osen someterse a técnicas de reproducción asistida.

-Pero sí se reguló que se implantaran menos embriones. ¿No se ha solucionado?

-En parte, pero siguen muchas clínicas implantando dos y tres embriones, cuando en otros países solo se implanta uno. A veces se implantan dos embriones y uno se divide y son tres. No sabemos todavía las razones científicas por las cuales los niños concebidos con técnicas de reproducción asistida se dividen con más frecuencia que los naturales.

-¿Les crea problemas el retraso de la edad de la maternidad?


-Cuando hace años empezaba los partos la edad media de las mujeres era 22 años. Ahora son 32 años. También los abortos y los partos prematuros a medida que avanza la edad son más frecuentes. Muchas mujeres no tienen partos a término porque es gemelar, triple o tienen una edad avanzada. Y por el estrés que supone cualquier tipo de eventualidad.

- Sobre todo el estrés asociado a las eventualidades que se sacan de la manga algunos ginecólogos, lo que Odent llamó "el efecto nocebo del cuidado prenatal"...

- Tenga en cuenta que estas mujeres que no se quedan embarazadas por métodos naturales, sino de reproducción asistida pasan muchos miedos a que se les interrumpa el embarazo o les pase cualquier cosa y ese miedo no es nada bueno. El parto más frecuente es el normal. Pero dentro del once por ciento de partos pretérmino también se encuentran otras patologías: madres hipertensas, diabéticas... También hay más diabéticas a medida que el embarazo es más tardío.

Casaseca de las Chanas (1942)
Con 70 años cumplidos, Antonio González González se jubilará como jefe de Ginecología y Obstetricia del hospital de La Paz (cargo que ocupa desde 1978) y catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid (aunque seguirá como emérito), casi el mismo día en que reciba el galardón como embajador de la provincia, en la convocatoria de Tierras de Zamora. Hijo de maestra y agricultor, estudió en el Claudio Moyano, después la carrera en Salamanca y el destino le llevó a la entonces puntera maternidad de La Paz, donde ha ejercido su labor profesional durante 47 años. Hace algunos años, en 1999, recibió el premio de «Zamorano del mes» de La Opinión-El Correo de Zamora.


Observaréis, queridas y queridos, que vuestra siempre serena Vaga no opina sobre temas como el aborto o la reproducción asistida porque se salen del asunto vertebral de este humilde blog y que, diva como solo ella puede ser, no perdió en ningún momento la compostura ni recurrió al insulto fácil, limitándose al insulto ingenioso. Tampoco figuro en ninguna fotografía, pues me gusta ser sencilla y misteriosa a la par. Ole.

Y ahora, me marcho al parque para que mis hijos se desfoguen como fierecillas en libertad mientras todas las madres se mueren de envidia contemplando lo bien que me enmarcan el culo mis vaqueros nuevos. He dicho.

Es palabra de Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 10 de julio de 2012

Premios Mojón de Oro: primer galardonado

Queridas, queridos, ya tardábamos mucho en leer alguna estupidez proferida por un pretendido profesional. O quizá era yo, que estaba de vacaciones desconectada de mi cuasi omnipresente monotema, pero al volver a la realidad he recordado que tenía guardada para vosotros esta perla, que merece ser reproducida para el deleite y la risa de mis nunca suficientemente mimados fans. Leed y mantened vuestras mandíbulas sujetas para no quedar boquiabiertos por siempre jamás.

Queridas, queridos, qué a gusto me reí el otro día en la sala de espera (sí, a las divas también nos hacen esperar a veces) de mi esteticista, meneando mi divinamente calzado pie mientras leía un panfletillo autoproclamado "revista" en el cual se incluía un texto de un tal Manuel Marcos, que por lo visto dice que es jefe de servicio o algo así del servicio de Ginecología y Obstetricia de ciertos hospitales privados de esta nuestra Especomunidad autónoma... Al simpático obs-tétrico le dio por hablar de cesáreas y virgendelacosturatorcida, lo que soltó por esa boca (o por esos dedos)...

No os digo más que pedí la revistilla para llevármela a casa y leérsela a Muchomacho, quien me agradeció el gesto, pues de tanto descojone que le provocó el libelo que escribía aquel individuo ha hecho en tres minutos el esfuerzo equivalente a dos millones trescientas veinticuatro mil abdominales y se le ha puesto la tableta que ríanse ustedes, queridas y queridos, de cualquier jamonazo de revista, que mi Lord le da mil vueltas.

¿Que qué decía? Pues si la rescato del coche (a U-6 le pareció pura bazofia y la chupeteó hasta convertirla en pasta de papel apta para su reciclaje), os lo copio esta noche, pero de momento os adelanto que la culpa de la alta tasa de cesáreas que sufrimos en las Espéins y Olé es de las madres, claro, que nos da por preñarnos siendo ya casi octogenarias, nos sometemos a tratamientos de fertilidad y, claro, somos de alto riesgo desde antes ya de perder la virginidad.

Ah, y una cosa más total aún y que me encantó (aquí casi me orino encima si no llega a ser porque tengo el suelo pélvico de baldosa catalana y eso no hay quien lo haga temblar): las cicatrices uterinas previas (por ejemplo, por una cesárea anterior) son motivo de cesárea y programada, para más inri. Ole tus cojones, rey. Bien descansado te habrás quedado después de decir tamaño despropósito, que no solo es contrario a toda evidencia científica, sino que incluso es explícitamente desmontado por un organismo declaradamente conservador (conservador de sus ansias  de control sobre el parto) como es la SEGO, que afirma en sus protocolos que las mujeres con cesárea previa deben tener la oportunidad, si no concurren otros factores de riesgo, de intentar (al menos intentar) un parto vaginal. Ignoro si este individuo cobra por cada cesárea en metálico o en jamones o es simplemente que no quiere que se le oxide la mano de rajar y necesita practicar cinco o seis veces al día... Pero, sinceramente, lo siento por las mujeres que vayan a parir a alguno de los hospitales en los que él decide algo.

Así que, para premiar estas contribuciones al ejercicio abdominal, a la sanación por la carcajada y a la alegría en tiempos de crisis, magnánima como solo una diva puede ser, he decidido crear el Premio Mojón de Oro, en cuya primera edición galardono a este señor (perdonadme el eufemismo) en la categoría "Payasada de Altura". Y, como no hay premio sin estatuilla que lo represente, aquí tiene el señor (otra vez el eufemismo) Marcos su award, que espero recoja vestido de castaño como la ocasión exige:

¡Toma mojón! ¿O qué os pensábais? Que una, además de diva, es fina.
Por cierto, lo he cogido de aquí.
Y con esta importantísima noticia de alcance universal me despido, que mis retoños me reclaman para jugar a hacer bolitas de plastilina.

Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 5 de junio de 2012

COPS: Cuerpo de Obstetricia, Partos y Saurios

Tengo una especie de alma gemela, queridas y queridos, que periódicamente me saca a rastras de los pelos del mundo real para volver a sumergirme en el mar del monotema obstétrico, proponiéndome temas y entradas con mucho acierto y más gracejo.

Debéisle, por tanto, a ella, más conocida en mi casa como Lady Cheerful, el que vuestra Diva adorada esté escribiendo solo para vuestros ojos mientras le hacen la pedicura a domicilio (cuando toque manicura, tendré que dejaros un ratito por motivos obvios) y, lógicamente, es a ella a quien debéis mandar un jamón por incitarme a teclear con mi habitual buen humor e ingenuidad.

Me cuenta, pues, esta amiga, que en Ceuta tuvo lugar el mes pasado un curso para capacitar a los policías en la atención al parto (¿os acordáis de que hace unos días hablábamos de que los TEDAX serían los más adecuados para atender la llegada de nuestros hijos al mundo? Pues para que veáis que aquí no inventamos nada). La información me hizo abrir los ojos hasta tal punto que cualquier pata de gallo incipiente que osase intentar hacer mella en mi marmóreo cutis resultó inmediatamente neutralizada. Por este lado, al menos, la lectura tuvo un saldo positivo.

Esto es un parto inesperado en plena calle y es peligrosísimo.
Si debéis atender uno, hacedlo con casco y escudo, como poco.
Quede claro, queridas y queridos, que, como ciudadana que paga sus impuestos y honrada cumplidora de la ley, soy muy fan de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, pero, por favor, permitidme que insista en que, en los tiempos que corren, que vivimos a golpe de tijeretazo por doquier, yo encuentro más útil formar a nuestros policías en disciplinas olímpicas como "Agarre de político chorizo por la solapa" y "Lanzamiento de mangante de guante blanco al calabozo" que en la atención de partos. Llamadme rarita si afirmo tajantemente que ahora mismo no es el momento de crear el COPS (Cuerpo de Obstetricia, Partos y Saurios).

Y ahora, sin más, pasemos a rosachiclear a discreción. Notaréis, al leer el texto, que la redactora no es muy ducha en su profesión y tiende a la repetición machacona de lo mismo una y otra vez. Tampoco sabe introducir una cita textual ni cuándo abrir y cerrar unas comillas, pero se lo perdonamos porque el contenido merece la pena.

La UFP organiza un curso para policías de atención a mujeres gestantes
El taller, que se celebra mañana en el Hospital Universitario, se impartirá por dos matronas a una treintena de agentes del CNP, Policía Local y Guardia Civil
Domingo, 20 de mayo de 2012
Ceuta, Tamara Crespo
La Unión Federal de Policía (UFP) ha organizado un nuevo curso de formación para agentes, bajo el título de ‘I taller práctico de actuaciones policiales ante mujeres gestantes en situación de riesgo’. La actividad, que se desarrolla mañana en el Hospital Universitario, cuenta como profesores con dos matronas y tendrá una duración de 5 horas. Los alumnos son 30 miembros del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), Policía Local y Guardia Civil. El delegado del Gobierno acudirá a la clausura.

El sindicato Unión Federal de Policía (UFP) ha organizado un segundo curso destinado a la formación de agentes tras el de guías caninos que ofreció en abril. En esta ocasión, se trata del ‘I Taller práctico de actuaciones policiales ante mujeres gestantes en situación de riesgo’, para el que, según explica el secretario general de UFP Ceuta, Fernando Guerrero, se han agotado las 30 plazas disponibles. Entre los alumnos de este curso hay, además de agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), miembros de la Policía Local y de la Guardia Civil. (¿No os parece estar en el "Día de la Marmota?")

La actividad, que se lleva a cabo con la colaboración del Ingesa, tiene como profesores a Luciano Rodríguez y Juana María Vázquez, matronas del Hospital Universitario, donde se impartirá con una duración de 5 horas lectivas. (¡Cinco horas! ¡Nada más y nada menos! Vamos, salen de allí sabiendo mucho más que muchas matrosaurias de las que pululan por estos hospitales de Dior... En cinco horazas te da tiempo a explicar cómo hacer una Kristeller, un chocolateo a ritmo de bachata y el protocolo de "azote a culo de niño recién nacido, estilo decimonónico")



Una formación “esencial”
Guerrero considera “esencial” la formación de policías en la rama sanitaria de auxilio a las víctimas para que estos puedan aplicarla en caso necesario”. La atención a mujeres gestantes en situación de riesgo y de niños recién nacidos estaría incluida en estos “parámetros”, tal como destaca el responsable de UFP. (Hombre, lo suyo es aplicarla en caso necesario; en caso no necesario, como por ejemplo que el que está en peligro sea un hombre, pues no hace falta ponerle de parto por todos los medios, pero me imagino que esas distinciones se enseñan en el completísimo curso de ¡cinco horazas!)

De ahí que en este caso se hayan decidido por un curso de esta naturaleza, que dado el éxito de convocatoria, podría convertirse en “precursor”, indica Guerrero, de otros relacionados con la asistencia sanitaria de urgencia fuera de los hospitales. (Pues a mí, tanto éxito me mosquearía: ¿no será que, con esto de la crisis, los policías, hartos de que se les multiplique el trabajo, han preferido reciclarse y meterse a médicos cursito a cursito?)

- Cariño, no se te ocurra llevarme al hospital;
prefiero ir a la comisaría, que me fío más de
la policía que de ciertos ginesaurios...
- Di que sí, nena, yo te llevo donde quieras.


.
En la memoria de este curso de UFP se explica que cuando se presenta un parto de forma inesperada fuera del hospital, “ya sea en un domicilio, en la calle o en cualquier otro entorno”, se carece del “respaldo y la garantía que ofrecen la tecnología y los medios de un paritorio”. (Bueno; por partes: en principio, cualquier parto se presenta de forma relativamente "inesperada", salvo que te den fecha y hora para la inducción. Quiero decir con esto que el 98,7% de las mujeres no somos portadoras de la mutación genética que hace que nos crezca un reloj de cocina en el ombligo que indica con un simpático "¡cling!" cuándo está listo nuestro bebé para nacer... Sigo: parir sin "respaldo" es incómodo, pero puedes apoyarte en tu marido, en una señora que pasaba por allí o incluso en una pared. Respecto a la "garantía", pues claro, es indispensable, ya sabemos todas que en un hospital no se muere nadie, nunca pasa nada malo, la oxitocina sintética sabe a fresa y el agua sale de los grifos dibujando un arcoíris...)


Cualquier persona puede estar involucrada en la atención a un parto de manera inminente”, continúa (pues dad el curso también al charcutero, al barrendero, al cartero y a los jubilados que miran las obras y zanjas del barrio), para agregar que se ven ejemplos de ello “a diario en los medios de comunicación” (a diario, a diario lo vemos. De hecho, en el informativo de Piqueras hay una sección llamada "Partos a fondo" y cada día sacan los mejores... Es más, creo que con lo del céntimo sanitario, en algunas comunidades, las embarazadas, taimadas y roñosas ellas, están llegando a extremos tan imaginativos como pedir a su médico que se asome "un momentito" para asaltarle en grupos de cinco en la calle pidiéndole la receta del ácido fólico, los resultados de las analíticas y que les atienda el parto ahí en medio, todo con tal de no pagar... Un sindiós, vaya). “En cualquier circunstancia podemos presenciar una situación obstétrica de menor o mayor urgencia, pero nuestro adiestramiento y los pocos medios que tengamos en un momento determinado pueden salvar la situación”, señala (Que síiiiiií, que en cualquier circunstancia, que lo vemos "a diario": en la cola del supermercado, en el cine, montando a caballo, en la piscina... Ah, no, espera, esto era de un anuncio de tampones. Bueno, el caso es que las embarazadas son una raza peligrosísima que se caracteriza por su tendencia a expulsar niños por la vagina sin previo aviso y a velocidades que ríete tú del hombre-bala y, claro, hay que estar preparado para atar el cordón umbilical con el de nuestra bota y decirle a la madre cuándo empujar o se nos descontrolan).

Por ello, el objetivo general del curso es que los cuerpos de seguridad del estado, autonómicos y locales “sean capaces de garantizar la salud de la mujer y del recién nacido en la atención a un parto inminente fuera del hospital o del paritorio, así como identificar y tratar las complicaciones obstétricas que puedan aparecer” (creo que te dan fe de la "garantía" pegándote una etiqueta en el chichi que dice "Revisado y conforme" y en el bebé otra que dice "Entregado el día x a las x:xx)
Los objetivos específicos se centran en “identificar el material necesario y conocer la actuación para asistir al parto en cualquier entorno (casa, ciudad, club de  campo, avión, piscina...), prestar apoyo psicológico, aplicar los cuidados iniciales al neonato y actuar ante diferentes complicaciones”.

Teoría y práctica
En la parte teórica se ofrecerá a los alumnos nociones sobre el material mínimo necesario en un parto (eso os lo digo yo: se necesita una mujer de parto. El resto, sobra); los cuidados iniciales del bebé sin material médico (también os lo digo yo: piel con piel con su mamá y una mantita por encima); las urgencias, como hemorragia o parto de nalgas, y situaciones “especiales”, un apuñalamiento o el caso de una gestante politraumatizada por accidente o agresión. La práctica, de tres horas, consistirá en simulaciones de parto en diferentes escenarios, “ambulancia, vía pública, casa...” (y digo yo: en la ambulancia, ¿no hay sanitarios que atiendan a la mujer?)
El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, ha aceptado la invitación de UFP para asistir a la clausura del curso y entrega de diplomas, que tendrá lugar a las 20.15 horas en la sala de lectura del Hospital Universitario (los diplomas serán insertados en el backdoor de cada alumno y expelidos por el mismo lugar como parte de las prácticas de "parto de nalgas").

En fin, queridas y queridos. Ahora en serio: ¿no sería más fácil preparar a las mujeres y a sus acompañantes para reconocer una emergencia en el momento de parir? Quizá yo sea una ilusa, pero ¿no es ese uno de los objetivos de la llamada "preparación al parto"? Ah, no, que el objetivo es aprender que la epidural es chupi-guay y que la episiotomía se cura con rosa mosqueta...

Al fin y al cabo, quienes parimos somos nosotras y no creo que por dar un curso de cinco horas a un policía (sin desmerecer su labor, ojo, que no vamos por ahí), este vaya a estar especialmente capacitado para atender un parto de nalgas... Es más, si en un curso de cinco horas queda formado para ello alguien que no tiene experiencia en estas lides obstétricas, ¿por qué narices se programan todavía cesáreas por nalgas en tantos hospitales? ¿Será que se están cachondeando de nosotras y que, oh osadas, podríamos parir por vía vaginal a nuestros cachorros aunque no vengan con el cráneo por delante?

Empiezo a sentirme un poco cansada de que, cuando te quedas embarazada, todo el mundo se sienta con el derecho de meterte miedo, controlarte y manipularte. Todo el mundo está más preparado que la mujer para ayudarla en su parto, ella es la última mona de la fila y la que menos sabe del asunto. Resulta que cualquiera con una caca de cursillo de cinco horas (de aquí descontad el ratito del coffee break y a ver qué queda) tiene más conocimientos que ella y, claro, estará en su derecho de decirle "señora, déjeme hacer, que yo soy el que sabe y si no, la anestesio de un porrazo en la cocorota". Cualquier cosa menos dotar de conocimientos a la embarazada...

Dejo aquí la reflexión y procedo a poner mis manos al servicio de la belleza.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

lunes, 4 de junio de 2012

El Pino Puente sobre Cama de Pinchos

Queridas, queridos, Google es un poco como salir una noche de marcha y hablar con un chico: tú le dices una frase cualquiera, así al azar, para echarte unas risas, y él te devuelve un montón de imágenes memorables, cuyo parecido con la realidad puede ir desde la mera coincidencia hasta el cuadro impresionista (que te tira p'atrás de la impresión) pasando por un Horror Show.

Esto es lo que me sucedió cuando, preparando la entrada anterior, pregunté a nuestro inquieto amigo si podía facilitarme algunas imágenes relacionadas con la litotomía. Amablemente, me mostró chorrocientos resultados, uno de los cuales llamó especialmente mi atención, razón por la que lo reproduzco a continuación.

Vaya por delante que en ningún momento pretendo criticar el contenido del blog en sí (me faltan conocimientos y ganas), sino simplemente la imagen que podéis ver aquí y en su ubicación original; que nadie se dé por aludido ni saque los pies del tiesto, que tengo muy a mano la fusta de los domingos y podéis salir escaldados (cómo hay que andar, por Nuestra Señora del Botón Charro os lo digo).

Y ahora, gozad más que Berlusconi en el Mardi Gras viendo esta gloriosa imagen que quedará para los anales de la historia (y digo bien, anales):

Juro que los comentarios venían tal cual, yo me he limitado a flipar al verlo
¿Tengo o no tengo motivos para el estupor? Dejando de lado que el simpático dibujante, que debe de ser primo de aquel que dibujaba para la SEGO, se ha molestado en dibujar al paciente con un alegre gorrito, pero sin tetas (y no me digáis "será que ha dibujado a un hombre", porque no le ha puesto ni pezones); esto, que se lo mire su psicoanalista, a mí me huele a trauma...

Este dibujo, en primer lugar, lo ha comentado alguien que en su puta vida jamás de los jamases se ha visto en esta posición. Para empezar, lo de las "rodillas flexionadas cómodamente", es tan falso como el pelo nuevo de Hilario Pino, queridas y queridos. Nadie que haya sido colocado en litotomía puede decir que le dejaron las rodillas cómodamente flexionadas, y si lo dice, os está colando una trola tan gorda que necesitaréis vaselina y mucha paciencia para entochárosla. Esta postura está muy arriba en el "top ten" de despropósitos posturales, solo por detrás del "Pino puente sobre cama de pinchos" y la "Grulla panza arriba al sol del atardecer".

Otra: el "acolchado alrededor del pie"; esto es muy discutible, porque dependiendo de la mala hostia del ingenio del diseñador del aparato de tortura en cuestión, os encontraréis diferentes modelos que no hace falta que os describa porque, quien más, quien menos, o habéis ido a una revisión ginecológica u os habéis visto en mitad de un paritorio repleto de gente que admiraba vuestros sagrados bajos como si fuesen un cuadro de Sorolla. Pero, aun aceptando que realmente exista tal acolchado, permitidme que siga defendiendo que esta postura es tan incómoda y antinatural como como un tampón de esparto.

Y el remate con dos vainicas (por no decir "pelotas") del asunto es lo de las "nalgas en borde de mesa". Es my importante que los estudiantes memoricen e interioricen bien este punto para ponerlo en práctica en su vida profesional con eficiencia y buen tino, porque (ignoro cuál será el motivo, aunque dudo entre "estulticia pura y dura" y "sadismo extremo") entre las mujeres que nos relatamos nuestros partos como si fuesen aventuras épicas dignas de Tolkien, se repite sospechosamente un comentario que, a fuerza de oído, adquiere tintes de leyenda urbana:

- Y entonces, me subieron al potro y me dejaron medio culo fuera, sí, sí, como lo oyes.

¡Pasmo, horror y pavor! ¿Por qué esa crueldad? ¿Entendéis, oh profesionales de la salud, lo tremendamente incómodo que es intentar empujar en una postura que de por sí no ayuda y encima hacerlo pensando que vas a dar con tus turgentes nalgas en el duro suelo? ¿Comprendéis ahora por qué nos sienta tan mal que digáis que esta postura es "cómoda" o "buena para parir"? ¿Veis lo profundamente desagradable que es que te digan "hala, mami, echa el culete para abajo" como si tuvieses tres años?

No, bonitos míos, no intentéis colárnosla: esta postura solo es buena para vuestras rodillas porque os evita el agacharos para ver el nacimiento de nuestros hijos, así que desde aquí os mando un mensaje claro, contundente y en negrita por si no veis bien...

Probad la litotomía la próxima vez que vayáis a hacer de vientre* y luego ya, si eso, me contáis.

Y si decidís que es cómoda y os gusta, tenéis mi pleno permiso para poneros así durante mi parto, desde la comadrona hasta el celador e incluyendo, claro está, al gine de guardia, mientras yo me coloco como me salga de la mismísima entrepierna.

Y ahora, os dejo, que espero visita.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

*No, no comparo un parto con la sagrada función de evacuación de residuos sólidos, pero salvando las distancias, como ejemplo nos sirve. No os pongáis puristas, que os recuerdo que aquí tengo la fusta.

domingo, 3 de junio de 2012

¡Piernas arriba; esto es un parto!

Queridas, queridos, inmersa como estoy en la creación de un nuevo proyecto que, sospecho, os va a encantar, chiflar y hacer reír a partes iguales (y si no es así, que os vayan dando, bonitos), debo, no obstante, emergir momentáneamente de las procelosas aguas del mundo artístico para poner de relieve un detalle que últimamente vengo observando más veces de las debidas: ¿por qué continúan presentándonos los partos en litotomía como lo normal y esperable?

A ver, señoras, señores y opinólogos varios: parir tumbada no es lo mejor. No nos engañemos. Puede haber mujeres a quienes les apetezca tumbarse en un momento dado del parto, de acuerdo (yo misma parí tumbada de lado al precioso U-6), pero ¿a qué viene eso de sacar por televisión a TODAS las mujeres tumbadas patas arriba como gallinas? Me parece absolutamente humillante y degradante forzar a una mujer a tomar una posición determinada (no solo durante el parto, sino en cualquier circunstancia de su vida, pero por favor, entended que me ciña al monotema) en aras de su supuesta seguridad cuando es, sencillamente, mentira. Pero mentira y más gorda que las viruelas de Jordi González.

 Vengo viendo en televisión cierto programita con pretensiones de tocar la fibra sentimental (a mí en particular no me toca
Fuente: Movimiento Oxitocina.
más que la moral, pero quizá es que yo tengo la cabeza demasiado alta y de corazón ando justita) en el que, sistemáticamente, las mujeres paren tumbadas. Como en cualquier película americana de esas en las que los niños se hacen besándose antes de un fundido en negro, las mujeres españolas se tumban y esperan, pacientes y silenciosas, que eso es ser una valiente, a que sus niños efectúen por su cuenta el giro pertinente y desciendan (¿a dónde coño, y nunca mejor dicho, va a descender un niño si su madre está horizontal? ¡Usemos la lógica! Que lo de la fuerza de la gravedad es más antiguo que el papiro, por favor) por sus propios medios o por los que ponga a su alcance la técnica, que para eso estamos en el hospital, ellos son los que saben y como pago impuestos mejor que me pongan un chute de cada, no sea que me quede yo sin probar eso tan guay del "suerito".

No puedo dejar de recordaros, queridas, que las que parís sois vosotras. Si vais al hospital con la actitud (respetable, por otra parte) de "a mí que me lo saquen pronto, que yo no quiero sufrir y la epidural es como un caramelito de menta", descubriréis que, en efecto, los médicos pueden sacaros a vuestro bebé, ¡faltaría más!, pero a costa de administraros medicamentos que no son en absoluto inocuos, cortar y coser vuestros genitales y, muchas veces, hacer (involuntariamente, of course) la cusqui a vuestros retoños. Por contra, vuestro cuerpo sabe parir, si le dejáis y os dejan, y el mejor cuidado que os puede dispensar una comadrona experta y amorosa es prestar atención, silenciosa y discreta, a las señales de vuestro cuerpo y del bebé para saber si su intervención es necesaria en algún momento.

Si los partos fuesen la película de terror que nos intentan hacer creer que son, los atenderían los TEDAX (y si tuviéseis la osadía de poneros de parto en una gasolinera, vendría McGiver de urgencia a cortaros el cordón con un clip oxidado y dos chinchetas).

Así pues, os urjo a que no hagáis caso de quienes, pretendiendo someteros y adueñarse de vuestros partos y del nacimiento de vuestros hijos, os diga, con estas u otras palabras, eso tan bonito de "¡Piernas arriba; esto es un parto!"

Y ahora, me marcho a cenar.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

jueves, 3 de mayo de 2012

Donde dije "digo", digo "higo": Oda a un jefe de servicio

Donde dije "digo", digo "higo"... Queridas, queridos, permitidme esta licencia poética y muy propia de mi querido monotema para aludir, sin más pretensión que mi vena lírica y mi deseo profundo de poner de manifiesto mi estupor, a la emisión del programa de La Sexta TV llamado "Baby boom".

No me regañéis, por cierto, por no haberlo comentado antes, pues mi necesidad de asueto en familia excedía mis ganas de escribir y me ha obligado a postergar la redacción de este texto con el que ahora os regocijáis, ¡oh, admiradores míos!

En fin; la Diva, reclinada en su chester, no puede sino alucinar con las historias que nos trae este primer y prometedor capítulo... ¿De verdad que a nadie se le cae la cara de vergüenza por (mal)atender así los partos? ¿Qué es eso de mandar callar a una mujer de parto? (Inciso lúdico en este punto y recomendación para parturientas futuras: si una comadrona os manda callar, arreadle tremenda patada en la parte de su anatomía que más cerca os pille; si, previsora ella, os hubiere atado las piernas, utilizad la mano para soltarle una tollina justiciera o, en su defecto, emplead el brazo del gotero a modo de lanza cual caballero en medio de un torneo; Dior os lo pagará y será indulgente con vuestro arrebato propio de una dama bien nacida) Sumo y sigo, ¿por qué hay que estar tumbada para parir? ¿De verdad que todos los profesionales que salen en el vídeo son completamente ignorantes de la evidencia científica? ¿Ninguno ha atendido partos en cuadrupedia, por poner un ejemplo facilito? ¿Por qué no se van a infantilizar a su vecino el del quinto o al que les vende el periódico?

Ítem más: ¿Nadie en ese hospital se ha leído -no digo ya estudiado, ni mucho menos interiorizado- la Estrategia de Atención al Parto Normal, que data de 2007?

Donde dije "digo", digo "higo". Esto es lo que debió de pensar don Ángel Aguarón, jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Gregorio Marañón, después de limpiarse el culo con firmar la Estrategia de Atención al Parto Normal, en cuya redacción, según parece, participaba como representante de la SEGO (esos tan simpáticos que reclutan para su gacetilla a los mejores humoristas gráficos de nuestro tiempo). Menos mal que su despiste no es solo selectivo y, además de olvidarse de aplicar lo que él mismo predicaba (presuntamente, que así están las cosas y uno es UN inocente hasta que se demuestre lo contrario) se olvidó también de eso tan bonito de quod scripsi, scripsi y de que su firma seguiría ahí por mucho tiempo para alerta y aviso a las mujeres...¿O no? ¿O este desliz es parte de un plan mucho más amplio y terrorífico?

- ¡Parto a parto, dominaré el
mundo! ¡Mua-ha-ha-ha!
¡Temblad, preñadas!
Donde dije "digo", digo "higo" y esto de la Estrategia, señoras y señores, es para mí un "parto entre caballeros", se dijo para sus adentros el simpático jefe de servicio, refocilándose en su intrínseca malignidad desmesurada, pues todos allí ignoraban su maléfico plan, a saber: pasar como un campeón de lo propuesto y firmado, hacer en su servicio lo que le saliere de sus mismísimos e hirsutos testículos jamás rasurados por protocolo alguno y, no satisfecho con tamaño despropósito, exhibirlo en la televisión nacional en prime time, para mostrar a las Espeins y más allá que para parir hay que tumbarse, "levantar el culete", estar calladita y empujar a las órdenes un-dos-tres-empuja-otra-vez de la matrona de turno.

Y que no se me subleven las parturientas locas de la vida naturalistas, que ahora mismo hago un avioncito con cada plan de parto, lo empapo en ántrax, se lo mando vía aérea y aquí paz y después gloria. Hombre ya.

Y hasta aquí, queridas y queridos, la perorata de hoy, que no es sino una pequeña paja mental producto de mi inconmensurable perplejidad ante el impudor de ciertas personas y la falta de respeto que su actitud demuestra hacia un documento, la Estrategia de Atención al Parto Normal, que ha costado mucho tiempo, esfuerzo y trabajo y al cual personas comprometidas con la atención al parto y muy válidas han dedicado horas robadas a familia, estudios, proyectos y tiempo libre, como para que la hipocresía de algunos individuos ponga de manifiesto que hay gente (me niego a llamarles profesionales, lo siento) para los cuales el contenido de dicha Estrategia es papel mojado desde antes incluso de ser impresa.

Gracias a quienes siguen trabajando por mejorar la atención al parto en nuestro país y a La Sexta, que supongo que sin querer, nos ha regalado una oportunidad de oro para que los que no se creían lo que les contamos vean con sus ojillos que sí, que es verdad, que hay mucho borrico tratando "como ganao" a la mujer de parto.

Me despido y me voy a echar una siestecita,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Ruth, próxima llegada a Ítaca

Queridas y queridos, permitidme que en esta ocasión me dirija a una persona que ha aparecido en mi vida hace unos meses y a la que he cogido mucho cariño, por su especial vulnerabilidad y su valentía. Es más, hasta me voy a poner seria y todo, ¡venga!

Querida Ruth: esta carta es para ti, enterita y todita, desde el encabezamiento hasta la despedida. Es para ti porque me siento un poco "madre" contigo, aunque cuando tú naciste no andaba yo todavía en el "equipo fertilidad"; bueno, qué narices, no andaba ni siquiera en el "equipo preadolescencia"... En cualquier caso, he seguido la historia de tu embarazo y nos has permitido saber de tus miedos, tus anhelos y tus peripecias.

Sé que eres una persona valiente con una gran tendencia a comerse el coco. Creo que esto debe de tener que ver con cómo funcionó tu primer parto y con ese miedo a lo desconocido que no pudiste vencer entonces (¿cómo vencerlo, si no te dieron la ocasión?). Sobredimensionas lo negativo, eso es algo que a veces me ha hecho tener ganas de agarrar mi mejor sartén y estampártela en la cabeza, pero creo que, pese a todo, te las estás arreglando para crecer en este camino y para utilizar cada piedra que te encuentras como un apoyo para continuar ascendiendo.

¿Recuerdas cuando buscabas quien te atendiese el parto? No tuviste problema en viajar hasta Madrid, en pelear contra viento y marea, en visitar a diferentes profesionales, en buscar lo mejor para tu bebé y para ti, ¡si eso no es ser valiente, no sé qué lo será! Y ni aun así te me relajas. Eres muy dura contigo misma y no te mereces machacarte como lo haces, querida mía.

Eres muy joven y, a pesar de ello, tienes las cosas muy claras. Sabes que tu mayor obstáculo es el miedo al dolor y yo te digo: no lo temas. El dolor es, en este caso, un poderoso aliado. Piensa que no es lo mismo sentir dolor que estar sufriendo... ¿Cuánta gente no se somete voluntariamente al dolor porque es consciente de que el fin lo merece, por ejemplo, al hacerse un tatuaje o un piercing? Vale, soy la menos indicada para poner esa comparación porque mi fantástico traje de piel está intacto, pero creo que para el caso me sirve, burdamente, y si no pensemos en, qué sé yo, la depilación con cera... Porque el dolor del parto es el más útil del mundo, ¡te trae a tu bebé! ¿Hay mayor recompensa?

Querida Ruth, quiero que sepas y tengas presente que tu parto será tuyo, fantástico e intenso, gozado y disfrutado, desde el momento uno. Y quiero que recuerdes mis palabras cuando tengas a tu bebé en brazos (esto es mucho aventurar por mi parte, oxitocínica perdida como estarás, pero bueno, ahí lo dejo): "¿ves cómo podías, pedorra?"

Besos de una diva que te aprecia,
Lady Vaga.

jueves, 26 de enero de 2012

Interludio decimonónico

Muy embarazada no se la ve, pero para el caso me sirve. Echadle imaginación, ¡copón!

- ¡Un día más, doctor, se lo suplico! ¡No me induzca aún! ¡Mire que en mi familia somos de embarazos prolongados y bebés terciaditos!

- ¡Imposible, señora mía! Si la dejo llegar a 41+4, luego lo casca usté por ahí y se me llena la consulta de natura-listas de esas que prefieren parir con un palito entre los dientes* para morderlo en vez de pedir la epidural. ¡Es por su bien! ¡Esto me duele más a mí que a usted! ¡Señorita Puri, vaya afilándome el bisturí de los viernes!


*Son las conocidas como "secta del palito", bautizadas así por la gran Lady Ojazos, madre de Lady Rabbit y experta en denominaciones, títulos y make-up. La admiro a morir.

lunes, 23 de enero de 2012

Carta a Melani Olivares

Querida Melani, no tengo el gusto de conocerte. Tú a mí tampoco (todo se andará), pero no quiero dejar pasar la ocasión de escribirte unas líneas para felicitarte por el nacimiento de la preciosa Manuela.

Leí hace unos días tu entrevista en El Mundo acerca de tu intención de parir en casa, que recibí con alegría y entusiasmo. Para todas las que defendemos el derecho de la madre a escoger la manera de traer a sus hijos al mundo es un motivo de orgullo que vosotras, las mujeres con proyección pública, habléis abiertamente de vuestros planes y deseos para el parto, aun antes de parir. Sé que te arriesgaste mucho exponiéndote así ante la opinión pública y que no todos los comentarios vertidos sobre el tema fueron halagüeños ni mucho menos, pero eso solo te convierte en todavía más valiente ante mis ojos.


Querida Melani, desconozco las circunstancias en las que transcurrió tu parto o qué profesional te atendía; no puedo (ni debo) valorar los motivos por los que se estimó necesario vuestro traslado al hospital, pero estoy segura de que fue imprescindible y espero que en el hospital te tratasen con todo el respeto y cariño que merece cualquier mujer de parto (esta parte me cuesta un poco escribirla con prosa comedida, dado que mi primer parto también fue atendido en ese lugar y la escena fue rocambolesca, como ya conté aquí hace unos meses).

Escucharás, a partir de ahora, muchos comentarios de iluminados varios que irán desde el cauto "menos mal que fuisteis al hospital a tiempo" hasta bravuconadas e insultos diversos que mi clase y educación me impiden reproducir, aunque no imaginar. Querida Melani, no les hagas el menor caso. Tú tomaste una decisión consciente, informada y meditada, la decisión de que tu hija naciese en vuestro hogar, rodeada de amor y de profesionales preparados, y eso es lo que cuenta. Por supuesto, los hospitales están para las urgencias y ese fue vuestro caso. Bienvenidos sean, entonces, todos los avances de la ciencia médica y cuantos procedimientos sean imprescindibles para garantizar vuestra seguridad y bienestar. Quédate con eso. No prestes oídos a las chorradas apocalípticas que oirás/leerás durante las semanas venideras. Has dado a tu hija la oportunidad de decidir cuándo nacer, habéis vivido el comienzo del parto en casa aunque su desarrollo haya hecho necesario trasladarse al hospital. Has actuado con toda la sensatez y prudencia de una mujer informada y sabia, avalada por la evidencia científica, y eso te honra.

Gracias, Melani, por poner cara a todas las que hemos parido o querido parir en casa alguna vez. Para mí, has parido como una campeona.

Lady Vaga,
la diva que divaga.

jueves, 19 de enero de 2012

¡Los saudíes nos compran el GPS de parir!

¿Os acordáis, queridas y queridos, de que hace unos pocos días hablábamos de ese ya celebérrimo e imprescindible invento español, el GPS para parturienta y bebé? Pues los pronósticos más bigbrotherianos podrían hacerse realidad, ya que el trastito de marras avanza hacia la internacionalización... Podéis leerlo en El Confidencial (gracias, Angela, un día me dará un infarto de leer estas cosas y será solo por tu culpa, querida), pero si no os apetece "viajar" ya os lo copio yo aquí mismo, aderezado con mis propias impresiones:

Tecnología 'made in Spain' para evitar que te roben a tu bebé

E. C. -   18/01/2012  (06:00h)
La crisis hace que las maternidades españolas dejen de invertir en equipamientos considerados esenciales en otros países. Varios hospitales en Arabia Saudí han adquirido un sistema de fabricación española y único en el mundo para identificar sin errores a los recién nacidos. La tecnología de ICN Technologies (en la entrada anterior se hablaba de otras dos empresas para su implantación en Osakidetza, ¿será que no es tan único? ¿O será que son filiales? Espero que sean la misma empresa, porque da pavor pensar que haya tanto memo dedicado a estas chorradas), fundada por Carlos Herreros y participada por la firma de inversión Renta 4 y Rosalía de Mera, la mujer más rica de España, ha conseguido dar sus primeros pasos en el exterior.
El dispositivo se basa en un lector electrónico y único en el mundo (ya van dos veces que dices lo de "único en el mundo", ¿tan flipado te ha dejado el invento? Pues que te lo pongan a ti en la chorra para que no hagas pis con la del vecino, rico...) que permite la toma de huellas dactilares de un recién nacido en el paritorio junto a las de su madre biológica. La toma de la huella dactilar de un recién nacido es muy complicada, no sólo por el mínimo tamaño sino por condicionantes externos como el agua, los restos biológicos o la hipotermia del bebé (pues si es tan complicada, dejad de dar por el saco a un recién nacido, ponedlo en brazos de su madre y dedicaos a hacer negocio con la venta de vuestro cabello, o mejor aún, id a vendimiar, que falta hará). El sistema combina dos tecnologías: biometría y radio frecuencia (RFID). La funcionalidad biométrica (basada en rasgos biológicos personales y únicos) (todo es único para este chico, ¡qué impresionable o qué falto de vocabulario!) asegura una identificación inequívoca, fehaciente y permanente del recién nacido.
"¡Mamones! ¡Que os arreo! ¡Dejad de
joder la marrana y de gastar dinero del
contribuyente en gilichorradas!"

¿No os dan ganas de convertiros en Hulka
y liaros a repartir estopa a mansalva cuando
leéis tantísima chorrada? A mí, sí.
La radiofrecuencia aporta es seguimiento, control y localización en tiempo real del bebé, su madre y las enfermeras que le atienden (o sea, que si la enfermera se va a la puerta del hospital a echar un cigar, ¿me la localizan también? Bueno es sabello). La empresa estará presente del 23 al 26 de enero en ARAB HEALTH 2012 (Dubai), la feria sanitaria más grande del mundo árabe, con 3.000 expositores de todo el planeta (huy, chato, me va fatal, en esas fechas estaré en Rio, poniéndome morenita en Ipanema). ICN presentará novedades tecnológicas. Por ejemplo, si el neonato se encuentra en un lugar inadecuado, el sistema permite cerrar puertas, bloquear ascensores y, en definitiva, poner en alerta a todo un centro hospitalario (¿lugar inadecuado? Por ejemplo... ¿De pastis en Coppelia? Inadecuado para un recién nacido es un hospital, no me jeringues...). Países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Chile, Argentina o Brasil se están interesando por esta tecnología con sello español y que, según sus creadores, es aplicable a otros entornos (sí, ya os lo digo yo: a las prisiones).
24 errores en 4.000 partos
Cuando nació su primer hijo, Carlos Herreros observó que los sistemas para identificar al bebé eran muy vulnerables. Pero el miedo de un padre primerizo a que confundan a su hijo tiene también un origen fundamentado: el de los miles de casos documentados sobre robos o errores en las maternidades. “Hay robos y cambios incluso en los países desarrollados. La picaresca (perdona, pero robar un bebé no es picaresca, es ser un jodelagranbretaña) y los intereses económicos son universales y el error humano también. Nuestro sistema no deja lugar al azar”, asegura el presidente y fundador de ICN Technologies, la empresa que creó tras su experiencia.  Los gobiernos y los responsables sanitarios son reacios a dar cifras porque despiertan una gran alarma social. Apenas hay estadísticas, pero el estudio interno de un hospital español con 4.000 partos al año detectó 24 errores en apenas 6 meses. La pregunta es: ¿cuántos no se han detectado? (Es terrible, en efecto, sean pocos o muchos los bebés confundidos, pero no hace falta que vengáis a lucraros con esa tragedia, basta con que la mamá agarre a su bebé y no se separe de él.)
La difícil situación económica que atraviesan los hospitales españoles está provocando que pospongan o cancelen las inversiones en este tipo de sistemas, algo que no ocurre en otros países. “En España cuesta entender que la identificación fehaciente de un recién nacido y su control dentro del hospital merezca la misma atención e inversión económica que un aparato que se utiliza para diagnóstico. No sucede lo mismo en otros países dónde tienen claro que un sistema de estas características evita errores que tienen graves consecuencias, como la pérdida de identidad de un ser humano desde el momento que, por error, inicia su vida en el seno de otra familia. A veces para toda su vida… porque no se puede detectar”, comenta Herreros.

Decidme, queridas y queridos, si no es para metamorfosearse en el Tío La Vara y liarse con esta gente a garrotazos bien "daos" para quitarles el exceso de tontería... ¡Que no hace falta gastar dinero en aparatejos! ¡Que se dejen de máquinas que hacen "ping"! ¡Que lo más sencillo, barato y rápido es lo que nos dicta el sentido común: poner al bebé en brazos de su madre y no quitarlo de ahí para nada!

De verdad, que tanta memez ofende ya a cualquier ciudadano con medio cerebro. Aburrida me tiene ya leer estas imbecilidades que, encima, pretenden que financiemos con dinero público.

He dicho. Y ahora, voy a recortar gafas de papel para jugar con mis hijos.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 17 de enero de 2012

Qué bien que me quedé en mi casa... Bien acompañada

Supe hace unas semanas, queridas y queridos, que, de haber estado en un hospital, mi pequeño U-6 habría venido al mundo de una forma bastante menos tranquila. Esto habría incluido, además de antibiótico por llevar más de "x" horas de bolsa rota (veinticinco en total), las siguientes intervenciones, que paso a enumerar:

  • Maniobra de Kristeller o espachurre barriguil.

  • Generosa episiotomía para acelerar la salida del bebé.

  • Tirones para sacar a U-6, como complemento de la "Kris", que pueden tener como consecuencia graves lesiones del plexo braquial, entre otras.

    En el Hotel Espe, fijo que tenían una de
    estas preparada para mí, pero se quedaron
    con las ganas y yo conservo mi chichi
    intacto, ¡toma
    Y todo esto porque mi chiquitín decidió sacar primero el hombro que no tocaba y hubo que esperar a la siguiente contracción para que saliese todo su cuerpecito de un último empujón (porque sí, yo sentí la apremiante necesidad y enormes ganas de empujar, lo admito).

    Por eso, cada día me alegro más de haberme quedado en mi casa, bien atendida por una comadrona que hizo lo que tenía que hacer: colocar sus manos en el sitio exacto y esperar, sin prisa ni miedo, a que nuestros cuerpos (el de U-6 y el mío) hiciesen lo que la naturaleza les había dotado para hacer.

    Aclaro en este punto que estar en casa no es garantía de ser respetada, pues hay "profesionales" de parto en casa que dejan mucho que desear (sobre este tema ya habló mi adorada Lady Rabbit aquí y yo misma tengo previsto escribir algo, a ver si me inspiro un día), así que la ecuación perfecta, para mí, vendría a ser algo como:

    Entorno adecuado + compañía adecuada + actitud propia adecuada - prisas - interferencias = parto respetado y gozoso.

    Pero esto os lo desarrollaré en profundidad en otro momento.

    Y eso es todo por hoy, queridas y queridos. Simplemente, quería compartirlo con vosotros.

    Cambio y cierro.
    Lady Vaga,
    la diva que divaga.
  • jueves, 12 de enero de 2012

    Parir con GPS ya es rizar el rizo

    Dedicado a Angela, cuyos e-mails tienen la inaudita propiedad de hacerme desvariar de risa.

    Queridas, queridos, la actualidad no deja de sorprendernos con noticias que, según quién las mire y según cómo se lean, tienen un trasfondo ciertamente inquietante. En esta ocasión, la siempre atenta Angela me ha hecho llegar esta notita en Deia que me ha chiflado, fascinado y asustado a partes iguales (más o menos). Ay, meine Angela, ¡cómo me conoces!

    Os copio a continuación el texto de la noticia y yo comento, para no variar, en rosa chicle. Ah: vaya por delante que no dudo de la buena fe de quienes han "inventado" el metodito, que luego pasa alguien por aquí, entiende lo que le da la gana y ya nos ponemos puntillosos.

    Osakidetza implanta pulseras localizadoras a las madres y a sus bebés

    Esta solución tecnológica permite identificar y relacionar de forma inequívoca a ambos
    J. F. - Jueves, 12 de Enero de 2012 - Actualizado a las 05:38h

    Bilbao. Tolerancia cero a los errores en los numerosos procedimientos que siguen al nacimiento de un bebé en un hospital. Este es uno de los objetivos, quizá el principal (¿"Quizá"? ¿Qué clase de periodista eres tú, J. F., que no te molestas en averiguarlo? Por cierto, lo que habrán implantado será el sistema de identificación por pulseras localizadoras, pero tal cual lo dices parece que se las implantan a los pacientes en plan abducción marciana o chip canino...), del nuevo sistema que Osakidetza ha implantado en siete de sus clínicas (¿Ves? Ahora sí lo has dicho bien): Cruces, Basurto, Donostia, Txagorritxu, Bidasoa y Zumarraga, y próximamente estará en marcha también en el centro de referencia para la comarca del Alto Deba.
    Este remedio (la cursiva es del redactor) tecnológico identifica y localiza en tiempo real a la madre desde el alta en el hospital (¿alta? ¿No habrá querido decir "desde el ingreso"? No sé vosotros, pero yo una vez que me den el alta no quiero que me localicen tanto... Ni que fueran de la CIA) y al neonato desde su alumbramiento "garantizando la vinculación entre ambos y el correcto desarrollo y registro de todos los procesos", expresaban ayer a DEIA desde Saident, firma especializada en este tipo de soluciones, y que junto a la empresa Ibermática han desarrollado el proyecto.
    "Kit, estoy de parto. Ven en menos que se persigna
    un cura loco"
    De este modo, la constante monitorización "elimina" los posibles errores que se pudieran producir. La madre entra en el paritorio identificada con una pulsera en la muñeca y cuando se produce el nacimiento se procede a colocar una pulsera especial en el tobillo del recién nacido. "A partir de su vinculación, el sistema registra en cada momento lo que sucede a ambos durante su estancia en el hospital", agregaban. (¡Qué bueno! ¿Tiene cámara de vídeo, también, para que fisguen si me rasco las posaderas con la mano de la pulsera? Me imagino un gadget parecido al reloj que usaba Michael Knight en El Coche Fantástico... Y a la mujer de parto susurrándole "kit-matrona, te necesito. Ven a ponerme el Turbo-boost", anda que no molaría...)
    El sistema está ideado para alertar en el caso en que alguno de los procesos a realizar tras el alumbramiento no se haya ejecutado. De hecho, registra todas las entradas y salidas de la madre y el neonato, tanto de la habitación como de otras áreas de interés (del wc, creo. Ah, y de la peluquería. También se chiva si vas a la máquina de snacks del pasillo y te sacas una chocolatina). Y en caso necesario, permite localizar a un neonato o una madre (si estuviesen los dos juntos, como debe ser, verían ustedes que no hace falta localizar a nadie, repámpanos).
    "Doctor, me da igual lo que diga la p*** pulserita, o me deja
    ir al baño YA o le propino una patada voladora. ¡Que se me
    ha puesto el pelo blanco y todo de esperar!"
    "A nivel de seguridad se configuran de forma personalizada alarmas de eventos no permitidos como la extracción de un neonato de una zona determinada o la salida de una madre de su habitación cuando debe guardar reposo absoluto (¿cómorrrrrl? O sea, que no puedo llevarme a mi bebé donde me dé la realísima gana... ¿O es que dan por hecho que cualquiera de los trabajadores del hospital se dedica a mangar niños? Lo mejor es lo del reposo materno: ya me imagino a los de seguridad apostados tras la puerta de la habitación en plan SWAT, dispuestos a hacerle un placaje a la parturienta díscola que ha osado levantarse de la cama desobedeciendo al todopoderoso doctor... ¡Es como un arresto domiciliario, pero en el hospital! ¡Qué megachuli!). Además es capaz de detectar cualquier posible manipulación intencionada sobre las pulseras o tobilleras", subrayaban desde Saident (no sé yo si durante el parto mi marido estaría con ánimo de hackear la pulserita de marras en plan ciberfinolis para que no se note, pero si a alguien le da por liarse a golpes con el artefacto no hará falta ser un lince, cuando la vean hecha mistos ya se darán cuenta, digo yo. El de Saident declaró, textualmente: "estamos preparados para detectar cualquier manipulación: mordiscos, arañazos, hostia limpia contra la pared, vamos, somos mejor que Sherlock").
    Los equipos encargados de recoger la información de las pulseras combinan tres tecnologías diferentes, lo que permite una precisión máxima de lectura en todo tipo de entornos, incluso en las habitaciones, tal y como apuntaban desde Ibermática. Así, para que el personal sanitario acceda al sistema, "se han colocado dos tipos de estaciones de trabajo en el hospital: fijas, que están instaladas en cada una de las salas; y móviles, que se utilizan para las visitas y controles en diferentes zonas de la maternidad" (no me veo yo a la doctora Fistra cargada con un iPad, pero oye, debe de tener su encanto estar en plena visita y que mientras te remiran los bajos salte una voz metálica que dice: "¡Alarma, alarma! ¡La de la cama 212 se ha ido al wáter sin notificarlo por triplicado!").

    "Les digo que yo no estoy embarazada, solo he
    venido a visitar a mi prima... ¡Y la pulsera es de
    Tous, coñe!"
    En ambos dispositivos se reciben automáticamente las alarmas que se produzcan para que los trabajadores del hospital puedan reaccionar frente a ellas (o sea, que viene hasta Perry como el aparatito se chive, se te pone la habitación como el Rocío en temporada alta. Y si se les olvida quitártela cuando te marches, se te presentan en casa los domingos, porque el aparatejo les sopla que has hecho paella de marisco y te ha salido riquísima).

    Hasta aquí, la noticia comentada. Ahora, digo yo: en época de crisis como la actual, ¿les sobra la pasta para dedicarla a estas chorradas? ¿No es mucho más barato y efectivo adoptar otra solución? A saber: cuando nazca el bebé, en vez de anillarle como a un polluelo de una especie en peligro de extinción, ¿qué tal si se lo ponen a la madre sobre el pecho y no lo separan de ella en ningún momento? A mí me parece mucho más sencillo y eficaz... Quizá sea porque yo soy Vaga, claro, pero es que me parece tan evidente...

    No se me ocurre ni un caso en que esta memez de invento pueda ser útil (quizá en bebés que tienen que estar en incubadora, pero eso ya deberían decírmelo los papás que han pasado por esa experiencia durísima), teniendo como tenemos el baratísimo piel-con-piel de toda la vida de Dior. Además, que ya tenemos las pulseras de papel que se ponen en las maternidades y que -doy fe- son jodidísimas de romper... ¿Tantos casos se han registrado de madres que se las arrancan y huyen despavoridas escondiendo a sus bebés en el camisón? Seamos un poco serios, por favor.

    ¿Será que la pulserita avisa a los médicos de los pasos que hay que seguir por protocolo? Algo tipo "lleva seis horas dilatando, poner oxitocina"... No sé. "Al bebé no se le ha puesto la profilaxis oftálmica, ¡estos padres son unos dejados!", "la parturienta tiene pelillos en las piernas, ¡avisen al comando esteticista!"

    Ya puestos, podrían ponérsela a la mujer desde que el médico de cabecera le confirma el embarazo y así no se saltaría ni una sola revisión ni mucho menos una prueba... Y sería estupendo dotar al trastito de la tecnología necesaria para monitorizar las contracciones y avisar a la mujer de que tiene que ir ya al hospital. Por supuesto, si la embarazada se resiste, ¡que le dé una descarga eléctrica! ¡Por desobediente!

    En fin. Me sigue pareciendo que las maquinitas chorras no pueden sustituir el criterio de un profesional médico empático y bien formado (de actualizado, digo, no de cachas, aunque también eso mola), preocupado por sus pacientes y dispuesto a tomarse su tiempo con cada uno de ellos. A mí, las pulseritas, para el parque de atracciones. Y si son de metales preciosos con cuentas de jade y/o ámbar, mejor que mejor. Por si tenéis pensado hacerme un regalo, ahí lo dejo. Que una es Diva pero no es tonta.

    Dicho lo cual, voy a seguir leyendo a Eça de Queiroz, que hoy tengo el día lusófilo.
    Lady Vaga,
    la diva que divaga.
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