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sábado, 8 de diciembre de 2012

La bella y el bestia

Queridas, queridos, entre el famoseo, tanto el patrio como el de allende los mares, abundan la estulticia, la estupidez y la poca cosa neuronal. No sé si más que en otros gremios (imagino que la inteligencia en el famoseo seguirá una distribución normal, como las que estudiábamos en estadística en nuestros años mozos), pero desde luego, al ser archiconocidos, se aseguran de que todo el planeta se entere de que son, con todas las letras, imbéciles.

- No me guhta que a loh toroh te pongah la minifaldaaaaaa...
Ej que no pienso compartir tus mamellas ni con nuestros
churumbeles, corderita mía...
- Jo, Brayan, eres más paleto...
Estaba yo esta mañana navegando perezosamente entre diarios, panfletos, libelos y demás medios de comunicación online cuando mis hermosos ojos perfectamente delineados con khol se han encontrado con unas declaraciones de la voluptuosa -a la par que recosida- Megan Fox. Tras su maternidad, explica muy tiernamente que le apetece sobre todas las cosas estar con su bebé, lo cual para mí dice mucho de ella, como podéis leer aquí (intentad ignorar la terrible sintaxis del redactor, que es mortal de necesidad):

Desde que tiene a su hijo, Megan ha reconocido que es una mujer nueva. "Estoy enamorada de mi hijo y solo quiero estar en casa con él. Sin embargo, admite que ha sido difícil cuidar al recién nacido sin ningún tipo de ayuda le trajo algún que otro problema con su marido. "Hemos contratado una enfermera dos noches por semana porque si no íbamos a terminar divorciándonos", explicaba.

Y oigan, yo la entiendo. Si mi marido fuese tan gilipollas como Brian Austin Green, yo también contrataría una enfermera para que le diese su medicación y le atendiese dos noches por semana mientras me dedico a estar con mi bebé.

Las famosas también tienen su corazoncito... Y a mí la Fox me ha sorprendido agradablemente.

Y ahora, me marcho a supervisar la cena que está preparando Ambrosio, que al servicio no se le puede dejar solo en la cocina.

Se despide y se pone el delantal,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

domingo, 3 de junio de 2012

¡Piernas arriba; esto es un parto!

Queridas, queridos, inmersa como estoy en la creación de un nuevo proyecto que, sospecho, os va a encantar, chiflar y hacer reír a partes iguales (y si no es así, que os vayan dando, bonitos), debo, no obstante, emergir momentáneamente de las procelosas aguas del mundo artístico para poner de relieve un detalle que últimamente vengo observando más veces de las debidas: ¿por qué continúan presentándonos los partos en litotomía como lo normal y esperable?

A ver, señoras, señores y opinólogos varios: parir tumbada no es lo mejor. No nos engañemos. Puede haber mujeres a quienes les apetezca tumbarse en un momento dado del parto, de acuerdo (yo misma parí tumbada de lado al precioso U-6), pero ¿a qué viene eso de sacar por televisión a TODAS las mujeres tumbadas patas arriba como gallinas? Me parece absolutamente humillante y degradante forzar a una mujer a tomar una posición determinada (no solo durante el parto, sino en cualquier circunstancia de su vida, pero por favor, entended que me ciña al monotema) en aras de su supuesta seguridad cuando es, sencillamente, mentira. Pero mentira y más gorda que las viruelas de Jordi González.

 Vengo viendo en televisión cierto programita con pretensiones de tocar la fibra sentimental (a mí en particular no me toca
Fuente: Movimiento Oxitocina.
más que la moral, pero quizá es que yo tengo la cabeza demasiado alta y de corazón ando justita) en el que, sistemáticamente, las mujeres paren tumbadas. Como en cualquier película americana de esas en las que los niños se hacen besándose antes de un fundido en negro, las mujeres españolas se tumban y esperan, pacientes y silenciosas, que eso es ser una valiente, a que sus niños efectúen por su cuenta el giro pertinente y desciendan (¿a dónde coño, y nunca mejor dicho, va a descender un niño si su madre está horizontal? ¡Usemos la lógica! Que lo de la fuerza de la gravedad es más antiguo que el papiro, por favor) por sus propios medios o por los que ponga a su alcance la técnica, que para eso estamos en el hospital, ellos son los que saben y como pago impuestos mejor que me pongan un chute de cada, no sea que me quede yo sin probar eso tan guay del "suerito".

No puedo dejar de recordaros, queridas, que las que parís sois vosotras. Si vais al hospital con la actitud (respetable, por otra parte) de "a mí que me lo saquen pronto, que yo no quiero sufrir y la epidural es como un caramelito de menta", descubriréis que, en efecto, los médicos pueden sacaros a vuestro bebé, ¡faltaría más!, pero a costa de administraros medicamentos que no son en absoluto inocuos, cortar y coser vuestros genitales y, muchas veces, hacer (involuntariamente, of course) la cusqui a vuestros retoños. Por contra, vuestro cuerpo sabe parir, si le dejáis y os dejan, y el mejor cuidado que os puede dispensar una comadrona experta y amorosa es prestar atención, silenciosa y discreta, a las señales de vuestro cuerpo y del bebé para saber si su intervención es necesaria en algún momento.

Si los partos fuesen la película de terror que nos intentan hacer creer que son, los atenderían los TEDAX (y si tuviéseis la osadía de poneros de parto en una gasolinera, vendría McGiver de urgencia a cortaros el cordón con un clip oxidado y dos chinchetas).

Así pues, os urjo a que no hagáis caso de quienes, pretendiendo someteros y adueñarse de vuestros partos y del nacimiento de vuestros hijos, os diga, con estas u otras palabras, eso tan bonito de "¡Piernas arriba; esto es un parto!"

Y ahora, me marcho a cenar.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

jueves, 19 de abril de 2012

"Ayuditas" que os podéis meter por donde os quepan: la Kristeller

Queridas, queridos, emerjo de mi laboral retiro entre chirriantes sonidos de ultratumba al más puro estilo de Nosferatu (algo así como "ñeeeeeeeec, crrrrrrrrrrj, ñiiiiiiiiiiiii-ñiiiiiiiiic, ¿quién oooosa perturbaaaar mi sueeeeeeño?"), pero en guapa y maja, para castigar con el látigo de mis rosachíclicos chascarrillos a los inoportunos que se atreven a publicar memeces interneteras con la aviesa intención de asustar, someter y fustigar a las embarazadas que pueblan estos mundos cibernéticos de Dior.

"Mamooooneeeesss, como os arree con toa esta mano abierta
sus quito la tontería forever and eveeeeeer".
Henar, Adela y Marian son las responsables de que la esplendorosa Vaga haya abandonado su letargo remunerado para arrear con el tacón de los domingos a unos esperpentos de esos que escriben porque tienen dedos y a los cuales les irían macanudamente esos reglazos bien dados que se daban antes y que vuestros padres podrán relataros con detalles (básicamente, consiste en poner la mano hacia arriba con los dedos juntos como si fueses un italiano típico de película diciendo "ma che coooosa" para que el profesor de turno los golpee todos de una vez con la regla. Dicen que, del dolor, ves estrellas, constelaciones y hasta el número de la primitiva en tecnicolor).

Pero divago, divago. Vamos al grano, al meollo y a la sustancia, que en esta ocasión, viene de la desastrosa pluma de nuestros petardos amigos de Natalbén. Resulta que a estos espabilados se les ha ocurrido hacer una especie de engendro (ups) web sobre el embarazo y nos regalan perlas tan maravillosas como la que cito a continuación, comentada en rosa para deleite de mi amiga Anahi (es su color favorito de siempre-siempre):

El parto - Periodo de expulsivo: Maniobra de Kristeller


Maniobra de Kristeller.
"Simultáneamente" lleva tilde, pero aquí lo gordo es que,
tal como lo pintan (la ilustración es de Natalbén), yo diría
que esta señora ni siquiera ha borrado aún el cuello del
útero... Si el médico quiere apretar algo, ¿qué tal si aprieta
el culo y se va a dormir un ratejo mientras la mujer
pare tranquilamente?
Se realiza empujando con los puños o el antebrazo la parte superior del útero coincidiendo con la contracción y el pujo de la madre (los que la hacen podrían probar a meterse el puño por el OGT unos a otros, a ver qué se siente, y si les gusta yo les doy la dirección de un castillo inglés tela de chulo donde, a buen seguro, encontrarán variedad de instrumentos de tortura/placer de tamaños y formas para todos los gustos). Se suele emplear esta maniobra cuando el expulsivo es muy prolongado,  el feto es muy grande o cuando la madre está cansada y no tenga  fuerza por la anestesia epidural. Bueno, es que no me voy a molestar ni en remitirles a la OMS; me quedo por España y les recuerdo que la propia SEGO en 2007 ya especifica que esta animalada está contraindicada para facilitar el descenso del bebé. Y digo yo, ¿a qué llaman los de Natalbén "expulsivo prolongado"? ¿Serán esos expulsivos que amenazan con prolongarse más allá del turno actual y enmarronar a los que vienen detrás, impidiendo eso tan bonito de "dejar limpio" el paritorio? ¿Y un feto grande qué es? Por cierto, Natalbén, algunas mujeres encontramos más agradable que las empresas que quieren vendernos sus productitos llamen a nuestros hijos "bebé" en vez de "feto". Somos unas locas quisquillosas, pero el cliente siempre tiene razón, ¿no? Pues hala. El camino de Parla se lo saben, ¿verdad?
El uso de la Maniobra de Kristeller no significa que algo vaya mal (no, significa que te ha tocado una matrona un poco hijadeputing, ignorante, inconsciente o todo junto), sino que es una ayuda más para el parto (una ayuda tan valiosa como meter el dedo en el ojo a la parturienta, meterle Coca-Cola por la vía o recitarle la lista de los reyes godos a modo de mantra para mejorar su concentración). Siempre la realiza un profesional, ya sea ginecólogo o matrona (esto ya es recoña marinera, ¿quién la va a hacer si no, el que lee el contador del agua? ¿Un espontáneo? ¿La señora de la limpieza?).
La maniobra de Kristeller puede ser dolorosa dependiendo de la presión ejercida (¡no jodas! ¿Qué tal, entonces, si se la hacéis a vuestro padre a ver si os mete dos guantazos en agradecimiento?).  A veces, si la fuerza aplicada es muy grande, la mujer puede quedarse sin aire momentáneamente (pero solo un momentito, ¿eh? Si no, no es Kristeller, es intento de homicidio, creo).
En el postparto pueden sentirse dolores tipo "agujetas" en la zona superior del abdomen secundarias a la maniobra de Kristeller (pero ni os enteraréis, porque fijo que también os habrán cortado el chirri y seguro que eso duele más...). En ocasiones pueden aparecer pequeños hematomas si la fuerza ejercida ha sido muy grande (¿pequeños hematomas por una fuerza muy grande? ¿Nadie ha visto cómo le queda la barriga a más de una y más de dos tras la dichosa "ayudita"? ¿Son todos imbéciles?)

Bueno. Hasta aquí, las notas al margen joco-cabreadas de una servidora. Ahora, me gustaría recordar a estos señores tan listos que está muy feo decir mentiras y escamotear datos a las inocentes preñadas que les leen en busca de información y sosiego. Pero como yo no soy profesional de esto de la salud, sino una mera usuaria, aprovecho para citar a la maravillosa Mireia Marcos, comadrona con una gran experiencia a sus espaldas, en un comentario que ella misma dejó aquí hace cinco añazos (sí, ya sé que ese texto al cual ella respondió también da para comentar en rosa, pero vayamos por partes, amores; respeto sintaxis y ortografía originales): 

Sobre kristeller, La maniobra de Kristeller es una malpraxis denunciada por la OMS, sus riesgos son desprendimiento de placenta, lesiones leves y graves a la madre, hemorragia, muerte fetal y materna, y asfixia y sufrimiento fetal. Se hace sin justificación para acelerar más aún el expulsivo por interés de los medicos que asi se van a otra cosa mariposa. En los países civilizados está prohibida y si alguien la practica SE LE EXPULSA del cuerpo profesional y a juicio. Es un atentado contra la salud y los derechos humanos. En España es una verguenza que aun se practique, pero más vergonzoso que las madres crean que fue una ayuda. 

Esto, para que digan que es una ayuda; sí, una ayuda de las que no recomendaría ni a la doctora Carnicera, que tuvo a bien rajarme cuando nació mi primer hijo. En fin: que si buscáis información fiable sobre el embarazo y el parto, no lo hagáis en Natalbén (ni en este blog tampoco, dicho sea de paso), que os la cuelan sin pudor.

Ahora, me marcho a preparar la ropa para mañana, que es laborable.

Lady Vaga,
la diva que divaga. 
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