Señoras, cállense, que estoy evaluando a una posible subversiva, y vayan mandándome un "cinco jotas" como agradecimiento por salvarlas de sus cuerpos. |
Para ello, os traigo un sencillo test que podéis efectuar en la primera consulta para detectar "elementas" potencialmente peligrosas y actuar en consecuencia. No, por favor, no me beséis los empeines, no es necesario... Soy así de magnánima...
Test para la detección y clasificación de usuarias peligrosas
Calificar a la señora* según la respuesta más apropiada en cada uno de los siguientes aspectos. Después, sumar las puntuaciones parciales para obtener el total y leer la descripción correspondiente.
1. Actitud inicial
- Silenciosa y receptiva, ojos bajos, recato general. (+20 puntos)
- Pregunta por la fecha de la próxima cita y si tiene que traer más muestras de orina. (+5 puntos)
- Hace preguntas acerca de nuestras tasas de intervención, instrumentación y cirugías. (+0 puntos)
2. Acompañamiento. La señora llega a nuestra consulta acompañada por:
- Su madre, una señora que asiente vigorosamente a cada frase nuestra. (+20 puntos)
- Su pareja, que asiente vigorosamente a cada frase suya. (+5 puntos)
- Un grupo de mujeres con camisetas estampadas con consignas alusivas al parto y bebés colgando de las tetas. (+0 puntos)
3. Equipamiento. Mandamos a la señora al baño con alguna excusa y aprovechamos para cotillear su bolso (todo por la causa). Encontramos:
- Unas muestras de crema para la cicatriz para la episiotomía, una tarjeta del centro de preparación al parto "Doctor Niquete: las rajo en un periquete" y un catálogo de Pretty Pusher temporada primavera-verano 2012. (+15 puntos)
- Un ejemplar de "Qué se puede esperar cuando se está esperando" subrayado y comentado, la tarjeta del centro de preparación al parto "Yoga para embarazadas felices" y calderilla en metálico. (+5 puntos)
- Un teléfono móvil con acceso a Internet, un ejemplar de "La revolución del nacimiento" y otro de la "Guía de la mujer consciente para un parto mejor". (-15 puntos)
4. Receptividad a sugerencias. Regañamos a la señora por haber cogido cinco kilazos en veinte semanas; ella:
- Nos suplica que la pongamos a dieta sin piedad alguna y reniega por siempre jamás de las galletas con pepitas de chocolate. (+15 puntos)
- Negocia mantener la nubecilla de leche semidesnatada en el té de la mañana a condición de sacrificar los sandwiches de Nocilla de la merienda. (+3 puntos)
- Se saca del bolso un bocata de chorizo tamaño récord Guinness y lo degusta con sonrisa socarrona mientras calcula con descaro de buen cubero nuestro generoso perímetro abdominal. (+0 puntos)
5. Impresionabilidad. Asustamos a la señora con cualquier menudencia inventada para llevarla a nuestro terreno. Ella:
- Se rasga la ropa, se declara culpable, se mesa los cabellos y nos suplica genuflexa que intervengamos sin dilación. (+50 puntos)
- Nos comunica, impertérrita, que solicitará una segunda opinión. (+5 puntos)
- Nos lanza una patada voladora y aprovecha nuestro desconcierto para robarnos el bisoñé. (-20 puntos)
6. Exploración. Cuando le manifestamos la conveniencia de explorarla, la señora:
- Se quita los pantalones en menos que se persigna un cura loco. (+15 puntos)
- Pregunta si es imprescindible. (+0 puntos)
- Grita "¡bragas arriba hasta el día del parto!" y cierra las piernas con fuerza sobrehumana. (-50 puntos)
7. Documentos. La señora trae a consulta:
- Todas las analíticas y pruebas que prevé que le íbamos a pedir, ordenadas alfabéticamente y por duplicado. (+20 puntos)
- Nada en absoluto. (+10 puntos)
- La Estrategia de Atención al Parto Normal del Ministerio. (+0 puntos)
8. Preferencias para el parto. La señora nos presenta:
- Nuestro modelo de consentimiento informado ya firmado. (+50 puntos)
- Un plan de parto para consensuarlo con nosotros. (+0 puntos)
- Un plan de parto subversivo (-1.000.000 puntos)
9. Planificación del parto. Cuando proponemos inducción, la señora:
- Saca su agenda y comienza a tachar citas de la peluquería para hacernos hueco. (+30 puntos)
- Propone una fecha alternativa unos días antes de la nuestra. (+10 puntos)
- Grita "¡un desalojo, otra ocupación!" y huye de nuestra consulta por la ventana. (-50 puntos)
10. Cesárea. Con el fin de dejarnos hueco para las vacaciones en Marina D'Or, indicamos a la señora que es necesario programar una cesárea; ella:
- Saca la bolsa para el hospital y nos responde "¡soy toda suya, hágamela ya!" (+100 puntos)
- Pregunta si no podemos esperar a que se ponga de parto por sí misma. (+0 puntos)
- Muta en José Mota caracterizado de "El cansino histórico" y exclama "¡Despacico conmigo, eh! ¡Despacico conmigo...! ¡Que tiro de cheira p'arriba y te echo las tripas en un canasto!". Después, huye con la barriga contra la pared. (-1000 puntos)
Resultados:
Más de 100 puntos: esta señora es la embarazada ideal, el sueño de todo ginesaurio; no nos hace ni se hace preguntas, acepta nuestro criterio sin cuestionarse nada de lo que digamos y le parece fenomenal que le programemos una cesárea con excusas peregrinas o que le rajemos el periné hasta el píloro para evitar un desgarro hipotético. Con ella, todo son parabienes. Además, suelen ser muy agradecidas y nos envían un jamón para manifestarnos su alegría una vez se les caen los puntos de la herida.
Entre 40 y 100 puntos: señora conflictiva en potencia. Si sigue leyendo fuentes serias y más actualizadas que nuestros apuntes encontrados en Altamira, podría mutar en subversiva. Es importante ganarse su confianza (con las embarazadas ideales no es preciso; con las subversivas, es inútil intentarlo) para garantizar su cooperación. Manejar con cuidado; si se la colamos, aunque disimulemos suficientemente, antes o después se dará cuenta y volverá a nuestra consulta para pedirnos explicaciones y el hueso del jamón para hacerse un caldo.
Menos de 40 puntos: para empezar, de señora nada. Esta es una guerrillera subversiva dispuesta a tocarnos las narices y hasta la oreja, si nos dejamos. Algunas de las estrategias que podemos adoptar son: mantenernos a distancia prudencial, sugerirle un cambio de médico o hacerle vudú para que le den calambres en la pepitilla clavando agujas en un maniquí de simulación de prácticas obstétricas. En cualquier caso, aunque estas sujetas continúan siendo una minoría, su ideología y sentido común son altamente contagiosos, por lo cual recomendamos aislarlas en una sala de espera mal decorada y peor climatizada para evitar su contacto con señoras embarazadas respetables.
Y hasta aquí, el test de detección de embarazadas conflictivas. Espero, queridos ginesaurios que por el mundo campáis, que este test de bolsillo os resulte útil en vuestra práctica diaria y que disfrutéis clasificando a vuestras pacientes más que un cerdo en un lodazal (iba a decir "más que yo comprando zapatos de Guess en las rebajas, pero es que eso no os va nada de nada).
Ahora, voy a cenar y a relajar mi neurona de todo este estrés.
Lady Vaga,
la diva que divaga.