Queridas, queridos, qué a gusto me reí el otro día en la sala de espera (sí, a las divas también nos hacen esperar a veces) de mi esteticista, meneando mi divinamente calzado pie mientras leía un panfletillo autoproclamado "revista" en el cual se incluía un texto de un tal Manuel Marcos, que por lo visto dice que es jefe de servicio o algo así del servicio de Ginecología y Obstetricia de ciertos hospitales privados de esta nuestra Especomunidad autónoma... Al simpático obs-tétrico le dio por hablar de cesáreas y virgendelacosturatorcida, lo que soltó por esa boca (o por esos dedos)...
No os digo más que pedí la revistilla para llevármela a casa y leérsela a Muchomacho, quien me agradeció el gesto, pues de tanto descojone que le provocó el libelo que escribía aquel individuo ha hecho en tres minutos el esfuerzo equivalente a dos millones trescientas veinticuatro mil abdominales y se le ha puesto la tableta que ríanse ustedes, queridas y queridos, de cualquier jamonazo de revista, que mi Lord le da mil vueltas.
¿Que qué decía? Pues si la rescato del coche (a U-6 le pareció pura bazofia y la chupeteó hasta convertirla en pasta de papel apta para su reciclaje), os lo copio esta noche, pero de momento os adelanto que la culpa de la alta tasa de cesáreas que sufrimos en las Espéins y Olé es de las madres, claro, que nos da por preñarnos siendo ya casi octogenarias, nos sometemos a tratamientos de fertilidad y, claro, somos de alto riesgo desde antes ya de perder la virginidad.
Ah, y una cosa más total aún y que me encantó (aquí casi me orino encima si no llega a ser porque tengo el suelo pélvico de baldosa catalana y eso no hay quien lo haga temblar): las cicatrices uterinas previas (por ejemplo, por una cesárea anterior) son motivo de cesárea y programada, para más inri. Ole tus cojones, rey. Bien descansado te habrás quedado después de decir tamaño despropósito, que no solo es contrario a toda evidencia científica, sino que incluso es explícitamente desmontado por un organismo declaradamente conservador (conservador de sus ansias de control sobre el parto) como es la SEGO, que afirma en sus protocolos que las mujeres con cesárea previa deben tener la oportunidad, si no concurren otros factores de riesgo, de intentar (al menos intentar) un parto vaginal. Ignoro si este individuo cobra por cada cesárea en metálico o en jamones o es simplemente que no quiere que se le oxide la mano de rajar y necesita practicar cinco o seis veces al día... Pero, sinceramente, lo siento por las mujeres que vayan a parir a alguno de los hospitales en los que él decide algo.
Así que, para premiar estas contribuciones al ejercicio abdominal, a la sanación por la carcajada y a la alegría en tiempos de crisis, magnánima como solo una diva puede ser, he decidido crear el Premio Mojón de Oro, en cuya primera edición galardono a este señor (perdonadme el eufemismo) en la categoría "Payasada de Altura". Y, como no hay premio sin estatuilla que lo represente, aquí tiene el señor (otra vez el eufemismo) Marcos su award, que espero recoja vestido de castaño como la ocasión exige:
¡Toma mojón! ¿O qué os pensábais? Que una, además de diva, es fina. Por cierto, lo he cogido de aquí. |
Lady Vaga,
la diva que divaga.
¡Viva! Cuánto te hemos echado de menos Lady...
ResponderEliminarJajajajaja! Un premio sin parangón, seguro que has hecho del Sr. Marcos el ginesaurio más feliz del planeta Tierra, como si lo viese, jejeje...
ResponderEliminarBesos!
Hay mucho "mojón de oro" en el mundo sin repartir y alguien tenía que hacerlo. Enhorabuena por haber creado un premio necesario¡
ResponderEliminarJajajajajajaja
ResponderEliminarSi quieres mi dos canelos pueden contribuir a hacer un montón para el mojón, que una es de pueblo pero lleva bolsitas fashion para las heces (además fisna y con vocabulario)
ResponderEliminarEra para empapelarle los hospitales con el listado de recomendaciones recomendables...
Saludos con olor a campo,
Verónica