jueves, 12 de julio de 2012

¡Abajo la feminización! La solución definitiva

Lo tengo, queridas y queridos. Después de una noche insomne, presa de la preocupación, el desasosiego y el desespero más profundo, llevada por mi gran empatía e inmensa compasión hacia los débiles, los desvalidos y los imbéciles representados por los ginesaurios, he dado con la solución perfecta al problema del alarmante incremento del número de mujeres en la profesión médica que tanto preocupa al tal Ladilla y a sus acólitos.

¡Tenían la respuesta ante sus ojos y no eran capaces de verla! Si bien eso dice muy poco acerca de su interés en su propia salud visual, yo, que no gusto de hacer leña del árbol caído ni del ginesaurio moribundo, voy a ser tan magnánima que se lo plantearé con meridiana claridad, en modo esquema:

Haces bien en estar seria, bonita, porque como esta iniciativa
triunfe, vas a ir al rudo paro a menos que te operes tus indignos
bajos de mujer...
  1. No admitan ni una mujer más en las facultades de Medicina. Cuando se reciba una solicitud firmada por una "fémina" (como ellos gustan de llamarnos... Cuando somos pacientes, somos "la señora" y si vamos como médicas, somos "féminas"), sugiero que se tache con Tipp-Ex el nombre de la carrera y se sustituya por algo más acorde con nuestro bello sexo, como "Macramé aplicado" o "Arreglos Ikebana de ayer y hoy".
  2. Añadan a la Selectividad una prueba física que demuestre inequívocamente el sexo de los concurrentes y hagan que compute un 70% de la nota final, como, por ejemplo, "Lanzamiento de chorro de orina". De todos es sabido que la naturaleza, rácana en ocasiones, no dotó a la anatomía femenina de la posibilidad de orinar a grandes distancias, lo cual quedará patente en esta prueba y descalificará a las osadas "féminas" que pretendan irrumpir con sus órganos genitales adjuntos en el viril y sensato mundo de la medicina.
  3. Impidan sistemáticamente a las ya matriculadas que terminen sus estudios. Suspéndanlas. Pónganles prácticas el sábado por la mañana, que es cuando todas las "féminas" vamos a la peluquería a ponernos los rulos y a depilarnos las piernas. Ríndanlas por agotamiento. Y, cuando supliquen un traslado de expediente, derívenlas a las nuevas femi-especialidades antes mencionadas (véase punto 1).
  4. A las doctoras que ya están ejerciendo, propónganles una suculenta ventaja fiscal a cambio de esterilizarlas. Total, son solo mujeres, ¿qué más da? No van a quedarse sin pacientes solo por despojar de su capacidad reproductiva a unas cuantas insensatas que han tenido el atrevimiento de meterse en un mundo que debería ser solo de hombres (pero de hombres de verdad, no de esos metrosexualillos modernos que se dan cremita, dan besos a sus mujeres sin que sea su cumpleaños y recogen a sus hijos del colegio o incluso los llevan al médico. Esos son la deshonra del género masculino y confiamos en que, en el futuro, se les apliquen las mismas medidas que a las "féminas" para mantener puro el ámbito de la medicina).
  5. Las que ya están embarazadas no tienen remedio, pero oblíguenlas inexcusablemente a programar sus partos para poder organizar las guardias y saber cuándo comienzan sus permisos de maternidad. Por supuesto, si se les convence para someterse a una cesárea programada, tanto mejor, porque así ya sabemos a qué hora entran y salen del quirófano y nos apañamos todos divinamente.
  6. Las doctoras no deberían dar lactancia materna. En todo caso, en diferido, es decir, que se saquen leche en sus casas y luego la asistenta (o asistente, que no queremos ser machistas) se la dé al bebé. Pero ¿qué es eso de faltar al trabajo para alimentar a sus hijos? ¡Si se crian igual de bien con biberón! ¡Hombre, por favor! Además, la industria nos dará jugosos beneficios si promovemos esta interesante iniciativa.
  7. La doctora Allison, después de operarse,
    acudiendo a su guardia ataviada con bata de
    invierno. La acompaña un simpático residente
    de primer año.
  8. Y por último, pero no menos importante: los mejores incentivos deberían ser para las doctoras que entren en razón y accedan a cambiar de sexo. Dios no creó primero al hombre por que estuviese preparando un borrador, no: lo hizo en primer lugar porque es el sexo perfecto y escogido. ¿A qué objetivo más noble podría aspirar una simple mujer que a convertirse en varón, el rey de la creación? Pero, eso sí, que sean varones muy muy machos, como los ginesaurios de pro, y participen en las actividades propias de este bien nacido gremio, a saber: ridiculización del sexo femenino a través de viñetas, profesión de exabruptos sobre los úteros ajenos y viejunidad mental extrema.
Con estas simples medidas, los ginesaurios conseguirán su loable objetivo, a saber: relegar a la mujer al lugar que le pertenece, la pata de la cama (con cuerda de máximo metro y medio para poder ir al mingitorio), y detener la peligrosísima feminización de una profesión que debería ser ejercida solo por quienes tengan dos pelotas gordas y peludas que plantar sobre la mesa.

No me lo agradezcáis, Ladilla y secuaces. Las divas somos por naturaleza generosas y yo me desvivo pensando en vosotros y en cuán guapos luciréis criogenizados como Walt Disney tras vuestros óbitos, a la espera de que las generaciones venideras os resuciten para encerraros en una jaula de zoológico para exhibiros y que las mujeres os tiren cacahuetes directos al ojo.

Y ahora, me marcho a comer.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

Edito: Clau tiene toda la razón; ayer, en la entrada anterior, ella propuso, con buen criterio y mejor tino, muchas de las ideas que yo aquí desgrano. Si bien yo no había leído su comentario, no puedo atribuir la coincidencia a un error informático como la bellísima y nunca photoshopeada Ana Rosa, así que pensaré que existe la telepatía y que tengo el honor de estar en la misma onda  mental que la divina Clau.

7 comentarios:

  1. je je vaga, te he inspirado.
    AL hilo de la lactancia, conozco una gine cuyo jefe de servicio le prohibió que llevase un sacaleches al trabajo y mucho menos que lo use allí. que terrible es que la realidad supere a la ficción...

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  2. Querida Clau:

    Pues tienes toda la razón, no había leído aún los comentarios de la entrada anterior pero al revisarlos ahora, veo que gran parte de mis propuestas ya salieron de tu preclara mente antes... Por todo ello, lo mínimo es declararte coautora de este texto con todos los honores. Edito y lo menciono.

    Besos a lo Ana Rosa Quintana,
    Lady Vaga.

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  3. Dios, estos ginesaurios me recuerdan a cuando una prima política de mi padre, maestra, dijo que en su juventud enseñaba a sus alumnas "actividades propias de su sexo". En shock quedé!

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  4. a mi es que me inspiran violencia fisica y me hace salir huevos de tanto hincharlos con sus gilipolleces...

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  5. Lady, me has hecho llorar de risa!
    Genial

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  6. si el problema persiste nos quedaría también la "opción china": familia de 1 solo hijo, y que sea varón. si es niña se multa, ya sabes...en fin, todo esto es tan fuerte, ese discurso repelente de un hombre que tal vez tenga hijas, sobrinas y nietas...asqueroso. la guiri, un fan tuyo.

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  7. Me ha encantao! jejejeje
    Lo malo es que algunos hasta se lo tomarían en serio...

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