Queridas, queridos, mi admiradísima y adorada Fran-tástica, la mujer que yo querría ser de mayor si no fuese porque ella siempre será joven, como las grandes damas de la historia, ha puesto en mi conocimiento que los señores ginecólogos, representados por el simpático y bonachón doctor Ladilla, están preocupados porque ahora hay más médicas que médicos. No contentos con reflexionar en privado sobre el tema, lo publican en un medio como el Diario Médico, que no sé si se han planteado que quizá lean más mujeres que hombres, para dejar patentes por escrito y para la posteridad su evidente misoginia y sus problemas de erección.
Este texto me ha dejado tan perpleja y carente de fe en ciertos sectores que no puedo por menos: hay que comentar en rosa chicle, o me sale una úlcera del tamaño del Gran Cañón. Os aviso desde ya que la perorata del simpar Ladilla evidencia un evidente desprecio hacia media humanidad y hacia la Constitución española, pero quizá a estas alturas eso ya no nos sorprenda, teniendo en cuenta que su idea de humor inteligente es cachondearse de las mujeres con patologías ginecológicas.
En fin. Aquí os dejo esta perla salvaje (porque cultivado, lo que se dice cultivado, el Ladilla no es. Que no me diga que de repente lee a Nietzsche o a Herman Hesse porque este con mirar la publicidad de champú anticaspa va que derrapa...). Mis impresiones, as always, en rosa chicle.
problemas logísticos y de cobertura
La crisis agudiza los problemas de la feminización
Casi el 65 por ciento de los MIR que
han acabado este año la residencia son mujeres. En Ginecología y
Pediatría las féminas que la han terminado superan el 85 por ciento, y
en Endocrinología el 79 por ciento. Los problemas logísticos y de
cobertura de los turnos de trabajo en estas especialidades son cada vez
mayores. Además, la crisis y los recortes en Sanidad -que apenas
permiten que se realicen sustituciones- están empezando a hacer mella en
unas plantillas cada vez más adelgazadas. La solución está en buscar un
modelo laboral diferente.
Alicia Serrano
| 18/06/2012 00:00
El 64,8 por ciento de los MIR que han acabado este año
la residencia son féminas, según un informe elaborado por Vicente Matas,
responsable del Centro de Estudios de CESM-Granada. En Obstetricia y
Ginecología el 85,6 por ciento de los médicos que han terminado su
formación especializada son chicas, en Pediatría alcanza el 84,7 por
ciento, y en Endocrinología y Nutrición el 79 por ciento. Estos datos
son un reflejo de lo que está sucediendo en el SNS, donde el 51,2 por
ciento de los ginecólogos que ejercen en España son féminas y también lo
son el 70 por ciento de los pediatras.
Estas especialidades -aunque también sucede con otras
en las que el número de mujeres supera al de hombres (ver cuadro)-
empiezan a tener problemas logísticos y de cobertura de los servicios
médico quirúrgicos debido a las bajas por maternidad, la lactancia y la
reducción de jornada por cuidado de hijos para conciliar la vida
familiar y laboral.
(A ver: las mujeres españolas tenemos, de media, algo así como un hijo y pico... ¿De verdad les hace tanto trastorno el cubrir una baja o dos a cada una? Respecto a la lactancia, es una horita diaria, ¿no hay nadie que pueda quedarse ese rato? Esto en cuanto a dos cosas que solo podemos hacer las mujeres, léase parir y dar teta, pero vamos, que si hablamos de nenes relativamente mayorcitos, los padres, sean médicos, barrenderos o topógrafos, también pueden cogerse una reducción. O no, que los hombres son imprescindibles en sus trabajos, claro...)
- Las especialidades donde hay más
mujeres que hombres tienen problemas de cobertura de turnos, aunque de
momento no lo son asistenciales
Problemas de cobertura
"En Ginecología empezamos a tener problemas de
cobertura, aunque de momento no está repercutiendo en la calidad
asistencial, la docencia o la investigación, pero lo hará en un futuro
próximo. Por ello, es necesario buscar un modelo laboral diferente que
se adapte a las nuevas necesidades", explica José María Lailla,
presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO)
(a mí se me ocurre que os dejéis de entorpecer, por ejemplo, partos normales y así tendríais más horas para iros a casa a descansar...).
Lailla cree que es necesario dar un giro a los planteamientos laborales
actuales, y lo dice con conocimiento de causa. En enero, este
ginecólogo experimentó en sus propias carnes
(¿en sus propias carnes? ¿De verdad? ¡Yo quiero ver una foto de la episiotomía que le hicieron! No, no, ¡me pido curarle los puntos! (Bwa-ha-ha-ha-!) la feminización del
servicio que dirige en el Hospital San Juan de Dios de Barcelona.
Entonces, la mayoría de las adjuntas de su departamento -4 de 5- le
pidieron librar la misma semana para cuidar a sus hijos que estaban de
vacaciones
(¡Qué osadas! ¡Al paredón con ellas!). "A pesar de que contamos con 14 adjuntos, de los cuales 5
son mujeres, tuvimos que negociar con ellas para que hicieran algunas
guardias
(¡Oh! ¡Tuviste que negociar! ¡No pudiste imponer tu criterio y santa voluntad a pesar de ser tú el jefe y además poseedor de un pito y ellas solo cuatro pobres mujeres! ¡Dónde vamos a parar!). El problema se recrudecerá en los próximos años, ya que de los
22 residentes que hay en el servicio sólo dos son hombres. Además, las
mujeres pedirán una jornada más reducida en un futuro no muy lejano.",
dice.
(Vaya, vaya con el adivino que adivina el color del vino, él ya sabe qué pediremos las mujeres en el futuro, ¿qué tal si centra sus habilidades sobrenaturales en predecir los números que ganarán el sorteo de la ONCE y se forra para irse a un paraíso tropical y dejar de decir chorradas en España? Aunque, bien pensado, con tal de no aguantarle yo también me reduciría la jornada al máximo... ¿Se puede ser más gilimemo? ¿Ningún hombre le pidió permiso para cuidar de sus hijos?)
- Serafín Málaga, de la AEP, cree
que hay que exigir que en la cobertura de las plazas MIR se tenga en
cuenta la feminización de la especialidad
El 98 por ciento de los permisos de maternidad los
sigue cogiendo la mujer médico y también el 96 por ciento de las
excedencias por cuidado de hijos, según datos del Observatorio de la
Mujer Médico de CESM. Para poner algo de cordura en esta situación ,
Serafín Málaga
(¿poner cordura? Tómense su medicación, Serafín-figurín y locuaz redactorzuela, que yo no veo que sea ninguna locura cuidar de los hijos), presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP),
cree que hay que exigir que en la cobertura de las plazas MIR se tenga
en cuenta la feminización de cada especialidad
(¿o sea, que cuantas más mujeres haya en cada especialidad, menos habrá que contratar? No entiendo muy bien cuál es el problema, la verdad... Ni la solución que proponen estos señores tan listos.)
El caso de Endocrinología, que parte de una base
deficitaria de especialistas, es parecido al de Ginecología y Pediatría.
"Éste es el factor determinante para explicar los problemas que se
pueden producir para garantizar la cobertura en periodos particulares
-como bajas laborales, maternales, vacaciones- y también en la práctica
habitual. Tener un déficit de especialistas implica redoblar esfuerzos, y
las ausencias derivadas de motivos fisiológicos, como la maternidad,
hacen que la situación sea más exigente", explica Javier Salvador,
presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición
(prohibamos a las mujeres tener hijos y asunto resuelto, ¡con un par!).
Si en estos momentos existe un déficit generalizado de
plantillas y la mayoría de los facultativos de un servicio son mujeres,
¿cómo se van a poder sobrellevar estas circunstancias? "Los problemas se
dan fundamentalmente por las guardias, ya que sólo se pueden dejar de
hacer por enfermedad, embarazo, lactancia o si eres mayor de 55 años.
Antes, los hombres eran más numerosos que las féminas en un departamento
y las guardias no se resentían. Si al déficit de pediatras se añade la
feminización de la especialidad, el problema será mayor", señala Málaga
(huy, huy, que a mí esto me huele a "envidia de útero"... Que estos varones se sienten discriminados porque ellos solo pueden dejar las guardias si se ponen malos o se hacen mayores, mientras que nosotras nos escaqueamos lindamente con la excusa de "es que estoy preñá" o "es que tengo que dar teta"... ¡Ay, pillines, que se os ve el plumero!)
La crisis y los recortes en Sanidad -que apenas
permiten hacer sustituciones- están golpeando de lleno a las
especialidades más feminizadas, y quizás también a la mujer médico. "En
estos momentos se sabe que si una mujer se queda embarazada nadie va a
cubrir su baja como sucedía hace dos años. Esta situación te hace
reflexionar cuando tienes que decidir si vas a contratar a una mujer",
argumenta Lailla.
(Ahí es nada: todo un señor jefe de servicio de un hospital y presidente de la SEGO se permite el lujazo de decirnos claramente y en nuestras redondas caras que él DISCRIMINA a la mujer por el mero hecho de tener útero y tetas en vez de un palito y dos pelotas. Señor Ladilla, mírese la Constitución, que ahí dice claramente que no se puede discriminar a nadie por su sexo... Claro que igual usted es fan de aquel espabilado que celebró la mayoría de edad de nuestra Carta Magna proclamando que "si la constitución fuese mujer se pondría de largo y si fuese ciudadano votaría")
Yo creo que una buena solución sería prejubilar a todo estos ginesaurios anticuados y machistones de sus puestos y sustituirles por "féminas" dispuestas a escuchar a sus esclavas, digo empleadas, y empatizar con ellas. Nada de contratar hombres, que además de ser muy pocos en la carrera, está claro que no están por la labor de cogerse bajas para cuidar de sus hijos ni a reducirse la jornada. ¿Qué tal así? Ah, no, que eso es discriminatorio e implica presuponer que todos los hombres son iguales y, claro, está feo... En fin, cada uno que saque sus propias conclusiones, pero a mí se me cierra el chichi en falso solo de pensar que mi salud reproductiva está en manos de señores tan viejunos mentales, reaccionarios y machistrógrados de asco como esta gente.
El afable Ladilla se ha hecho acreedor, por tanto, al premio Mojón de Oro en la categoría Machista de Mierda, con tantos y tan variados méritos, que no puedo sino otorgarle, fascinada ante su siempre sorprendente versatilidad, el prestigioso galardón:
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Un precioso mojón chapado en oro para una de las mentes
más preclaras y glamurosas de la obstetricia española.
Ahí es nada. La he cogido de El Barón Rojo, |
Y ahora, me marcho a la piscina, pues estoy viendo que leer estas declaraciones tan impactantes al final me va a afectar y voy a tener que crear el premio Pota de Oro...
Se despide y se va a lucir bikini,
Lady Vaga,
la diva que divaga.