En fin. Como no me queda otro remedio, paso a la rosachiclez pertinente y os copio la noticia en cuestión, que no es que no tenga desperdicio, es que solo merece ser impresa si la vais a usar para asear vuestras posaderas después de ingerir, digerir y defecar medio kilo de ciruelas.
Un perro para las embarazadas
AFP
- Tener mascota ayuda a cumplir las recomendaciones de ejercicio diario
Las embarazadas que tienen perro hacen más ejercicio. Según un estudio publicado en la revista 'PLoS One', cumplen con los 30 minutos diarios recomendados en un 50% más que las mujeres que no tienen mascota (un momento: ¿hacen un 50% más de ejercicio que las que no pasean a sus perros o de todas las mujeres que hacen ese ejercicio recomendado, las que tienen perro son un 50% más?). Dados los beneficios de esta práctica sobre la salud, los investigadores proponen incluir esta forma de paseo en compañía como estrategia para mejorar los hábitos de las gestantes (sí, hombre, yo que me paso los embarazos haciendo pis cada diez minutos, si encima tengo que pasear al perro ya puedo ir con una bolsita... Pero para recoger lo mío, ¡anda ya!).
Como argumentan los autores del artículo, de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), numerosos estudios demuestran que "la obesidad o una subida importante de peso durante el embarazo puede afectar tanto a la madre como al bebé. Por ejemplo, podría ocasionar dificultades en el nacimiento o tener implicaciones en el desarrollo de una futura obesidad del niño" (sí, es mejor no coger nada de peso para tener un bebé bien flaquito y llevarlo a la Mercedes Benz Fashion Week recién nacido, ¡a rentabilizar el embarazo YA!)
Según Jackie Calleja, ginecólogo del Hospital Universitario Quirón Madrid, se sabe que "la actividad sedentaria junto a una dieta poco equilibrada y sobrepeso son factores de riesgo para desarrollar enfermedades que aparecen en el segundo y tercer trimestre de la gestación, como la preeclampsia, la diabetes gestacional, fatiga..." (y, of course, paseando a un perro se quita todo eso, está claro: de golpe, comeremos fenomenal y nos pondremos más tonificadas que Jane Fonda cuando sacó el primer VHS... Ay, Jackie, cómo nos gustan las predicciones apocalípticas...).
Por estas razones, recalcan los expertos del estudio británico, los médicos hacen un seguimiento constante del peso y aconsejan realizar ejercicio diario. El ginecólogo español da algunas pistas: "Conviene hacer ejercicio, no deporte, aeróbico entre 30 y 40 minutos tres o cuatro días a la semana. Yoga, pilates, jogging, natación para embarazadas, pasear en bicicleta, caminar. Lo importante es que la embarazada esté activa y se mueva a un ritmo normal, a una intensidad media. Por ejemplo, en media hora pasear unos dos kilómetros" (bueno, eso es razonable. Pero creo que es lo mismo que cuentan a los viejitos del Saber Vivir cada mañana y a ellos no hace falta amenazarles con cataclismos, oye...)
Normalmente, las gestantes optan por caminar (sí, las preñadas nos volvemos muy perezosas y de volar pasamos), señala Carri Westgarth, uno de los autores de la investigación. "Aunque ya se había demostrado que tener perro aumenta la actividad física en los adultos en general, este es el primer estudio que valora esta relación en las embarazadas", agrega (¿será porque es una gilipollez de estudio?).
Y la respuesta es afirmativa (o sea, que sí es una gilipollez. Gracias). Después de analizar a más de 11.000 gestantes, "observamos que tener uno o más perros les ayuda a alcanzar los 150 minutos de ejercicio recomendado a la semana" (¡hagámoslas tener doce perros, entonces, y parirán bebés vigoréxicos! Eso si no se nos infartan antes, corriendo tras tanto can, claro). Los resultados muestran que tener mascota es una motivación y "obliga a mantener actividad física diaria", ya que supone un compromiso con el cuidado del animal (nos ha jodido, es que generalmente la gente que tiene animales los quiere muchísimo y no pasa de ellos por estar embarazada, por estar el tiempo malo ni por chorradas...). Sin embargo, aclaran los investigadores, no se puede decir que la compañía de un perro esté relacionada con menor peso durante la gestación. Lo que sí se puede decir es que ayuda a promover el ejercicio durante esta etapa, por lo que convendría "estudiar cómo puede incluirse como estrategia de salud y analizar qué tipo son las más adecuadas", entre otros factores (traducción de la última cita literal: "convendría estudiar cómo podemos seguir sacando pasta a la universidad para que nos financie estas chorrimemeces y podamos continuar viviendo del cuento sin dar ni palo).
Bueno. Yo tengo que decir que esta noticia me ha dado que pensar y he llegado a la conclusión de que está muy mal enfocado el estudio. No es por el ejercicio por lo que yo querría un perro, sino por protección. Considero muy necesario, a la luz de los hechos de los que cada día tenemos conocimiento, que el estado regale a cada embarazada un perrito. Pero no un caniche ni un perrito de aguas de esos tan monos que caben en un bolso divino, no: un pitbull, un rottweiler o un mastín. Un perrito bien grande y hermoso, de esos que hace que te tomen en serio, vaya.
Ya me estoy imaginando las visitas al ginecólogo, esas salas de espera llenas de mujeres embarazadas sujetando la correa de sus perros, por supuesto bien adiestrados y convenientemente puestos sus bozales, y la escena en consulta:
- Señora, desnúdese que le voy a hacer el tacto de las 38 semanas.
- Huy, doctor, no creo que a Pupy le guste eso... Mire cómo le gruñe a usted...
- Esto... Bueno, bueno, ¡si no hay necesidad! Hale, hasta la semana 40, que está usted como una rosa, señora mía. ¡Mis recuerdos a su esposo!
- Gracias, doctor... Pupy, suelta la pata de la silla... ¡Perrito bueno!
O en Registro:
- Señora, que aquí no cogemos planes de parto de esos, que el médico es el que decide, hombre...
- Pues si no me lo cogen, no puedo llevarme a Pupy a su paseo, y se pone de un mal humor...
- Haberlo dicho antes, mujer, hablando se entiende la gente... Y dígale a su perro que no me mire tan fijamente...
Le encuentro muchísimas aplicaciones, también, en el propio paritorio. Por ejemplo, para garantizar que se cumple nuestro plan de parto: ese gine espabiladito que se acerca a coger la tijerita para cortar chichis de señoras de parto y, de repente, ¡zas! El simpático Pupy le atenaza la muñeca... ¡Ay, cuánta felicidad!
O en la puerta del paritorio, oliendo (una vez formado adecuadamente en unidades especializadas de Servicio a la Parturienta y al Bebé, por supuesto) a todo el que ose entrar y descartándole si lleva más metal del debido en los bolsillos o si su excesiva sudoración deja entrever sus aviesas intenciones...
Sin olvidar, por supuesto, la siempre oportuna restricción de las visitas una vez nacido el bebé y el mordisqueo a tiempo del bajo del vestido de la tía Herminia si continúa diciendo "ay, nena, ¿otra vez al pecho? Pero si tú de ahí no sacas más que agua, que las mujeres de nuestra familia no tenemos leche, ¿no le ves que se queda con hambre?
Qué, ¿cómo lo veis? ¿Tiene bastante sentido lo que propongo o me vais a hacer lanzar una campaña?
Besos subversivos,
Lady Vaga,
la diva que divaga.
Uno de los autores del sesudo y profundo estudio, disponiéndose a quitarse un "paluego" de entre los dientes con instrumental de última generación. |
Como argumentan los autores del artículo, de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), numerosos estudios demuestran que "la obesidad o una subida importante de peso durante el embarazo puede afectar tanto a la madre como al bebé. Por ejemplo, podría ocasionar dificultades en el nacimiento o tener implicaciones en el desarrollo de una futura obesidad del niño" (sí, es mejor no coger nada de peso para tener un bebé bien flaquito y llevarlo a la Mercedes Benz Fashion Week recién nacido, ¡a rentabilizar el embarazo YA!)
Según Jackie Calleja, ginecólogo del Hospital Universitario Quirón Madrid, se sabe que "la actividad sedentaria junto a una dieta poco equilibrada y sobrepeso son factores de riesgo para desarrollar enfermedades que aparecen en el segundo y tercer trimestre de la gestación, como la preeclampsia, la diabetes gestacional, fatiga..." (y, of course, paseando a un perro se quita todo eso, está claro: de golpe, comeremos fenomenal y nos pondremos más tonificadas que Jane Fonda cuando sacó el primer VHS... Ay, Jackie, cómo nos gustan las predicciones apocalípticas...).
Por estas razones, recalcan los expertos del estudio británico, los médicos hacen un seguimiento constante del peso y aconsejan realizar ejercicio diario. El ginecólogo español da algunas pistas: "Conviene hacer ejercicio, no deporte, aeróbico entre 30 y 40 minutos tres o cuatro días a la semana. Yoga, pilates, jogging, natación para embarazadas, pasear en bicicleta, caminar. Lo importante es que la embarazada esté activa y se mueva a un ritmo normal, a una intensidad media. Por ejemplo, en media hora pasear unos dos kilómetros" (bueno, eso es razonable. Pero creo que es lo mismo que cuentan a los viejitos del Saber Vivir cada mañana y a ellos no hace falta amenazarles con cataclismos, oye...)
Normalmente, las gestantes optan por caminar (sí, las preñadas nos volvemos muy perezosas y de volar pasamos), señala Carri Westgarth, uno de los autores de la investigación. "Aunque ya se había demostrado que tener perro aumenta la actividad física en los adultos en general, este es el primer estudio que valora esta relación en las embarazadas", agrega (¿será porque es una gilipollez de estudio?).
Y la respuesta es afirmativa (o sea, que sí es una gilipollez. Gracias). Después de analizar a más de 11.000 gestantes, "observamos que tener uno o más perros les ayuda a alcanzar los 150 minutos de ejercicio recomendado a la semana" (¡hagámoslas tener doce perros, entonces, y parirán bebés vigoréxicos! Eso si no se nos infartan antes, corriendo tras tanto can, claro). Los resultados muestran que tener mascota es una motivación y "obliga a mantener actividad física diaria", ya que supone un compromiso con el cuidado del animal (nos ha jodido, es que generalmente la gente que tiene animales los quiere muchísimo y no pasa de ellos por estar embarazada, por estar el tiempo malo ni por chorradas...). Sin embargo, aclaran los investigadores, no se puede decir que la compañía de un perro esté relacionada con menor peso durante la gestación. Lo que sí se puede decir es que ayuda a promover el ejercicio durante esta etapa, por lo que convendría "estudiar cómo puede incluirse como estrategia de salud y analizar qué tipo son las más adecuadas", entre otros factores (traducción de la última cita literal: "convendría estudiar cómo podemos seguir sacando pasta a la universidad para que nos financie estas chorrimemeces y podamos continuar viviendo del cuento sin dar ni palo).
"Doctor, a mi ama no le pone oxitocina ni Rex, así que váyase a dormir y déjela parir sin zarandajas. Le llamaré si le necesita." |
Ya me estoy imaginando las visitas al ginecólogo, esas salas de espera llenas de mujeres embarazadas sujetando la correa de sus perros, por supuesto bien adiestrados y convenientemente puestos sus bozales, y la escena en consulta:
¡Chispi gruñó al doctor que quería cortar la vagina a mi mamá y se orinó en sus zapatos! No, Chispi no... ¡El doctor se orinó solito! ¡Gracias, Chispi! |
- Huy, doctor, no creo que a Pupy le guste eso... Mire cómo le gruñe a usted...
- Esto... Bueno, bueno, ¡si no hay necesidad! Hale, hasta la semana 40, que está usted como una rosa, señora mía. ¡Mis recuerdos a su esposo!
- Gracias, doctor... Pupy, suelta la pata de la silla... ¡Perrito bueno!
O en Registro:
- Señora, que aquí no cogemos planes de parto de esos, que el médico es el que decide, hombre...
- Pues si no me lo cogen, no puedo llevarme a Pupy a su paseo, y se pone de un mal humor...
- Haberlo dicho antes, mujer, hablando se entiende la gente... Y dígale a su perro que no me mire tan fijamente...
Le encuentro muchísimas aplicaciones, también, en el propio paritorio. Por ejemplo, para garantizar que se cumple nuestro plan de parto: ese gine espabiladito que se acerca a coger la tijerita para cortar chichis de señoras de parto y, de repente, ¡zas! El simpático Pupy le atenaza la muñeca... ¡Ay, cuánta felicidad!
¡Lassie for president... de la SEGO! |
Sin olvidar, por supuesto, la siempre oportuna restricción de las visitas una vez nacido el bebé y el mordisqueo a tiempo del bajo del vestido de la tía Herminia si continúa diciendo "ay, nena, ¿otra vez al pecho? Pero si tú de ahí no sacas más que agua, que las mujeres de nuestra familia no tenemos leche, ¿no le ves que se queda con hambre?
Qué, ¿cómo lo veis? ¿Tiene bastante sentido lo que propongo o me vais a hacer lanzar una campaña?
Besos subversivos,
Lady Vaga,
la diva que divaga.
Tengo que ser justa... Jackie Calleja podía dejar la gincología y meterse en el Sanchez Romero como carnicero oooooooo valorar el vestirse de bombero y hacer un streptease, prometo que esta buenorrín.
ResponderEliminarEl problema señor Calleja, es que tiene más cuento que su apellio.
A lo mejor, en vez de escribir y fardar de lo listo que es, debería valorar como ajustarse al 10-15% de cesáreas que indica la OMS o, como poco, ir a la planta cuando se le llama por la noche. Que duerme usted más que una marmota.
Hasta aqui mi desahogo Quironiano,
Lady Rabbit,
la coneja que alguna vez ha fantaseado con algún gine, qué pasa!.
Ay Lady, si lo llego a saber me pillo un perro en lugar de un gato, que me incita todo el tiempo a estar asobiná, y como no tengo voluntad...
ResponderEliminarBesos y alegrada de tu recuperación.
Yo tengo un bull terrier que le dejaría la bata hecha añicos a cualquier Churches.
ResponderEliminarPero mira que se ponen a estudiar gansadas... Mare mía! Y luego venga y dale a acoj... A las mujeres por los kilos, ah pero no señor mío, no se preocupara usted de la salud emocinal de esa madre...
ResponderEliminarMuy bueno Lady Vaga
Lady, ésta vez voy a discrepar contigo (sin que sirva de precedente, eh?). Que si, que el estudio es una estupidez porque es obvio, los perros salen a la calle y caminamos, punto. De hecho, yo a 2 de los míos saco por separado, así que encima paseo más todavía (y ni por esas adelgazo, ya me vale....). Pero ahora te propongo que lo mires desde el punto del vista del animal y no del embarazo. Y es que por desgracia, los que tratamos con el abandono animal si tenemos que explicar éstas obviedades más de una vez y más de 2. Lo que dices de que "generalmente la gente que tiene animales los quiere muchísimo y no pasa de ellos por estar embarazada" no es del todo cierto. No te imaginas cuanta gente se deshace de su animal (sobre todo gatos, pero también perros) en cuanto ven el positivo en la prueba de embarazo. Si me permites, te dejo un link de un caso que conozco, como verás el estado en el que llegó el perro era lamentable: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10150139901653098&set=a.103866833097.115386.103699103097&type=3&theater
ResponderEliminarLo dicho, que es una estupidez de estudio por obvio, pero si puede ayudar a que un perro no acabe en la calle, bienvenido sea.
Besos Lady!
Querida Drew:
EliminarMe cuesta terriblemente creer eso que dices, pero no puedo negártelo porque ya sabes tú que yo no tengo perros ni gatos en casa. Si hay descerebrados impresentables que dejan tirados a sus animales por el hecho de ir a tener un bebé, les deseo que sus hijos les hagan a ellos lo mismo en su senectud.
Sin embargo, no creo que este estudio esté incentivando la adopción ni la acogida de animales, antes bien, frivolizando con el tema y resultando hasta perjudicial, si nos ponemos estrictas: ¿cuántas descerebradas de las que hablábamos más arriba podrían decir "anda, pues me compro un perro y así estoy divina todo el embarazo y luego ya veré"?
En fin, querida: el de los animales es un tema que siempre me pone muy triste, porque no entiendo que se les pueda maltratar. Voy a mirarme tu enlace pero creo que me voy a llevar un disgustazo...
Besos caninos,
Lady Vaga.
No, desde luego una apología al no abandono no es, pero viendo las tonterías que vemos, es que ya nos agarramos a un clavo ardiendo. Muy triste, lo se. Tu sabes cuantos ginecólogos le dicen a las embarazadas que se deshagan de su gato, porque si no cogerán la toxoplasmosis y su bebé morirá? Por desgracia es casi la norma y no la excepción. Y si ya empezamos con las historias de "el gato va a arañar al bebé", "le va a asfixiar" (es el estrangulador de Boston, no te jo...), "el perro le va a morder y le va a matar" tenemos para aburrir... Pero bueno, que no es el tema, que simplemente quería dejar claro que el embarazo es motivo de abandono, y es una pena.
EliminarMuchos besos!
Se me olvidaba, que cuando tengas que enfrentarte al siguiente Ginesaurio, avísame y te dejo a Oso, que el pobre pese a ser un cacho de pan, suele asustar bastante. Y si quieres un ataque sorpresa, te dejo a Bas, que es muy mona ella, pero no veas la mala leche que se gasta. Lo que sea, yo me apunto a la guerra :-)
EliminarYo tengo un galgo, de ahí mi fugura estilizada jajaja
ResponderEliminarLady Rabbit
Pues yo tengo gatos pero, como no estoy embarazada... Si algún día lo estoy (cosa que dudo muchíiiisimo) los sacaré a pasear con una correa. Ahí sí que haré ejercicio. Caminando y saltando a la comba cuando el gato se me empiece a enredar entre las piernas. Besos.
ResponderEliminarA ver si va a ser por eso que estoy tan buenorra! De sacar al perro todos los días y yo sin saberlo! Menos mal que están estos chicos investigadores para malgast... estoooo, para invertir los cuartos públicos y privados en tan sesudos estudios.
ResponderEliminar(He dicho ya que cada vez me fio menos de los estudios científicos?)
María
Yo tengo 2 perros, me cogí mas de 20 kilos en el embarazo, los paseaba todos los días y luego salía a pasear yo sola una hora más. Me pasé el embarazo controlando la comida y aún así cogí esa cantidad de kilos, eso sí tuve una retención de líquidos brutal, yo casi no hacía pis y en el parto perdí 12 kilos y pico. ¿Podrían tomarme como modelo para el estudio?? Así se echan abajo todas sus teorias.
ResponderEliminarY otra cosa, estoy de acuerdo con Drew, hay un monton de gente que en cuanto ven el positivo o en cuanto llega el bebe se deshacen de las mascotas.
donde hay que firmar?
ResponderEliminarYo tengo un perraco de treinta kilos y cuando me quedé embarazada lo paseaba exactamente lo mismo que antes y después de tener mi panza...A mi no me preguntaron para el estudio, ;) Y lo que dice Drew es terriblemente cierto. La de propietarios que se han pasado por mi consulta alarmados por las profecías agoreras del ginecólogo...(cada vez son menos, eso sí). Besos!
ResponderEliminarNo puedo evitar comentar sobre esto:
ResponderEliminarSegún Jackie Calleja, ginecólogo del Hospital Universitario Quirón Madrid, se sabe que "la actividad sedentaria junto a una dieta poco equilibrada y sobrepeso son factores de riesgo para desarrollar enfermedades que aparecen en el segundo y tercer trimestre de la gestación, como la preeclampsia, la diabetes gestacional, fatiga..."
Sí, claro, FACTORES DE RIESGO, es decir, tienes algo más de riesgo, pero no tienes porqué presentar ninguno de esos síntomas. De hecho, yo engordé 40 kilazos y ni diabetes, ni preeclamsia, ni perro, ni nada de nada. De verdad, nunca he entendido esa manía con el peso. Qué aburrimiento...
Uy sí! yo tengo también 2 perros y puedo garantizar que como escoltas no tienen precio, cuando paseaba al llevar uno a cada lado, me evité muchos tocamientos de barriga no deseados, eso sí, los 20 kg no me los evitó cogerlos, se fueron con la lactancia prolongada igual que vinieron, lo que no se fueron son mis perros, ambos adoptados, por cierto, uno hace inspección de pañal: olisquea y si hay caca avisa, la otra namás llorar el nene viene nerviosa a mirar, y ambos se pirran por el crio.
ResponderEliminarAbrazos ladradores,
Verónica
Me ha encantado, Lady Vaga.
ResponderEliminarGracias por amenizarme la tarde!
Y sí, vaya chorradas que estudian...