Queridas y queridos, permitidme que en esta ocasión me dirija a una persona que ha aparecido en mi vida hace unos meses y a la que he cogido mucho cariño, por su especial vulnerabilidad y su valentía. Es más, hasta me voy a poner seria y todo, ¡venga!
Querida Ruth: esta carta es para ti, enterita y todita, desde el encabezamiento hasta la despedida. Es para ti porque me siento un poco "madre" contigo, aunque cuando tú naciste no andaba yo todavía en el "equipo fertilidad"; bueno, qué narices, no andaba ni siquiera en el "equipo preadolescencia"... En cualquier caso, he seguido la historia de tu embarazo y nos has permitido saber de tus miedos, tus anhelos y tus peripecias.
Sé que eres una persona valiente con una gran tendencia a comerse el coco. Creo que esto debe de tener que ver con cómo funcionó tu primer parto y con ese miedo a lo desconocido que no pudiste vencer entonces (¿cómo vencerlo, si no te dieron la ocasión?). Sobredimensionas lo negativo, eso es algo que a veces me ha hecho tener ganas de agarrar mi mejor sartén y estampártela en la cabeza, pero creo que, pese a todo, te las estás arreglando para crecer en este camino y para utilizar cada piedra que te encuentras como un apoyo para continuar ascendiendo.
¿Recuerdas cuando buscabas quien te atendiese el parto? No tuviste problema en viajar hasta Madrid, en pelear contra viento y marea, en visitar a diferentes profesionales, en buscar lo mejor para tu bebé y para ti, ¡si eso no es ser valiente, no sé qué lo será! Y ni aun así te me relajas. Eres muy dura contigo misma y no te mereces machacarte como lo haces, querida mía.
Eres muy joven y, a pesar de ello, tienes las cosas muy claras. Sabes que tu mayor obstáculo es el miedo al dolor y yo te digo: no lo temas. El dolor es, en este caso, un poderoso aliado. Piensa que no es lo mismo sentir dolor que estar sufriendo... ¿Cuánta gente no se somete voluntariamente al dolor porque es consciente de que el fin lo merece, por ejemplo, al hacerse un tatuaje o un piercing? Vale, soy la menos indicada para poner esa comparación porque mi fantástico traje de piel está intacto, pero creo que para el caso me sirve, burdamente, y si no pensemos en, qué sé yo, la depilación con cera... Porque el dolor del parto es el más útil del mundo, ¡te trae a tu bebé! ¿Hay mayor recompensa?
Querida Ruth, quiero que sepas y tengas presente que tu parto será tuyo, fantástico e intenso, gozado y disfrutado, desde el momento uno. Y quiero que recuerdes mis palabras cuando tengas a tu bebé en brazos (esto es mucho aventurar por mi parte, oxitocínica perdida como estarás, pero bueno, ahí lo dejo): "¿ves cómo podías, pedorra?"
Besos de una diva que te aprecia,
Lady Vaga.
Es inspirador hasta para las que no nos encontramos en esa situación :-)
ResponderEliminarQuerida Drew:
EliminarContar con seguidoras tan fieles y cariñosas como tú es el motivo que me impulsa a seguir contando historias cada semana. Gracias, de verdad, por estar aquí siempre.
Besos amorosos,
Lady Vaga.
Una amiga me dijo algo que abrió mi mente "el dolor del parto es un dolor necesario" ... Es similar a lo que comentas, como una verdad inmutable pero tranquilizadora
ResponderEliminarQuerida La mama corchea:
EliminarCreo que tu amiga tiene mucha razón. Es necesario, útil y, en mi caso, fue sanador hasta un punto que no imaginaba en aquel momento.
Besos aquiescentes,
Lady Vaga.
Pues a mi me sigue dando pánico el dolor del parto, no lo pude sentir cuando nació mi hijo porque fue una cesárea necesaria y la verdad me da tanto miedo que no lo echo de menos
ResponderEliminarQuerida MamaEncantada:
EliminarEl caso de Ruth es similar, ella no tuvo ocasión de conocerlo en su primer parto y creo que eso, en ciertos casos, puede llevar a magnificarlo y sobredimensionarlo.
Por mi parte, yo solo puedo deciros que a mí me dolió, pero nada que ver con el sufrimiento atroz que recuerdo de la oxitocina de mi primer "parto": fueron contracciones fuertes, sí, pero soportables. Con cada una pensaba "bueno, pues ya falta una menos" y entre una y otra me adormecía de una manera tan placentera que ya querría coger el sueño así ahora ;)
Estoy segura de que si vuelves a quedarte embarazada, superarás ese miedo y espero que nos lo cuentes.
Besos envalentonados,
Lady Vaga.
RUTH, adelante, no te detengas, disfrútalo, vívelo, es todo un regalo para ti y para tu familia. TÚ PUEDES!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarLos mejores deseos para Ruth :)
ResponderEliminarSeguro que Ruth lo hace genial. Eso nos viene de serie... Besos.
ResponderEliminarRuth, creételo, mujer. Que no es p´a tanto, en serio. Lo hareis muy bien tu bebé y tú, que sois un buen equipo.
ResponderEliminarMaría
Claro que puedes! A mi me dolió más algún esguince que he tenido (salvando diferencias bebé-apendice), pues el resultado era superbonito: un bebé y no un pedazo-hematoma-multicolor, y durante el parto sólo era por momentos y luego me recuperaba, el esguince fueron días de pie inmovilizado, depilación heavy al quitar el vendaje y rehabilitación, del paritorio salí andando a la hora y con el nene a la teta y supercontenta, del esguince estuve a lo pata-palo casi un mes y con cara de no-me-toques-no-me-toques.
ResponderEliminarAbrazos animosos (comparativos-pedorros)
Verónica
Enhorabuena por esta carta dedicada que emociona antes de leerla y, por supuesto mi mayor enhorabuena a la mami yogurín, que ha parido como Dior manda.
ResponderEliminarOlé!!
Ya se puede sentir contenta Ruth con un post dedicao así de bonito :)
ResponderEliminarCiertísimas palabras!!
ResponderEliminarAnimo Ruth, tu puedes, pese a los miedos, te sobrepondrás como lo hacemos con todo, nos crecemos ante la adversidad sobre todo si tenemos el apoyo de nuestro entorno.
ResponderEliminarBicos
Laurana