martes, 31 de enero de 2012

Manual para Ginesaurios, Lección I: Detección de Pacientes Conflictivas

Queridos ginesaurios y ginesaurias (para ser políticamente correcta, ya que obstétricamente no lo soy ni lo seré), como ya avancé en la entrada anterior, considero de vital importancia dotaros de las herramientas necesarias para que, en vuestro diario quehacer, podáis detectar a las mujeres potencialmente insumisas y a las embarazadas peligrosas, tal cual proponen mis amigas Guiri y Pibón, para lo cual procedo a forneceros la primera lección del Manual del Ginesaurio Feliz. Os lo doy subrayadito para que podáis imprimíroslo y estudiarlo en papel, que sé que esto de las nuevas tecnologías no os va demasiado (por algo sois saurios) y respeto la enumeración original de mis queridas amigas y aliadas en la subversión.

Lección 1: Detección de Pacientes Conflictivas. ¿Cómo identificar a mujeres insumisas/embarazadas peligrosas?

La detección precoz de las pacientes/usuarias potencialmente peligrosas es un objetivo ineludible en la primera consulta y se llevará a cabo mediante la realización de una anamnesis lo más completa posible, que debe incluir los siguientes puntos (además de cualquier otro que el ginesaurio estime oportuno):
Este señor ya se ha
apuntado, pero no
tiene Internet, así que
me toca mandárselo
por correo postal.
  1. Cociente intelectual. Ver punto 2.
  2. Inquietud intelectual. Si los puntos 1 y 2 indican niveles bajos, la señora* no es demasiado peligrosa y deberemos proceder a desinformarla como generalmente lo hagamos. Una puntuación alta en cualquiera de los dos indicadores (principalmente en el segundo) debe alertar al ginesaurio y marcarse en rojo en el expediente de la señora.
  3. Si tiene conexión ADSL (en el trabajo: nivel I de peligrosidad; en casa: nivel II; acceso a Internet en dispositivo móvil: nivel III). Puede ser útil averiguar a nombre de quién y con qué proveedor se contrató el servicio, para intentar dárselo de baja subrepticiamente y cortar así el flujo de información indeseada.
  4. Si viene con papeles a la consulta. Las señoras sobreinformadas son un material altamente inflamable y es preciso mantener la distancia física adecuada para evitar quemaduras, lesiones y "zascas" verbales. Si menciona que sus papeles son recomendaciones de organismos oficiales para la atención al embarazo y el parto, iniciar secuencia de ataque tal como a continuación se indica:
    1. Maniobra ninja para sustraer documentos.
    2. Defensa karateka para evitar que la interesada los recupere.
    3. Purificación de los susodichos papeles en una pira mortuoria .
  5. Worst case: señora que trae un plan de parto. Estas "enteradas" pueden convertirse en la pesadilla de cualquier ginesaurio que se precie y es menester desactivarlas utilizando la secuencia de ataque mencionada más arriba.
  6. Si parece feminista (desde el punto de vista del ginesaurio). Obviamos aquí la descripción de una feminista, por cuanto las hay de todos los colores, formas y tamaños y compete a cada profesional determinar qué modelo es el más peligroso en su caso en particular.
  7. Si lleva perlas. Es sabido que algunas mujeres peligrosas se disfrazan con perlas, para parecer señoras respetables. Esta tipología se desenmascara fácilmente al sugerirles una exploración vaginal: el 50% de las peligrosas, se niega; el 50% restante accede con pudor, pues al no haber previsto esta ingeniosa intentona, acuden a la consulta con ropa interior "de trapillo" que les avergüenza lucir ante caballeros ginesaurios de tan indudable atractivo.
  8. Si tiene fobia a ginesaurios (nivel III de peligrosidad). La ginesauriofobia es una terrible enfermedad psiquiátrica cuyo origen suele estar en una experiencia anterior, calificada de "mala" por la usuaria, o, en el caso de las que aún no han parido, en la lectura en demasía de chorradas interneteras como el blog en el que se publica este manual u otros todavía peores que se jactan de su seriedad. Las del segundo grupo suelen ser conocidas como "ginesauriofóbicas quijotescas" en honor al insigne Alonso Quijano, que perdió la chaveta por leer en exceso. Las pacientes aquejadas de ginesauriofobia creen que su anterior ginesaurio podría/debería haberse ahorrado la episiotomía/cesárea/Hamilton (póngase aquí lo que corresponda en cada caso) y constituyen el núcleo duro de la resistencia antiginesáurica, por lo cual resulta de todo punto imprescindible su identificación y neutralización por todos los medios a nuestro alcance.
  9. Si escribe para un blog. Este grupúsculo de revolucionarias cibercamufladas no solo lee, sino que tiene la osadía de propagar sus ideas, vivencias y estudios (calificados de "científicos" o "serios" por su parte con la absurda justificación de que emanan de la OMS, la SEGO, el Ministerio o algún otro organismo teórico y ajeno a nuestro cotidiano trabajo) por toda la red, tirando por tierra nuestra ardua labor de adiestramiento tan duramente realizada en el último medio siglo.
  10. Si hace preguntas. Las señoras que preguntan por nuestras tasas de cesáreas y episiotomías o por los motivos por los que inducimos un parto no son señoras, sino peligrosas bombas de relojería.
*Utilizo aquí el término "señora" por ser el más empleado por los ginesaurios para denominar a sus pacientes.


Este también se ha inscrito, pero no sé
por qué, me da a mí que no voy a hacer
carrera de él...
Y hasta aquí, la primera lección de este manual. En días sucesivos, obsequiaremos a nuestros ginesáuricos lectores con un fabuloso test para determinar el nivel de peligrosidad de las usuarias y, si el tiempo y las autoridades lo permiten, añadiremos también un examen tipo test para consolidar las destrezas adquiridas tras este capítulo, que, por supuesto, deberán entrenar en su consulta con cada paciente que entre por la puerta. Estudiaremos también la posibilidad de organizar talleres prácticos para perfeccionar la ejecución de la secuencia de ataque y otras maniobras físicas de defensa personal contra las pacientes peligrosas.


No, no me lo agradezcáis todavía, queridos ginesaurios, pues es mucho más lo que estoy dispuesta a hacer por vosotros. No es buena lid la que se da contra un rival desarmado y estoy tan segura de la victoria final que no me importa mostraros nuestras cartas.

Y ahora me marcho a hacer coches de plastilina.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

viernes, 27 de enero de 2012

Los ginesaurios también necesitan amor (y yo se lo voy a dar)

Queridas, queridos, sé que todos admiráis y defendéis con ardor la simpática labor didáctica a la que me entregué con mis mediadas fuerzas tras mi retiro físico y espiritual en Hotel Espe, allá por la primavera pasada, que tantas alegrías me ha traído y a tantas mujeres y familias ha ayudado, pero, precisamente por ello y porque todos aquí somos damas y caballeros que gustamos del fair play, creo que es momento de equilibrar la balanza para que esta contienda siga siendo molona y divertida y no una batalla ganada de antemano. Por tanto, entenderéis que vuestra querida Lady Vaga ponga su pluma al servicio de la justicia y dé un paso adelante para, con bravura y valentía, ofrecer a los ginesaurios una herramienta que les facilite su labor, verbigracia, reconocer en una mujer a una potencial embarazada díscola.


Este ya está como loco venga a darle
al refresh para leer el Manual para
Ginesaurios... ¡Muchacho! ¡Si tú no
eres ginecólogo ni nada, eres el celador,
que le has cogido la bata y el
estetoscopio a un despistado para
hacerte el chachi!
Esta entrada, queridas y queridos, que hará vuestras delicias cual marron glacé deshaciéndose golosamente en vuestro paladar, directo a vuestras magras, es fruto de los pérfidos cerebros de dos amigas, compañeras de lucha y aventuras, a quienes, para preservar su anonimato, llamaré Guiri y Pibón. Ellas me sugirieron el tema y el esqueleto del mismo y me dieron permiso (qué digo permiso, me animaron, ¡oh, insensatas!) para sacarlo aquí, revisado, ampliado y aliñado con mi afilada prosa y excelso verbo.

Tomad y gozad todos con él, porque esto es palabra de la Vaga, la Guiri y la Pibón.

Pero esto será otro día. Hoy solo quería avanzaros, para que no os asustéis, que, en días venideros, se nos llenará el blog de ginesaurios agradecidos dispuestos a besar mis pies enfundados en acharoladas botas de tacón de dominatrix, pues no es plan, tal como se pondrá la cosa, de usar peep toes y dejar que estos individuos me llenen los pies de babas.

Es justo y necesario.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

Apoyemos al doctor Paricio

Queridas, queridos, vengo solo a recordaros que es importante que firmemos la iniciativa de apoyo al doctor Paricio, pediatra del Hospital de Denia y gran defensor de la lactancia materna. Muchas le conoceréis por ser el fundador de e-lactancia.org, ese sitio web donde tantas madres lactantes hemos consultado si la medicación que necesitábamos era compatible con el amamantamiento (algunos médicos de cabecera prescriben medicación y destete juntitos, así en pack, alegremente) y ahora el hospital pretende prescindir de sus servicios.

Personalmente, considero enormemente desacertado dejar de lado al doctor Paricio, gran profesional y excelente persona, implicado, empático y respetuoso.

Por favor, apoyadle con vuestra firma.

Lady Vaga,
la diva que divaga.

Doctor, usted me mira raro...

Así nos ven algunos ginesaurios en
cuanto les hacemos preguntas raras...
 - Señora, es usted un poco pesada con tanta pregunta, que si mi tasa de cesáreas, que si hago episiotomía de rutina, que si se sabe usted la EAPN*... Me siento incómodo, ¡déjeme hacer a mí, que soy el que sabe!

- Vaya, doctor, ¿era eso? Yo pensé que estaba usted tan raro conmigo por el color de mi piel...

- Para nada, señora mía, si todavía no he levantado la vista de los papeles. Además, yo soy un caballero y jamás discriminaría a una persona por su aparieHOSTIAPUTA!

- Ay, doctor, creo que a mi bebecín le cae usted bien, ¡mire cómo le saluda intraútero!


*La EAPN o Estrategia de Atención al Parto Normal es un documento que recoge la última evidencia científica y las recomendaciones del Ministerio de Sanidad sobre cómo atender un parto, pero algunos ginesaurios no la reconocerían ni aunque se la grapasen al escroto. Recomiendo encarecidamente su lectura.

jueves, 26 de enero de 2012

Interludio decimonónico

Muy embarazada no se la ve, pero para el caso me sirve. Echadle imaginación, ¡copón!

- ¡Un día más, doctor, se lo suplico! ¡No me induzca aún! ¡Mire que en mi familia somos de embarazos prolongados y bebés terciaditos!

- ¡Imposible, señora mía! Si la dejo llegar a 41+4, luego lo casca usté por ahí y se me llena la consulta de natura-listas de esas que prefieren parir con un palito entre los dientes* para morderlo en vez de pedir la epidural. ¡Es por su bien! ¡Esto me duele más a mí que a usted! ¡Señorita Puri, vaya afilándome el bisturí de los viernes!


*Son las conocidas como "secta del palito", bautizadas así por la gran Lady Ojazos, madre de Lady Rabbit y experta en denominaciones, títulos y make-up. La admiro a morir.

miércoles, 25 de enero de 2012

Señor jefe de servicio, tendrá noticias mías (y de la AEPD)

Queridas, queridos, una entradita breve hoy para comentaros que la AEPD ya ha acusado recibo de mi denuncia contra el Hotel Espe por negarme el acceso a mi historia clínica y me escribe una carta monísima para decirme que se pone a ello, ¡albricias!

Señor jefe de servicio, ya que usted fue quien dio orden a Atención al Paciente de que me la entregasen (eso dice usted en su carta) y lo hicieron de manera incompleta y por tres veces, espero que le caiga un buen tirón de orejas, de tal calibre que le permita llevar varios pendientes de clip de los muy ochenteros en cada lóbulo, por guardarse cual urraca unos datos que son míos, míos y requetemíos (por mucho que le jorobe a usted el páncreas tener que admitirlo).

Y si no le regañan, al menos llegará a sus entonces sanos oídos la noticia de que hay una chica muy cabezona que le tiene a usted a maltraer y siempre se sale con la suya, a saber:
  • Se marchó con el alta voluntaria y la PCR en mínimos históricos, a despecho de los catastróficos vaticinios de la Fistra.
  • No se siguió el embarazo por alto riesgo pese a su insistencia, canoso señor (gracias a una de sus ginecólogas, que decía que de riesgo nada, háganselo mirar).
  • Le envió el plan de parto más borde y recio que en el mundo ha sido, más seco que un bocadillo de mojama (¿verdad, Lady Rabbit?).
  • Se negó a reunirse con usted para hablar del susodicho plan, aunque ya había usted pedido cita para depilarse el pechete y estaba afilando las tijeras de episiotomizar.
  • Pasó olímpicamente de usted, que ahora decía que el parto también era de riesgo por tener cesárea previa.
  • No solo no parió a un prematuro inviable, sino que se esperó hasta la 41 porque las divas siempre se hacen de rogar y sus bebés, también.
  • Parió en su casa sin vía, en un parto unplugged, término acuñado por la Vaga divina y que ha sentado cátedra (¡que os lo veo en las firmas del foro, perracas! xD), un precioso bebé más grande y largo que su hermano mayor, sin un solo puntito.
Y hasta aquí puedo leer, pues me espera mi rico desayuno.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 24 de enero de 2012

Las enfermeras jocosas, más caspa que Pajares

Queridas, queridos, quienes me conocéis e idolatráis sabéis que una de mis incontables virtudes, quizá la que más os divierte, es la prosa incendiaria, pues refleja mi súper poder de heroína fósforo-style y así quedó plasmado en mi glorioso a la par que simpático Plan de Parto Subversivo y en el otro, más serio, que tuve a bien enviar al jefe de servicio del Hotel Espe (mucho más comedido que nuestro querido PPS, aunque tan lleno de "no consiento" como la boca de Esperanza Aguirre en las cuevas del sado un viernes noche) este pasado verano y con el cual, presumo, se limpió sus reales y canosas posaderas cuando le sobrevino la necesidad biológica acuciante después de un par de platos de fabada.

Entiendo que esos dos documentos puedan cabrear a ciertos sanitarios con la piel muy fina y poco sentido del humor y autocrítica, pero lo que no me parece mínimamente normal es lo que ha llegado a mis bonitos oídos decorados con pendientes de alta joyería y que sucedió en un hospital de nuestras Espéins y Olé-Chimpúm-pum un día cualquiera, hace bien poco. Esto que os voy a contar es verídico al 100% y lo más triste de todo es que no es un caso aislado. Doy fe.

Queridas, queridos, a continuación os copio palabra por palabra (omitiendo datos personales, of course) un fragmento del plan de parto que una mujer embarazada osó enviar a este hospital para que valoréis con vuestros ojos y entendederas si lo que pide es razonable, conforme a ley y derecho, viable y, sobre todo, exquisitamente educado en su forma. El subrayado es mío. Ved:

Solicito que este Plan de Parto se incorpore a mi historial y el día del parto aportaré una copia por si fuese necesario.
Deseo estar informada sobre la evolución del parto y que se me haga partícipe de las decisiones sobre el mismo.
Preferencias relativas a la presencia de otras personas

  • Durante todo el proceso de parto, me gustaría estar acompañada por [...]
  • Deseo ser informada si voy a ser atendida por profesionales en periodo de formación (MIR, matronas en formación...) y autorizar su presencia.
  • Deseo que se favorezca la intimidad en el proceso y que no aparezcan más personas de las necesarias.
Preferencias relacionadas con los procedimientos:
Prefiero que:

  • Se me permita el comienzo espontáneo de mi parto.
  • No me administren un enema y no se me rasure el periné.
  • Me permitan adoptar la posición que desee (acostada, sentada, libre deambulación...)
  • Me atienda la misma matrona durante todo el proceso, en la medida de lo posible.
  • Me permitan ingerir agua o líquidos claros (té, infusiones etc...) y comer algo ligero, si el parto progresa adecuadamente y siento la necesidad.
  • Se me favorezca la micción espontánea (sondaje vesical sólo si fuera estrictamente necesario).
  • El número de tactos vaginales sean los mínimos necesarios para valorar la evolución del parto.
  • No se estimule el parto con oxitocina si éste progresa adecuadamente.
  • No me gustaría que me rompieran la bolsa de aguas (amniotomía).
  • En caso de que necesite algún fármaco, quiero que se me informe y se me consulte previamente.
Para no extenderme innecesariamente, omito el resto del plan, que detalla con primor lo relacionado con la monitorización, analgesia, cuidados del recién nacido y otros asuntos importantes, pero que no vienen al caso. Os habéis fijado en que esta mujer es más que razonable en sus peticiones, ¿no? Y que comienza cada frase con un "prefiero", "me gustaría", "deseo"... Vamos, una persona flexible y perfectamente informada.

Ahora, por favor, fijaos en la frase que subrayo. Sí, esa en la que la mujer solicita que le informen de si va a ser atendida por estudiantes o residentes y poder autorizar su presencia. ¿Os suena borde? ¿Agresiva o exigente? A mí tampoco.

Bueno, pues esa solicitud suscitó indignación y cachondeíto fino a partes iguales entre las simpáticas enfermeras de la planta cuando leyeron este plan de parto. Resulta que para ellas, por el mero hecho de acudir a un hospital universitario, las mujeres deben abrirse de piernas y dejarse hacer; les cabrea mucho que esta mujer pida saber si la atendían estudiantes o residentes. Alegan que es un hospital universitario y que se tienen que joder y dejar que aprendan los residentes (textual).

Ante tamaño despropósito calzado con zueco blanco caladito, yo digo: sois un hatajo (sí, este se escribe con hache) de idiotas redomadas si pensáis así. No solo es de buena educación presentarse al entrar en una habitación (y más ante una mujer que intenta parir), sino que es un derecho del paciente saber con quién está hablando, quién le atiende y si es un estudiante o no. Esta mujer, queridas iletradas que pululáis por el hospital riéndoos de vuestras futuras parturientas, no está pidiendo más que lo que recoge la Ley de Autonomía del Paciente, que quizá deberíais leeros con calma, si es que vuestra comprensión lectora limitada os lo permite. Sabed, simpáticas ignorantes de la vida, que tiene todo el derecho (la ley la ampara) de vetar la entrada de los estudiantes si tal le pluguiere (el futuro de subjuntivo es lo que tiene, que queda precioso y muy redicho) y que son los estudiantes lo que tendrían que joderse y no ella, que va a parir y no a inmolarse. ¿O es que os creéis que por entrar por la puerta del hospital una mujer de parto se convierte en un objeto inanimado que cualquiera puede manipular? Que alguien hurgue en tus orificios corporales sin tu consentimiento expreso tiene un nombre, guapas, y es un delito. Propongo que, visto que sois tan liberales con los agujeritos ajenos, os cacheen todos los opositores a la Policía Nacional, con perros antidroga incluidos que os olisqueen el OGT, para aprender, por el mero hecho de estar paseando por la calle, que es el campo de trabajo de los policías, pues ellos también tienen que practicar... Ah: y no os avisarán ni os pedirán permiso, ¿quién os creéis que sois?

Pero es que lo más gracioso del caso es que esta mujer es tan educada y razonable que no se niega de entrada a que la atiendan estudiantes, solo pide saber si lo son o no, pero vosotras, por si acaso, os enfadáis. Me habría gustado ver vuestras caras de ajo si recibiéseis media docena de planes de parto subversivos o bien tajantes como el que escribimos Lady Rabbit y yo a nuestro jefecito de servicio en su día... Y no me vengáis con que los estudiantes tienen que aprender, porque en eso estamos todas de acuerdo, pero perfectamente pueden entrar y decir "hola, soy fulanito, residente de ginecología, y me gustaría explorarla, si a usted le parece bien" o también "hola, soy menganita, matrona residente, ¿puedo hacerle tal y cual?" y seguro que les dan permiso. Y si no se lo dan, pues a seguir practicando con muñecos, con cadáveres o con alguna de vosotras, ya que lo veis tan normal y evidente.

Ah, y si eso me contáis un día por qué os enfadáis las enfermeras con esta mujer, si a quien le interesa su plan de parto es a las comadronas y, en última instancia, a los ginecólogos, así como a los neonatólogos... No sé quiénes sois para cuestionar que ella pida, simplemente, saber. Espero que os deis cuenta de lo insensible, bruta y poco profesional que resulta vuestra actitud, digna de cavernícolas que se ríen con las viñetas de la SEGO. Que para exigir respeto, primero hay que darlo, y esta mujer ha hecho gala de una educación que ya la quisiérais vosotras.


En fin, que os habéis retratado. Menos mal que cada día quedan menos de vuestra calaña y se van imponiendo por aplastante superioridad numérica los profesionales sanitarios serios, respetuosos y conocedores de la evidencia científica, porque con gente como vosotras, apañadas estaríamos; tenéis menos futuro que un submarino descapotable, gracias a Dior.

Palabra de Lady Vaga,
la diva que divaga.



lunes, 23 de enero de 2012

Carta a Melani Olivares

Querida Melani, no tengo el gusto de conocerte. Tú a mí tampoco (todo se andará), pero no quiero dejar pasar la ocasión de escribirte unas líneas para felicitarte por el nacimiento de la preciosa Manuela.

Leí hace unos días tu entrevista en El Mundo acerca de tu intención de parir en casa, que recibí con alegría y entusiasmo. Para todas las que defendemos el derecho de la madre a escoger la manera de traer a sus hijos al mundo es un motivo de orgullo que vosotras, las mujeres con proyección pública, habléis abiertamente de vuestros planes y deseos para el parto, aun antes de parir. Sé que te arriesgaste mucho exponiéndote así ante la opinión pública y que no todos los comentarios vertidos sobre el tema fueron halagüeños ni mucho menos, pero eso solo te convierte en todavía más valiente ante mis ojos.


Querida Melani, desconozco las circunstancias en las que transcurrió tu parto o qué profesional te atendía; no puedo (ni debo) valorar los motivos por los que se estimó necesario vuestro traslado al hospital, pero estoy segura de que fue imprescindible y espero que en el hospital te tratasen con todo el respeto y cariño que merece cualquier mujer de parto (esta parte me cuesta un poco escribirla con prosa comedida, dado que mi primer parto también fue atendido en ese lugar y la escena fue rocambolesca, como ya conté aquí hace unos meses).

Escucharás, a partir de ahora, muchos comentarios de iluminados varios que irán desde el cauto "menos mal que fuisteis al hospital a tiempo" hasta bravuconadas e insultos diversos que mi clase y educación me impiden reproducir, aunque no imaginar. Querida Melani, no les hagas el menor caso. Tú tomaste una decisión consciente, informada y meditada, la decisión de que tu hija naciese en vuestro hogar, rodeada de amor y de profesionales preparados, y eso es lo que cuenta. Por supuesto, los hospitales están para las urgencias y ese fue vuestro caso. Bienvenidos sean, entonces, todos los avances de la ciencia médica y cuantos procedimientos sean imprescindibles para garantizar vuestra seguridad y bienestar. Quédate con eso. No prestes oídos a las chorradas apocalípticas que oirás/leerás durante las semanas venideras. Has dado a tu hija la oportunidad de decidir cuándo nacer, habéis vivido el comienzo del parto en casa aunque su desarrollo haya hecho necesario trasladarse al hospital. Has actuado con toda la sensatez y prudencia de una mujer informada y sabia, avalada por la evidencia científica, y eso te honra.

Gracias, Melani, por poner cara a todas las que hemos parido o querido parir en casa alguna vez. Para mí, has parido como una campeona.

Lady Vaga,
la diva que divaga.

viernes, 20 de enero de 2012

¡Anillad a vuestros hijos cual paloma mensajera!

Las anillas de la paloma son mucho más pequeñas
y discretas que el trasto que ha inventado ese
señor, pero también es cierto que el trastito es
blanco y va con todo...
Beatriz me cuenta que el GPS anti-mangantes-de-niños ya está en funcionamiento en un hospital de León y yo empiezo a verle las ventajas... ¿Qué tal si se lo dejan al bebé puesto de por vida y así puedo localizar a mis vástagos si se piran de farra contraviniendo mis maternales instrucciones? Por decir algo, porque a la vista de la pinta del trastejo de marras, más incómodo no puede ser...

Y hasta aquí este tema. Solo diré una vez más que lo más fácil, barato y rápido es no separar a los bebés de sus madres, ni para ir al nido, ni para lavarlos ni para llevarlos a pediatría ni a las rebajas de enero. No seamos tan imbéciles, por favor.

Cabreada de oír tanta tontería, me despido.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

Lord Muchomacho rescata a Lydia Bosch

Para mis queridas Twins, divinas y enteradas siempre.

Os adelanto, queridas y queridos, parte del contenido de las portadas del próximo lunes de las revistas del colorín más prestigiosas de nuestras Espéins y Olé:

Ya te gustaría, bonita...
Lydia Bosch, muy bien acompañada
Los rumores se disparan, mientras ella guarda silencio

La actriz se dejó ver en compañía de un apuesto desconocido, bastante más joven que ella, en un conocido centro comercial cercano a su domicilio.

Fuentes consultadas por nuestros redactores no han podido confirmar ni desmentir si hay un romance entre Lydia y el joven o se trata de una simple amistad. Tampoco hemos podido conocer la identidad de su atractivo nuevo acompañante, al que vimos conduciendo el coche de la actriz hasta el domicilio de la misma.



Queridas, queridos, tener una mansión en mitad del pijerío más absoluto que rodea a la city es, en ocasiones, un rollo macabeo.

Ayer,  mientras yo disfrutaba del dolce far niente todo lo que se puede cuando lo compartes con dos bebés, Lord Muchomacho se dirigió a un pequeño centro comercial cercano a nuestro casoplón para hacerse con algunos víveres con los que alegrar nuestra placa vitrocerámica. Cuál no sería su sorpresa, al llegar a la línea de cajas, al encontrarse a Lydia Bosch entre los picos de pan y las galletas integrales de elaboración propia, rodeada por la práctica totalidad de la plantilla del establecimiento y varios guardias de seguridad.

Los paparazzi, sin pudor ni temor de Dior, esperaban al acecho en la puerta del centro comercial, sin agazaparse ni emboscarse ni nada, qué va, antes bien, expuestos y osados en su actitud, cámara en mano. Por ello, no quería la Bosch salir por la puerta principal y pedía insistentemente a los allí presentes que alguien le hiciese el favor de coger su coche (el de Lydia) y dar la vuelta al edificio para que ella, previo permiso del encargado, saliese por la puerta trasera o backdoor y esquivase así a tan indeseados interlocutores.

Sin embargo, nadie levantaba la mano para ofrecerse, pues el coche de la dama era automático y no tenían ellos experiencia en tales lides... Porque digo yo, que si te ofreces para salvar a Lydia Bosch de los fotógrafos y luego resulta que se lo rayas con la primera esquina que pilles, es para asaetearte con miradas llenas de desprecio, como poco, y catalogarte de loser por los siglos de los siglos, amén.

Es aquí cuando Lord Muchomacho dice "¿es que ninguno de vosotros sabe conducir un coche automático?" y se plantea dar un paso al frente, cargar a la famosa en brazos al estilo "Oficial y caballero" y sacarla de allí como todo un héroe, abriéndose paso entre guardas, cajeras y reponedores, para depositarla en su lujoso cochazo y llevarla hasta su humilde casita, mucho menos glamourosa que la mía, claro está.

¿Y lo hizo?, me preguntáis, mientras claváis en mi pupila vuestra pupila azul. Pues eso mismo le pregunté yo cuando llegó a casa con la bolsa de la compra llena de ricas viandas. Y he aquí lo que me respondió:

- De eso nada, que el lunes me sacan todas las revistas fijo... ¡Qué vergüenza! Además, de lo que yo tenía ganas es de llegar a casa para estar con vosotros, no con esa señora que no conozco de nada.

Por eso, solo por eso, esta noche Lord Muchomacho se ha ganado una velada romántica, aunque sea a las tres de la madrugada, con comienzo feliz y final aún más feliz. Avisados estáis. Disculpadme por el amarillismo que destila el principio de esta entrada, pero era el enfoque más acorde con el tema...

Y ahora, voy a ponerme mona para mi hombre mientras le insto a poner los pies en alto, en plan "reposo del guerrero".

Lady Vaga,
la diva que divaga.

jueves, 19 de enero de 2012

¡Los saudíes nos compran el GPS de parir!

¿Os acordáis, queridas y queridos, de que hace unos pocos días hablábamos de ese ya celebérrimo e imprescindible invento español, el GPS para parturienta y bebé? Pues los pronósticos más bigbrotherianos podrían hacerse realidad, ya que el trastito de marras avanza hacia la internacionalización... Podéis leerlo en El Confidencial (gracias, Angela, un día me dará un infarto de leer estas cosas y será solo por tu culpa, querida), pero si no os apetece "viajar" ya os lo copio yo aquí mismo, aderezado con mis propias impresiones:

Tecnología 'made in Spain' para evitar que te roben a tu bebé

E. C. -   18/01/2012  (06:00h)
La crisis hace que las maternidades españolas dejen de invertir en equipamientos considerados esenciales en otros países. Varios hospitales en Arabia Saudí han adquirido un sistema de fabricación española y único en el mundo para identificar sin errores a los recién nacidos. La tecnología de ICN Technologies (en la entrada anterior se hablaba de otras dos empresas para su implantación en Osakidetza, ¿será que no es tan único? ¿O será que son filiales? Espero que sean la misma empresa, porque da pavor pensar que haya tanto memo dedicado a estas chorradas), fundada por Carlos Herreros y participada por la firma de inversión Renta 4 y Rosalía de Mera, la mujer más rica de España, ha conseguido dar sus primeros pasos en el exterior.
El dispositivo se basa en un lector electrónico y único en el mundo (ya van dos veces que dices lo de "único en el mundo", ¿tan flipado te ha dejado el invento? Pues que te lo pongan a ti en la chorra para que no hagas pis con la del vecino, rico...) que permite la toma de huellas dactilares de un recién nacido en el paritorio junto a las de su madre biológica. La toma de la huella dactilar de un recién nacido es muy complicada, no sólo por el mínimo tamaño sino por condicionantes externos como el agua, los restos biológicos o la hipotermia del bebé (pues si es tan complicada, dejad de dar por el saco a un recién nacido, ponedlo en brazos de su madre y dedicaos a hacer negocio con la venta de vuestro cabello, o mejor aún, id a vendimiar, que falta hará). El sistema combina dos tecnologías: biometría y radio frecuencia (RFID). La funcionalidad biométrica (basada en rasgos biológicos personales y únicos) (todo es único para este chico, ¡qué impresionable o qué falto de vocabulario!) asegura una identificación inequívoca, fehaciente y permanente del recién nacido.
"¡Mamones! ¡Que os arreo! ¡Dejad de
joder la marrana y de gastar dinero del
contribuyente en gilichorradas!"

¿No os dan ganas de convertiros en Hulka
y liaros a repartir estopa a mansalva cuando
leéis tantísima chorrada? A mí, sí.
La radiofrecuencia aporta es seguimiento, control y localización en tiempo real del bebé, su madre y las enfermeras que le atienden (o sea, que si la enfermera se va a la puerta del hospital a echar un cigar, ¿me la localizan también? Bueno es sabello). La empresa estará presente del 23 al 26 de enero en ARAB HEALTH 2012 (Dubai), la feria sanitaria más grande del mundo árabe, con 3.000 expositores de todo el planeta (huy, chato, me va fatal, en esas fechas estaré en Rio, poniéndome morenita en Ipanema). ICN presentará novedades tecnológicas. Por ejemplo, si el neonato se encuentra en un lugar inadecuado, el sistema permite cerrar puertas, bloquear ascensores y, en definitiva, poner en alerta a todo un centro hospitalario (¿lugar inadecuado? Por ejemplo... ¿De pastis en Coppelia? Inadecuado para un recién nacido es un hospital, no me jeringues...). Países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Chile, Argentina o Brasil se están interesando por esta tecnología con sello español y que, según sus creadores, es aplicable a otros entornos (sí, ya os lo digo yo: a las prisiones).
24 errores en 4.000 partos
Cuando nació su primer hijo, Carlos Herreros observó que los sistemas para identificar al bebé eran muy vulnerables. Pero el miedo de un padre primerizo a que confundan a su hijo tiene también un origen fundamentado: el de los miles de casos documentados sobre robos o errores en las maternidades. “Hay robos y cambios incluso en los países desarrollados. La picaresca (perdona, pero robar un bebé no es picaresca, es ser un jodelagranbretaña) y los intereses económicos son universales y el error humano también. Nuestro sistema no deja lugar al azar”, asegura el presidente y fundador de ICN Technologies, la empresa que creó tras su experiencia.  Los gobiernos y los responsables sanitarios son reacios a dar cifras porque despiertan una gran alarma social. Apenas hay estadísticas, pero el estudio interno de un hospital español con 4.000 partos al año detectó 24 errores en apenas 6 meses. La pregunta es: ¿cuántos no se han detectado? (Es terrible, en efecto, sean pocos o muchos los bebés confundidos, pero no hace falta que vengáis a lucraros con esa tragedia, basta con que la mamá agarre a su bebé y no se separe de él.)
La difícil situación económica que atraviesan los hospitales españoles está provocando que pospongan o cancelen las inversiones en este tipo de sistemas, algo que no ocurre en otros países. “En España cuesta entender que la identificación fehaciente de un recién nacido y su control dentro del hospital merezca la misma atención e inversión económica que un aparato que se utiliza para diagnóstico. No sucede lo mismo en otros países dónde tienen claro que un sistema de estas características evita errores que tienen graves consecuencias, como la pérdida de identidad de un ser humano desde el momento que, por error, inicia su vida en el seno de otra familia. A veces para toda su vida… porque no se puede detectar”, comenta Herreros.

Decidme, queridas y queridos, si no es para metamorfosearse en el Tío La Vara y liarse con esta gente a garrotazos bien "daos" para quitarles el exceso de tontería... ¡Que no hace falta gastar dinero en aparatejos! ¡Que se dejen de máquinas que hacen "ping"! ¡Que lo más sencillo, barato y rápido es lo que nos dicta el sentido común: poner al bebé en brazos de su madre y no quitarlo de ahí para nada!

De verdad, que tanta memez ofende ya a cualquier ciudadano con medio cerebro. Aburrida me tiene ya leer estas imbecilidades que, encima, pretenden que financiemos con dinero público.

He dicho. Y ahora, voy a recortar gafas de papel para jugar con mis hijos.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

miércoles, 18 de enero de 2012

Mi marido no tiene tetas (ni falta que le hace)

A raíz del comentario que ha hecho la simpar Verónica en la entrada anterior, me viene a la cabeza un tema que cíclicamente me pone a la neurona al borde del colapso. Es el dichoso tema de dar biberón "para que el papá se implique".

Los que me leéis desde hace algún tiempo, queridas y queridos, habréis visto que soy una persona harto comedida y que huye de la polémica, llevada, sin duda, por mi virginal pudor. De hecho, no suelo opinar en temas de crianza a pesar de tener mi criterio muy definido, a menos que me pregunten, y jamás criticaré a las madres que, habiéndolo deseado e intentado, no han conseguido dar el pecho a sus bebés. Esas mujeres merecen toda mi empatía, apoyo y respeto.

Sin embargo, hay un comentario que me rechina cuando hablamos de lactancia, bebés, tetas y sucedáneos y es el siguiente:

"nosotros le damos biberón para que el papi participe".

Es fea con avaricia y
recochura, pero para
el ejemplo me sirve.
Perdona, bonita, pero... what the fuck?

¿Esto es en serio o se dice para ver si la oyente pone cara de muñeca hinchable (expresión que leí por primera vez en Esto es para una que lo quiere así y que casi me hace encomendarme a santa Tena Lady)? Porque igual es que yo soy muy básica, pero prefiero, sinceramente, que me digan "pues no le doy el pecho porque no me sale de mis sacrosantas tetas" y listos (además, que, reitero, yo no pregunto nunca, cada una sabrá por qué hace una cosa u otra). ¿A qué viene esa chorrada de que el padre se implique?

No voy a entrar ya a enumeraros las cuantiosas, abundantes y copiosas tareas en las que un padre puede implicarse (bueno, vale, un poco sí os las enumero: jugar con el bebé, hacerle mimitos, cambiar pañales, dar comida cuando se empiecen a introducir alimentos complementarios, colaborar todavía más en las tareas domésticas para que mamá pueda descansar con el bebé, jugar con los demás hijos si los hubiera o hubiese, bañar al bebé... ¿sigo?), porque prefiero dar la vuelta a su afirmación y plantear la cuestión siguiente:

¿Estás insinuando que mi marido no se implica porque mis tetas no le dejan?

Mi querido Lord Muchomacho, cuya apostura e inteligencia se aúnan con una enorme buena disposición para convertirle en un ser asquerosamente cercano a la perfección, se considera (y esto lo dice él sin coacción física por mi parte, que conste) un padre súper implicado y no le hace falta dar teta para sentirse el namberguán para sus retoños. Es más, igual que no me ha pedido nunca que demos biberón a los niños (sea de mi leche o de vaca) para mejorar su tasa de satisfacción con el nivel de implicación parental, tampoco me ha comentado nada acerca de quedarse embarazado él la próxima vez, de parir o de hacerse conmigo todas las pruebas y controles prenatales, O'Sullivan incluido, of course, para compartir fifty-fifty la crianza de nuestros hijos.

Así que, por favor, dejemos de decir chorradas. Nuestros maridos son demasiado inteligentes como para tomar la parte por el todo y creerse esta falacia. Sé positivamente que ellos adoran a nuestros pequeños mamoncillos, tanto como valoran nuestros cuerpos de madre por ser capaces de gestarlos y alimentarlos (por eso durante el parto son capaces de cuidarnos tan bien, y si no aquí estamos nosotras para recordárselo), y que disfrutan muchísimo de cada ratito de juegos con sus churumbeles.

Y edito y republico, pues tenía tantas ganas de soltar esta parrafada, que me despedí a la francesa sin soltar siquiera "arrevoire que dijo Voltaire", como habría dicho Will Smith en El Príncipe de Bel-Air.

Ahora sí: me despido y me marcho a comerme un chuletón,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 17 de enero de 2012

Qué bien que me quedé en mi casa... Bien acompañada

Supe hace unas semanas, queridas y queridos, que, de haber estado en un hospital, mi pequeño U-6 habría venido al mundo de una forma bastante menos tranquila. Esto habría incluido, además de antibiótico por llevar más de "x" horas de bolsa rota (veinticinco en total), las siguientes intervenciones, que paso a enumerar:

  • Maniobra de Kristeller o espachurre barriguil.

  • Generosa episiotomía para acelerar la salida del bebé.

  • Tirones para sacar a U-6, como complemento de la "Kris", que pueden tener como consecuencia graves lesiones del plexo braquial, entre otras.

    En el Hotel Espe, fijo que tenían una de
    estas preparada para mí, pero se quedaron
    con las ganas y yo conservo mi chichi
    intacto, ¡toma
    Y todo esto porque mi chiquitín decidió sacar primero el hombro que no tocaba y hubo que esperar a la siguiente contracción para que saliese todo su cuerpecito de un último empujón (porque sí, yo sentí la apremiante necesidad y enormes ganas de empujar, lo admito).

    Por eso, cada día me alegro más de haberme quedado en mi casa, bien atendida por una comadrona que hizo lo que tenía que hacer: colocar sus manos en el sitio exacto y esperar, sin prisa ni miedo, a que nuestros cuerpos (el de U-6 y el mío) hiciesen lo que la naturaleza les había dotado para hacer.

    Aclaro en este punto que estar en casa no es garantía de ser respetada, pues hay "profesionales" de parto en casa que dejan mucho que desear (sobre este tema ya habló mi adorada Lady Rabbit aquí y yo misma tengo previsto escribir algo, a ver si me inspiro un día), así que la ecuación perfecta, para mí, vendría a ser algo como:

    Entorno adecuado + compañía adecuada + actitud propia adecuada - prisas - interferencias = parto respetado y gozoso.

    Pero esto os lo desarrollaré en profundidad en otro momento.

    Y eso es todo por hoy, queridas y queridos. Simplemente, quería compartirlo con vosotros.

    Cambio y cierro.
    Lady Vaga,
    la diva que divaga.
  • viernes, 13 de enero de 2012

    La perfecta comadrona

    Me ha gustado esto de dedicar, así que esta entrada es para Anabel, gran comadrona y mejor persona.

    Sigo, queridas y queridos, absorta en interesantes lecturas sobre la atención al parto a través de la historia y quiero hoy compartir con vosotros un texto reproducido por Carlos Fisas, una vez más, en Historias de la Historia. El original es el Libro del arte de las comadres o madrinas y del Regimiento de las preñadas y paridas y de los niños, de Damián Carbón, publicado en 1541. Por cierto, parece ser que este fue el primer tratado sobre el tema que se publicó en España y el segundo en toda Europa.

    En tanto me hago con una edición impresa, os muestro el extracto publicado por Fisas, que no tiene desperdicio, para mostraros qué se entendía por una buena comadrona en el siglo XVI. Muchas de sus cualidades son aplicables a nuestros días, ¿verdad? Respeto la ortografía y sintaxis originales.

    >>La primera es que sea muy experta.
    Si miramos cuantas variedades se siguen en las preñadas en todo tiempo de su preñez y en el tiempo de su parir, claramente entenderemos no poder alcançar sino por grandes experiencias (como tengo visto). Y por eso ha de ser la dicha comadre e todo esto muy experimentada

    >>La segunda condición que ha de tener la comadre es que sea ingeniosa (es a saber) que con buen ingenio y discreción sepa examinar los partos dificultosos y malos y proveer en las cosas que daño para ello pueden traer.

    >>La tercera condición que ha de tener la comadre es que sea bien moderada (es a saber), que tenga buenas costumbres. Pues es menester que tenga buena casa y bien formados sus miembros, por lo que digamos de su buena complexión. No sea fantástica, no sea riñosa, sea alegre, gozosa porque con sus palabras alegre a la que pare. Sea honrada, sea casta para dar buenos consejos y exemplos, mire que tiene honestísima arte. Sea secreta que es la parte más esencial. Cuantas cosas les vienen en manos que no han de comunicar por la vergüenza y daño que se seguiría. Tenga temor de Dios. Sea buena christiana por que todas las cosas vengan en bien. Dexe cosas de sortilegios ni supersticiones y agüeros, i cosas semejantes porque lo aborrece la Yglesia Santa. Sea devota y tenga devoción en la Virgen María. Y también con los sanctos y sanctas del paraíso porque todos sean de un adjutorio."

    A mí, salvo la parte de la Yglesia Santa (que me da igual si mi comadrona es creyente o no, o si se encomienda a la Pachamama en pelota picada debajo de un árbol en luna llena), me parece casi todo de bastante sentido común y aplicable a lo que cabría esperar de un profesional actualmente, ¿no? He puesto en negrita lo que considero imprescindible. ¿Qué opináis vosotras? ¿Qué le pediríais a una buena comadrona?

    jueves, 12 de enero de 2012

    Parir con GPS ya es rizar el rizo

    Dedicado a Angela, cuyos e-mails tienen la inaudita propiedad de hacerme desvariar de risa.

    Queridas, queridos, la actualidad no deja de sorprendernos con noticias que, según quién las mire y según cómo se lean, tienen un trasfondo ciertamente inquietante. En esta ocasión, la siempre atenta Angela me ha hecho llegar esta notita en Deia que me ha chiflado, fascinado y asustado a partes iguales (más o menos). Ay, meine Angela, ¡cómo me conoces!

    Os copio a continuación el texto de la noticia y yo comento, para no variar, en rosa chicle. Ah: vaya por delante que no dudo de la buena fe de quienes han "inventado" el metodito, que luego pasa alguien por aquí, entiende lo que le da la gana y ya nos ponemos puntillosos.

    Osakidetza implanta pulseras localizadoras a las madres y a sus bebés

    Esta solución tecnológica permite identificar y relacionar de forma inequívoca a ambos
    J. F. - Jueves, 12 de Enero de 2012 - Actualizado a las 05:38h

    Bilbao. Tolerancia cero a los errores en los numerosos procedimientos que siguen al nacimiento de un bebé en un hospital. Este es uno de los objetivos, quizá el principal (¿"Quizá"? ¿Qué clase de periodista eres tú, J. F., que no te molestas en averiguarlo? Por cierto, lo que habrán implantado será el sistema de identificación por pulseras localizadoras, pero tal cual lo dices parece que se las implantan a los pacientes en plan abducción marciana o chip canino...), del nuevo sistema que Osakidetza ha implantado en siete de sus clínicas (¿Ves? Ahora sí lo has dicho bien): Cruces, Basurto, Donostia, Txagorritxu, Bidasoa y Zumarraga, y próximamente estará en marcha también en el centro de referencia para la comarca del Alto Deba.
    Este remedio (la cursiva es del redactor) tecnológico identifica y localiza en tiempo real a la madre desde el alta en el hospital (¿alta? ¿No habrá querido decir "desde el ingreso"? No sé vosotros, pero yo una vez que me den el alta no quiero que me localicen tanto... Ni que fueran de la CIA) y al neonato desde su alumbramiento "garantizando la vinculación entre ambos y el correcto desarrollo y registro de todos los procesos", expresaban ayer a DEIA desde Saident, firma especializada en este tipo de soluciones, y que junto a la empresa Ibermática han desarrollado el proyecto.
    "Kit, estoy de parto. Ven en menos que se persigna
    un cura loco"
    De este modo, la constante monitorización "elimina" los posibles errores que se pudieran producir. La madre entra en el paritorio identificada con una pulsera en la muñeca y cuando se produce el nacimiento se procede a colocar una pulsera especial en el tobillo del recién nacido. "A partir de su vinculación, el sistema registra en cada momento lo que sucede a ambos durante su estancia en el hospital", agregaban. (¡Qué bueno! ¿Tiene cámara de vídeo, también, para que fisguen si me rasco las posaderas con la mano de la pulsera? Me imagino un gadget parecido al reloj que usaba Michael Knight en El Coche Fantástico... Y a la mujer de parto susurrándole "kit-matrona, te necesito. Ven a ponerme el Turbo-boost", anda que no molaría...)
    El sistema está ideado para alertar en el caso en que alguno de los procesos a realizar tras el alumbramiento no se haya ejecutado. De hecho, registra todas las entradas y salidas de la madre y el neonato, tanto de la habitación como de otras áreas de interés (del wc, creo. Ah, y de la peluquería. También se chiva si vas a la máquina de snacks del pasillo y te sacas una chocolatina). Y en caso necesario, permite localizar a un neonato o una madre (si estuviesen los dos juntos, como debe ser, verían ustedes que no hace falta localizar a nadie, repámpanos).
    "Doctor, me da igual lo que diga la p*** pulserita, o me deja
    ir al baño YA o le propino una patada voladora. ¡Que se me
    ha puesto el pelo blanco y todo de esperar!"
    "A nivel de seguridad se configuran de forma personalizada alarmas de eventos no permitidos como la extracción de un neonato de una zona determinada o la salida de una madre de su habitación cuando debe guardar reposo absoluto (¿cómorrrrrl? O sea, que no puedo llevarme a mi bebé donde me dé la realísima gana... ¿O es que dan por hecho que cualquiera de los trabajadores del hospital se dedica a mangar niños? Lo mejor es lo del reposo materno: ya me imagino a los de seguridad apostados tras la puerta de la habitación en plan SWAT, dispuestos a hacerle un placaje a la parturienta díscola que ha osado levantarse de la cama desobedeciendo al todopoderoso doctor... ¡Es como un arresto domiciliario, pero en el hospital! ¡Qué megachuli!). Además es capaz de detectar cualquier posible manipulación intencionada sobre las pulseras o tobilleras", subrayaban desde Saident (no sé yo si durante el parto mi marido estaría con ánimo de hackear la pulserita de marras en plan ciberfinolis para que no se note, pero si a alguien le da por liarse a golpes con el artefacto no hará falta ser un lince, cuando la vean hecha mistos ya se darán cuenta, digo yo. El de Saident declaró, textualmente: "estamos preparados para detectar cualquier manipulación: mordiscos, arañazos, hostia limpia contra la pared, vamos, somos mejor que Sherlock").
    Los equipos encargados de recoger la información de las pulseras combinan tres tecnologías diferentes, lo que permite una precisión máxima de lectura en todo tipo de entornos, incluso en las habitaciones, tal y como apuntaban desde Ibermática. Así, para que el personal sanitario acceda al sistema, "se han colocado dos tipos de estaciones de trabajo en el hospital: fijas, que están instaladas en cada una de las salas; y móviles, que se utilizan para las visitas y controles en diferentes zonas de la maternidad" (no me veo yo a la doctora Fistra cargada con un iPad, pero oye, debe de tener su encanto estar en plena visita y que mientras te remiran los bajos salte una voz metálica que dice: "¡Alarma, alarma! ¡La de la cama 212 se ha ido al wáter sin notificarlo por triplicado!").

    "Les digo que yo no estoy embarazada, solo he
    venido a visitar a mi prima... ¡Y la pulsera es de
    Tous, coñe!"
    En ambos dispositivos se reciben automáticamente las alarmas que se produzcan para que los trabajadores del hospital puedan reaccionar frente a ellas (o sea, que viene hasta Perry como el aparatito se chive, se te pone la habitación como el Rocío en temporada alta. Y si se les olvida quitártela cuando te marches, se te presentan en casa los domingos, porque el aparatejo les sopla que has hecho paella de marisco y te ha salido riquísima).

    Hasta aquí, la noticia comentada. Ahora, digo yo: en época de crisis como la actual, ¿les sobra la pasta para dedicarla a estas chorradas? ¿No es mucho más barato y efectivo adoptar otra solución? A saber: cuando nazca el bebé, en vez de anillarle como a un polluelo de una especie en peligro de extinción, ¿qué tal si se lo ponen a la madre sobre el pecho y no lo separan de ella en ningún momento? A mí me parece mucho más sencillo y eficaz... Quizá sea porque yo soy Vaga, claro, pero es que me parece tan evidente...

    No se me ocurre ni un caso en que esta memez de invento pueda ser útil (quizá en bebés que tienen que estar en incubadora, pero eso ya deberían decírmelo los papás que han pasado por esa experiencia durísima), teniendo como tenemos el baratísimo piel-con-piel de toda la vida de Dior. Además, que ya tenemos las pulseras de papel que se ponen en las maternidades y que -doy fe- son jodidísimas de romper... ¿Tantos casos se han registrado de madres que se las arrancan y huyen despavoridas escondiendo a sus bebés en el camisón? Seamos un poco serios, por favor.

    ¿Será que la pulserita avisa a los médicos de los pasos que hay que seguir por protocolo? Algo tipo "lleva seis horas dilatando, poner oxitocina"... No sé. "Al bebé no se le ha puesto la profilaxis oftálmica, ¡estos padres son unos dejados!", "la parturienta tiene pelillos en las piernas, ¡avisen al comando esteticista!"

    Ya puestos, podrían ponérsela a la mujer desde que el médico de cabecera le confirma el embarazo y así no se saltaría ni una sola revisión ni mucho menos una prueba... Y sería estupendo dotar al trastito de la tecnología necesaria para monitorizar las contracciones y avisar a la mujer de que tiene que ir ya al hospital. Por supuesto, si la embarazada se resiste, ¡que le dé una descarga eléctrica! ¡Por desobediente!

    En fin. Me sigue pareciendo que las maquinitas chorras no pueden sustituir el criterio de un profesional médico empático y bien formado (de actualizado, digo, no de cachas, aunque también eso mola), preocupado por sus pacientes y dispuesto a tomarse su tiempo con cada uno de ellos. A mí, las pulseritas, para el parque de atracciones. Y si son de metales preciosos con cuentas de jade y/o ámbar, mejor que mejor. Por si tenéis pensado hacerme un regalo, ahí lo dejo. Que una es Diva pero no es tonta.

    Dicho lo cual, voy a seguir leyendo a Eça de Queiroz, que hoy tengo el día lusófilo.
    Lady Vaga,
    la diva que divaga.

    Gracias, Mamá Vaca, lo hago tarde, pero lo hago (Premio al Blog Versátil)

    Bueno, pues continúo poniéndome al día y agradeciendo premios que me concedieron durante la era a.U-6 y hoy he decidido rescatar esta entrada que redacté allá por el 30 de agosto y terminarla sin más dilación. El texto en colorines es el nuevo y el negro lo que en aquel entonces perpetré redacté.

    Perdonad, queridas y queridos, que últimamente esté perdida y os tenga algo abandonados. El motivo no son las vacaciones estivales, pues esas me las reservo para disfrutar de mis pequeños O.G. y U-6 junto con el permiso de maternidad, sino que progresivamente, conforme se acerca el final de mi embarazo, voy sintiendo la necesidad de refugiarme en mí misma, dedicar algo de tiempo al pequeño U-6 y disfrutar de los últimos días de O. G. como hijo único, ahora que su índice de mimosidad se ha disparado hasta límites jamás conocidos por mí.

    Tengo pendiente recoger varios premios y no creáis que se me olvida. Bueno, mentira, se me olvida a diario, pero prometo hacerlo en cuanto mi neurona deje de estar colapsada, así que voy a comenzar por el más reciente e iré tirando hacia atrás del hilo hasta agradecerlos todos. Que una es Vaga pero también es una señora.

    Bueno, pues eso. La Mamá Vaca, que me colma de inmerecidos honores un día sí y otro también, me da este premio que yo creo que a mí no me va nada, porque mi blog de versátil tiene más bien poco: un día me quejo un poco y al día siguiente me quejo más, así que la versatilidad yo creo sinceramente que no es lo mío. Pero ella es tan maja y tan divina que me lo da, porque nosotras lo valemos, y yo lo recojo emocionada y con topolinos, porque estos días le he cogido miedo al taconazo, ya sabéis bien por qué.

    Procedo a continuación a copiar y pegar las instrucciones que acompañan a este premio:

    1. Agradecerlo a la persona que te lo entregó y enlazarlo. Eso ni se duda, ¿o es que os pensáis que soy una zorra desagradecida? Por favor...
    2. Compartir siete cosas sobre ti.
    3. Concederlo a 15 blogs que hayas descubierto recientemente. Sí, hombre, no flipemos. Yo lo concedo a unos cuantos y no me hagáis contar hasta quince, que igual me peta la neurona que me queda en pie y la pifiamos ya del todo. Nohijasno.

    A ver, entonces, ya he enlazado a la dulce Mamá Vaca y ahora me falta contar cosas sobre mí, porque no tengo el cuerpo en este momento para pensar a quién le concedo el premio... Y lo de hablar de mí tampoco lo cojáis como costumbre, que ya os digo que no quiero desvelar todos mis secretos estilo All about Eve.

    1. Soy zurda. Esto igual a vosotros os la pela, pero a mí me ha supuesto, durante los años de universidad, llevar casi crónicamente el meñique manchado de tinta, dado que mi velocidad al escribir era mayor que la de la tinta para secarse... Eso sí, los cuadernos para zurdos son una chorrada, yo prefiero darle la vuelta a uno normal y usarlo de atrás adelante; no os gastéis pasta en uno con el canutillo a la derecha, es una estafa.
    2. Me encanta leer. Cuando aprendí a leer, me sentí independiente por primera vez en mi vida: ya no necesitaba a mis padres para que me contasen cuentos y encima podía enterarme de qué ponía en todos los libros de mi casa... Eso sí, ahora tengo poco tiempo o ninguno para leer y, encima, además de libros, quiero leer blogs, así que voy siempre con retraso en mi lista de lecturas.
    3. Me gustan las gafas hasta el fetichismo. Me veo mucho más mona e interesante con ellas y ya si es un hombre (atractivo, no vale el Mocito Feliz) el que las lleva, es que me lo comería. Curiosamente, en mi vida solo he estado con un chico que llevase gafas y fue algo efímero... Por suerte, Lord Muchomacho se las pone en el trabajo, lo cual tengo que obviar si quiero concentrarme en mis tareas.
    4. Tengo pasión por los puzzles, sean los de piececitas de toda la vida, sean en versión videojuego o en piezas de madera. Soy capaz de abstraerme durante horas, o mejor dicho, era, porque ahora ya sabéis, entre dar teta, limpiar culillos y hacer algo por la casa se me va el rato...
    5. Mi libro favorito es la Odisea. Soy una rendida admiradora de Ulises, el héroe más astuto y espabilado que el mundo ha visto, un tío tan listo que cambió el curso de una guerra interminable y tan perseverante que fue capaz de viajar diez años para volver a reunirse con su familia. Vamos, como diría mi abuela, "un hombre que se viste por los pies", expresión curiosa donde las haya, porque ya me explicaréis cómo te pones un jersey por los pies, vamos.
    6. Jamás pensé en serio que tendría hijos, no me lo planteaba. O.G. llegó porque quiso y cuando quiso, no os creáis que nos preguntó...
    7. Dz4< fdsdsa xzcedc    cx   cfvvcguy7uy5. Esto lo escribió O.G., pero lo dejo porque tiene toda la razón.
    Bueno, pues ya he cumplido, con meses de retraso, con lo que debía hacer. Se me siguen acumulando las tareas y los temas sobre los que desbarrar, pero prometo seguir en ello. Poquito a poco, queridos fans.

    Y ahora, con vuestro permiso, voy a hornear un bizcocho.
    Lady Vaga,
    la diva que divaga.

      Remodelando House of Vaga

      ¿Habéis visto qué rebonita me ha quedado la nueva mansión? Queridas, queridos, por obra y gracia de la genial Sarai Llamas, el blog de la Diva tiene nueva imagen y a mí me requetechifla hasta el extremo.

      ¡Qué mono mi nuevo Chesterfield de tres plazas! ¡Qué divinos mis megataconazos malvas lánguidamente abandonados en un lateral, así como al desgaire! ¡Y qué megachulísimos los iconos para interactuar, con butacones de colores! Y es que la Vaga inspira y en nada tendré mi propia crew de creadores deseosos de poner todas sus ideas al servicio de la Haus of Vaga, como mi imitadora peliteñida y escuálida (esa que se viste de mamarracha para cantar). Camino de ello vamos y, si no, al tiempo.

      Bueno. Pues así de monas y divinas son las cositas que Sarai diseña, así que ya estáis tardando en visitar su blog y gozarlo mirando todo lo bonito que tiene por allí.

      Sarai, querida, mil gracias. Esto ha quedado fabulosísimo. Tu asesoría de imagen es mejor que la de Carmen Lomana y Nati Abascal juntas tomándose unos chatos.

      Se despide para babear con su nuevo look,
      Lady Vaga,
      la diva que divaga.

      miércoles, 11 de enero de 2012

      Bebé, apéndice o alien: ¡Los tres salen de la tripa!

      Hace unos días he leído el comentario de un señor (perdonad el eufemismo) que se autodenomina ginecólogo y no me he quedado a cuadros porque, queridas y queridos, el tartán no me favorece nada y además Dolce & Gabbana abusa muchísimo de él desde hace dos temporadas. Sí me quedé, en cambio, lo bastante boquiabierta como para amortizar la ortodoncia for ever and ever.

      El comentario original fue publicado en el blog de Miguel Jara y ya dejé allí mi respuesta, si bien lo hice de una manera comedida y sutil, como es de ley que se comporte una dama en casa ajena. Sin embargo, no puedo resistirme a compartirlo con vosotros en este nuestro rinconcito de despotrique antiginesáurico, para deleitaros con esta frase reveladora que nos muestra, sin tapujo alguno, qué opinan de su trabajo algunos individuos de esos que trabajan "en esto de los partos" (la sintaxis y la ortografía son las originales, no me pagan para corregirles las faltas, así que se siente):


      "En cuanto a la medicalizacion del parto es necesario decir que éste es un acto médico semejante a otro pero con connotaciones sociales que difieren de una apendicectomia o una operacion de cataratas, claro está."

      ¿Que el parto es un acto médico? ¿Semejante a otro? ¿A cuál, exactamente? Pues será que en mi especie somos raras, pero toda la vida de Dior hemos parido por nuestros propios medios, sin bisturí, sin cables y sin tijeras... Y fíjese, estamos en el siglo XXI y aún quedamos algunas "miembras" vivitas y coleando para atestiguar lo que le digo, doctor. Es más, le voy a contar al oído y por lo bajinis un secretito que quizá no conocía usted: al primer ginecólogo lo parió su madre sin ayuda de otro ginecólogo... Quién sabe, ¡igual hasta le parió debajo de un árbol en luna llena, aquelarre-style...! Pero no me sea "licenciado" y lo casque por ahí, don "doc", que no quiero rasgar el tejido del espacio-tiempo con esta osada revelación que podría poner en peligro la continuidad de nuestro universo tal como lo conocemos.

      Esto es un apéndice, feo, chiquitajo y        
      esmirriao. Cualquier parecido con un  
      bebé es pura coincidencia o ametropía
      severa por parte del que mira.
      Ahora es cuando usted me sale con el tremendo susto de siempre, el de que las madres se morían y los hijos nacían tontos porque no había médicos y los partos se atendían entre cabras y sentadas sobre un jergón de paja infecto... Y yo le pido que me muestre usted la estadística que ilustra su afirmación y que me dé cifras concretas y ya la tenemos liada, porque no creo que antaño se estilase eso de registrar datos para que los ginecólogos del futuro los analizasen. Pero, como soy una diva flexible en mis opiniones y profundamente empática, le concederé que, en efecto, para evitar tales desgracias están ustedes, los médicos, formados en tratar patologías. Le aclararé, no obstante, que sus inestimables servicios son necesarios en muchas menos ocasiones de las que nos quieren hacer creer; lo que pasa es que a algunos de ustedes, tocados por la varita mágica del afán de figurar, les puede el ego y no saben tener las manos quietas.

      Esta es la eclosión de un
      simpático alien, no un
      parto, aunque para
      algunos ginesaurios sean
      cosas parecidas.

      Otro detalle, doctor: en el blog de Miguel Jara ya se lo he dicho, pero se lo repito ahora, en mi casa. Me parece de pésimo gusto comparar un parto con una apendicectomía. Con una operación de cataratas ni le cuento, pero lo del apéndice casi me deja muerta en la bañera. Suerte que mi mayordomo ha entrado a ofrecerme unas sales de baño nuevas que me traen de Niuyor unas amigas divinísimas que tengo y, al verme medio catatónica y con las pupilas dilatadas como si estuviese puesta de algo caro e ilegal, me ha devuelto a la realidad con providencial tino haciéndome aspirar el aroma a té verde que emanaba del frasquito.

      ¿De verdad ve usted alguna semejanza entre un parto y una operación de apendicitis? ¿Le traiciona el subconsciente o se está usted cachondeando? Voy a explicarle las siete diferencias a ver si se entera, aunque algo me dice que mis didácticos esfuerzos, en su caso, van a ser más estériles que si intentase enseñar modales a Belén Esteban:
      1. En un parto, una mujer sana, sana, sana (no me canso de decirlo), pasa por un proceso fisiológico y perfeccionado por miles de años de evolución que culmina en la llegada de su bebé al mundo. En una apendicectomía se extrae una víscera inflamada que no sirve más que para fastidiar a su pobre poseedor.
      2. El camino de salida en un parto ya está hecho, viene de serie. Salvo que a usted le aqueje en tal grado el "síndrome del galeno de las manos inquietas" que tenga que cortar (por arriba o por abajo) a toda parturienta que se cruce con usted, en cuyo caso ya se va pareciendo más la cosa a una apendicectomía, que requiere hacer un agujerito que no viene puesto de fábrica.
      3. Un parto es una experiencia intensa y salvaje en la cual el dolor es un mecanismo que sirve para desencadenar una enorme respuesta hormonal destinada a hacer que madre e hijo se enamoren irremediablemente nada más verse. Me apostaría con usted a que, por mucho alivio que sienta alguien a quien han extirpado el apéndice y, por tanto, librado de tremendos dolores, ningún paciente se ha enamorado por ello del médico ni, mucho menos, de la tripita pocha.
      4. En un parto no hacen falta médicos siempre y cuando todo vaya bien. Para sacarme el apéndice, en cambio, admito que el DIY ("do it yourself") no es mi concepto ideal de operación. Aunque se me da muy bien coser y creo que podría hacerme una bonita sutura en punto de arroz...
      5. Las mujeres podemos parir sin anestesia, sin medicamentos y sin parafernalias. No creo que yo pudiese o quisiese dejar que me extirpasen el apéndice sin ponerme fina de todos los anestésicos que el cirujano estimase conveniente chutarme.
      6. Una vez fuera de mi estupendo body la víscera en cuestión, personalmente me daría igual si la tiran a la basura, me la entregan para conservarla en algún licor exótico o se hacen con ella una caldereta. Sin embargo, como el "producto" de mi parto es mi hijo, una persona, un ser vivo único e irrepetible, me considero en la obligación moral (y en el derecho, por supuesto) de buscar para él un comienzo digno, dulce y sereno, sentimiento que mi apéndice, en cambio, no me inspira. Desconsiderada que es una.
      7. Una cirugía debe ser realizada por cirujanos. Un parto normal debe ser atendido por comadronas. No sé si capta usted el matiz, así que se lo explico: no hace falta que me opere, "doc", yo sé parir solita. ¿Será que le da envidia?
      Ahora sí: un precioso cachorrito humano,
      en nada parecido a un marciano maloso
      ni a una tripita obsoleta. ¿Se aprecia la
      diferencia?

      En fin, queridas y queridos, a buen entendedor pocas palabras bastan, como diría mi madre, que es muy del refranero español, pero creo que no será este el caso, por eso me he explayado hasta quedarme muy a gusto.







      Me despido hasta que me pongan a parir,
      Lady Vaga,
      la diva que divaga.

      martes, 10 de enero de 2012

      2012 será un Año Subversivo

      Queridas y queridos, pasados estos días de celebraciones, kermesses y saraos varios, volvemos a nuestra cotidiana rutina dispuestos a purgar los excesos navideños. Os recomiendo prudencia en vuestros propósitos de Año Nuevo, si es que aún estáis intentando poneros manos a la obra, y paso a comentaros el motivo de mi entrada de hoy, que no es otro que daros el pregón; léase, por tanto, con cantarín acento y trompeta en mano:

      ¡Por orden de la señora Vagaaaaaaa
      se hace sabeeeeeeeer
      que el equipo Vaga-Rabbiiiiiiit
      ya está inmerso en la preparaciónnnnnn
      de la nueva Campaña Subversiva dos mil doceeeeeeeeeee!

      Y de momento, queridas y queridos, hasta aquí puedo leer, pues queremos mantener el misterio que dota de tanto encanto a cuanto rodea a las divas. Pero os adelanto que será algo divertido y que ahora mismo no adivinaríais ni aunque Paco Porras os poseyese lujuriosamente. Eso sí, cuando lo sepáis, pensaréis "¡pero si era evidente! ¿Cómo no me habré dado cuenta antes?", pues estamos preparando muchas sorpresas, acciones varias y motines que requerirán de vuestra participación, admiración y ganas de guasa a partes iguales.

      Ahora os dejo por hoy, que necesito terminar unos textos pendientes.
      Lady Vaga,
      la diva que divaga.

      viernes, 6 de enero de 2012

      ¡Los Reyes Vagos han venido!

      Queridas y queridos, en esta mañana de Reyes entro solo para desearos un día maravilloso en compañía de los vuestros, que disfrutéis con vuestros retoños (quienes los tenéis) y que os hartéis de roscón hasta caer rendidos.

      Por mi parte (casi pongo "por mi parto", esto ya empieza a ser obsesión puérpera), estoy más contenta que unas castañuelas de anunciaros que, Lord Muchomacho mediante, Lady Vaga ya tiene una nueva mansión sita en www.ladyvaga.es, donde espero que nos visitéis a menudo. También podéis seguir haciéndolo a través de blogspot, dejaré ahí al chófer encargado de llevaros en limusina hasta nuestra nueva dirección. Así de imaginativo es mi Muchomacho cuando se trata de hacer regalos... ¡Gracias, bombón!

      Los Reyes Vagos me han traído también otra sorpresa, pero esa no os la desvelaré hasta que yo misma la vea y disfrute... Ya os iré contando. Y no, no estoy embarazada otra vez... ¡Que elucubráis más que la prensa del corazón!

      Y ahora, me despido, que tengo invitados y no es cuestión de que la anfitriona use los deditos para teclear en vez de para sujetar la copa y deslumbrar con su encanto.

      Lady Vaga,
      la diva que divaga.

      jueves, 5 de enero de 2012

      El chasco de Megapija (opúsculo en un solo acto)

      Queridas y queridos, algunos de los comentarios que tenéis a bien dejarme se merecen una entrada para ellos solitos y este, que Verónica escribió, es uno de ellos. En esta ocasión desconozco por completo en qué hospital tuvo lugar la escena, así que, si sentís curiosidad, debéis preguntárselo a ella. Yo no soy la autora, repito, me limito a copiar lo que ella comentó en la entrada anterior. En esta ocasión, he decidido darle a la entrada la apariencia de un diálogo teatral, tan fácil me lo ha puesto su autora.

      Lo lamentable es que esto sea fiel reflejo de la realidad y que tengamos que ir con la escopeta cargada y la sonrisa puesta en plan Pantoja: "dientes, dientes".

      Última revisión de la semana 40. Escenario: una consulta ginecológica. Tras la mesa, una niñata de apenas 30 años (yo rondo los 40) pija-estirada-collar de perlas incluido-verídico. La acompañan una comadrona y una residente. Verónica está sentada al otro lado de la mesa.

      Megapija: Ahora te bajas las bragas, que vamos a hacerte un tacto y una eco para ver al feto.
      Verónica (muy digna): La eco sí, el tacto no.
      Megapija: Te bajas las bragas, es para ver cómo está el feto.
      Verónica: Sí, el BEBÉ, puedes verlo en la eco, y las bragas tardó un año mi marido en bajarlas, vas tú a conseguirlo en la primera cita.
      Megapija (megamuerta de varios colores): En la próxima no te libras (semana 41) y ya te acostumbrarás, que en el parto te vas a cansar de que te metan mano.
      (Dirigiéndose a la becaria-vestida-de-azul; la matrona se esfumó con una risa contenida)
      A Ésta (uséase mua), la atiendes tú, que me ha salido respondona y contestataria.

      Verónica: ¿Se ha leído Usté el informe?
      Megapija: "Yes" (literal).
      Verónica: Pues entonces no tendría que explicarle a usté que con estreptococo positivo no se toca por peligro de infección y de rotura de membranas" (chúpate esa).
      Megapija: Y tú ¿cómo sabes tanto?
      Verónica: Una que fue al cole y aprendió a leer, oyes (mi abuelo es médico, juego con ventaja, lo sé, pero te he dejado mueta!).
      Megapija (se dirige nuevamente a la becaria): Lo dicho, la atiendes tú.
      Matrona en esquina intentado evitar el descojone. La residente mira a Verónica, le enseña la eco, llama a MP para comprobar)
      Megapija (muy digna): "Ahá" (literal).
      Becaria: Todo bien.
      Verónica: Gracias, muy amable (se levanta y se dirige a la puerta).
      Megapija: Nos vemos la semana que viene, y vete concienciando...
      Verónica: "Ahá", y usté también" (dientes, dientes).

      Cae el telón. 



      Y con esto queda claro que bordes los hay de todas las clases,  sexos y edades y que lo más sano es devolverles la gracieta.

      Se despide para dibujar montañas y árboles bien acompañada,
      Lady Vaga,
      la diva que divaga.

      miércoles, 4 de enero de 2012

      Mujer contra ginesaurio (jaque mate, juego, set y partido)

      Queridas, queridos, de ginesaurios están los hospitales llenos (y más aún las jefaturas de servicio, no me preguntéis por qué... Y si no os lo creéis, leed aquí y aquí) y Hotel Espe es solo una muestra de cómo está el panorama en esta mal llamada piel de toro, que a mí, dado lo poco que nos quejamos, me parece más bien de borreguito. Hay tantas historias por contar que, a fuerza de teclear, podría quedarme con las huellas dactilares más lisas que el encefalograma de Leticia Sabater, así que comenzaremos el año sacando a la luz el encuentro en la tercera fase de V., mujer informada y valiente donde las haya, con un ginesaurio -jefe de servicio- maligno poseído por el espíritu de Esteso, tal era su nivel de caspa en sangre. Permitidme que me reserve el nombre del hospital donde aconteció este desaguisado en potencia, pues soy todo lo discreta que a mi condición de dama corresponde.

      Mi querida V. cometió hace varios meses el pecado mortal de quedarse embarazada del que sería (y es) su tercer hijo. Hasta aquí, todo normal. Pero es que V. tenía dos cesáreas previas, lo cual convertía su útero en una especie de bomba de relojería preparada para aterrorizar a todos los ginecólogos en veinte kilómetros a la redonda, pues es bien sabido, queridas y queridos, que lo indicado en estos casos es inmovilizar a la bomba, digo a la mujer, exponer su maquinaria a quien pase por delante (lo que, traducido al cristiano contemporáneo, significa hacer que le dé el fresquito donde nunca le da el sol), celador incluido, y dedicar una sesuda reflexión al dilema de si cortar el cable rojo o el azul mientras rezan una oración por sus vidas.

      Pero, oh osadía, V. no tenía ninguna intención de dejarse programar una cesárea; bien al contrario, ella, brava y magnífica, decidió parir vaginalmente después de dos cesáreas y, por si esto fuese poco, tocar un ratito los testículos del jefe de servicio de turno por el camino, ya que estaba por allí. A continuación, os transcribiré, tal cual tuve el honor de leerla redactada por ella misma, la entrevista que mantuvo con un cachocarne jefe de servicio de cierto gran hospital de nuestras Espeins y olé. No dejéis de admirar su ingenio, su poderío y su arrojo heroico a la hora de poner en su sitio a semejante engendro batiblanqueado... Como siempre, mis comentarios en rosa chicle y, en este caso, manchados de babas por la admiración.

      Os escribo en esta oportunidad para comentaros mi último encuentro cercano con un ente del personal sanitario del Hospital XXXX. Aunque, finalmente, sé que no me llevaré en este hospital el embarazo/parto, tuve que ir a visitarlo por mera necesidad. Sin intención, debo aclarar, salió el tema del PVD2C, así que este relato va más bien a modo informativo en cuanto hasta qué punto  pueden llegar algunos funcionarios sanitarios a los que nos vemos obligados a encontrarnos. Trataré de ser breve.

      Antecedentes:
      Decidí cambiar de ginesaurio para la consulta de las 20 semanas debido a los comentarios inapropiados de mi anterior ginesauria respecto al PVD2C, pensando quizás en que comenzar de cero con otro me traería menos dolores de cabeza y para ello me propuse no sacar el dichoso tema del PVD2C.

      Hechos:
      Asistí a mi consulta, como ya os dije antes, por mera necesidad, ya que se trataba de la consulta post eco de 20 semanas y aún no tengo decidido un gine/matrona/hospital con el que hacer mi parto. Pues luego de revisar que todo estaba correcto, el ginesaurio me preguntó acerca de la situación de mis dos cicatrices anteriores, a lo que yo sorprendida le respondí muy inocentemente (lo siento, no fui capaz de contenerme): "¿por qué, vamos a intentar un PVD2C?" La sonrisita irónica del susodicho me bajó de la nube rápidamente y segundos después me contestó muy tajante: "¡bajo mi responsabilidad jamás!"

      Acto seguido, el ginesaurio procedió a la respectiva explicación de madre desangrada/niño muerto (numerito que parece practican todos en la facultad) (sí, creo que es un pack formado por dos asignaturas troncales llamadas "Acojone de gestante I" y "Estadística I: interpretación libre"), a lo que no me pude callar y procedí a refutar con las conocidas (aunque no por él) recomendaciones de la OMS y las más recientes de la SEGO, entre otras varias. Su respuesta en pocas palabras: "esas recomendaciones me las paso por el forro". (No nos extraña, querida V. Es más, tampoco nos extrañaría si dijeses que se bajó la cremallera del pantalón y se hizo pis en tus papeles para marcarlos al más puro estilo león africano)

      Continué refutando sus inagotables motivos de cesárea con las estadísticas de 1% de roturas uterinas y me dijo que eso no era aplicable a España, y lo comparó con la calidad/cantidad de operaciones de mamas que se hacen en mi país (Venezuela) con las que se hacen aquí, incluso se atrevió a poner de ejemplo mis pechos en varias oportunidades (!), lo que consideré muy inapropiado y pensé que a este señor su madre no le dio teta de pequeño y por eso ahora tiene esta extraña fijación. (¿Y no te dio a ti por poner su picha de ejemplo? No sé, algo del estilo de "querido ginesaurio, su cerebro debe de ser, sin duda alguna, de las mismas dimensiones que su aparatejo genital, porque hay que ver cuánta tontería le cabe en la cabeza y qué cojonazos tiene para soltarlas sin rubor ni apuro")

      Para haceros más corto mi encuentro voy a resumir tres frases que durante la discusión me dejaron atónita, creo que motivadas por la desesperación de este ginesaurio al no encontrar recursos suficientes para convencerme de que me deje rajar la panza, y a las que no pude dejar de responder con sonrisa irónica y voz simpaticona: (you are a Lady, honey... Yes you are!)

      Ginesaurio: - Señora, si usted fuera mi mujer, yo le anestesiaría mientras duerme y le haría la cesárea sin que se enterase.
      Vero:  -¡¡Gracias a Dios que no soy su mujer!! Claro, como no es a usted al que le cortan la barriga, es fácil decirlo, ya quisiera verle en mi lugar y me dirá usted si continúa pensando lo mismo.
      Lady Vaga: ¡Y yo me cagaría en su p*** padre y le cortaría las pelotas mientras duerme! O no, mejor bien despierto y sin anestesia, por capullín...

      Ginesaurio: - Yo en su lugar me iría calladita al hospital y dejaría que me operaran.
      Vero: -Sí, claro, eso es lo que les gusta a todos los médicos, pacientes que sigan sus órdenes como borregos sin cuestionar ni preguntar.
      Lady Vaga: Yo en su lugar miraría dos veces antes de cruzar la calle, no sea que tenga un accidente. Que no vale usted ni para gángster de segunda regional. Es que, además de feo, es usted tonto.

      Ginesaurio: -¿Y es que tú crees que si tienes un parto vaginal no te van a tener que cortar igual? ¿No es mejor que te corten en la barriga que en la vagina? Porque ahí ya tienes una cicatriz...
      Vero: -Pues que yo sepa, las episiotomías sólo son necesarias en un porcentaje muy pequeño, yo prefiero un desgarro a que usted me corte la vagina.- (bueno, aquí mejor ni os digo cómo se puso el ginesaurio, su cara se encendió de todos colores como si yo estuviese maldiciéndole)
      Lady Vaga: Me reafirmo en mi parrafada anterior: es usted tonto y feo, no sabía que hace medio siglo ya había experimentos genéticos con humanos al más alto nivel... Y que de ellos salían detritus como su exquisita persona...

      Este encuentro surrealista duró aproximadamente una hora, en la que sus argumentos no fueron ni remotamente convincentes. Incluso al salir y meditar sobre la conversación, si es que se le puede llamar así, le pillé mintiéndome en cuanto a las roturas uterinas vistas por él. 

      Lo que me indigna de todo esto es que tengamos que pasar por estas situaciones tan desagradables cuando se supone que deberían acompañarnos, comprendernos, escucharnos y aconsejarnos en esta época tan especial como es el embarazo. Me indigna que sean tan prepotentes, que no se quieran reciclar, que se crean dueños de la verdad y sean tan poco humildes... 

      Está de más deciros que no vuelvo a pisar la consulta de este señor en mi vida, y que próximamente recibirá una queja / plan de parto subversivo con alusiones personales incluidas.

      ¿A que os habéis hecho súper fans de la genial V.? Yo es que le daría un besazo de tornillo si no fuese porque eso de la barra de labios que no mancha es una vulgar mentira publicitaria... Pero, bueno, no quiero dejaros en ascuas más tiempo, así que aquí tenéis el final de la historia, contado por ella misma en breve alocución:

      Solo mencionar el final, en el que no hubo úteros rotos, ni muertes, simplemente un pvd2c hospitalario que no fue perfecto, pero sí muy humano y disfrutado, con un niño bien gordito (4.200gr) como trofeo, muestra de que sí podemos parir.

      Di que sí, reina. Yes we can. Y hasta aquí puedo leer. Qué gozada de historias con final feliz, ¿verdad? Ahora sería absolutamente encantador que te pasases por el hospital en cuestión a decirle al jefe de servicio que te pasas su protocolo, su prepotencia y su desfase por el arco del triunfo, por ese mismo por el que tu hijo nació sin tijeras, bisturíes ni zarandajas quirúrgicas.

      Se despide, feliz como una emperatriz,
      Lady Vaga,
      la diva que divaga.



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