Queridas y queridos, la de hoy ha sido una mañana muy, muy completita, lo que viene siendo un "no parar", para entendernos. Os detallaré las apretadísimas citas de mi agenda del día para que entendáis por qué hoy me viene tan divinamente el reposo (O. G. debe de estar también baldado, porque se ha tirado al suelo cual soldado en la trinchera y se mueve al ralentí).
En primer lugar, teníamos cita con nuestra comadrona de parto en casa, una mujer cuya energía y sabiduría me dan tan buen rollo que creo que con ella sería capaz de parir hasta en mitad del desierto del Gobi (un día le dedicaré una entrada, os lo prometo, y me tendréis envidia, aseguro). La cita era a las diez y nosotros, para no variar, hemos salido de casa a menos cuarto, como solemos hacer los VIP. Lo primero era dejar a O. G. con mi cuñada, para que descansase y jugase a gusto, así que, viendo que llegábamos tarde-tardísimo, llamo a mi comadrona para avisarla del retraso.
Ella me coge el teléfono, extrañada, y me asegura que nuestra cita era a las once, que la pillo desayunando tranquilamente... Bueno, pues no pasa nada: dejamos a O. G. y hacemos escala en el trabajo, aprovecho para hacer unos cuantos pedidos del día anterior (sí, ya sé que estoy de baja, pero alguien tiene que levantar la economía de este país y Naiara sola no puede, darlings) y volvemos a salir en dirección al centro con, esta vez sí, británica puntualidad.
Un detalle: si necesitáis usar muletas, vigilad bien en qué aparcamiento dejáis el coche. Nosotros hemos salido por el acceso para minusválidos y nos hemos quedado a cuadros cuando hemos visto que la salida era una escalera, más planita, pero escalera al fin y al cabo, junto con una plataforma de esas salva-niveles... Que digo yo, si vas en silla de ruedas tú solo y la plataforma está en el otro extremo de la escalera, ¿qué haces, das voces al cajero a ver si sale a mandarte la plataforma? Total, que al final he subido con mis monísimas muletas rojas y apoyando el piececillo pocho como buenamente he podido hasta la superficie, en plan criatura del inframundo que lleva eones sin ver el sol, pero en versión chica monísima con vestido blanco (cómo no) y chanclas rojas a juego con las muletas y el vendaje (sí, queridos admiradores, Lady Vaga ha salido de casa en chanclas... ¡Horreur! Pero, antes de que os queméis a lo bonzo o intentéis ahogaros en el bidé, os diré que eran unas chanclas súper-cuquis con unos lacitos rojos la mar de coquetos. Vamos, que hasta al fisioterapeuta le han gustado, creo yo).
A continuación había que rodear la plaza Mayor, llena como siempre de turistas que no miran hacia el frente, sino hacia los escaparates de los bares. Las muletas imprimen una mala hostia muy housiana y yo la he vivido con ardor, pues, harta de no conseguir pasar entre los rojizos individuos que me rodeaban moviéndose a la velocidad de un Homo Cutrensis congelado, he tenido que increparles para que abriesen paso. Lord Muchomacho se ha carcajeado bien a gusto y ha elogiado la prudencia de los turistas, pues ya estaba temiendo que el siguiente peldaño en la escalada de violencia ladyvaguense sería clavarles el extremo de la muleta en las costillas para lograr algo de espacio.
Subir a casa de mi comadrona ya no ha resultado, por tanto, ningún reto, a pesar de estar la escalera en obras y revuelta como el vestidor de una pija la tarde de un sábado antes de la sesión light. Con ella, como siempre, todo correcto: U-6 ha decidido colocar la espalda al otro lado, lo cual me parece igual de bien que cuando la tenía a la izquierda, he aprendido a palpar su cabecita (¡alucinante!) y hemos quedado para la visita domiciliaria, que en un futuro os relataré con mis habituales gracejo y desparpajo.
De ahí, directos al fisioterapeuta (¡gracias, Ruth!), que me ha sobado el tobillo a manos llenas haciéndome poner caras raras y gritar cosas más raras aún, pero no por la mala leche que imprime el llevar muletas, sino porque me ha dolido un güevo, lo juro. Yo creo que te dan tal paliza que cuando sales ya ni sientes ni padeces y piensas "jo, pues me ha dejado nueva, oye, no me duele nada el tobillo". Claro, porque tu cerebro ha desconectado esa zona so pena de hacer que te retuerzas en plena calle cual pescadilla fuera del agua.
Diagnóstico: esguince leve, un par de semanitas de no hacer el cabra. Órdenes: apoyar el pie con toda la normalidad posible y usar una muleta si me siento más segura (dado que mi centro de gravedad debe de estar actualmente por delante de la mismísima punta de mis pies); no mojar el vendaje y volver el miércoles. Flipes: que la médica de cabecera me haya prescrito ibuprofeno para la inflamación estando embarazada; el fisioterapeuta se ha puesto de varios colores antes de comentar, muy diplomáticamente, que qué fuerte.
Así que he salido de allí bailando el charleston con una sola muleta mientras Lord Muchomacho esgrimía la otra en marcial actitud para defenderme de cualquier malhechor que osase acechar a una embarazada cojitranca por la city y hemos decidido celebrar que aún nos sobraba un ratito para acercarnos al Faborit a tomarnos un algo juntitos y solos just the two of us, como dice la canción, por primera vez desde que O. G. asomó la cabeza a este mundo. Granizado de naranja para la dama, que se lo merece, y té japonés helado para el caballero, que para eso nació samurai en el sitio equivocado. Momentos de amor, amor, amor, como el Junco y Lola Flores, y de vuelta al aparcamiento para recoger el coche, a O. G. y el burofax de Hotel Stanley.
¿Cómo? ¿Que qué burofax? ¡Ay, queridas y queridos, es que ayer no os lo conté, con tantas cosas como me bullían en el cerebrito! Pues ayer llamaron a la puerta y yo, lógicamente, pasé de levantarme a abrir, así que me dejaron el aviso para recoger un burofax procedente de tan elegante institución y a eso hemos ido después de terminar nuestras gestiones en el centro. Yo me temía que fuesen a escribirme para alguna memez que me restase zen, pero no, qué va: me han mandado la documentación que aún le faltaba a mi historia clínica (gracias a que Lord Muchomacho se puso cabezón, le dijo a la de Atención al Paciente que menos guasa, tía Blasa, y me convenció para cascarles una reclamación como es debido -la enésima, creo), ordenada y explicadita. Eso sí, para el tachón aún no me han dado explicación alguna, pero bueno, tiempo al tiempo, tampoco hay que sobrecargarles.
De ahí, al centro de salud, para explicarle a la enfermera lo del fisioterapeuta y anular la cita con la médica de cabecera. Y, por fin, a comer a casa tranquilamente, que son muchas emociones para una sola Lady en tan poquitas horas.
Ahora, queridas y queridos, procedo a languidecer en mi sofá cual diva de los años cuarenta, que para eso me han dado la baja.
Besos sedentes,
Lady Vaga.
ufff, me he agotado sólo de leerlo. Desde luego, te mereces descansar! un abrazo, marga
ResponderEliminarA ver lady si eso es reposo, no quiero saber lo que haces totalmente activa...me has dejado agotada, sólo leyendo toda esa actividad...
ResponderEliminarAsí que sólo puedo decirte que me tienes asombrada "forever", que me alegro que el esguince sea suavito, que te encuentres bien y que puedas aprovechar las últimas semanas con minimacho.
Biquiños
Laurana
Por cierto lady tienes un correo...quedo pendiente de cualquier cosa que necesites...
ResponderEliminarBiquiños
Laurana
Querida Lady, hacer todo eso a mi me cuesta, y yo tengo los 2 tobillos sanos (más o menos) y no estoy embarazada. Es que las divas como usted están hechas de otra pasta.
ResponderEliminarBesos!
Bueno, parece que has ganado el asalto al Hotel Stanley, no? Si consigues además, averiguar lo del tachón, te hago la ola!!
ResponderEliminarMe tienes alucinada, tremenda habilidad la tuya para sostenerte con muletas y embarazada, yo hubiera ido a dar de bruces contra el suelo a las primeras de cambio. Se notan tus años de experiencia sobre tacones... Ah! Y nos tienes que explicar un día por qué elegiste tu nick, porque en el tiempo que llevo leyéndote, de vaga, poco.
Querida Marga:
ResponderEliminar(precioso nombre, por cierto; todas las Margas que conozco son majas e inteligentes, combinación poco habitual) Yo me agoté de hacerlo, y la verdad es que, bien visto, he ido en coche a todas partes, así que el que tiene más excusa es mi pobre Muchomacho, que ejerció de chófer sin quejarse y luego encima se fue al trabajo. No me lo merezco, un día me abandonará por un mueble de Ikea, que es más barato, no compra por Internet y no hay que trasladarlo más que en las mudanzas ;)
Besos descansaditos,
Lady Vaga.
Querida Laurana:
ResponderEliminarLa verdad es que mi nivel de actividad ha ido bajando bastante con los años; actualmente me conformo con trabajar a media jornada, cuidar de O. G. y tener tiempo para hacer algo de comer antes de que llegue Lord Muchomacho del trabajo dispuesto a comerse la mesa por las patas...
Así que, de asombrada, nada, que estoy segura de que tu día a día es mucho más ajetreado que el mío, pero no te ha dado por quejarte.
Intento disfrutar mucho de U-6, mi Minimacho ya no tan chiquitín, y me da un poco de penita pensar que pronto no estaremos unidos físicamente, pero por otro lado tengo muchas ganas de vivir su nacimiento. Tontorrona que es una.
Besos reposados,
Lady Vaga.
Querida Drew:
ResponderEliminarPero, nena, es que tú encima tienes que atender tu trabajo y yo estoy de baja desde el jueves, así que la comparación no vale. Estoy segura, como he dicho a Laurana, de que tú también haces al día mil cosas más que yo.
En cuanto a la pasta de la que estamos hecha las divas, yo empiezo a pensar que es de boniato, porque la vida me da cada sorpresa...
Besos envidiosetes,
Lady Vaga.
Querida @Mousikh:
ResponderEliminarLo del tachón no sé muy bien cómo enfocarlo, la verdad, aunque me encantaría saber si tienen derecho a tachar cosas así por las bravas; a mí me da que no, pero bueno...
Lo de sostenerme con las muletas embarazada es todo un misterio y yo pensaba que iba a ir al suelo por segunda vez y en esta ocasión con los pies por lo alto, pero salió algo mejor de lo que esperaba. Pero lo mejor fue que tengo permiso para apoyar el pie, con lo cual ahora por casa puedo prescindir de ellas y por la calle llevar una para sentirme más segura.
De verdad te digo que me resulta mil veces más fácil andar sobre tacones de 12cm sin torcer los tobillos que a la pata coja sobre las muletas...
En cuanto al nick, nació por guasa: mientras estaba en otel Espe, mis amigas no me dejaron aburrirme en casi ningún momento y yo intentaba estar a la altura tomándome todo a broma (más que nada, para que volviesen, porque si no dirían "mira, mona, a visitarte vendrá tu píiii madre, que eres más aburrida que un té con un cadáver) y de ahí empezó el decirles "cuando salga de aquí escribiré mis historias, la vida de Lady Vaga, porque con tanto reposo a vaga no me va a ganar nadie..."
Y el resto, ya lo conoces.
Besos confesos,
Lady Vaga.
Hola Lady, pues yo creo que a pesar del tute que te has metido ha sido un día de lo más fructífero, no crees? Ahora a descansar y a recibir mimitos. Un beso
ResponderEliminarOstras, acabo de leer tu entrada, vaya mala pata (y nunca mejor dicho) lo del esguince a estas alturas, pero ya veo que no reposas ni obligada ;)
ResponderEliminaral menos has tenido una buena noticia y es el recibir el resto de la documentación, a falta de una buena explicación para lo del tachón, pero esa me temo que nunca llegará...
Vayaaa!!!!
ResponderEliminarAcabo de volver de vacaciones y he estado empapándome de tus malévolos planes contra el jefe de servicio (que no se por que me lo imagino así tipo Pinochet), sus llamadas, tu plantón (muy bien hecho Lady), tu "accidente" (¿no dicen que toda embarazada tiene que caerse al menos una vez? Por cierto me parto con lo de las bragas cortadas a láser), tu ajeteadra agenda y tu super embarazo zen.
TU fisio ha sido muy prudente. Yo tb soy fisio y hubiera puesto el grito en el cielo con lo del ibuprofeno.
Cuídate Lady q a U-6 ya le queda nada!!
Besos.
Descaaaaaansaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarQuerida Cruella:
ResponderEliminarEn ello estamos, si bien O. G. ha decidido que iniciamos ya la rehabilitación y me tiene corriendo por la casa cual loca de los vientos.
Besos-rehab,
Lady Vaga.
Querida Cocolina:
ResponderEliminarLa verdad es que no me puedo quejar, el día cundió y yo me volví a casa con un vendaje más cómodo y menos ortopédico, así que un 10.
Besos resignados,
Lady Vaga.
Querida porfinyomisma:
ResponderEliminar¿Que eres fisio? ¡Yo necesitaba un fisio y no sabía de ti! Me cagüen... Si encima me dices que vives en Madrid, ya me dan los siete males...
Es verdad que dicen que todas las embarazadas han de caerse al menos una vez, lo cual no me hace ni puñetera gracia, pero si es una ley de Murphy, es inapelable y me resigno a ella.
Besos vendados,
Lady Vaga.